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Marcelo Elizondo Presidente del Capítulo Argentino de la Internacional Society for Performance Improvement (ISPI)
Investigador y profesor del ITBA Director General “DNI” Consultores
Miembro Consultor del Consejo Argentino para las Relaciones internacionales (CARI)
ANALISIS PRELIMINAR SOBRE EL
ACUERDO DE LIBRE COMERCIO ENTRE
LA UNION EUROPEA Y EL MERCOSUR
1. Introducción
Se ha firmado el Tratado de Libre Comercio entre el Mercosur y la
Unión Europea. Se trata de una noticia histórica porque la Argentina (en
gran parte también Brasil) ha sido un país con poca propensión histórica
a la apertura, lo que la ha llevado a no aprovechar oportunidades de
inserción internacional que hubiesen generado mejores y mayores
procesos de inversión, comercio, competencia, sofisticación de la
producción, generación de empleo calificado, mayores exportaciones e
importaciones y, en general, progreso económico.
La institucionalización de la apertura a través de acuerdos
internacionales permite eliminar barreras que afectan el comercio,
promover condiciones para una competencia justa, incrementar flujos de
inversión, proporcionar una protección efectiva a los derechos de
propiedad intelectual, estimular en sectores competitivos la producción
nacional, mejorar la productividad sistémica, fomentar la cooperación
entre países amigos o generar procesos adecuados de soluciones de
controversias.
Los “TLC” en general son acuerdos comerciales vinculantes que
suscriben dos o más países para la concesión de profundas preferencias
arancelarias mutuas y la reducción de barreras no arancelarias al
comercio de bienes y servicios, y que pueden incorporar además otros
aspectos relacionados como propiedad intelectual, inversiones, políticas
de competencia, servicios financieros, telecomunicaciones, comercio
electrónico, asuntos laborales, disposiciones medioambientales y
mecanismos de defensa comercial y de solución de controversias (otra
vía, menos ambiciosa porque solo reduce límites arancelarios de modo
parcial y en ciertos rubros puntuales y no avanza hacia la conformación
de un auténtico mercado integrado, son los llamados acuerdos de
preferencias arancelarias)
Llama la atención que Argentina cuenta, hasta la celebración de este
pacto, con apenas 13 países/mercados socios comerciales en el mundo
(ahora tendrá -con la entrada en vigor de este acuerdo- más de 40-) con
los que accede gracias a de acuerdos de apertura comercial recíproca. En
Latinoamérica hay países con alto grado de asociación comercial, como
Chile (con 56 países socios), México (con 50), Colombia (con 35 socios),
Venezuela (con 29) y Perú (con 15).
A la vez, hay otros con un nivel menor de asociación internacional
como nuestro país hasta hoy (cuenta con 13 socios surgidos de acuerdos
de asociación comercial), así como -también hasta hoy -los demás
miembros del Mercosur: Brasil (13 socios), Uruguay (12), o Paraguay (10).
Nuestras empresas, así, compiten en desventaja ante vecinas.
Más allá de la discusión sobre la reducción de las barreras al comercio
a nivel global a través del avance de las negociaciones en la OMC (lo que
podría considerarse el objetivo más ambicioso y “de máxima” y que
resultaría el medio más adecuado para generar más sanos procesos de
desarrollo del comercio y las inversiones), en el mundo hoy son los TLC
los que permiten de modo estructural ampliar mercados y mejorar
condiciones productivas y comerciales por encima de las fronteras.
Aunque debe advertirse que, para al aprobación final del acuerdo entre
Mercosur y la UE, el mismo deberá ser refrendado por los órganos
legislativos de los países del Mercosur y de la Unión Europea. Y que, para
ese tratamiento, se deberán pasar algunos pasos previos (que son
relevantes para asegurar la aplicación efectiva posterior o aun la
interpretación de las normas pactadas) así como por tramites internos en
la UE, como su traducción a los idiomas de todos los países.
El acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea genera un hito en
nuestros movimientos institucionales internacionales pero, sin embargo,
no debería hacernos renunciar a la generación de mejores vinculaciones
institucionales con otros mercados (como la Alianza del Pacífico, o ciertos
atractivos países asiáticos).
Se trata de cambiar una actitud, no de sumar un socio.
2. Que es un Tratado de libre comercio?
Los tratados de libre comercio (TLC) consisten en acuerdos
comerciales regionales o bilaterales para ampliar el mercado de bienes y
servicios entre los países participantes como continentes o básicamente
en todo el mundo. Consisten en la eliminación o rebaja sustancial de los
aranceles para los bienes entre las partes, y acuerdos en materia de
servicios.
Los tratados son regulados por la OMC – Organización Mundial de
Comercio, quien vela para que se cumplan las normas y regulaciones
propuestas en el tratado y que éste a su vez esté fundamentando en las
leyes de comercio internacional. El primer tratado de libre comercio en el
mundo fue el Tratado franco-británico de libre comercio y fue firmado en
1860.
Los objetivos principales de un TLC son, en líneas ganarles:
• Eliminar barreras que afecten o mermen el comercio entre las
zonas que firman el tratado.
• Promover las condiciones para una competencia justa.
• Incrementar las oportunidades de inversión.
• Proporcionar una protección adecuada a los derechos de propiedad
intelectual.
• Establecer procesos efectivos para la estimulación de la producción
nacional y la sana competencia.
• Fomentar la cooperación entre países miembros.
• Ofrecer una solución a controversias.
Los TLC forman parte de una estrategia comercial de largo plazo que
busca consolidar mercados para la exportación de sus productos,
buscando mayor competitividad y la generación de más y mejores
empleos. Los países que se han abierto más al comercio internacional son
los que han logrado mayor crecimiento en los últimos años, pues acceden
a mercados mayores que los suyos.
Los TLC son acuerdos de apertura reciproca, que sin embargo puede
adquirir diversos formatos. Así, estos tratados entre los países pueden
implementarse de diversa manera.
Los TLC traen consigo beneficios no sólo comerciales, sino también
para la economía en su conjunto. Permiten reducir y hasta eliminar las
barreras arancelarias y no arancelarias al comercio; contribuyen a
mejorar la competitividad de las empresas; facilita el incremento del flujo
de inversión extranjera, al otorgar certidumbre y estabilidad en el tiempo
a los inversionistas; ayudan a competir en igualdad de condiciones con
otros países, o a obtener ventajas por sobre los países que no han
negociado acuerdos comerciales preferenciales; y, finalmente, fomentan
la creación de empleos derivados de una mayor actividad exportadora.
Sin embargo, no todos los sectores de la economía se benefician de
igual manera con los tratados de libre comercio. No obstante, los efectos
negativos sobre ciertos productos también pueden atenuarse si se toman
las medidas adecuadas para impulsar su competitividad o en todo caso
incentivar su reconversión hacia actividades con un mayor potencial de
crecimiento.
Hay distintos modelos como lo muestra el grafico siguiente (El
Mercosur responde al modelos de unión Aduanera).
Pero hay que reconocer que no todos los modelos han sido usados
con la misma intensidad.
Lo muestra el cuadro siguiente: el modelo de unión aduanera que
usa el Mercosur para sí mismo es poco usando (6% de los casos) y los
llamados tratados de libre comercio (que se definieron mas arriba en este
trabajo), el modelo más utilizado para la integración comercio y
productiva trasfronteriza.
Ahora bien, han habido evoluciones en esta materia.
Últimamente los tratados ya no incluyen como antaño solo
reducciones de aranceles entre sus miembros (como ocurrió con el
Mercosur) sino que ha agregado otros puntos de acuerdo normativo. Lo
muestra el grafico siguiente:
Los acuerdos de apertura reciproca han tenido también diverso
impacto en el comercio internacional según los sectores.
Como lo muestra el gráfico que se exhibe a continuación, el
comercio mundial de automotores es el que mas ha crecido como efecto
de la firma de estos acuerdos. Los alimentos, el segundo sector mas
impactado por estos concordatos y el equipamiento electrónica el tercero
más beneficiado.
En el caso de la negociación con la UE la negociación se ha
mantenido relativamente en secreto. Se supo de las pautas de
reducciones de aranceles rectoras, de que los puntos tratados incluyen
capítulos referidos a la posibilidad de que las empresas europeas
participen de las licitaciones públicas en los países del Mercosur, a la
propiedad intelectual que favorece el patentamiento de semillas y
medicamentos, al comercio digital, entre otros. Mas abajo se amplia al
respecto.
La proliferación de ACL en el mundo ha hecho que en promedio en
el planeta la carga arancelaria haya caído en los últimos años de modo
constante. Lo muestra le grafico del Banco Mundial.
El Mercosur es un acuerdo entre 4 países (Venezuela, el quinto,
está suspendido) pero fuera de ellos y hacia terceros tiene -hasta hoy-
altísimos aranceles (el acuerdo con la UE los reducirá para el comercio
entre ambos bloques), lo que convierte -hasta la fecha- al bloque en
“integrado hacia dentro pero con relativa dificultad de vínculos hacia
afuera”. Aquí está el gran cambio que el pacto con la UE produce para el
Mercosur, que de esta manera se redefine a sí mismo.
La cantidad de acuerdos comerciales regionales o interregionales
vigentes sen el mundo ya ronda los 300 y el número acumulado se amplía
año a año, como lo exhibe el grafico siguiente.
A su vez, en el mundo hay numerosos tratados vigentes en la
actualidad en distintas zonas del planeta, que conviven entre sí.
Y algo relevante es que, en la medida en que se han incrementado,
han incluido cada vez más comercio dentro de ellos.
Hoy se estima que alrededor de la mitad de todo el comercio
mundial (que en total es de unos 25 billones de dólares) se efectúa entre
países que tienen firmados tratados de apertura reciproca.
A la vez, cuando crece el comercio internacional han crecido
también los flujos de inversión internacional en el planeta entre los
signatarios.
Mas aun: muchos bloques firman a su vea acuerdos con otros
bloques (como será el caso del acuerdo Mercosur UE):
Pero los países del Mercosur han celebrado muy pocos acuerdos -
más allá del bloque firmado entre ellos- hasta este pacto reciente.
Como lo exhibe el cuadro siguiente (información hasta hoy) los
demás países de Latinoamérica han sido mucho mas eficaces en obtener
acuerdos de apertura reciproca
3. Un acuerdo con la UE
El acuerdo estratégico entre en Mercosur y la Unión Europea reviste
una relevancia singular. Es cierto que buena parte de lo acordado aún
no se conoce pero sí se han sabido lineamientos básicos que permiten
aseverar que se trata de un acontecimiento de envergadura histórica. SE
amplía algo más abajo al respecto.
También debe decirse que luego de la aprobación del consenso inicial
(marco general) procederán pasos de tratamiento de normas inferiores e
instituto de aplicación del marco acordado, que permitirán poner en
realidad muchos de los objetivos y ello un está pendiente. Así como habrá
plazos de aprobación del tratado para su implementación posterior.
Pero se trata de un cambio de matriz, porque el Mercosur es un bloque
que se concibió hace casi 30 años como acuerdo de integración
económica regional y logró, hasta la fecha, un involucramiento comercial
destacable entre las economías que son miembros del tratado, pero no
entre ellas y terceros mercados. El nuevo paco cambia esa esencia.
El Mercosur, por caso, genera para la Argentina el 23% de sus
exportaciones (y el 27% de las importaciones) y es un importante destino
de nuestras ventas externas (especialmente para las exportaciones
industriales tradicionales, que encuentran dentro de nuestro actual
acuerdo regional un mercado que explica casi la mitad -unos 9.100
millones de dólares- de la totalidad de las ventas externas de este tipo
de exportaciones).
En el mundo el comercio entre países que forman parte de acuerdos
de apertura reciproca explica ya la mitad de todo el comercio
transfronterizo, pero el Mercosur solo genera comercio intrazona
equivalente al 20% de todo el comercio internacional de sus miembros.
Así, nuestras exportaciones intrabloque sumaron el año pasado
unos 14 mil millones de dólares pero hay otros destinos aún más lejanos
que generan más ventas exteriores, como el continente asiático, al que se
dirigieron el año pasado 16 mil millones de exportaciones argentinas.
Por ello, el Mercosur debe trabajar también en mejorar la inserción
en otros destinos. El pacto con la UE genera un complemento crítico para
ello y (por lo que hasta ahora se sabe) es un paso significativo para
romper un modelo de integración endocéntrica, y -a través de esta
asociación estratégica, que aun deja ciertas materias para la integración
reciproca pendiente de detalles y de pasos subalternos ulteriores- para
buscar la inserción productiva más allá de nuestra región. Las empresas
del Mercosur tienen una escasa participación en cadenas de valor
transfronterizas (en el caso de Argentina, solo 30% de las exportaciones
ingresa en ellas mientas el 50% de las exportaciones de los países
emergentes participan de esas cadenas) y nuestro modelo de unión
aduanera, solo usado en pocos casos (6% del total de acuerdos de
apertura reciproca vigentes en el mundo) no ha contribuido en ese
sentido.
El comercio fuera de la región es mayoritario pero choca hasta hoy
(antes de este pacto) con restricciones propias de la escasa
institucionalización de esa vinculación externa más lejana, como el hecho
de que ese comercio extrabloque está grabado por altos aranceles (o por
trabas no arancelarias) de ingreso a terceros mercados por la escases de
acuerdos comerciales con ellos, Mientras, el ingreso de importaciones en
el Mercosur está afectado por que un arancel promedio -de más de 13%-
que es altísimo y afecta a empresas locales que podrían ingresar en
procesos arquitecturales de vinculación extrabloque.
Por ello, el acuerdo con la Unión Europea permite una relevante
apertura reciproca (aunque hace aún prever más negociaciones futuras,
en los detalles pendientes para ambas partes); y logra desterrar ciertos
defectos ancestrales.
La Unión Europea recibió en 2018 desde Argentina exportaciones
por 9.219 millones de dólares (15%del total); dentro de las cuales más de
la mitad fueron manufacturas de origen agropecuario; y originó
importaciones argentinas por 11.262 millones de dólares (17% del total)
dentro de las cuales las importaciones industriales fueron mayoría.
Europa es el tercer continente en importancia en nuestras exportaciones,
después de América y Asia.
El acuerdo de integración entre el Mercosur y la UE permitirá
fomentar el comercio entre ambos bloques y también mejorar el marco
institucional para el aliento de inversiones de empresas europeas en
nuestra región (la Unión Europea es hoy ya el principal inversor externo
en Argentina). Las empresas europeas tienen 9.5 billones de dólares
invertidos fuera de sus países, lo que convierte a la UE -como región- en
la principal inversoras internacional (como país individual, los es EEUU).
El pacto con la UE, además, nos pone en el conjunto de quienes
siguen apoyando en el planeta la apertura internacional, que son mayoría
(hace poco la UE firmó el más grande tratado de libre comercio -por el
PBI involucrado- en el mundo, con Japón; lo que ocurrió en el mismo
tiempo en el que 44 países africanos han celebrado recientemente el
mayor tratado -por extensión geográfica- de apertura comercial
reciproca). Hay algunos que elevan aranceles, pero a la vez muchos otros
que los reducen.
Específicamente, y para constatar la relevancia del pacto, puede
decirse que en los contenidos del acuerdo y por lo que ha sabido hasta
ahora (mucho de lo firmado no se ha hecho público), se prevé que se
eliminan 91% de los aranceles que Mercosur impone hasta hoy a
productos europeos (equivalen hoy a 40.000 millones de euros de
exportaciones europeas al año, según ha dicho la UE). La UE, mientras,
elimina 92% de sus aranceles a productos provenientes del Mercosur.
Los aranceles de la UE a productos del Mercosur se reducirán casi
inmediatamente. En el caso de productos industriales del Mercosur se
reducirán a 0% los aranceles de ingreso en la Unión Europea para el 80%
de los mismos. Aunque algunos otros productos dependerán de cuotas
dentro de las cuales se bajará el arancel, y fuera de ellas se mantendrá
el arancel actual, como en el caso de la carne, que reducirá aranceles en
cuotas de 99.000 toneladas anuales (bajará hasta 7,5%); aunque fuera
de este cupo por separado se reducirá a 0% el arancel a pagar para el
ingreso de la carne de Cuota Hilton (hoy pagan 20% y Argentina exporta
hoy 29.500 toneladas en esa cuota).
Mientras, para la carne aviar habrá una cuota de 180.000
toneladas que llegará a arancel de ingreso 0% en cinco años. Y, por su
parte, para la miel se estableció una cuota de 45.000 toneladas sin
arancel y para el arroz 60.000 toneladas. Los productos de la pesca
tendrán una reducción progresiva entre 4 y 10 años para la reducción de
la tarifa de entrada en la UE, al igual que para hortalizas, frutas cítricas,
frutas finas, harinas de maíz, aceites vegetales y biodiesel.
Mientras, habrá gradualidad en la reducción de aranceles en el
Mercosur para productos europeos. Así, las importaciones de bienes
industriales tendrán un plazo de hasta 15% años para la reducción
(según qué producto), como el caso que prevé plazos de 10 a 15 años
(gradualidad, con 7 años iniciales de gracia) para reducir los aranceles
en el Mercosur a los automotores provenientes de Europa (aranceles que
son del 35% de valor del producto hoy); así como se reducirán
progresivamente (no automáticamente) los aranceles a piezas de autos
(que hoy oscilan entre el 14% a 18%), a los equipos industriales (que van
desde el 14% al 20% en la actualidad), a los químicos (hoy, hasta 18%),
a los vestidos y el calzado (hasta 35%) y a los productor farmacéuticos
(hasta 15%).
A la vez se eliminarán progresivamente los aranceles a las
importaciones de vino desde Europa (hoy pagan arancel de 27%),
chocolate (hoy pagan 20%), whisky y otras bebidas espirituosas (hoy
pagan entre 20 y 35%), así como a las galletitas (16 a 18% hasta hoy), los
duraznos en lata (hasta hoy 35%), y las gaseosas (del 29 al 35% hasta
hoy). También se reducirán en plazos los aranceles a los lácteos
(especialmente los quesos, que hoy pagan 28%) pero para cuotas de
cantidades determinadas, fuera de las cuales seguirán pagando arancel
de ingreso.
Otras medidas que se han conocido se refieren a las
denominaciones de origen. Mercosur accede a respetar 357
denominaciones de origen europeas (por ejemplo el queso manchego, el
vino rioja, el champagne o el jamón de Parma) y Europa deberá hacer lo
mismo con muchas del Mercosur (como cachaza brasileña o vinos de
Mendoza).
El acuerdo permite el uso de salvaguardas (que son restricciones a
importaciones que las partes podrán imponer excepcionalmente en caso
de que produzcan aumentos sustanciales e inesperados de importaciones
que provoquen daños a sectores productivos).
A la vez, el Mercosur abrirá sus mercados de obras públicas a
empresas europeas (se trata de empresas que pueden concurrir a una
licitación para obras públicas, que competirán en igualdad de
condiciones con las locales). Y también se admitirá por parte del
Mercosur la vigencia de las normas de seguridad alimentarias europeas
que deberán ser respetadas en las ventas a aquel mercado. Y, por su lado,
el acuerdo expresa que las partes respetarán los derechos laborales
según los estándares de la OIT, así como la libertad de asociación sindical
de los trabajadores y la eliminación del trabajo forzado y el infantil.
En una relevante parte del compromiso reciproco se prevé que los
derechos de propiedad intelectual son reconocidos y respetados y en ellos
los secretos comerciales, así como las normas sobre copyright. Y también
las partes se comprometen a eliminar barreras al comercio electrónico
entre ellas. Y se prevé que las partes acudirán a estándares
internacionales para mejorar regulaciones y normas técnicas (se prevé
que se respetarán los europeos en el acceso a ese mercado),
También se acuerda que se preverá un mecanismos de resolución
de controversias (justo, eficiente y efectivo) que incluirá paneles y
audiencias públicas y publicación de las decisiones.
Marcelo Elizondo Presidente del Capítulo Argentino de la Internacional Society for Performance Improvement (ISPI)
Investigador y profesor del ITBA
Director General “DNI” Consultores Miembro Consultor del Consejo Argentino para las Relaciones internacionales (CARI)
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