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DOSSIER DE LA ASOCIACION CULTURAL FESTINHUMOUR- Crítico y social- Suiza EN HOMENAJE
AL ESCRITOR DAVID SANCHEZ JULIAO
David Sánchez Juliao (Lorica, Córdoba, 24 de noviembre de 1945 –Bogotá D.C., 9 de
febrero de 2011). Fue un escritor, periodista, cuentista y diplomático colombiano. Sánchez Juliao
fue embajador de Colombia en la India durante el gobierno de César Gaviria y en Egiptodurante el
gobierno de Ernesto Samper. Entre sus obras más importantes están: El pachanga, El flecha, El flecha
II el retorno (2006),Abraham al humor, Fosforito, Historias de Racamandaca y Dulce Veneno Moreno,
entre otras. Traducidas a varios idiomas y ganadoras de varios premios literarios, las obras de
Sánchez Juliao son un esbozo de la cultura popular de la costa norte colombiana con un enfoque
particular en la región cordobesa.[1] David Sánchez Juliao fue el primer escritor en el mundo en grabar
un audiolibro en 1975 en un Casete en el cual grabo por un lado Porqué me llevas al hospital en
canoa, papá? y por el otro El Flecha ganando varios premios tales como Disco de Oro y el Disco de
Platino popularizaron el formato. [2]
Obras publicadas
* Por qué me llevas al hospital en canoa, papá? (1973)
Historias de Racamandaca (1974)
El arca de Noé (1976)
Cachaco, palomo y gato (1977)
El Flecha
Pero sigo siendo el rey (1983)
Mi sangre aunque plebeya (1986)
Buenos días, América (1988)
El país más hermoso del mundo
Dulce Veneno Moreno
Fosforito
la cucarachita Martínez
El Flecha II
En Chimá nace un Santo
DAVID SÁNCHEZ JULIAO HA MUERTO, ¡VIVA EL REY!
Álvaro Serrano Duarte - DirectorCORREveDILE - Barranquilla, Colombia
Al momento de escribir este homenaje póstumo al excelso escritor costeño DAVID SÁNCHEZ
JULIAO, no logro recuperarme del impacto de la noticia de su deceso, aunque lo supe 2 horas
después de su último suspiro por las noticias de radio de la madrugada del miércoles 9 de Febrero de
2.011. Aún con el estremecimiento propio que produce conocer de la muerte de un amigo, chocada
mi mente por la sorpresa triste, revuelta en pensamientos y recuerdos que pasan como en una
pantalla de cine, no logro concentrarme para producir palabras que lo exalten o que digan de lo que
fueron nuestros encuentros en Bogotá y su bien amada Lorica, tan llenos de historias que solía contar
y que embobaba a sus interlocutores.
Tan imperfecto como cualquier ser humano, abundando en su personalidad ególatra, difícil de tratarlo
por sus explosivas reacciones rabiosas, pero bien entendido porque quienes se asoman al mundo
creativo en cualquiera de sus manifestaciones son así y es a través de ellas que se sumergen a
construir mundos fabulosos que nos permiten a los demás mortales admirarles y aceptar su carácter.
Para no hablar más sandeces de un amigo que hace 4 horas partió de este plano existencial, mejor
voy a publicar a continuación los títulos y portadas de sus obras, creyendo que es mi mejor manera
de mostrar mi admiración y respeto por un hombre de letras, música y pintura.
Escritor de Novelas, Cuentos, Fábulas, Ensayos, Columnas Periodísticas, Crónicas, Teatro, Humor,
etc., el ex-embajador en la India, David Sánchez Juliao, nos ha dejado un universo costeño
sorprendente que eternizará la maravillosa vida del norte colombiano. A continuación reseñas de sus
novelas:
CACHACO, PALOMO Y GATO
Cachaco, Palomo y Gato
David Sánchez Juliao
Primera Edición: Fundación del Caribe [Monteríaa, 1974]
Segunda Edición: Editorial Mejoras [Barranquilla, 1975]
Tercera Edición: Plaza & Janés [Bogotá, 1977]
Cuarta Edición: Plaza & Janés [Bogotá, 1983]
Cuarta Edición: Plaza & Janés [Bogotá, 1999]
Nuevas ediciones sucesivas hasta el 2009
Los mundos de los tres personajes centrales de Cachaco, Palomo y Gato resultan antagónicos en
apariencia. Un advenedizo comandante de aduana, un veterano capitán de goleta de contrabando y
un comerciante ganadero acosado por la insatisfacción y la soledad, se presentan ante el lector
guardando entre sí las distancias que sus respectivos estilos de vida determinan. Pero la magistral
pluma del escritor logra trabarlos en una serie de imbricadas relaciones que, en los conflictos que
ellas suscitan, terminan armando un retrato crudo y crítico de la realidad que a los tres personajes
rodea.
Primera novela de David Sánchez Juliao, publicada por Plaza y Janés, Bogotá-Barcelona, y que
contó con una versión para televisión dirigida por Jaime Botero Gómez y transmitida
por Caracol Televisión (Colombia) en su espacio “Teatro Popular Caracol”. La serie, de diez
capítulos de una hora, fue transmitida en muchos otros países.
PERO SIGO SIENDO EL REY
Pero sigo siendo el rey
David Sánchez Juliao
Primera Edición: Plaza & Janés [Bogotá, Junio 1983]
Y nuevas ediciones sucesivas hasta el 2009
Premio Plaza & Janés 1983 de Novela Colombiana
Pero sigo siendo el rey fue la obra ganadora del III Concurso de Novela Colombiana Plaza y Janés
en l983, y desde entonces se han hecho de ella varias ediciones en Colombia para su circulación en
todos los países de habla hispana. Ha sido traducida al chino, al italiano y al griego. Su versión para
televisión – con la dirección de Julio César Luna—mereció varios premios India Catalina en el Festival
de Cine de Cartagena y partió en dos la historia del género en Colombia. Hasta hoy, ha sido
presentada en veinte países doblada a no menos de once lenguas. Merecedora de los más altos
elogios de la crítica nacional e internacional, la novela es estudiada en universidades de los cinco
continentes debido a que – como reza el acta de jurados en su premiación--, “está acorde con las
corrientes contemporáneas de la narrativa latinoamericana, pues tiene proyección universal y encaja
dentro de un tratamiento de masas que logra combinar magistralmente lo lírico y lo épico. En ella el
autor rescata para la literatura el cancionero popular mexicano, música sentida en todos los países de
habla hispana‖. Pero sigo siendo el rey abrió la trilogía de novelas musicales de Sánchez Juliao,
cuya segunda obra fue Mi sangre aunque plebeya –sobre la llamada música vieja de los Andes – y
que cerró Danza de redención sobre la música tropical colombiana.
“Esta novela está acorde con las corrientes contemporáneas de la narrativa latinoamericana,
pues tiene proyección universal y encaja dentro de un tratamiento de masas que logra
combinar magistralmente lo lírico y lo épico. En ella el autor rescata para la literatura el
cancionero popular mexicano, música sentida en todos los países de habla hispana”
(Aparte del Acta del Jurado del Premio Plaza y Janés, 1983)
MI SANGRE AUNQUE PLEBEYA
Mi sangre aunque plebeya
David Sánchez Juliao
Primera Edición: Editorial Planeta, Bogotá, 1986
Segunda Edición: Editorial Planeta, Bogotá, 1987
Nuevas ediciones hasta hoy
―Mi sangre aunque plebeya sorprenderá a los habituales y a los nuevos lectores de David Sánchez
Juliao. Quienes disfrutaron Pero sigo siendo el rey (1.983) encontrarán que el novelista ha dado un
giro copérnico en su narrativa, sin por ello abandonar ciertas constantes y cierto virtuosismo de
escritura ya adquiridos. Entre las constantes, vale la pena destacar la presencia estructural de la
música en el relato, que ahora combina dos mundos: el de la música clásica y el de la
música popular. En cuanto al virtuosismo narrativo hay que recordar la destreza de Sánchez Juliao
como comunicador: no en vano ha sido el exitoso instaurador de la literatura–casete en nuestro país,
con sus series de cuentos extraídos de la tradición oral costeña.
Pero, en Mi sangre auque plebeya, Sánchez Juliao abandona el ámbito caribeño para situarse en
los andes y ante la gente andina. En este nuevo marco ambiental, el autor, un caribeño, analiza,
dibuja y nos entrega un personaje sui generis: un arribista, un hombre inauténtico que exhala
esnobismo a los cuatro puntos cardinales. Este protagonista es la bese de un divertido triangulo
sentimental, que tiene como vértices a dos figuras femeninas de carácter fuerte y extraño a la vez,
trazadas con lápiz maestro.‖
“En Mi sangre auque plebeya, Sánchez Juliao abandona el ámbito caribeño para situarse en
los andes y ante la gente andina. En este nuevo marco ambiental, el autor, un caribeño,
analiza, dibuja y nos entrega un personaje sui generis: un arribista, un hombre inauténtico que
exhala esnobismo a los cuatro puntos cardinales.” Camilo Calderón
BUENOS DÍAS AMÉRICA
Buenos días, América
David Sánchez Juliao
Primera Edición: Editorial Planeta, Bogotá, 1988
Segunda Edición: Editorial Planeta, Bogotá, 1989
Nuevas ediciones hasta hoy
―Buenos días, América es la confirmación de las calidades narrativas de David Sánchez Juliao. Leer
esta novela es como oírsela contar al propio escribidor, un incesante creador de imágenes. No en
vano el cuento, esta vez, tiene que ver con el mundo de una emisora de radio en una provincia de
macondo. Literatura plácida y llena de buen humor.‖
Camilo Calderón
―En la narrativa de David Sánchez Juliao están vivas y actuantes muchas de las mejores y
singulares condiciones de lo que han dado en llamar el modo de ser costeño. Y además, esas
condiciones se encuentran allí, en una prosa clara, sencilla, directa. Y en un estilo que recuerda
mucho la manera de hablar del propio escritor.‖
Germán Vargas Cantillo
AQUÍ YACE JULIÁN PATRÓN
Aquí yace Julián Patrón
David Sánchez Juliao
Primera Edición: Editorial El Labrador, Bogotá, 1989
Segunda Edición: Editorial Pijao (Colección 50 novelas colombianas y una pintada), 2008
El puerto petrolero de Coveñas desde los comienzos del siglo XX hasta nuestros días, constituye el
tema de ―Aquí yace Julián Patrón‖. En esta novela corta, un anciano relata la historia del pueblo, una
vida agreste interrumpida ocasionalmente por la llegada de compañías extranjeras que, una tras otra,
explotan las ventajas que les brinda tanto el privilegiado Golfo de Morrosquillo como su gente
trabajadora. David Sánchez Juliao regresa aquí a las fuentes de una narración que inició con sus
primeras obras ―¿Por qué me llevas al hospital en canoa, papá?‖ e ―Historias de Racamandaca‖, y
que retoma ahora con la riqueza y facilidad de quien se mueve en un mundo que ha venido
observando desde siempre con cariño y precisión.
“David Sánchez Juliao regresa aquí a las fuentes de una narración que inició con sus primeras
obras ¿Por qué me llevas al hospital en canoa, papá? e Historias de Racamandaca”
Joe Broderick
DANZA DE REDENCIÓN
Danza de Redención
David Sánchez Juliao
Primera Edición:
Editorial Grijalbo,
Bogotá, 1998, ediciones sucesivas hasta 2009
San Fernando de Cumbé, lugar de acción de Danza de Redención, es una localidad mítica del
trópico latinoamericano levantada a orillas del un río plagado de caimanes, en cuyos orígenes hay
una fundadora-polizonte que, con siete marineros como maridos, prohija los primeros pobladores de
la región, luego de plantar una ceiba milagrosa en donde habitan los dioses de los esclavos traídos
por los blancos. El nombre del poblado nos remite, como la acción de la obra desde las primeras
líneas, a los más remotos orígenes de los géneros musicales del porro y de la cumbia colombianos.
En estos ritmos, sus lugares de disfrute y sus personajes fantásticos, se afincan las acciones
descritas con profundidad, elegancia de estilo y toques de un humor exquisito.
En la medida en que la obra avanza, en San Fernando de Cumbé se van acrisolando los aportes de
blancos, indios y negros hasta arrojar un producto musical llamado el cumbé (la cumbia). El relato
tiene como espina dorsal la vida del clarinetista Simón Laza y sus diez hijos (músicos los más de
ellos) y concluye con el nacimiento del hijo de Gardenias Dos, la que más tarda en casarse, y con un
diluvio que inunda el pueblo. El recién nacido, uno de cuyos nombres es precisamente Moisés, es
arrojado a las aguas en un canastillo, junto con la grabación de todas las historias que contendrá el
libro. Se supone que el autor encuentra el canastillo y las cintas de la grabación en un día de pesca y
‗desgraba‘ –como mero intermediario– la leyenda del fabuloso poblado y sus extraños habitantes.
Las dos generaciones en las que se centra la novela encarnan de algún modo el apogeo y la
decadencia de San Fernando de Cumbé: el mayor período mágico y mítico en la generación de los
padres y las limitaciones materialistas que trae el progreso (avión, correo, luz eléctrica, radio, discos)
en la de los hijos. Por eso, como debe ser, la localidad, que ha dejado de ser fiel a sí misma, a sus
raíces y a su propia identidad, es tragada por las aguas.
“Esta es la mejor danza de Sánchez Juliao, puesto que, aunque es la novela cierre de la tan
comentada trilogía musical del autor, esta obra específica muestra el arribo a su más
acendrada madurez literaria y a su más evidente purificación de estilo’. Carlos Arboleda
González
DULCE VENENO MORENO
Dulce Veneno moreno
David Sánchez Juliao
Primera Edición: Seix Barral (Planeta) Colección
Biblioteca Breve, Bogotá, 2005
Cuatro ediciones hasta 2009
En un vuelo de Montería a Bogotá, una pareja tropieza con mesié Poulanc, un parisino desesperado
por desahogarse confesando su tormentosa historia de amor con una monumental monteriana de
piel melaza llamada Ludisbel. El relato se extiende justo durante la hora que tarda el viaje, y concluye
y se cierra de una manera sorprendente cuando el avión comienza a descender hacia el aeropuerto
Eldorado de Bogotá. Mientras tanto la historia le ha dado la vuelta a medio mundo, desde París hasta
los confines del Oriente, para concluir en las feraces riberas del Sinú.
Deleitoso contador de historias, David Sánchez Juliao se ha regodeado en la escritura de esta intensa
y divertida novela. La sola anécdota que da pie a Dulce Veneno Moreno nos suscita una risa
nerviosa, propia del saber de los duelos del corazón ajeno, y no paramos de sonreír y de saborear
cada capitulo, en el mejor sentido: el de apreciar los placeres del amor y del mundo, ya que este
relato esta servido en las mejores sábanas y manteles.
En la vena mordaz y deliciosa de su famosa novela Pero sigo siendo el rey, este libro se lee de
un envión. Lo cual no quiere decir que al lado de la gracia y la alegría que adoban el relato no
se puede paladear también una pizca del cartesianismo que aporta el abatido y herido
amor mesié Poulenc, quien, sin duda alguna, aprendió a contar historias con agarre allá en
Montería con su compadre Sánchez Juliao.
EL FLECHA
El Flecha II
David Sánchez Juliao
Primera Edición: Editorial Planeta, Bogotá, 2006
Segunda Edición, 2006; Tercera Edición, 2007
Nuevas ediciones sucesivas hasta el 2009
Vuelve El Flecha, pero esta vez no se queda quieto en su pueblo, Lorica, sino que emprende un
picaresco recorrido por toda la Costa, que lo lleva a Riohacha, Valledupar, Santa Marrrrrrta –como
dice él mismo Flecha–, Barranquilla, Cartagena, Sincelejo y Montería. Entre chanzas y bromas, El
Fecha registra el carácter peculiar y ocurrente de cada una de estas ciudades y sus regiones, cosa
que para un cachaco sería imposible.
Perspicaz olfateador de la chispa cotidiana de los costeños, Sánchez Juliao revive en este libro a su
querido personaje El Flecha, tan gracioso o más que El Pachanga, otra de sus criaturas literarias con
varias versiones en discos. También Gallito Ramírez y los protagonistas de su famosa novela Pero
sigo siendo el rey, llevados con gran éxito a la televisión.
El Fecha es un seductor natural. Su labia es su magia. Su vida de aventuras y enredos, que no por
ser –quizá– inventados dejan de parecer reales, las peripecias de sus compadres y comadres, y sus
dichos, exclamaciones y carajadas, conforman una especie de pintoresca y divertida stand-up
comedy difícil de olvidar.
El Flecha tiene el encanto de esos sabios y sabrosos relatores de historias que han venido
desapareciendo en aldeas y campos. Resulta tan elemental pero tan atractivo como esas pinturas
naïf que adornan las paredes de los bares de la Costa, o como esos coloridos busecillos escalera de
Pitalito que siempre nos arrancan una sonrisa.
El Flecha tiene el encanto de esos sabios y sabrosos relatores de historias que han venido
desapareciendo en aldeas y campos. Resulta tan elemental pero tan atractivo como esas
pinturas naïf que adornan las paredes de los bares dela Costa, o como esos
coloridos busecillos escalera de Pitalito que siempre nos arrancan una sonrisa. “El Fecha es
un seductor natural. Su labia es su magia.”
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El Homenaje Póstumo que CORREveDILE rinde a David Sánchez Juliao no termina aquí. Seguirán
siendo publicadas todas las manifestaciones de amigos y admiradores y dando a conocer sus demás
obras literarias y periodísticas que fueron abundantes y deliciosas en su construcción.
Paz en su tumba, David!!
¡QUE VIVA EL REY!!
Editorial de Eltiempo.com
Sánchez Juliao no solo fue un investigador del folclor costeño, sino una parte integral de este.
La última colaboración de David Sánchez Juliao que publicó EL TIEMPO corresponde al 18 de julio
del año pasado. Se disputaba el Mundial de Fútbol y el cordobés sorprendió con una deliciosa crónica
sobre animales famosos, que empezaba con 'Paul', el pulpo capaz de adivinar resultados deportivos,
y terminaba con los perros que viajaban a bordo del 'Titanic' cuando naufragó el famoso barco.
Era una nota de tema atípico, si pensamos que Sánchez Juliao se distinguió sobre todo por sus
historias costeñas, pero estaba escrita con la información, la gracia y el dominio del idioma que
caracterizó a este loriquero que acaba de fallecer en Bogotá a los 65 años de edad. El autor de
múltiples relatos encarnó en forma desbordada, laboriosa y creativa la tradición oral de la Costa
Atlántica. Se le recordará sobre todo por sus divertidos relatos grabados y los personajes que los
poblaban, como El Flecha, aquel boxeador cobardón y rebuscador. Pero es justo recordar que su
pluma se desempeñó en otros campos de las letras.
Fue novelista de éxito, casi siempre en clave de humor, y se ocupó con interés especial en la
música popular. Así, escribió una trilogía narrativa que abarca las rancheras mexicanas -Pero sigo
siendo el rey-, las melodías andinas -Mi sangre aunque plebeya- y la música tropical -Danza de
redención-. La primera marcó un hito en las telenovelas colombianas, cuando se llevó con gran
suceso nacional e internacional a la pantalla chica. Si sus cuentos y novelas lo hicieron merecedor de
numerosos premios literarios, entre ellos el Dulcinea, que otorga la Asociación Cervantina de
Barcelona, sus trabajos en cine y televisión le dejaron 17 estatuillas de la India Catalina, y sus
grabaciones, dos discos de oro.
Sánchez Juliao no solo fue un juicioso investigador del folclor costeño, sino una parte integral de
este. Su presencia era una especie de embajada permanente del humor y la idiosincrasia del Caribe.
Eran célebres, por su simpatía, sus participaciones en mesas redondas y conversatorios y contó entre
sus mejores amigos a muchos cachacos que sabían que sus boutades contra el interior no eran más
que cariñosas muestras de mamagallismo. Residió en Bogotá en muchas ocasiones y aquí se ha
dejado morir. Es una prueba final e inesperada de la acogida general que tenía en todo el país.
editorial@eltiempo.com.co
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Era conocido por obras como 'El Pachanga', 'El Flecha' y la novela 'Mi sangre aunque Plebeya'.
Sánchez Juliao nació el 24 de noviembre de 1945 en Lorica, departamento de Córdoba.
Según informó la emisora RCN, el escritor falleció en la Clínica Shaio de Bogotá, tras sufrir una
afección cardíaca.
De acuerdo a la reseña en su página de Internet, estudió literatura, comunicaciones y sociología, con
doctorados en la Universidad Simón Bolívar y la Universidad de Córdoba, y con estudios en CIDOC,
Cuernavaca, México, en donde luego se desempeñó como profesor.
Entre sus obras más destacadas están las novelas 'Mi sangre aunque plebeya' y 'Pero sigo siendo el
rey', ganadora del Premio Nacional de Novela Plaza y Janés. Estas dos obras fueronllevadas con gran
éxito a la televisión en los años 80.
Además de eso, Sánchez Juliao fue pionero de los audiolibros, en los que mezclaba un libro y un
disco con la narración. El primero de ellos fue una serie de cuentos llamada "¿Por qué me llevas al
hospital en canoa, papá?", en 1975.
Pero sin duda en esta modalidad los más recordados son Abraham Al Humor, 'El Pachanga' y 'El
Flecha'. (Escuche acá la grabación de 'El Flecha').
Se trata de tres historias que tienen como fondo su natal Lorica y en las que, como lo reseñó el crítico
Pedro Cuadro Herrera en la página de internet del escritor, sus protagonistas se caracterizan por ser
"seres atrapados en el círculo vicioso de la pobreza y la desesperanza, pero también por sospechar
que -en medio de sus desgracias- no tienen otro remedio que burlarse de su propia suerte".
Sus historias grabadas han ganado cinco galardones de Disco de Platino Sonolux y Disco de Oro
M.T.M y las adaptaciones de sus obras para cine y televisión lograron 17 Premios India Catalina en el
Festival de Cine de Cartagena.
Precisamente, a la pantalla grande fueron llevadas sus obras 'El pargo rojo' y 'Luz de enero'.
También escribió cuentos para niños como 'El país más hermoso del mundo', 'La muy divertida
historia de la Cucarachita Martínez y su goloso marido el señor don Ratón Pérez', Geografía animal y
Roberto el terco, entre otras
Además de su obra literaria, Sánchez Juliao incursionó en la diplomacia: fue embajador de Colombia
en la India y en Egipto entre 1991 y 1995, donde además de ejercer la jefatura de esas misiones
diplomáticas, fue profesor universitario.
"Fue escritor y amigo con todas las de la ley. Me produce mucha pena su muerte. Era el rey del
diálogo. Construía y reconstruía situaciones del ámbito popular de forma admirable. Su robusta
humanidad cuando se presentaba era esplendorosa. Era una montaña que se le venía al público",
dijo el ex presdidente Belisario Betancur, a través de 'La W'.
Lea algunos textos de David Sánchez Juliao
El pargo Rojo
Cinco puntos cardinales
Fama animal
Crónica de la apertura
Éxito del criollismo
Título: La muy divertida historia de la Cucarachita Martínez y su goloso marido el señor don Ratón
Pérez
Editorial: Norma
Fecha de publicación: 1/25/2007
Torre de Papel Azul
La muy divertida historia de la Cucarachita Martínez y su goloso marido el señor don Ratón Pérez
Autor(es)
David Sánchez Juliao
Esta es la historia de la dulce y vanidosa Cucarachita Martínez que, después de oír a muchos
pretendientes, decide casarse con su adorado Ratón Pérez.
Su nueva vida de casados parece ir de maravilla, hasta que los dulces que cocina la Cucarachita, la
afición a nadar del Ratón y los sospechosos planes del tío Conejo le dan una curiosa y divertida vuelta
a esta historia de animales, que es un ingenioso retrato de la cultura del Caribe.
COLECCIÓN DE CUENTOS Y RELATOS DEL CARIBECOLOMBIANO EN LA VOZ DE SU AUTOR
DAVID SÁNCHEZ JULIAO
Pocos meses después de haber lanzado David Sánchez Juliao, Contador de Historias en el 2003, y
agotadas sus sucesivas ediciones ante una acogida sin precedentes en todos los países de habla
hispana, la compañía de grabación MTM decidió realizar un nuevo CD-doble: David Sánchez Juliao,
Contador de Historias DOS en el 2004. Esta segunda grabación ha contado con el respaldo del público
y el mismo éxito que el anterior.
Entre las historias que se cuentan en estos discos compactos están algunos cuentos
internacionalmente galardonados de Sánchez Juliao como El pargo rojo, con el cual obtuvo el
"Premio Dulcinea 2000", otorgado por la Asociación Cervantina de Barcelona, España y su obra de
teatro breve Pedrito, el soñador, la cual fue publicada por primera vez en las páginas de la Revista
Literaria Baquiana.
Leer a David Sánchez Juliao es una experiencia de enriquecimiento personal, pero escuchar a David
Sánchez Juliao es un acercamiento a la cultura popular de nuestra América Latina.
PRODUCTOR FONOGRÁFICO MTM Ltda
Colección de Discos Compactos
(CD-DOBLE) MTM 018297-2
www.discosmtm.com
Hecho en Colombia (2004)
Blog/ Sardi
09
feb Dos loriqueros recuerdan a
David Sánchez Juliao
HB Hoja Blanca
El maestro David
Por: Lorena Vergara Agámez, invitada especial a Sardi en Lorica.
Hace más de tres años conocí al maestro David Sánchez Juliao. Recuerdo que mi profesora
de periodismo Ginna Morelo me ayudó a contactarlo para llevarlo de invitado a un evento de
literatura que estaba organizando en el municipio de San Antero en Córdoba.
La primera vez que hablé con él por teléfono sólo conversamos de Lorica…teníamos en
común éste pueblo que nos vio nacer…él estaba en Bogotá y yo estaba ya en Córdoba por
lo cual no podríamos vernos hasta el día del evento pero conversamos mucho por teléfono y
el día que llegó yo lo fui a recoger al aeropuerto.
Recuerdo que todos me decían que era un hombre con un gran sentido del humor pero de
carácter muy fuerte, por lo cual por supuesto tenía cierto nerviosismo…una vez me vio
mencionó mi primer nombre que casi nadie lo sabe en voz alta y con ese cantadito propio de
su voz, me dio un gran abrazo e inmediatamente le pregunté quién le había dicho mi primer
nombre ―Tu sabes que uno en Lorica se entera de todo‖ dijo, lo cual respondí ―Es cierto
maestro pero usted viene de Bogotá‖. ―Yo vivo en Bogotá en vivo y en Lorica por teléfono‖
dijo. Un rato después me confesó que Ernesto MacCausland, periodista barranquillero
amigo y con quien había trabajado meses antes haciendo un cortometraje que recreaba uno
de los cuentos del maestro David, le había hablado de mi y entre muchas otras cosas le
había contado el pequeño detalle del nombre.
Le caí bien, me lo dijo cuando lo dejé en casa de su madre. Nos volvimos a ver una vez yo
aterricé en Bogotá y nos vimos muchas veces más, hablábamos de literatura, de Lorica, de
música, de viajes, nos tomábamos un café ―chorriao‖ que había aprendido a preparar en
Costa Rica y que le encantaba… lo llamamos el café de las buenas noticias porque aunque
hablábamos por teléfono con cierta regularidad ―los mejores cuentos‖ los dejábamos para
cuando nos veíamos.
Podías pasar horas y horas conversando con él y si estabas en su casa sacaba
cuidadosamente cada archivo y te mostraba con cuidado sus tesoros, te ubicaba en tiempo
y espacio, te pedía opinión sobre como actualizarlos, en el caso de las fotos preguntaba si
podría digitalizar todas las fotos de ―El Flecha‖ que tenía en su archivo y que con el paso del
tiempo iban perdiendo su color.
No tengo un solo recuerdo del maestro David donde no pueda sonreír con alguna de sus
historias. Siempre le dije Maestro porque lo era sin dudas, aunque él decía mi gran amiga
―….. Lorena‖ y siempre mencionaba mis dos nombres aunque le insistiera una y otra vez
que el primero no me gustaba. Pero le daba igual, tan igual que envió una foto a un
periódico de la reconocida venta de jugos ―El Siboney‖ de Lorica, una foto de hacía mas de
40 años y al pie de la foto puso ―ésta foto para mi amiga ―…. Lorena‖ nos debemos el jugo!!‖.
Obviamente una vez llegó nos tomamos el jugo, primero porque me encantaba conversar
con él y segundo porque no quería que volviera a boletearme el nombre.
Una vez llamó a mi casa, yo estaba de vacaciones en Lorica y mi madre contestó el
fijo…recuerdo que mi madre habló como media hora y luego gritó ―te llama David‖ y cuando
contesté dijo ―a soy amiguísimo de tu mamá y eso que no nos conocemos en persona‖ y
soltó su sonora risa.
Hace una semana, le envié un mail contándole que existía la probabilidad que me fuera del
país y quedamos que nos tomaríamos ―el café de las buenas noticias‖ en Bogotá una vez
llegara. Me dijo que en diciembre nos debimos haber tomado un jugo donde el Siboney pero
ninguno de los dos sabía que el otro estaba en Córdoba, quedamos en el café que quedará
para la eternidad porque hoy 9 de febrero día del periodista murió el maestro David,
llevándose consigo el secreto del ―café chorríao‖. Un abrazo enorme a su familia, a sus
amigos, a los que lo acompañaron, a los que alimentaron sus historias, a los que creyeron y
a los que no…un abrazo a todos y cada uno de los que tuvieron contacto con el maestro
David…con David…con el viejo Deivid…
El Embajador de la India (El Lord…iquero)
Por: Jaime de Vargas Severiche, Sardi, el anfitrión de este blog.
Lastimosamente la grandeza de un personaje está ligada a la cantidad de veces que su
imagen es expuesta en los medios. De ahí que muchas veces quienes han hecho grandes
obras mueran sin dejar de respirar víctimas del olvido.
Hoy despiden a David Sánchez Juliao como un grande de las letras puesto que tiene más
que ganado por todo lo que su pluma colocó en el papel. No puedo explayarme en mas
elogios porque caería en algo que siempre he criticado: la hipocresía lambona que nos lleva
a ir en contravía de nuestros verdaderos sentimientos.
Fue grande sí, pero no el más grande, como algún colega suyo puso en Twitter, ―el más
grande de Lorica‖. Ni el más grande, ni de Lorica. Porque al contrario de lo que piensa la
gente él no fue un personaje que convivió entre nosotros, es más, tenemos un recuerdo muy
poco agradable en donde insultó, megáfono en mano, a quienes acompañaban el sepelio de
Manuel Zapata Olivella, otro grande que volvió a su pueblo hecho cenizas.
Insultó a su pueblo porque solo habían hecho presencia 6 canoas del centenar que había
pedido para adornar el acto de arrojar las cenizas de Zapata Olivella a las aguas del
devaluado Sinú. En la más profunda ignorancia sobre la realidad del pueblo al que le acudía
a reciclar las historias que lo hicieron famoso, reclamó la falta de solidaridad al no convocar
a los pescadores y sus artesanales embarcaciones. Lo que él nunca se le ocurrió a su
pensamiento capitalino seudocachaco fue que el inventario de canoas de pescadores en el
casco urbano de Lorica no supera la docena, es más, en todo el bajo Sinú no hay 100
canoas.
Añadió unas palabras que aun retumban en los corazones de quienes ese día,
desilusionados veían como el escritor al que Lorica y sus historias habían hecho famoso,
despreciaba los esfuerzos hechos para el entierro de un personaje al que muchos sentían
como ajeno. ―Le quedó grande el entierro de Zapata Olivella a este pueblo‖, dijo para luego
rematar diciendo ―a mí que no me entierren en Lorica‖.
A diferencia de la sencillez que pretendía en sus libros (nunca percibí nada de eso), tenía
mas perfil de jugador de golf que de tirador de trompo, no se si pretendió ser un lord, sin
saber que toda la vida fue un lord…iquero.
Yo hablo del ―síndrome de Gossaín, gran periodista, que denuncio todo en la vida menos lo
que han hecho en su pueblo, donde políticos y delincuentes tienen un paraíso para hacer
sus fechorías. Así Fue David Sanchez Juliao el mismo personaje que se negó a dejar unas
palabras en el mural del maestro Adriano Rios Sossa cuya obra permanece al igual que él,
engrandeciendo al pueblo que lo vio nacer.
García Márquez no sería nadie si Aracataca no le regala las historias, al igual que Sánchez
Juliao y Zapata con Lorica y Gossaín, recién estrenado escritor con El Viento, pueblo al que
dijo que no volvería porque quería recordarlo como él lo dejó. Si es por eso puede volver
mañana mismo porque los políticos se han encargado de mantenerlo intacto, yo creo que
hasta mas acabado.
Si el deseo de David Sánchez Juliao es igual al de su colega Zapata Olivella, quien pidió
que regaran sus cenizas en uno de los símbolos de la tierra que el amo, deberían de regar
sus cenizas en el cerro de Monserrate. No sé si ese síndrome sea típico de los intelectuales,
también tengo historias de García Márquez quien nuca volvió por las tierras sucreñas de
donde sacó muchas de sus historias (Sucre y Sincé) y no creo que Aracataca sea su más
cercano destino.
10 de febrero de 2011
La muerte de David Sánchez Juliao
David Sánchez Juliao: palabrero mayor
Por Jorge Eliécer Pardo
Jamás he conocido escritor más lleno de amor y vida que David Sánchez Juliao.
Siempre, en estos largos y agitados años de amistad, escucharlo al calor de un café
relatar historias escritas y por escribir, deleitaba a contertulios y espontáneos que
se acercaban. Tampoco he conocido autor de mi generación que llene tanto una
sala de conferencia y que su exposición, matizada con referencias intelectuales y
populares, no sacara admiración; la gente quería que siguiera hablando, sin
papeles ni ayudas audiovisuales. Un verdadero palabrero. Uno de esos escritores
colombianos —escasos ya— que no se expresaba en malos términos de nadie;
siempre ponderando lo bueno de los demás, en especial de los que lo
acompañaban en la literatura.
Carlos Orlando Pardo, Jorge Eliécer Pardo y David Sánchez Juliao en los años 70s
Escuché, en la época de los primeros libros de David, a esos acartonados
sociólogos —bautizados por entonces como científicos sociales— que Sánchez
Juliao pretendía apropiarse del discurso popular que no beneficiaba ni a la
sociología ni a la literatura. Bastó el paso del tiempo para entender que David
daba comienzo en Colombia a una nueva lectura donde sus textos vivos y llenos
de tejido social y poético, conformaban la idiosincrasia de diferentes zonas del
país, sobre todo la de la Costa Caribe. Primero lo tomaron con humor (El
Pachanga, El Flechas) y después se dieron cuenta de que su discurso narrativo y
estético no sólo estaba impregnado del lenguaje propio de sus protagonistas sino
que allí navegaba una juiciosa investigación que leía e interpretaba la sociedad,
más allá de los marmóreos estudios o informes de científicos sociales. Y David
esperó, no necesitaba más. Insistió en su forma expresiva y en sus contenidos
vernáculo. Muchos, como Orlando Fals Borda y la antropóloga Nina de
Freidemann comentaron la importancia de esos textos en la cultura
colombiana. Allí está la esencia viva de nuestras comunidades, me dijo alguna vez
Nina.
Silvia Aponte, Magil, David Sánchez Juliao, Jorge Eliécer Pardo y Fabio Martínez, 2009
Se nos fue David y su parsimonia para relatar viajes y anécdotas, amores y
despedidas. En la radio, entrada la mañana cuando supe la noticia, oí un
viejo reportaje donde narraba cómo se formaban las identidades. La
trascribo de memoria: un negrito que se mira al espejo de frente y se dice:
soy chévere. Se mira el perfil izquierdo y se dice: soy chévere. Se mira el
perfil derecho y se dice: soy chévere. Un blanco, que está cerca le
reprocha: usted no es más que un negro hijueputa. El negro no lo mira,
sólo se dice: pero chévere.
Buen viaje David.
David Sánchez Juliao sigue siendo el rey
Por Carlos Orlando Pardo
Alguna vez, David Sánchez Juliao dijo que escribía para que la muerte no tuviera la
última palabra. Y así será, en su caso, porque toda su obra está impregnada de
sabiduría popular, la que supo beber en cada viaje por pueblos de la costa en su
continuo ir y venir de trashumante irredimible. Me parece verlo mostrar su
incomparable sentido de pertenencia con el orgullo de todo un campeón que
levanta un trofeo. Y de reclamar, inclusive, su origen tolimense, porque fue
precisamente su abuelo, el gallo Sánchez, nacido en Venadillo, quien diera lugar al
comienzo de su origen, muchos años atrás, cuando llegó al Ministerio de
Educación a pedir su traslado como educador y allí se vería de frente por primera
vez con la señora Margoth Cárdenas que se hallaba en las mismas. Al no existir
sino la plaza para un matrimonio tras haber pasado semanas a la espera de una
respuesta, se encontrarían los dos y para siempre como una bonita jugada del
destino.
Ahora que se ha marchado de un momento a otro traicionado por su corazón y
despertando no risas sino lágrimas en un país que realmente lo quería, vemos que
todos los presupuestos tenían descartada su partida porque si algo hizo fue vibrar
con la vida y convertirse, gracias al esfuerzo de su palabra oral y escrita, en un
símbolo vital de la alegría, el permanente buen humor y en el traductor del mundo
de la cultura del caribe arrancado de las raíces populares.
David con Rubén Blades
Este palabrero entrañable cuya amistad me honró por cuatro décadas, dijo adiós
de la manera más inesperada para sacudir nuestro dolor cuando estábamos
preparados para recibirlo otra vez en Ibagué con los brazos abiertos. Sólo unas
semanas atrás estuvo en Ibagué deleitando con su gracia incomparable,
abrazando a sus primos, como llamaba a Benhur y Héctor Sánchez, haciendo las
venias y los reconocimientos respetuosos y de admiración al gran Rodrigo Silva,
recorriendo el museo de arte bajo el clima grato del barrio Belén mientras se
conocía más de cerca con Darío Ortiz, autor de la carátula de su última novela
publicada por Pijao Editores y compartiendo agradado el lanzamiento del nuevo
libro de Alberto Santofimio.
Desde la pizzería de la plaza de Bolívar o una mesa grande en el Círculo lanzaba
sus historias y antes de despedirnos, sin imaginar que era para siempre, entregó
uno de sus libros para niños a mi hija menor con la dedicatoria de su tío David
porque se consideraba sin dudar mi hermano como yo mismo lo sentía. Salvo el
periplo que lo llevaría de embajador a Egipto o la India y su tiempo de profesor
invitado a las universidades norteamericanas o de México donde apenas llegamos
a escribirnos, estuvimos ahí, a su lado, a partir de las ya lejanas tardes cuando nos
presentó el periodista Enrique Córdoba, estrella hoy de la radio en Miami y
oriundo de su amada Lorica. Conocí entonces de primera mano su primer libro
aún sin empastar ¿Por qué me llevas al hospital en canoa, papá?, firmado en julio
de 1974. No dudé en escribir entusiasmado una larga nota cuando las hacía como
comentarista en Radio Nacional, adonde le presenté a su director, el inmortal
Germán Vargas Cantillo con quien haría una hermosa amistad. De entonces a hoy
lo vimos convertirse en una figura emblemática de la literatura colombiana, en el
fundador mundial de los libros casete o libros audio con El Flecha y El Pachanga,
en el autor de novelas premiadas que fueron llevadas con éxito rotundo a la
televisión como Pero sigo siendo el rey con 17 estatuillas de la India
Catalina, Gallito Ramírez o Cachaco, palomo y gato, en el conferencista que se
rapaban a lo largo del país y en ese viajero por más de setenta países de cuya
experiencia como agudo observador y mordaz crítico publicó algunos libros con su
sabia y humana visión.
Carlos Vives y Margarita Rosa de Francisco
Su trilogía musical novelística que completara con Danza de redención basado en
melodías andinas y dejando los ritmos tropicales como protagonistas en Mi sangre
aunque plebeya, dejaban su obsesión por un tema que habitó buena parte de sus
horas y que aprendió a matizar desde tiempos tempranos como locutor. Ahí están
palpitantes sus fábulas en El arca de Noé y sus Historias de Raca Mandaca, por
ejemplo, que fueron dándole la consistencia de un escritor disciplinado y
talentoso, para explicarnos en Por qué somos así su capacidad para la sociología y
el arte de comunicar.
Antonio Mora Vélez, Carlos Orlando Pardo y David Sánchez Juliao, 2009
No sólo su empleada wayú que llevaba con él quince años y Katy, su última esposa
a lo largo de dos cuatrenios quien administraba con amor su agenda, sino además
todos sus innumerables amigos desde expresidentes y políticos hasta colegas en la
escritura y gente humilde, hemos sentido su ausencia con un dolor que lastima
como si la luz se oscureciera.
Antes de partir le dejó a mi hermano Pablo para Caza de libros su primer libro de
poemas y a mi el volumen de cuentos Los premios para que fuera parte de la
nueva colección de Pijao, adonde apareció su última novela reeditada Aquí yace
Julián Patrón.
No habrá sino recuerdos grabados en el mármol y de pronto su mirada perdida en
Ambalema cuando Mapy Gutiérrez lo invitó para que recogiera historias sobre El
Mohan. Seguro que como dijo su hija Paloma, se fue directo para el cielo a hacer
reír a todos en su reino.
Ibagué, febrero 11 de 2011
Antonio Mora Vélez, David Sánchez J, Jorge E Pardo, Carlos Perozzo y Magil, 2009
Los primos Sanchez: Héctor, David y Benhur
Jairo Polanco, Fabio Morales, Carlos O Pardo, Héctor Sánchez, David Sánchez J, Benhur
Sánchez y Pablo Pardo,2010
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