alambre y alambrado

INICIACIÓN, CUIDADOS Y MANTENIMIENTO ALAMBRADO

ENCICLOPEDIA ADAPHERA DEL BONSAI -.1.-

ALAMBRE Y ALAMBRADO

El alambre es uno de los elementos principales en el

modelado del Bonsai. En el modelado de coníferas es fundamental; y es casi indispensable en el modelado de caducifolios, aunque algu-nos maestros prefieran modelar estos últimos mediante técnicas de poda. El alambre se utiliza para colocar las ramas en la posición ideal. Esta posición puede variar según la opción que hallamos elegido. Puede ser para crear un sistema radial; para dar sensación de edad al árbol; o para colocar las ramas en las medidas, respetando siempre el diseño deseado.

Por su importancia, vamos a abordar la tipología de los alam-

bres, así como algunas técnicas de alambrado.

1.- TIPOS DE ALAMBRE Los alambres utilizados en Bonsai son, normalmente, de 3 tipos:

de hierro, de cobre y de aluminio, cada uno de los cuales posee sus propias características, que a continuación detallamos:

1.1.- EL ALAMBRE DE HIERRO

Puntos en contra: Debido a su dureza y rigidez, se amolda muy mal a las ramas y

troncos; ello, a su vez, hace que resulte muy difícil su manejo. Si despojamos el alambre de hierro del árbol, podemos destruir el cor-taalambres si éste no es de buena calidad. Además éste alambre es irrecuperable.

Otro factor en contra del alambre de hierro es que se oxida con

el riego continuado, lo que produce manchas en la corteza.

Puntos a favor:

Gracias a su rigidez, resulta excelente para las coníferas, pues una vez modelado, mantiene la posición deseada.



1.2.- EL ALAMBRE DE COBRE Es menos duro y rígido que el de hierro pero, aun así, no se debe

usar sin estar previamente recocido para hacerlo más elástico. Para recocerlo, hay que calentar el alambre hasta ponerlo al rojo y dejarlo enfriar después lentamente.

Puntos en contra: Tras esta fórmula, aún nos puede resultar muy duro y rígido.

Una vez que se utiliza, es irrecuperable, por lo que resulta caro. Con el tiempo, produce una oxidación de color verde que puede resultar perjudicial para los árboles.

Puntos a favor: Es ideal para las coníferas, ya que mantiene las ramas en posi-

ción una vez colocado.

1.3.- EL ALAMBRE DE ALUMINIO

Es el más blando de los tres. Se puede encontrar tanto en blanco

como en oscuro. El tono oscuro resulta ideal para el Bonsai, ya que destaca menos en el árbol.

Puntos en contra: Se puede recuperar para volver a utilizarlo, pero aun así, es caro.

Al ser más flexible, se necesita un calibre mayor que en los casos anteriores.

Puntos a favor:

Es muy manejable y se adapta muy bien a las ramas y al tronco. No se oxida y se puede reutilizar varias veces.

2.- CALIBRES DE ALAMBRE El calibre del alambre viene dado en milímetros y está compren-

dido entre 0.5 y 6 mm de diámetro, aumentando progresivamente de 0,5 en 0,5 mm. Es decir, el calibre de un alambre podrá tener las siguientes medidas: 0.5 — 1 — 1.5 — 2 — 2.5 mm., etc....



También cabe comentar que el hilo telefónico es utilizado para alambrar las pequeñas ramitas, aunque éste se utiliza más bien para las demostraciones ya que al ser de colores se pueden distinguir muy bien colocados en las ramas.

Una vez conocidas las cualidades de los tres tipos de alambre,

continuaremos con las técnicas de alambrado existentes.

3.- TÉCNICA 3.1.- La longitud del alambre debe ser siempre, como mínimo,

1/3 más largo que la rama que vayamos a alambrar (Foto 1). El grosor depende de la resistencia que ofrezca la rama, pero como orientación, podríamos decir que estará comprendido entre 1/3 y 1/6 del grosor de ésta. Si no tuviéramos el grosor necesario,

utilizaremos dos alambres de menor calibre enrollados en paralelo, dándonos así una tensión doble del diámetro.

Es conveniente no regar

durante los dos días anterio-res al alambrado, ya que cuan-do la rama absorbe el agua, se hace más quebradiza aunque nos pueda parecer que es más flexible al estar más hidratada.

3.2.- Es recomendable

alambrar a partir del mes de octubre. Muchos maestros aconsejan realizar este proce-so en primavera, pero el creci-miento en esta época suele ser excesivo y el alambre se clava en la corteza rápidamente. Sin embargo, a partir de octubre, el árbol está todavía flexible y no tiene hojas. Durante el invierno la rama lignifica, es decir, pasa de ser herbácea a ser leñosa, con lo cual se man-tiene mejor en la posición de-seada; además, el alambre pu-ede permanecer más tiempo ya que el árbol no engorda al permanecer inactivo. Como

(Foto 2) Alambrar sin pisar las hoja

(Foto 1) Alambre 1/3 más largo



inconveniente, el que podamos perder alguna rama por el efecto de las heladas. Siempre evitaremos retorcer exageradamente las ramas

3.3.- A la hora de alambrar, nos colocaremos en frente del árbol,

consiguiendo así adoptar una postura confortable que nos permita colocar los brazos y manos como si estuviesen flotando sobre él. De esta forma, evitaremos el roce con las ramas y su posible rotura. Con esta postura, además, lograremos tener una buena perspectiva para apreciar si estamos pisando algún brote, acícula u hoja con el alambre (Foto 2).

3.4.- El alambre debe enrollarse creando espirales regulares,

con una separación semejante entre unas y otras (Foto 3). El ángulo de giro será de unos 45 grados. Debemos alambrar siempre comen-

zando por el tronco, de abajo hacia arriba, y desde el inte-rior hacia el exterior de las ramas. Alambraremos, en pri-mer lugar, el eje primario; en segundo lugar, los ejes secun-darios; y, por último, los terci-arios. La progresión será siem-pre de mayor a menor.

3.5.- Siempre que tenga-

mos que empalmar dos alam-bres (para reducir el grosor), deberemos anclar el alambre nuevo en el anterior (paralelo a él) con dos vueltas como mínimo. Con esto lograremos la resistencia suficiente para que no se parta la rama en el punto de unión (Foto 4).

3.6.- El alambre no debe

apretar la corteza ya que el árbol debe continuar crecien-do, pero tampoco debe quedar suelto puesto que marcará la corteza en los puntos de con-tacto. Por otra parte, si se encuentra muy flojo, al doblar la rama, ésta tendrá que

(Foto 4) El anclaje con dos vueltas

(Foto 3) Espirales regulares



soportar demasiada tensión, lo que posibilitará su rotura (Foto 5). Tras alambrar, debemos

prestar atención al crecimien-to del árbol para evitar que el alambre se incruste en la cor-teza del mismo. Este caso ocu-rre con frecuencia en árboles de gran vigor. Cuando el alam-bre se incruste, deberemos cortarlo para retirarlo inme-diatamente. Si fuera necesario, volveremos a alambrar, pero con sumo cuidado para no dañar las hojas ni los tiernos brotes que hayan nacido en el árbol.

3.7.- Cuando debamos

alambrar una rama, el anclaje del alambre será como mínimo de dos vueltas. Esta norma también es válida para alam-brar dos ramas con el mismo alambre. Si el proceso no se realiza de esta manera, al cambiar o llevar una rama a la posición deseada, se moverá también la opuesta (Foto 6,7).

3.8.- Los alambres no

deben montarse unos sobre otros. Esto puede producir una rotura de células, ya que mientras un alambre las ex-tiende en un sentido, el cruza-do las extenderá en sentido contrario. Además, es muy po-sible que el alambre colocado en contacto con la corteza de-je marca. Siempre que utilice-mos varios alambres para una misma rama, éstos deberán ir paralelos, nunca cruzados ni superpuestos y muy próximo el uno al otro (Foto 8).

(Foto 7) No se moverá la opuesta

(Foto 6) Anclaje de dos vueltas

(Foto 5) Ni flojo ni apretado



3.9.- La manera correcta

de alambrar se consigue situ-ándose en frente del objeto en cuestión, una rama, por ejem-plo; ésta hay que sujetarla con el índice, mientras que con el pulgar sujetaremos la última curva; con la mano derecha llevaremos el alambre suave-mente sobre la rama hasta la siguiente curva para después volver a la posición inicial. Para desalambrar invertiremos el proceso (Foto 9).

3.10.- El alambrado de

un tronco principal se iniciará fijando el alambre en el suelo de la maceta para introducirlo después en el sustrato por la parte posterior del tronco. Debemos introducirlo lo sufi-ciente para facilitar un buen anclaje; a continuación, enro-llaremos el alambre en espiral en dirección al ápice (Foto 10).

3.11.- Si tenemos que retorcer una rama, la coloca-remos en la posición deseada y la alambraremos al mismo tiempo siguiendo el sentido de su giro. Si no pudiéramos colo-car la rama en posición antes de alambrar, cuando la retor-zamos lo haremos en el sen-tido de giro del alambre. Éste se debe poner ligeramente suelto, ya que al girar la rama, el alambre tensará pudiendo llegar a estrangularla.

(Foto 10) Anclaje de un tronco

(Foto 9) Como colocar las manos

(Foto 8) No cruzar los alambres



Cuando queramos girar la rama en el sentido de las agu-jas del reloj, la primera vuelta de alambre pasará por la parte inferior de la rama. Nunca debemos alambrar antes de girar la rama, sino que el pro-cedimiento será alambrar mi-entras mantenemos la rama girada. Para girar la rama en sentido contrario a las agujas del reloj, la primera vuelta de alambre pasará por la parte superior de la rama (Foto 11).

3.12- Si nuestro objetivo es girar una rama de la parte derecha

del árbol hacia nosotros, situaremos las espirales de alambre en el sentido de las agujas del reloj, es decir, hacia nosotros. Pero si la rama de la parte derecha del árbol necesita ser doblada, alejándose así de nosotros, colocaremos las vueltas de alambre en el sentido contrario a las agujas del reloj.

3.13.- Si lo que queremos es llevar hacia nosotros una rama

situada en la zona izquierda del árbol, daremos las vueltas de alambre en el sentido contrario a las agujas del reloj. Mientras que si la queremos alejar, las espirales irán en el sentido de las manecillas del reloj.

3.14.- Cuando tengamos que realizar una curva en una rama, es

de vital importancia que el alambre ataque a la rama por la parte exterior del doblez de la cur-vatura que queramos corregir (Foto 12).

3.15.- Cuando el eje

primario no esté alambrado, podemos alambrar las ramas en argolla. Este sistema se utiliza para alambrar una ra-ma con un único alambre. Consiste en doblar el alambre por la mitad, quedando así los extremos juntos e igualados. A continuación, hay que rodear

(Foto 12) Alambrar sin pisar las hoja

(Foto 11) Girando la rama



el tronco de la rama con la parte central del alambre y unirlo para que queden las dos secciones paralelas. Co-menzaremos a alambrar hasta llegar al final de la rama, es decir, cada una consigo misma (Foto 13a,b,c,d) .

Cabe destacar que cuando

utilicemos este método, el cali-bre usado puede ser menor de lo normal, ya que el alambre de cobre nos permite una ma-yor sujeción.

3.16.- Cuando alambre-

mos en argolla, debemos pre-servar la parte de la curva principal del tronco con un protector de goma, ya que, por una parte, el modelado se consigue llevando la rama a su posición y, además, con las tenazas de Jin hay que retor-cer el alambre en la curva ex-terior del eje primario. Si el protector no estuviera, el a-lambre se clavaría en la cor-teza al efectuar la torsión (Foto 13e) .

3.17.- Al alambrar el eje

secundario tendremos que observar la posición de las ramas, pues al estar este eje alambrado, aquéllas deberán alambrarse de dos en dos (para evitar llenar toda la superficie de alambres). Si no tenemos en cuenta esto desde el principio, montaremos los alambres unos sobre otros.

El método a seguir es el

siguiente:

(Foto 13c) Alambrado en argolla

(Foto 13b) Alambrado en argolla

(Foto 13a) Alambrado en argolla



A) Suponiendo que la distancia entre las ramas nos deje dar dos vueltas de alam-bre entre rama y rama, proce-deremos de la siguiente ma-nera: si el alambre primario en la rama primera lo situamos debajo de ella, en la siguiente rama el alambre también pa-sará por debajo de ésta, y así sucesivamente. Con este méto-do nunca montaremos los a-lambres secundarios, que se-rán colocados entre las ramas siguiendo de forma paralela al alambre primario. Así, en el

ejemplo de la foto 14, podre-mos alambrar sin problemas la primera rama con la segunda y la tercera con la cuarta, utilizando un mínimo de alambre sin llegar a sobrecargar el tronco. Si el alambre quedase situado encima de la primera rama, en la siguiente también pasará por encima, y así suce-sivamente.

B) El método anterior puede ser válido para los troncos, pero para las ramas en las

que los espacios entre una y otra sean más cortos, que no permitan dar dos vueltas de alambre para una correcta sujeción, tendremos que utili-zar otro método: si en la pri-mera rama el alambre prima-rio queda por debajo, en la segunda tiene que quedar por encima; en la tercera pasará por debajo de la rama y en la cuarta, por encima de nuevo; así sucesivamente. Para alam-brar las ramas secundarias, alambraremos la primera con la tercera y la segunda con la

(Foto 14) Alambres secundarios

(Foto 13e) Colocación del protector

(Foto 13d) Alambrado en argolla



cuarta. De esta forma no mon-taremos ningún alambre. Si el alambre en la primera rama se sitúa por encima, en la segun-da estará por debajo, en la tercera por arriba y en la cuar-ta por abajo. Y se procederá al alambrado de las ramas secun-darias de igual forma que en el caso anterior.

3.18.- Debemos tener en

cuenta, al realizar el alambra-do primario, que hay que dejar un espacio entre las ramas secundarias y el alambre pri-

mario, con el fin de poder poner el alambre secundario que sujete la rama. Esto es común tanto en el caso A como en el B. También, podemos mezclar ambos métodos dependiendo del espacio entre las ramas secundarias (Foto 15).

3.19.- Para bajar una

rama, el anclaje del alambre en el tronco tiene que situarse por debajo de la rama y entrar en ésta por la parte de arriba. Si por el contrario, deseamos subirla, el anclaje del alambre en el tronco tiene que situarse por encima de la rama y entrar en la misma por la parte de abajo (Foto 16,17).

3.20.- Para crear ángulos

suaves, haremos una incisión en cuña en el lugar elegido. Dicha incisión se realizará en la parte interior de la curva de la rama; alambraremos procurando pasar el alambre por el exterior del ángulo y doblaremos hasta que se cierre la incisión. El ángulo que se formará no será muy agudo; por el contrario, si la incisión fuera muy ancha, al doblar, el ángulo sería muy agudo, lo que puede provocar que el cambium se rompa ocasionando la muerte de la rama (Foto 18).

(Foto 16) Para bajar una rama

(Foto 15) Alambre secundario



3.21.- En el caso contrario, es decir, para lograr ángulos muy agudos, el procedimiento a seguir es el siguiente. Hare-mos la incisión en la parte exterior de la curva de la rama para poder doblarla más; al replegarse el cambium en la parte interior del ángulo, no hay riesgo de que ésta se par-ta. El inconveniente está en que deberemos cerrar la he-rida externa con materiales sintéticos para reconstruir y favorecer la cicatrización (Foto 19).

3.22.- Cuando la rama que vayamos a doblar sea gruesa, es conveniente darle un pe-queño masaje antes de alam-brar, lograremos así un re-blandecimiento de la zona que estemos trabajando. La técnica consiste en cimbrear repetida-mente la rama a un lado y a otro haciéndola más flexible momentáneamente (Foto 20).

3.23.- Otro método para

doblar ramas muy gruesas consiste en desgajar una rama secundaria de la gruesa; en

este pequeño espacio hueco que hemos conseguido crear, la ra-ma se ha debilitado lo suficiente como para formar curvas o ángulos de hasta 180 grados. Si con el desgajado la rama no ha conseguido ubicarse en el sitio deseado, trabajaremos mecáni-camente el ojo para darle más elasticidad.

También podemos ahuecar

la rama gruesa por debajo con gubias o fresas, con lo cual se reduce el grosor de la rama,

(Foto 19) Ángulos muy agudos

(Foto 18) Ángulos suaves

(Foto 17) Subir una rama



quedando aparentemente con el mismo calibre. Seguidamente alambraremos.

3.24.- Siempre que reali-

cemos una torsión, utilizare-mos las dos manos y pondre-mos especial atención al pun-to de apoyo, utilizando los de-dos o parte de la mano, y siempre en la zona interior de la curva (Foto 21).

3.25.- A la hora de

trabajar con árboles de corte-za delicada, forraremos el a-lambre con papel o cualquier

material protector que no sea muy vistoso.

No forraremos el árbol

para evitar tapar las yemas latentes. El método a seguir para colocar el protector en el alambre es fácil: en primer lu-gar, hay que preparar una tira de papel, coger el alambre y, en un extremo de éste, poner el protector dejando una par-te larga por un lado y otra corta por el otro; seguidamen-te, hay que subir hacia arriba las dos partes y enroscar abajo

hasta terminar la parte corta del protector; girar, después, el alambre desde la punta inferior hacia la derecha y, al mismo tiempo, con la otra ma-no sujetaremos el alambre y la tira de papel larga entre los dedos índice y pulgar; por último, según se vaya realizan-do el giro y enroscándose el papel, iremos tirando del a-lambre con la mano que reali-za el giro hacia abajo (Foto 22a,b).

(Foto 22a) Forrado del alambre

(Foto 21) Como realizar torsiones

(Foto 20) Masaje



3.26.- Para torsiones muy

fuertes o agudas, forraremos la rama o tronco con rafia. De este modo, evitaremos que se parta la rama o se agriete el cambium. La rafia se pondrá, en primer lugar, longitudinal-mente, para después rodear la rama. Siempre deberá estar húmeda. Una vez colocada, a-lambraremos por encima de ella (Foto 23a.b.c).

Si después de realizar el

paso anterior no se consigue

el modelado adecuado, proce-deremos a poner un tutor de la siguiente manera: una vez colocada la rafia, pondremos en la rama varios alambres gruesos, de cobre o bien galva-nizados longitudinalmente; tendremos especial cuidado en no colocarlos en sitios donde vayamos a realizar curvas, en dichos lugares pasarán por la parte de arriba o por debajo de dichas curvas, nunca por la parte exterior o interior de éstas; por último, alambrare-mos la rama normalmente (Foto 24a,b).

3.27.- Cuando tengamos

que utilizar dos o más alam-bres, tenemos que colocarlos al mismo tiempo y lo más juntos posibles, ya que, de lo contrario, las espirales de los primeros tendrán que ser más amplias para poder poner los restantes.

3.28.- Otro sistema para

evitar que se nos monten los

(Foto 23b) Colocación de la rafia

(Foto 23a) Colocación de la rafia

(Foto 22b) Forrado del alambre



alambres en ramas secunda-rias o terciarias que estén muy juntas es iniciar el alambrado de aquéllas con varios alam-bres al mismo tiempo; según se avanza, cada alambre se situará en una ramita. Al alam-brar con el mismo alambre dos ramitas que salgan del mismo punto, colocaremos los dos cabos por fuera de las ramas si lo que queremos es acercarlas. Cuando lo que de-seemos hacer sea separarlas, colocaremos los dos cabos por el interior de las ramas (Foto 25).

3.29.- Los inicios de los

alambres empezarán siempre en la parte trasera de los tron-cos. Así como las terminacio-nes de los alambres se cerra-rán siempre por la parte de atrás del tronco; al estar cerra-do, evitaremos que la rama se desalambre, que nos pinche-mos las manos con las puntas o que nos enganchemos la ropa (Foto 26)

3.30.- A la hora de utilizar el cortaalambres para desa-lambrar, hay que ir cortando medias espirales evitando que la punta de la herramienta pueda producir heridas en la corteza. Deberemos desalam-brar antes de que la corteza se marque. El alambre puede per-manecer en el árbol más o me-nos tiempo en función de la especie. En coníferas y árboles de crecimiento muy lento per-manecerán año o año y medio alambrados. Por el contrario para los árboles caducos y de

(Foto 24b) Colocación de un tutor

(Foto 24a) Colocación de un tutor

(Foto 23c) Colocación de la rafia



crecimiento rápido de tres a seis meses.

Cuando procedamos a de-

salambrar lo haremos de arri-ba hacia abajo y en las ramas de fuera hacia dentro del cre-cimiento del árbol, el espacio entre la corteza y el alambre se va reduciendo y comienza a presentarse el problema de las marcas (Foto 27).

La savia corre muy cerca

de la superficie del árbol, si

encuentra un obstáculo, como el que puede provocar el alam-bre, se detiene. Por lo tanto, no sólo se producirá una mar-ca en el árbol, sino que tam-bién se formará un callo debi-do a la acumulación de célu-las, lo que acentuará el proble-ma. En cortezas muy suaves, éste es un gran inconveniente, ya que las marcas perduran durante años.

3.32.- La manera de redu-cir el callo es lijándolo con cui-dado cada seis u ocho meses durante varios años hasta que vaya desapareciendo.

Las cicatrices que hayan

quedado en la corteza se pue-den disimular mediante cortes longitudinales en la parte afec-tada, hasta llegar a la madera dura. Esto provoca un hincha-miento de la capa de cambium y como resultado obtenemos la formación de otros callos que disimularán el defecto.

(Foto 27) Desalambrando

(Foto 26) Terminación del alambre

(Foto 25) Alambres ramas secundarias



3.33.- Si el alambre se ha incrustado tanto en la corteza que

resulta difícil sacarlo, es mejor cortarlo lo más cerca posible de la posición enterrada y dejar el resto, que será reabsorbido por los tejidos del árbol.

Si tenemos que volver a alambrar, lo haremos en dirección

contraria y a la vez precedente. (Esto último no se entiende lo que quiere decir.) Procuraremos no colocar los alambres encima de las cicatrices, puesto que éstas tardarán más tiempo en cerrar.

Para concluir este apartado, un último consejo. En la actualidad,

podemos mostrar o exhibir un árbol alambrado. Lo que no está permitido es presentar un árbol con el tronco principal alambrado, ya que esto indica que apenas está elaborado su diseño.

4. HERRAMIENTAS 4.1.- PRENSAS Y GATOS

Estas herramientas son utilizadas para corregir la dirección de

troncos y ramas muy gruesos o extremadamente rígidos. Este pro-ceso lleva un período de tiempo considerable, por lo tanto la zona de la rama que vaya a recibir la presión directa deberá ser protegida con un trozo de goma para evitar daños en la corteza.

4.2.- TENSORES Los tensores son fáciles

de utilizar, pues no precisan de tanta destreza como el alambrado. Su modo de em-pleo sería el siguiente: hay que atar un alambre alrededor de la maceta; después se amarra con otro alambre la rama que se quiere bajar, protegiendo el punto de amarre; se baja la rama hasta la posición dese-ada y, por último, se ata el alambre al que abraza la ma-ceta pero en el lado opuesto (Foto 28)

(Foto 28) Tensores



También se pueden poner cuatro o seis alambres envolviendo la maceta. Estos alambres permiten más variedad de posiciones para asegurar, posteriormente, los tensores. Si queremos cambiar una ra-ma de posición y no podemos hacerlo de una vez, la alambraremos; una vez alambrada, engancharemos en una de las espirales el tensor hasta otra rama o hasta el tronco principal. Así se consigue la posi-ción deseada sin que sufra daño alguno (Foto 29).

4.3.- PESAS

Las pesas se sujetan al

alambre y se cuelgan de las ramas que haya que bajar. No deben ponerse en la punta de las ramas pues éstas quedarán con una forma de media luna muy desagradable, sino que deben colocarse bien en la mi-tad de la rama o bien algo más cerca del tronco (Foto 30).

4.4.- HORQUILLAS Y PALANCAS

Éstas se utilizan para se-

parar troncos o ramas donde es difícil alambrar; también, para enderezar y curvar tron-cos que no responden al alam-brado directo. A medida que la rama va cediendo, se le pone una horquilla más grande que la anterior o se baja la misma, de manera que el tronco ceda un poco más. Las horquillas son importantes cuando se

emplean gatos o prensas, pues con los primeros se separa y con los segundos se atrae el tronco. De este modo, se logran ondulaciones muy agradables. La horquilla, en este caso, se apoya contra un ro-drigón o estaca clavada en la tierra. Es recomendable proteger el tronco en los puntos de contacto para evitar daños en la corteza.

(Foto 30) Pesa

(Foto29) Tensor



4.5.- GANCHOS Los ganchos son utilizados para acercar entre sí dos ramas o

troncos. Se pueden fabricar con un alambre de cobre en forma de “S”. En la medida en que se quiere acercar dos ramas, se hará una “S” más corta. Para quitarlo hay que esperar un tiempo prudencial. Si el gancho está marcando el tronco, es recomendable cubrirlo con una goma protectora. Los ganchos en forma de “U” son muy prácticos para sostener una raíz en su sitio o para bajarla hasta la tierra, así como para ayudar a sujetar el musgo recién sembrado. Cuanto más largo sea el gancho, mejor será el agarre que consiga (Foto31).

(Foto 31) Gancho

alambre y alambrado

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