adorno theodor - la belleza natural

Upload: lau3375

Post on 19-Jul-2015

226 views

Category:

Documents


12 download

TRANSCRIPT

  • 5/17/2018 Adorno Theodor - La Belleza Natural

    1/12

    LA BELLEZA NATURAL

    VEREDICTO SOBRE LA BELLEZA NATURAL

    Desde los tiernpos de Schelling, cuya estetica se llama filosofiadel arte, el interes estetico se ha centrado sobre la obra de arte. Ensu teorfa la belleza natural, esa belleza en la que todavia se movfanlas reflexiones mas penetrantes expuestas en la Crltica del [uicio,apenas es ya tematica. Este olvido tematico no fue completo porque,segun la doctrina de Hegel, Ia belleza habfa sido integrada en algosij?eho/;' SC'A ? gff.6:;; .eIpcd:?ob _/-'Cf..Y ke/g:z _$:CL'c

  • 5/17/2018 Adorno Theodor - La Belleza Natural

    2/12

    t ransplantado a la estetica por Schiller y Hegel. Segun aque], nadapuede ser apreciado en el rnundo mas que ]0 realizado par el sujetoautonorno. Pero la verdad de tal libertad pars el sujeto es su faltade verdad: Ialta de libertad para 1 0 distinto. Por eso se equivocabaeI movil11iento contra la beI1eza natural, aunque en sf m ism o repre-sentase un gran progreso. Facili to prlmcm111ente la concepcion e S 1 J l -ritual del arte y robustecio el concepto de dignidad en contra de 1 0natural. 1 t ra ta d o de S ch il le r s ob re l a g ra cia y I a d i gn idad , tan imp or-tante, es el que marco 1 3 cesura. Pero la desolacion estetica produ-cida pOl' el idealismo se advierte, ante todo, en sus victimas, comoJohan Peter Hebel, que cayeron bajo Ia condena de Ia dignidad est~-tiea y que s610 sobrevivieron gracias a sus vidas, a la estrecha y neciafinitud lrnpuesta por el idealismo. En ninguna otra parte, como enestetica, es tan patente la oscura sombra del idealismo, can la rnuertede cuanto no este totalmente dominado par el sujeto. Si se hicieseun nroceso de revision de la belleza natural, una de las acusacionescael~fasobre el concepto de dignidad que quiere dent al animal hu-mana sobi"e su animalidad. Respeeto a la expetiencia de Ia natura-leza, Ia dignidad se desvelaria como usurpacion del sujeto que de-zrada cuanto no le este sornetido y convierte LIs cualidades en merosmateriales, seoarandolas del arte como meras potencialidades inde-terrninadas. Pero el arte las necesita par su misrno concepto. Loshombres no estrin dotados positivarnente de dignidad, sino que estaes tan solo 1 0 que todavia no son.T'ero eso Kant la situo en 1 0 inteH-gi .b le v no se la concedio a 1 0 empirico. Bajo c 1 signa de la dignidadde 10; hombres tal como son, y que pronto se convirtio en dignidadoficial ~sospechosa incluso para Schiller y el espiritu del S 1 glo XVIU-, cl arte se torno en campo de batalla de verdad, herrno-sura y bondad, y la reflexi6n estetica fue separando todo 10 decisivopara el arte de cuanto arrastraba la amplia y turbia corriente delespiritu.

    BELLEZA ESPIRITUAL COMO SALIDA

    siglo XX es perfectamente consciente de esto en el recuerdo que de-dica a las obras de arte autenticas que, pot terror a1 idealismo, hansido menos apreciadas. La intencion de Karl Kraus fue la de salvar,en et nive1 del lenguaie, tales obras, como 10 afirma en su apologia decuanto ha sido oprimido POt el capltalismo: e 1 animal, el paisaje, lamu)ct. A ~stG ~:

  • 5/17/2018 Adorno Theodor - La Belleza Natural

    3/12

    ha adscrito a Ia naturaleza 1 0 sublime y tambien toda belleza quesupera el mero juego formal. Frente a el, Hegel y sa epoca h~\ll de-seado un arte que no sirviera, como el hijo del dix-buitieme conside-rsba evidente, para alirnentar la vanidad y las alegrias sociules.Can esto han pasado por alto esa experiencia que todvia se expressen Kant can un desenvuelto tevoludonarismo burgees y que conside-ra falible 1 0 artificial aunque conserve todavia la imagen de 1a prime-ra naturaleza a1 no haberse convertido plenamente en segunda.

    mente viva; esto concede un cierto derecho correctivo a las huellasde la vieja inmediatez por mas cuestionables y superadas que esten,La afioranza que en elIas encuentra satistaccion, aunque despues que-de engafiada y se haga negativa par falsa saciedad, sigue legitimandoseen la repulsa que precede siempre de 1 0 establecido. Pero la Iuerzade resistencia mas profunda que tiene el paisaje agricola precede deque 1a expresion hist6rica que estet icarnente 10 constituye se en-cuentra corroida por los reales sufrimicntos pasados. Es placenteraeualquier figura de algo lirnitado porque no puede olvidarse Ia pre-sion de quien 1 0 ha reducido a Hmites; sus perfiles son como unmemento. Lo que esta brotando como una queja del paisaje agricola,semejante a las ruinas alli precisarnente donde aun quedan casas enpie, es el dolor sin gemido enmudeddo en el desde .entonces. Aun-quela relacion estetica con cualquier pas ado . esta hoy envenenadapar la tendencia reaccionaiia con Ia que pacta esa relad6n, sin em-bargo, tarnpoco sirve para nada una conciencia estet ica momentaneay puntual que cree decadente todo 1 0 pasado. Sin reflexion ni medi-tacion historiea no exist ir ia nada bello. Solo una humanidad liberada,no atada por los nacionalismos, podria participar inocentemente enel pasado y en el paisaje. La vision de la naturaleza como alga libe-rado de Ia historia .e ind6mito pertenece polernicamente a una fasehistories en que la nrdimbre social se halla tan apretadamente tejidaque quienes en ella viven temen Ia muerte par astixia. En cambio,cuando Ia naturaleza se aparece a los hombres como todopoderosano hay Iugar para la belleza natural; las profesiones agricolas, en lasque 1 a naturaleza es objeto inmediato de accion, no poseen, como essabido, el sentimiento del paisaje. La belleza natural, aparentementeahistorica, tiene su micleo historico, 1 0 que constituye tanto sulegitimaci6n como su relativizaci6n. En los tiempos en que realmen-te no se dominaba la naturaleza las forrnas de su poder indornito cau-saban espanto. Esto explica la preferencia, cuya extrafieza no es dehoy, por las ordenaciones simetricas de la naturaleza. EI sentimientoque goza con 1 0 irregular y desotdenado de !a misma tiene afinida-des simpaticas con el esplritu del nominalismo. Pero tarnbien esverdad que el progreso de Ia civilizacion engafia Lkilmente a loshombres ocultandoles cuan desvalidos siguen siendo. EI goce de lanaturaleza se entremezcl6 con la concepcion del sujeto como unpara-sf y un infinite v ir tu al : a s! s e p ro ye ct ab a sabre la na turaleza y,en cuanto escindido, se sentia cerca de ella; su irnpotencia en unasociedad petr if icada como segunda naturaleza es la que le impulsa ahuir hacia la que, aparentemente, es 1a primera. Con Kant la angus"t ia ante el poder de Ia naturaleza cornenzo a ser anacronica en virtudde Ia nueva conciencia de libertad del sujeto; su angustia ante unaperenne esclavizaci6n cornenzo a ceder. Ambos momentos quedancontaminados en 1aexperiencia de 1a belleza natural . Y cuanto menos

    EL PAISAJE COMO TEMA DE CULTURALas profundas modificaciones hist6rieas del concepto de bdlezanatural se muestran de forma especialmente aguda en que a 10 largod el sig lo XIX se incIuy6 dentro de rE Iun cierto fenorneno, que alestar relacionado can 1 0 artificial tendria que oponersele de raiz, elfenorneno del paisaje como terns cultural. Se cornenzo a senti! comoherrnosas deltas obras de tono hist6rico, telacionadas frecuentemen-te con su entorno geografico 0 las sernejantes a elIas pot los mate-riales empleados. No se da en estas, como en el arte, de maneru cen-tral, y rara vez proceden de un plan, aunque, a 1 estar ordenadas alre-dedor de una iglesia a de un rnercado, el efecto es sernejante, deforma parecida a como las condiciones economico-materiales puedentarnbien hacer que procedan de elIas form as artisticas. Es verdadque no poseen ese caracter de intangibilidad que 1 a opinion comunasocia con 1a belleza natural. La historia como expresion y la conti-nuidad historica como forma han quedado impresas en el pnisajeagricola que las integra dinamicamente como sucede en las OblilS de

    arte. E1 dato del descubrimiento de este ambito estetico y de suapropiacion por la sensibilidad colectiva ha y que situarlo en d ro-rnanticismo, posiblernente a partir del culto a las ruinas . .Al decaer elrornanticismo, el paisaje agricola, terrene intermedio, tarnbien decayohasta convertirse en propaganda para sernanas de organo y h1garesde vacaciones: el urbanismo administrative absorbe, en calid

  • 5/17/2018 Adorno Theodor - La Belleza Natural

    4/12

    La belleza natural V Ia artistica estan fuertemente anuladas. Lomuestra la experiencia -misrna de la belleza natura], ~e refiere a lanaturaleza C01110 rnanifestacion, pew no como materia de trabajo yreproduccion de la vida, y mucho rnenos como sustrato de la ciencia,Tanto la experiencia artistica como la experiencia estetica de la na-turaleza se reHeren a imageries. La belleza que muestra I n natura-leza no se percibe como terrnino de una accion. La renuncia a losfines de la autoconservacion, que el arte enfatiza, se da igualmenteen Ia experiencia estetica de Ia naturaleza. Aqui no es considerablela diferencia entre ella V la estetica. La mediacion no se da tansolo en In relacion del arte con respecto a la naturaleza, sino tam-bien en Ia inversa. El arte no es naturaleza, como quiso hacer creel'el idealismo, aunque sf quiere cumplir 1 0 que prornete la naturaleza.Pew solo podra hacerlo quebrando la prornesa y revocandola sobresf rnisma. Pot esto tierie razon Hegel al decir que el arte esta ins-pirado par algo negative, pOl' 1a indigencia de 1a belleza natural; ycs verdad, porque la naturaleza, cuando se Ia define iinicarnente porsu antitesis can la sociedad, no se limita a ser 10 que aparenta, Todo10 que Ia 08 turaleza no puede dar, aunque quisiera, 10 dan las obrasde arte: hacen abrir de golpe los ojos, La naturaleza, cuando nosirve como objetivo de la accion, sirve para expresar tristeza, paz,etcetera. El arte representa a la naturaleza deshaciendola i n e lfi gi e;cuanto hay de naturalistico solo engafiosamente esta cerca de la na-turaleza porque ha quedado relegado a ser materia prima, 1 0 mismoqUe h ace In industria. L a rnisma resistencia que ofrece d sujeto a larealidad emplrica co la obra autonorna Ja orrece tambien a la natu-raleza que ;-;cmuestra inmediararnente. Pues 10 que en ista apareceesta tan a'iej,do de b realidad empIr1ca como, scgcll l 18 grandiosa ycontradictoria concepcion kantiana, 1 a cosa en sf del mundo de losdenomenos, de los objetos constituidos categorialmente. El pro-greso hist6rkb del alte b9. iclo royendo el concepto de beUeza natu-nlque naci6 en los ptiuleros tiempos de la burguesia; algo de 10cual se halb ya, anticipado, en el menosprecio hegeliano de la belle-za natural. t.a tacionalidad que se ha vllelto e st et ic o. , h d i~ p os ic i6 ninmllnente de los materinks que se artie ulan en una figura, proceden

    en Ia conducra estetica de un memento sernejante B J de 13.bellezanatural. Esas tendencies cuosi racioriales del arte, como la renunciacrltica a los topoi, 0 ]a cunFigur:ld6n de cada obra basta su ultimoextrcnio, productos de In subjet ivizacion, hacen que la s obras en sfmisrnas se aproxirnen, y no por irniracion, a 1 0 natural, pero recu-biertB[, par el ornniporente sujero ; 10 de que d comienzo es el fim>:es valido, S 1 en algun terrene, e1 1 el del arte. El hecho de que laexperiencia de Ia belleza natural, H I menos en su conciencia subjetiva,se situe mas aca d el dominio de la naturaleza como S1 estuviera to-cando su origen miS!110 , nos est.i expresando su fuerza y sa deblE-dad. :iu fuerza , pO l'q ue dirige [1 UI l estado anterior a cualquier dorni-nacion, estado que posiblerncnte l1LH1Ca existio ; debilidad, porqueasise clihiye en 1 0 amado desde clondc los genios se elevan y llegan aesa id(:a de Iibertad rcnlizada en cl est ado anterior a cualquier dorni-nio, In la belleza natural, la anarnnesis de la libertad lleva a error,porque se espera esa libcrrad de algo que en definitive es la viejaesclavitud. La belleza natura] es el mito transpuesto a la imaginacicny par ella ta l vez ya desgastndG. Todo el mundo cree bello el cantode los pajaros: nadie que teng senrimientos, nadie en quien vivaalgo de tradicion europca, Iw dejado de impresionarse por el cantode un rnirlo tras In lluvia. Y, sin embargo, ha y algo terrible en elcanto de los pajaros, porquc IlO es Lal canto, sino I n obediencia a 1 3maldk.ion que los aprisiona. Tambien son terribles sus migracio-Des, dgnos de antiguas profecLls y signos de desgracia, La arnbigue-dad de 1a belleza na tura iLiCI1C su genesis en 1~1 ambigi_'tedad de losrnitos. Por eso los genies, una vez despiertos a su propie mundo in-terior, no pueden quedar satislechos con la belleza natural . Al crecersu car.icter prosaico el arte se

  • 5/17/2018 Adorno Theodor - La Belleza Natural

    5/12

    .Ia imposibilidad de irnitacion de 1 a bel1eza natural. Es verdad queque este malestar aparece tan s610 en cases extremos y asi la zonaintermedin de las imitaciones de la naturaleza, hechas con gusto,queda en la sombra. Perc los verdes bosques de los impresionistasa lernanes no poseen una dignidad superior a la de esas pinturss de unlago pintoresco (par ejemplo, el Konigsee de la Alta Baviera) quehay en los hoteles. Esto 10 percibieron can exactitud los hanceses,que tan excepcionalmente han tom ado la pura naturaleza conio terna,y que cuando no eligieron algo tan artistico como bailarinas, jinereso esos rnuertos inviernos de Sisley, llenaron sus paisajes can signosde civilizacion que les sirvieron para estructurar linealmenre susIormas, como sucede en el Pi sarro. Es diffcil comprender hasta quepunto ese fuette tabu de I n imitacion de la naturaleza ha vuelto I a -men~~bles .10s cuadros sabre ella. La~ idea de Proust de quj: la per-cepcion rni sma de la naturaleza se habia modificado par UlUsao deRenoir, no es s6lo un consuelo para los poetas que se inspiraron enel impresionismo, sin') que implica algo tremendo: que Ia cosificaci6n de las relacianes interhumanas infect a cualquier experiencia yse convierte literalmente en un absoluto. El mas bello rostro de unajoven se vuelve feo por su aguda sernejanza con la Estrella de cine;aparece tambien como alga prefabricado. Y aun cuando puecla alcan-zarse la experiencia de algo natural, de alga individualizado en su pu-ridad, como preservado de cualquier tipo de manipulacion, a1m en-tonees la tendencia de esa experiencia seria hacia el engafio. En laera de la total mediacion 1 a belleza natural se transforma en su cari-catura, y no es una de sus ultirnas causas esa actitud de rechazo decualquier contemplacion de la naturaleza S 1 en ella aparecen las hue-lIas de 1 0 mercantilizado. La pintura ele Ia naturaleza, aun ell el paesado, s610 ha side autentica en la naturaleza muerta: cuando se puedeinterpretar lanaturaleza como cifra de 1 0 historico, pOl' no decircomo citra de su transitoriedad. La prohibici6n de las imagenes enel Antiguo Testamento tierie un aspecto estetico adem as del teolo-gico. El que no se pueda hacer ninguna imagen, es decir, nada airnitacion de otra cosa, nos dice a la vez que es irnposible tal imagen.Lo que se manifiesta t),1 la naturnleza pierde, al duplicarse en arte,ese sa ser ell S 1 en. que se sarisfaria la experiencia de 1 a natur.ileza. Elarte es solo fiel a la naturaleza cuando objetiva el paisaje e:; :presando su propia negatividad. Los Versos eseri t05 a1 contemplur dibu-j o s de paisajes 25 han expresado esto miS1110de forma chocante peroinsuperable. Cuando parece que Ia pintura se ha reconciliado feliz-mente C011 la naturaleza, como en Corot, tal reconciliacion se ve afec-tada par 1 0 mornentaneo: un aroma eternizado es algo paJ'cld6jico.

    DEFORMAcr6N H IST6RICA DE LA EXPERIENCIADE LA NATURALEZA

    25 Cf. Rudolf BORCHARDT, Gedicbte, edit. por M. 1,. Borchard y H. Sre i-ner, Stuttgart, 1957, p. 113 s.

    La bel1eza de Ia naturaleza que se muestra inmediatarnente estaafectada pa r el rousseaunisrno del r e tournons . Pero el profunda errorque hay en la vulgar antitesis entre tecnica y naturaleza puede verseen el hecho de que la naturaleza no suavizada POt el esfuerzo huma-no, no t?cada por mano alguna, como las rnorrenas a las pedreras,se aserneja a los rnontones de desperdidos de la industria que abo-rreee ~sa neeesi,dad estetica de la naturaleza aprobada po r la sociedad~n ~a. se vera hasta que punto tiene aspecto industrial el mundcinorganrco. El concepto de una naturaleza idllica sigue siendo, aunen su expansion teliirica, en su caracter de huella de una tecnicatotal, un tipico provincianismo de islote, Esa tecnica, que segun larI7etafora procedente en definitiva de la moral sexual burguesa, haviolado .~ la natura~eza, serfa tambien capaz, en otras relaciones deproducClor:, de servir le de ayuda y hacer llegar a la pobre tierra allldonde posiblernente querria llegar. La conciencia solo puede estar ala al~ura_de Ia experi.encia de la naturaleza cuando es capaz de incluire~ sr rmsrna las hendas de aquel]a, como hizo la pintura irnpresio-rusta. Asi entra en movirniento el concepto fijo de belleza natural.Y su extension llega a abarcar 1 0 que ya no es naturaleza, aquello sin1 0 cual esta degenera hasta convertirse en un fantasma engaiioso. Laex~el'iencia estetica de la naturaleza es capaz de perietrar en las re-Iaciones gue hay entre esta y 10 que esta rnuerto, como una cosa.Y es que en cada una de esas experiencias es toda Iasociedad la queesta escondida. De ella proceden los esquemas m1511105de Ia percep-cion y tarnbien el juego de sernejanzas y contrastesque se llama Ianaturaleza. La experiencia de In naturaleza se consti tuve tarnbien jcausa de una negacinn precisa. En virtud de la expansion de la tee-nica, y mas aun par e 1 principia del cambio Ia belleza natural se haido convirtiendo en la funci6n contraria y seha ido intearando en escset cosif icado contra el que luchaba. Su concepto, acufiado un diacontra la ~edantet ia y ornata del absolutismo, pereli6 ya 5U fuerzadesde los tiempos de Ia emancipacion burguesa. En nombre de unossupuestos dereehos del hombre, e 1 mundo de Ia experiencia ha caidoen una cosificacion no rnenor que la del siglo XVIII. La inmediata ex-periencia ~e la natu~'aleza, car~nte ya cle su punta cri tica y subsumidabajo relaciones de intercambio -la expresion industria turistica:nos 1 0 esta indicanclo- se ha convertido en vadamente neutral enapologetica: NaturaJeza quiere decir ya Patque Nacional y coart~da.~a be~leza natural es ideologic a , 1 0 mediato se ha apoderado de 1 0inmediato. Una experiencia cle la belleza natural, aunque sea auten-

  • 5/17/2018 Adorno Theodor - La Belleza Natural

    6/12

    tica, se cloblega ante la ideologia cornplementaria del inCOrtsclcnte.Si s~ considera un merito, segun el usa burgues, tener sentid-, de lanaturaleza -~aunque este sentido sea con (recucncia una satisfaccionrnoral-narcisista: qUt~ bueno habrh que scr para peeler disfrutarasi----, cntonces ya no se puede uno dctencr hasta encontrar sentidode la bclleza aun en los anuncios de matrimonio, testimonies de unaraquitica experiencia. Es la deformacion mas profunda de la expe-riencia d,~1 3 naturaleza. En el turisrno organizado apcnas queda nadade ella. Scnlir la naturaleza, percibir su calma es ya un ptivileglo quese valora comercialmente, Pew la categoria de la belleza natural noqueda condenada par esto. Es tanto mas fuerte la repugnancis a ha-blar de ella cuanto rnris autentico arnor de ella queda. La expresionque hermoso aplicada a un paisaje esta hiriendo su lenguaje silen-cioso y disminuyendo su herrnosura; I n naturaleza, en su manifesta-cion, quiere silencio, a] rnisrno tiernpo que esta impulsando a quienes capaz de experirnentarla a hablar con un lenguaje que 1 0 libetanlmornenraneamente de su monadologico encierro. La imagen. de Innaturalez sobrevive porque aI ser negada cornpletamenre en los arte-tactos y can una negacion salvada par la imagen, se hace ciega paraaquello que estaria ma s aIM de la sociedad burguesa, de su trabajo yde sus mcrcancias. La belleza natural es 13 alegorfa de este mas alla,no obstante hallaese rnediatizada PO t Ia inmanencia social. Pe~o S1 seinterprets esta alegoria como el estado, y a conseguido, de reconci-l iacion, entonces se In csta rebajando y convirtiendo en un pretextopara ocultar y justificar 1 0 que min esta sin reconciliar, clande uni-carnente es aun pos ible la belleza.

    ten';ps-duree, concepcion que posiblernente precede en Bergson de i aexperiencia artistica. Pero e l. hecho de que se pueda mirar la natura-leza, pot nsf decir, como un ciego, es scfial de que la percepcion yel recuerdo inconscientes, esteticarnente necesarios, son tambien ru-dirnerrtos arcaicos incompatibles con la creciente rnadurez racional.La pura inrnediatez no es suficiente para provocar la experienciaestctica. Esta, adem.is de inconsciencia espontanea, necesita de cons-ciericia, de concentraci6n, y la contradiccion surge inevitable. Enconsccuencia, cualquier belleza se despliega progresivarnente ante elanalisis, que a su vez aumenta la inconsciencia y seria del todointi til si no latiese en el un momenta de""inconsciencia espontanea.La reflexion anali ties sobre [a belleza tecupera el temps-duree pormedic de su antitesis. La razon es que el analisis lIega a una bellezatal como tendria que aparecer ante 1a percepcion inconsciente, deltodo ulvidada de sf misma. A Sl es como Ia percepcion recorre desdeel lado subjetivo el mismo camino que recorre objetivarnente Ia obrade arte: Ia cornpreusion adecuada de 1 0 estetico es Ia realizacion cs-porit.inea del proceso objetivo que, gracias a las tensiones, se da enlas 01;1'8s. La conducta estctica puede necesitar geneticarnente delestad de confianza v Iamiliutidad con la belleza natural propio de1 8 inlancia, de cuyo 'aspecto ideologico suele separarse tal conductapara ponerse en relacion can los artefactos.

    LA El,LLEZA NATURAL COi\lO H ISTORIA DETENIDA

    Al agudizarse Ia oposicion entre 1 0 inmediato y 1 0 convencional,v ampliarse el hot izontc de la experiencia estetica hasta eso que enKant se llama fa sublime, penetraron en la conciencia, en cuantobelles, ciertos fenomenos, los de la fue1'za y la gtandiosidad. Histo-ricamente fue efimera esta actitud. EI genio polernico de Karl Kraus,quizride acuerdo en esto con el modern style de Peter Altenbetg,recuse el culto al paisaje grandioso y no sintio, en la alta montana,placer ninguno como el que, en su pureza, se ofrece solo ante ciertosturistas de altura y del que Iundadamente desconlia el critico cultu-ral. Tal escepticismo ante 1 0 grande de la naturaleza precede evi-denternente de la sensibilidad artistica, la cual, al adquirir una mayordifercnciacion, endurece su actitud ante esa igualdad establecida parIa filosoffa idealists entre los grandes esbozos de categories y el C011-teniclo de las obras, Y confundir estas dos casas se convitti6 en sefialde compottamiento no estetico. La grandeza de la naturaleza., admi-tada todavfa por Kant y eomp8rgcla por e I con la ley moral, se con-temr1a entonces como un reflejo del delirio de grandeza p1'opio dela bntgucsia, de su sentido del record, de su tendencia cuantitativ~,inclu~o de su mIto par eI heroe. Pero se pass pot alto que ese mo-

    La expresion [oh, que herrnoso!, que segiin el verso de Hebbelperturbs Ia fiesta de la naturaleza 26, se acomoda bien a esa tensaconcentracion con que se contemplan las obras de arte, pew 0.0 a lanaturaleza. Quien de veras llega a su belleza es la percepcion incons-ciente. Es en ella cuando es continuada donde brota, ,1 veces de re-pente, esa belleza. Cuanto con mayor intensidad se contempla la naturaleza, tanto menos consciente se es de su belleza, a no SCI' queesta .se Ie hubiese concedido antes de forma espontanea. Pot eso escasi srernpre irnitil la visita intencionada de paisajes famosas, de esasprorninencias de belleza natura], Al que siente la naturaleza Ie dafiaesa objetivaci6n procedente de 18 atentn contemplacion. Algo deesto se cIa tambien en las obras de artc, perceptibles solarncnt

  • 5/17/2018 Adorno Theodor - La Belleza Natural

    7/12

    mente de l a n a tu r al eza apotta tarnbien al qUE 10 conternpla alga ~i.fe:'entc, 1 8 condencia de limite del dominic humane y 1a i1DpotelKladel afdn y trabajo universal As! pudo Nietzsche senti~'se sob~e elSils 11aria a dos mil metros sobre el mar, por no decir

  • 5/17/2018 Adorno Theodor - La Belleza Natural

    8/12

    Schelling. Pero esta concepcion, 10 rnismo que la experiencia de 13naturaleza que Ia anima, y a no se puede repetir. La critica a la natu-raleza noes 8610 Ia hybrisdd espiri tu que se afirma soberbiarnentecomo el absoluto, sino que tambien tiene un cierto Irene en el obje-to mismo, Si es verdad que cualquier cosa natural puede set conce-bida como hermosa, tarnbien 10 es que el paisaje de la Toscana esmas bello que el de Gelsengitchen. La belleza de la naturaleza haernpalidecido a la vez que deda Ia filosofia de Ia naturaleza. Sin ern-bargo esta no rnurio solarnente como ingrediente de la historia delespiritu, tambien se ha modificado profundamente la experienciaque Ie sirvio de sosten, a ella y al goce de la naturaleza. Con Ia belle-za natural pas a 10 misrno que can Ia cultura: se vacia como conse-cuenda de su propia expansion. Las pinturas de la naturaleza deHumboldt resisten cualquier cornparacion; las del bravio mar Can-tabrico ocupan el centro entre las poderosas Irases kantianas sobre1 0 sublime y la exposicion que hace Poesch del Maelstrom; sin em-bargo, vinculadas a su momento historico, son irrepetibles. Es erro-neo el juicio de Solger y de Hegel al deducir de la crepuscular indeterminaci6n de la belleza natural su inferioridad, Todavia Goethepodia distinguir entre objetos dignos de la pintura y los que no 1 0eran; pew esto le hizo llegar a ensalzar unos motives de Giza y unapintura panorarnica a los que se opuso el afinado gusto del editordel Iibro de su jubileo. Can todo, la estrechez clasificatoria de losjuicios de Goethe sobre In naturaleza sigue estando pot encirna, acausa de 1 0 concretes que SOD, de ese dicho nivelador que afirrna sertodo igualrnente bello. Es claro que bajo la presion de la evolucionpictorica se ha vuelto del reves la determinacion de la belleza natu-ral. Muy ftecuentemente ha hecho notar una cierta agilidad espiri-tual de poco precio, que las puestas de sol se han echado a perder acausa de tantas reproducciones cursis. Pero Is culpa de las desgtaciasde la teoria sabre la beUeza natural no es 1 a dcbilidad de las :teHe-xiones que sobre ella se han hecho, 1 0 eual es corregible, ni tampocol a p ob re za de 1 0 buscado. La caUS,d. tvIientfHs im-pert; esa ley no es posible [a presencia positiva de 1 0 identico. Y pareilo ..1 a bdleza natur-..\les tM1 (Fspersa e incicrta, es CS8 protn

  • 5/17/2018 Adorno Theodor - La Belleza Natural

    9/12

    imp0sibilidad de aniquilacion. Aunque las palabras rebotan :dcmpreante 1 a naturaleza, aunque traicionan su lenguaje en compar~td6n deesc otro lenguaje del que se diferencian cualitativamente. llingunacrit ica de 18 teleologia natural puede impedir que en las tielfas delSur [iaya dias sin nubes euya existencia parece estar justificsda poruna f in a li cl a d que seria la de poder ser percibidos. Cuando e~OS diasse acercan a su fin con la rnisma claridad serena can que empezaronparece que brota de ellos el sentimienro de que no rorlo estfi perdi-do, que todo puede mejorarse: Muerte, reposa en el lecho; corazo-nes, escucliad: / Un anciano aparece con d~hil resplandor / ~llordede la primers luz azulada: / Por obra de Dios, el Ingenito, eswy / yoaquf para vosotros: / Mundo, aunque aiin pese sobre ti el dolor, /web vue1ve desde el principia, todo es tuyo todavla29. La imagende 10 mas anriguo en la naturaleza contiene toda la dfra de 10 queaiin no exisre, de 1 0 posible: a1 ser su manifestacion es mas que meraexistencia; perc aun 1a primers reflexion sabre ella se torna en se-guida violaci6n. Es un l;echo establecido que la naturaleza tiene len-guaje; peto no se puede juzgar sobre el potque su lenguaje no esjuicio ning uno: tarnpoco pertenece a su lenguaje ese c on su el o e ng a-fioso, puro refIejo del deseo y de la afioranza. La ambigiie.:1ad del .rnito se continua en la incertidurnbre de la belleza natural, mientrasque el consuelo, eeo de la belleza, se halla muy distante del rnito.Contra Hegel y su filosofla de Ia iclentidad, 1 a belleza natural estal1111y cerca de 1a verdad, perc se oculta precisarnente en el instantede Ia maxima proximidad. E1 arte 10 ha aprendido tarnbien de labelleza natural. Pero el fetichismo de 1a naturaleza, el escape pan-teista, que no seria sino Ia cobertura afirmativa de una ilimitada arne"naza, tiene tamb ien sus limites en el hecho de que la naturaleza, esanaturaleza que vive tierna y mortalmente en su belIeza, todavfa noes algo existente. La vergiienza que puede experimentarse ante labelleza natural precede de que se esra atacando 1 0 que todavla noexiste, al quererlo traer a existencia. La dignidad de la naturuleza esla de algo que todavia no existe, que muestra, al expresarse, una in-tencional humanizaci6n. Esta dignidacl ha pasado al caracter herrne-tieo del arre, a esa renuficia, que decia Holderlin, de 'cualquier clasede 1150, aun de l uso sublimado procedente de la afiadidura de un sen-tido hurnano. La cornunicacion no es sino la adaptaci6n del t~splritua 1 0 util, no es sino el situatse a si mismo entre las mercancfus, y 1 0que hoy se llama sentido participa en esta monstruosidad. Cuantohay en las obras de arte de continuidad, trabazon y repose en sf, es1a imitaci6n del silencio en que unicarnente habla la naturaleza- Labelleza de la naturaleza es 10 distinto de cualquier principio dominan-

    te, de cualquier difusa dispersion; es 10 mas parecido a la reconci-liacion.

    METAFfsICA DE LA CRITICA HEGELIANAA. LA BELLEZA NATURAL

    H Rudolf BORCHARDT, o . c., p. 104 (~(Canto del dim.

    Hegel llega a la belleza del arte partiendo de la belleza natural:La vida en la naturaleza es bella como idea sensiblernente objetiva,ya que 1 0 verdadero, 1a Idea, esta ahi inrnediatarnente en BU formanatural primera, como vida en las realidades individuales que se leadaptan 3Q. Esta frase, que convierte de antemano 1abelleza naturalen mas pobre de 1 0 que realmente es , nos ofrece el paradigm a deuna estet ica de consecuencias: precede de la identificacior; de 1 0 tealcon 10 racional, a mas especificamente, de dererrninar 1a naturalezacomo 1a Idea en su set-otto. Par eso las deterrninaciones Ie vienenimpuesras a la belleza natural desde arriba. La belleza natural proce-de en Hegel de su teodicea de 1 0 real: supuesto que 1a Idea no puedeset mas que como se realiza a s f r ni sma , su manifestacion prirnera 0su donna natural inrnediata ha de ser adecuada. y, pOl' tanto,hermosa. La dialectica pone limites a' esta afirrnacion; en Ia polemicacan Schelling ya no se acepta 13 identidad de 1a naturaleza can elespiritu, pues 1a naturaleza tiene que ser el espiritu en su ser-otro,pero no es inmediatamente reductible a espiritu. No se puede desco-nocer el progreso de Ia conciencia critica que supuso este paso. Elmovimiento de los conceptos, propio de Hegel, busca 1a verdad in-W&~~'a\.~,l~ ~l0 ~y}.?t~~i1~l~,?~~1~,-t..Q ~ ~I0W-"bt_:~t;. l~ ~~)_+3cl~l~l~11, lQlimitado: 1 0 muerto y 1 0 false. Asi desaparece 1a bel1eza natural,ruanda apenas habra aparecido: La viviente belleza natural, a causade e sta in rn ed ia te z s ol o s en sib le , no e s b ella . n 1 se m an ifie sta b ella -mente ni para sf misma ni menos a partir de sfmisma. La bel lezanatural solo es bella para otro, es decir, para nosotros, para una con-c ien cia c ap az d e c ap ta r I n bel leza 11, A s! se habria pasado por alto1a esencia misrna de la belleza natural, precisamente la anamnesis deaquello queno es solo un para-otto. Esta crltica de Iabelleza naturale s l a consecuenda de una constante en la estetica hegeliana, de 5Udireccion objetivista contraria a 1a contingencia de las impresionessubjetivas, A un esa belleza que se presents independiente del suje-to, que nada tiene que vel' can 1 0 consrruido, cae tambien bajoIasospecha de Is enterm iza subjetividad: H egel identifica inmediata-ment e e st a s ub je ti vi da d can la indeterrninacion de la bel leza natural.

    30 Georg Wilhelm Friedrich HEGEL, Wel"ke. Vollstiindige Ausgabe durcbeitzen Verein von Freunden des Verewigten, vol. 10: Vorlesungen iiber dieAestbetik, ed. por H. G. Hotho, 2." ed., Berlin, 1842/43, L" parte, p. 157.31 Ibid.

  • 5/17/2018 Adorno Theodor - La Belleza Natural

    10/12

    truiclo, por 10 que el arte tendria que orientarse y que seria lo xpuri-ficado, Ie es externo. La altanerfa idealista Irente a cuanto en lanaturaleza no sea espiritu se venga en todo 1 0 que en arte trascien-de S L l espfritu subjetivo. E1 ideal internporal se convierte en estatuasde escayola; la suerte de los dramas de Hebbel, cuyas tesis no esra-ban inuy Iejos de las hegelianas, son quizti el testimonio mas scneilloen h historia de la li teratcra alernana. Hegel deduce el arte , raciona-lIsticnmente, y con una aclmitab]e abstraccion d"" su real genesis his-torica, de Ia insuficiencia de la naturaleza: La necesidad de Ia be-lleza artistica precede de las carencias de~.a realidad irunediata y sucornctido debe establecerse en que tiene como vocacion representarIa aparicion de 1[\vida y del espititu que la vivifies ann exteriormen-te en su libertad, a s! como adAptM tarnbieu esa exterioridad a soconcepto. Entot1ces 1 0 verdadero trascicndc , supenindolos, SI] en-torno temporal y su perdida dispersion en la st::rk de 10 finito yobticne a In vez una manifesracion externa en Ia que ya no se rnucs-tra ]a precariedad de la naturaleza ni de la prosa, sino una existenciadigm de la verd

  • 5/17/2018 Adorno Theodor - La Belleza Natural

    11/12

    E1 transite de la belleza natural a la artistica es dialectico, es eltransite de una dominaci6n. La belleza ar tistica es 1 0 objedvamentedorninado en una obra, pero que trasciende ese dominic grilcias a suobjetividad, Las obras de arte escapan de el porque carnbian 1a con-ducta estetica, a la que Ie corresponde 18 belleza natural, ell trabajoproductive cuyo modele es el t rabajo material . E1 arte, como lenguajemanejable par los hombres, como lenguaje reconci1iado, desernla lle-gar hasta ese punto en que ellenguaje de Ia naturaleza se [es haec os-cure. Las obras de arte tienen de cornun can 1a l fiosoiia idealists queretrotraen 1a reconciliacion a una identidad con el sujeto; ,:sto es 1 0que tiene de vetdad esa filosofia, explicita en Schelling, qUI: toma e 1arte como modelo Y ne al reves. Las obras de arte hacen prolongarsehasta su extreme el ambito de dominic humane, pero no literalrnente,sino gracias a la constitution de un ambito que se distancia por SlIinrnanencia construicla del dominic real y 1 0 esta negando dcsde suheteronornia. Estos dos tipos de dominic se sirven rnutuamente demediaci6n en su polaridad, pero no pOl' una pseudomorfosis del arteen la naturaleza. Cuanto mas estrictamente se alejan las obrus de artedel naturalismo y de la imitacion de la naturaleza, tanto mas se apro-ximan a esta las autenticas, La objet ividad estet ica, reflejo del seten-s1de 1 a naturaleza, realiza en toda su pureza 1 a unidad subjet iva tdeo-16gica; asi, y s610 aSl, es como las obras de ane se asemeja1l a 1a na.

    turaleza. En cambio, cualquier sernejanza particular es accidental,casi siernpre extrafia a1 arte y cosificada. La necesidad de 1 a obra dearte es otro nombre de su objetividad. La historia al uso, como expli-ca Benjamin, ha abusado de este conceptc. Se intenta eomprender Djust if icar ciertos Ienomenos pOl' 1 0 general historicos y que de otraforma no se les podria encontrar mas relaciones, afirmando que sonnecesarios; se abba, por ejernplo, una rnusica aburrida diciendo quefue necesaria como prearnbulo de otra excelente. Pero la prueba de talnecesidad nunca puede aducirse: ni en Ia obra de arte particular nien las relaciones entre obras y esti los existe una legalidad evidenteal estilo de Ia cientitico-natural, y no es rnejor e 1 caso si se trata delegaliclacl psicologica. No se pnede hablar more scientilico de ne-cesidad en arte sino s6lo en cuanto que cad a obra, al estar clausu-rada en S 1 misma, t iene poder de evidenciar su ser-asi-y-no-de-otra-manera, como si sencillamente tuviera que estar ahf Y no se pudieraborrarla can el pen sa rn ien to . E l set-en-sf de que dependen las obrasde arte no es la irnitacion de la rea1idad, sino la anticipacion de unset-en-sf que aiin no existe, de alga desconocido que queda deterrni-nado por el sujeto. Las obras de arte nos dicen que existe algo en-51,pero no hacen predicciones sobre ell0,El proceso de espiritualizacionque afect6 al arte durante los uitimos doscientos afios y le llevo a surnavoria de edad no 10 convirti6, como desearfa I a conciencia cosifi-cada, en extrafio a la naturaleza, sino que 1 0 hizo acercarse por propia configurad6n a la belleza natural. Una teorfa del arte que con-vierta su tendencia a la subjetividad en simple identidad con el des-arrollo de 1a ciencia, de acuerdo con 1a razon !'uhietiva, sacrificariael contenido del movimiento artistico a 1a plausibilidad. E] arte que-rria, usando medios humanos, dar realidad aI lenguaje de 1 0 no hUHmane. La pura expresi6n de las obras de arte converge con la natu-raleza cuando esta libre de las perturbaciones cosistas, aun de losllamados materiales humanos, Es 10 que sucede en las obras mas au-tenticas de Anton Webern, cuya pura tonalidad, a laque se reducenen virtud de 511 sensibilidad subjetiva, se transform a en sonido natu-ral; daro que eI de una naturaleza elocuente, can [enzuaje propio yno como imitacion de un hecho natural. La plena conforrnacion sub-jetiva del arte como u n le ng ua je no conceptual es, en e 1 estado deraciona1idad, la i inica Figura en que se refleja algo as! como el len-guaje de la creacion, aun dentro de 10 paradojico de la movilidad detodo reflejo. EI arte intents irnitar una expresion que no precedede intenci6n humana alzuna. Esta intencion es solo su vehiculo,Cuanto mas perfecta es la obra, tanto mas ausente de ella estan lasintenciones. La naturaleza mediata, contenido de verdad del arte, esSl1 inmediato contrario. Aungue eI Ienguaje de 1anaturaleza es mudo,

    comunes. Frente a ella la estetica de Hegel fue dasicista y reaccio-naria. En Kant la concepcion clasicista de la belleza era c()jnpatiblecon la belleza natural , pero Hegel sa crific e esa bellez a a l esptriru sub-jetivo y subordina este a un clasicismo que Ie viene de fll(~fa y quees incompatible con el, quiz a por miedo a unarlialectica clue tam-t-Jiendebia set operativa en 1a idea de la belleza. La crftica llegelianadel forrnalismo kantiano debi6 hacer valer 1 0 concreto nn formal.Pero Hegel no 10 comprendi6 y quiza por ella conlundio 10;-;mornen-tos materiales del arte con su contenido objetivo. Pot su telldenciaa rechazar 10 transitorio de Ia belleza natural, como en general todo1 0 inconceptualizable, se vuelve torpe e indiferente frente at motivocentral del arte, frente a la biisqueda de Ia verdad en 1 0 ttansitorioy caedizo. La filosofla de Hegel abdica ante la belleza: al i(tentificar1 0 racional y 1 0 real por sus mediaciones, hipostatiza como algo ab-solute 1 a estructuracion subjetiva de cualquier ser y 10 no identicos610 le vale como cadena de la subjetividad en lugar de c(msiderar5U experiencia como telos del sujeto estetico, como su emal1cipacion.Una estetica que quieta ser dialectica hasta el fin se convie1'te parnecesidad en cri tica de la hegeliana.

    DE LA BELLEZA NATURAL A LA ARTfsTICA

  • 5/17/2018 Adorno Theodor - La Belleza Natural

    12/12

    el arte intenta convertir en lenguaje esc silencio, expuesto siempreal fracaso por la inevitable contradiccion que hay entre esta idea queexige un esfuerzo desesperado y 1 9 . attn, a la que se refiere este es-Iuerzo, de aigo absolutamente indeliberado.