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    VIVENCIA TRGICA O PLENITUD PICA: un captulo del debate Lukcs-Adorno, MiguelVedda, Universidad de Buenos Aires (Publicado enAnalecta MalacitanaXX, 2, 1997, pgs. 611-623)

    1. Lukcs y Adorno: la reconciliacin imposible

    La polmica entre Lukcs y Adorno no es slo uno de los grandesdebates intelectuales de nuestro siglo; tambin constituye unfundamental aporte a la historia de la crtica marxista. Junto con otrasclebres confrontaciones (como la de Lukcs con Brecht y Sartre, o lade Adorno con Benjamin o Karl Popper) ha llegado a hacer historia,por el alcance y relevancia de las opiniones y por sus efectos en lahistoria ulterior del marxismo. La polmica conoci momentos deintolerancia dogmtica, sobre todo por parte de Adorno, que opuso a

    la teora del crtico hngaro acusaciones y argumentos ad hominem:un caso extremo es Erpresste Vershnung, donde se emplea unlenguaje abusivo para imputar a Lukcs la vulgaridad, laincomprensin o la falta de gusto. Vale destacar que Adorno habregado para echar por tierra cada uno de los ejes de la teoralukcsiana: en sus Balzac-Lektre descalifica la alabanza formuladapor Lukcs del realismo balzaciano; el excurso sobre Odiseo en laDialektik der Aufklrung busca desmitificar la idealizacin lukcsianade la Grecia antigua, y sealar en ella la gnesis de la modernaexplotacin burguesa. Die Wunde Heine es una obvia respuesta aLukcs; los Drei Studien ber Hegel reprueban la reconciliacin con larealidad que Lukcs celebra en el autor de la Phnomenologie.

    Es indudable que en ambos filsofos persiste un ncleo deconvergencias y presupuestos comunes [1], el cual slo ha servidopara que se destacasen con claridad an mayor las discrepancias.stas proceden, en parte, de que los dos autores han tomadodistintas posiciones ante una antinomia de la sociedad burguesa,sealada por la tradicin marxista desde sus inicios: cuanto mssalvajemente buscan los hombres, como individuos aislados, subeneficio particular, tanto ms se encuentran masificados y se

    someten al funcionamiento del todo. De esta contradiccin dialcticahan extrado Lukcs y Adorno principios diferentes, y han acentuadotan slo una de las partes. En Lukcs, el objeto de los anlisis y de lapraxis poltica ha sido la fundacin de una comunidad: no la sociedadcivil, en que los individuos, meramente yuxtapuestos, carecen deideales y sentimientos comunes, sino una autntica Gemeinschaft.Desde sus primeras obras el ensayo sobre Novalis, el libro sobre eldrama moderno Lukcs seala la hostilidad del capitalismo alnacimiento de una verdadera cultura [2]; el arte tiene la misin demostrar un mundo en el que los hombres puedan sentirse como en elpropio hogar [3]. Adorno, en cambio, asume la defensa de la

    subjetividad que pugna por aislarse de la masificacin: el arte seala,crudamente, que la vida no vive. En vista de lo anterior, acaso la

    http://www.anmal.uma.es/numero3/#RESUMEN%20PARA%20REPERTORIOS%20BIBLIOGR%C3%81FICOShttp://www.anmal.uma.es/numero3/#RESUMEN%20PARA%20REPERTORIOS%20BIBLIOGR%C3%81FICOS
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    actitud ms coherente y suspicaz ante este conflicto sea la deEagleton, quien, pese a su radical antihegelianismo, ha podidointerpretar la polmica como una instancia de desgarramiento entrelo universal y lo particular (cuyo rebasamiento ha de abrir el caminopara la superacin del problema):

    If Adornos aesthetics are in one sense the polaropposite of the oppresively positive assertions ofLukcs, there is another sense in which they are theirmirror-image. The Hegelian tradition of which Adorno,despite himself, is an inheritor, could always moveeither way into an affirmation of those positiveessences that underlie the negativity of immediateexperience, or into an insistence on those essencessheer negating force [...] wholly opposed thoughAdorno and Lukcs are on so many central aestheticissues, they nonetheless link hands in the assumptionthat art enables a cognition of essences. Lukcs hadfrom the outset fetishized the totality; Adorno willend up by fetishizing the particular [4].

    Nuestra propuesta consistir, entonces, en examinar uno de loscaptulos ms interesantes aunque tal vez uno de los menosatendidos de la polmica: nos referimos a las diversas estrategiasensayadas por los dos pensadores para apropiarse de la obra y de lapersonalidad goetheanas.2. Plebeian Weimar[5]: epos y civilizacin en la estticalukcsiana

    Nuestras reflexiones sobre Lukcs procuran dar cuenta del procesopor el que la tragedia, que ocupa un lugar de privilegio en su obrajuvenil, cede luego importancia para que las formas picas y enparticular la novela capten el centro de la atencin. Si se consideraque dos de sus ms notables obras de juventud son estudios sobre laforma trgica la Entwicklungsgeschichte des modernen Dramas yMetaphysik der Tragdie y que sus esfuerzos en la compaaThalia se orientaban a la creacin de un teatro popular, como va dereforma moral e instrumento para influir en las masas; si se piensa,adems, que este panorama se altera profundamente a partir de DieTheorie des Romans, podr comprenderse el alcance de esta

    afirmacin. No es que en la obra posterior de Lukcs se disipe laatencin hacia las formas dramticas: son numerosos los estudiosdedicados a obras especficas, o incluso las consideraciones tericasacerca del gnero. Pero es significativo que estas ltimas (como en elexcurso dedicado al drama histrico en Der historische Roman)aparezcan en estudios consagrados a la forma que ahora ha adquiridomayor relevancia.

    Igualmente notable es el hecho de que en los Faust-Studien seasigne a la dinmica histrica un carcter pico, no trgico. Esindudable la procedencia hegeliana del anlisis de ambas formasartsticas: el drama es considerado una totalidad del movimiento,

    opuesta a la totalidad de los objetos que caracteriza a la pica. Si latragedia necesita crear una realidad ms intensa que la corriente, y

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    slo puede representar los momentos en que se manifiesta la esenciade lo que se espera plasmar, el objeto del epos (y, luego, el de lanovela) es exhibir a los hombres en las circunstancias prosaicas de lacotidianidad. Frente a la totalidad intensiva del drama, la picamuestra en forma extensiva la realidad externa. En Theorie des

    Romans muestra Lukcs que el epos remite a un mundo cuyos hroesno superan ms que en una cabeza al resto de sus semejantes; enDer historische Roman explica, apoyndose en Hlderlin, que en esanecesaria igualdad debe rastrearse el motivo de que Aquiles aparezcaen la Ilada con una sencillez humana idntica a la de cualquier otropersonaje. Y cuando quiere que trasluzca la grandeza del hroegriego, Homero lo retira del poema, puesto que la exhibicin de sudignidad bastara para destruir la apariencia de normalidad que exigetoda representacin pica.

    El proceder de un dramaturgo hubiese sido el opuesto, porque sufinalidad es plasmar una realidad distinta de la cotidiana. Estaconcepcin aparece ya en las obras juveniles de Lukcs, todavaexaltatorias de la forma trgica: de acuerdo con Metaphysik derTragdie, el drama crea un espacio sin atmsfera entre los hombres:suprime lo habitual, la superficie de la vida tras la que se ocultan lasverdades esenciales. El personaje tiene que convertirse en hroe, ypara ello necesita destruir los lazos que lo unen con la sociedad. Nodebe sorprender el inters juvenil por la forma trgica en un pensadorformado en el neokantismo: discpulo de Max Weber, Simmel y Lask,Lukcs comparta la separacin entre juicios de hecho y juicios devalor, y renovaba en sus ensayos la vieja asociacin entre el

    noumenon kantiano y el mundo platnico de los arquetipos eternos.As se explica la distincin entre vida emprica y vida autntica,desarrollada en Die Seele und die Formen: si la realidad fenomnicacarece de substancia por oposicin a una esfera trascendental devalores, no existe una transicin de lo efmero a lo esencial; entreambos mundos yace un abismo que no puede ser superado, yquienes como Kierkegaard pretenden dotar de sentido a la vidacorriente a travs de un gesto, estn destinados al fracaso. Slogracias a la forma (y por definicin a la tragedia) es posible huir delrelativismo. Pero si por la tragedia se accede a los valorestrascendentes, se justifica que en la Entwicklungsgeschichte defina

    Lukcs a la tragedia como el gnero ms abstracto, el ms prximo ala filosofa [6].

    Fue necesaria la experiencia de la Gran Guerra para que Lukcsdescubriera el colapso de la Weltanschauung kantiana, e intentaserastrear la verdad en la vida ordinaria [7]. El cielo estrellado del Sollense convierte en expresin de la servidumbre, y es comprensible elque Kant fuese, desde entonces, una de las btes noires lukcsianas:que en Der junge Hegel se reprobase la moral kantiana o que berdie Besonderheit als Kategorie der sthetikcomenzase por un ataquecontra la tendencia universalista del idealismo trascendental. No escasual que en este momento se produzca la primera gran tentativapor dar cuenta de la pica. En Die Theorie des Romans, la tragediasigue siendo el gnero ms cercano a la abstraccin filosfica, slo

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    Dijimos que el universo pico exige la igualdad. Esto explica eldesdn de Lukcs por la tragedia heroica. Asimismo, la aficin porLessing y Goethe, la aversin por Kleist y el drama del destino, lareprobacin de Kierkegaard y Nietzsche, son indicios de la simpatapor un drama no trgico, pico pero en un sentido muy diverso

    del brechtiano; un drama que no representa hroes sobrehumanosy retirados de la vida comn, pero ensea al titn enceguecido por lahybris a moderar sus impulsos y canalizarlos hacia fines sociales. Lafalsa autosuficiencia de un Werther, un Wallenstein, un Kolhaas, debeabrir paso a una visin ms sencilla y armnica de la personalidadhumana. Los personajes demnicos, que reducen la multiplicidad desus posibilidades vitales a una obsesin que los separa de la especie,ceden lugar ante Orestes o Ifigenia, que renuncian al fatalismo y sereconcilian con el gnero humano; ante Epimetheo, que junto aPandora corrige el titanismo juvenilista de Prometeo. Los hroes deldrama trgico incurren en una cosificacin similar a la que genera enla vida y el pensamiento de los hombres la produccin capitalista:restringen su vida a una sola finalidad y resignan la armona.

    La perfeccin moral no se mide por la intensidad en el desarrollode conocimientos y capacidades, sino por la plenitud extensiva dela personalidad humana, que suele ser independiente de aqullos [13].En Goethe se encarna esta alternativa tica, prxima aldemocratismo que Lukcs proclama: el ser humano capaz dedesarrollar plenamente sus potencialidades no es para l unmonstrum per excessum; la armona de la personalidad est abiertapara todo sujeto normal. No existe un dualismo a la manera de

    Kant, o de la versin ms moderada de Schiller entre los individuosinesenciales de la cotidianidad y los hroes titnicos, iluminados porla intensidad de su vivencia trgica. En la Esttica cita Lukcs unaforismo de las Maximen und Reflexionen,en el que Goethe afirmaDer geringste Mensch kann komplett sein, wenn er sich innerhalbder Grenzen seiner Fhigkeiten und Fertigkeiten bewegt [14].

    Al reivindicar la urea mediana goetheana, Lukcs arregla cuentascon su izquierdismo juvenil, imbuido de un idealismo fichteano en elque aparece, radicalizada, la dualidad de Kant; justifica su rupturacon la creencia de que si los hechos no se adecuan a nuestrasexpectativas, tanto peor entonces para los hechos. Por eso puebla

    sus ensayos con retratos de trgicos malogrados: escritores yfilsofos que han incurrido en yerros y deformaciones, pero no porfalta de capacidades artsticas o intelectuales, sino por un exceso deradicalismo. Ms an: el desarrollo unvoco de ciertas habilidades haredundado para ellos en contra de la evolucin de su personalidadconjunta. Lukcs denuncia las falencias del idealismo y elpragmatismo inmoderados, tanto en sus variantes revolucionarias,jacobinistas (Hlderlin, Georg Forster), como en las conservadoras(Kleist, F. Schlegel, Novalis). En Goethe encuentra un anticipo de latica del tertium daturen la que l mismo crea, y segn la cual todapostura inmoderada concluye en el colapso moral o poltico. Estadoctrina curiosamente conservadora pretende corregir el equvoco dequienes confan en soluciones extremas, cuando an no estn dadas

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    las condiciones objetivas; la tica jacobina fracasa por no serdemasiado realista; Goethe la supera por su orientacin franca,transparente casi hacia lo real.

    Se ha visto a Der junge Hegel como una autobiografa lukcsiana[15]. Los pasos que recorre Hegel, desde la rebelda juvenil hasta la

    sobria contemplacin de la realidad que exhibe en laPhnomenologie, prefiguran la evolucin del propio Lukcs, queabandona el pantragismo y el izquierdismo radical de su juventudpara sustituirlos por una visin distanciada del entusiasmo jacobino.El profeta armado aprende a transformar los excesos en disposicionesvirtuosas, y con esta alusin a Lessing introducimos un tema que,latente en toda la evolucin madura de Lukcs, desplegar su mayorbrillo en la obra de vejez: la catarsis, como medio para perfeccionarmoralmente al hombre entero de la cotidianidad [16]. Lageneralizacin de esa categora, que en Lukcs se extiende a latotalidad de las formas artsticas, demuestra la capacidad del artepara influir sobre la vida. De ese anlisis no slo pueden extraersepuntos comunes entre Lessing y Goethe: la consideracin del efectocatrtico tambin insiste en la crtica de los hroes demnicos.

    La teora de la catarsis aspira a corregir el radicalismo de lasposiciones morales extremas remontndose al tertium daturaristotlico. De ah la desconfianza de Lessing, como la de Goethe yHegel, ante las almas bellas. La pureza individual no basta para lograrel bien social; a menudo el individuo que pugna por mantener intactasu virtud slo consigue acentuar, con su hybris, la perversidadobjetiva. En Philotas vemos el espectculo de un herosmo carente de

    hipocresa, que inconscientemente oculta la inhumanidad msprofunda. La catarsis que proponen Goethe o Lukcs aspira a reducirla tenacidad de los individuos demnicos para reintegrarlos a lasociedad. Las pasiones desmedidas, una vez purgadas y reducidas asus justos lmites, conducen a la probidad, o se hace de ellasdisposiciones virtuosas. En Die Eigenart des sthetischen Lukcsinvoca el ejemplo de Coriolano, que renuncia a satisfacer su orgullopara obtener el bien de su patria.

    La obra dramtica de Lessing provee a la teora lukcsiana de unaslida base de sustento; todos los medios tcnicos que fundan suprctica conducen a este gnero de purgacin emotiva. Su teora de

    la compasin ve en el efecto trgico una regulacin de los desbordespasionales. La pintura viviente de un evento conmovedor persuadea los espectadores de la necesidad de dominar las pasiones. stas nonecesariamente proceden de un alma cuya virtud no desea pactarcon la prosa del mundo: tambin de la debilidad o la indolencia moral,como en Hettore Gonzaga. Algo semejante ocurre en Minna vonBarnhelm: si Tellheim persiste en afirmar un severo estoicismo, Minnarecuerda la severidad de Othelo, y con sus palabras purga el rigor delsoldado y provoca en l la catarsis. Pero sera utpico creer que bastacon el arte para cambiar la realidad. Lukcs desconfa de una virtudque es resultado del efecto esttico: apoya su argumentacin enGoethe, que en el Nachlese zu Aristoteles Poetik no diriga elanlisis de la catarsis a los efectos sobre el espectador, sino a la

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    estructura inmanente de la obra artstica. Son los personajes deldrama quienes purgan sus pasiones para favorecer el redondeoartstico; pero la argumentacin conduce a resultados similares a losde Lessing: a imitacin de las trilogas griegas, el drama debe mostraren el final la reconciliacin entre el hroe trgico y la comunidad.

    3. Vivencia trgica y pacificacin de la naturaleza: la lecturaadorniana de la Iphigenie de Goethe

    Para Lukcs, la vida llena de sentido es la vida socialmenteconformada. No pueden aplicarse esos principios a Adorno, paraquien el aislamiento es la conducta tica y polticamente correcta. Ladefensa de la tragedia se deja explicar a partir de estas posiciones,ms an cuando el hroe trgico que exaltan Benjamin y Adornoextrae su preeminencia moral de la soledad [17]. El hroe de latragedia clsica comprenda que era mejor que sus dioses y elportador de la verdad frente a una colectividad injusta. El delTrauerspiel no slo es una criatura sufriente, sino adems unindividuo de condicin elevada. A l se asemeja el autor porque,segn Opitz, escribir tragedias fue en el pasado tarea deemperadores, prncipes, hroes y sabios. La imago no es el hombrede la vida cotidiana ni un tipo creadoa partir de seres reales, sino un desideratum. La experiencia de lamuerte trgica, que slo est abierta para los grandes hombres, sealeja adems de la propuesta de Lukcs porque niega todo efectosobre la cotidianidad, a la que considera carente de sentido: el hroeque descubre la propia culpa y la injusticia del orden social, quedaparalizado en el instante mismo del hallazgo; el saber se le vuelve

    nudo en la garganta, y la muerte anula toda accin, reprime el dumusst dein Leben ndern (Rilke) exigido por la catarsis lukcsiana.El arte se separa de la realidad por un crculo que aisla a los elegidos:contra el anlisis de Lukcs, que ve la gnesis y justificacin del arteen las necesidades de la vida diaria, en Adorno el arte slo se realizacuando niega lo real y aristocrticamente se aleja de la masa [18].

    El hroe del Trauerspiel adolece de pasividad: su afeccin es laacedia, que lo vuelve aptico, lento, inactivo [19]. La praxis sesuspende ante el despertar de la consciencia trgica porque, comoafirma L. Trilling apoyndose en Benjamin, el saber trgico esreluctante a toda aplicacin prctica, a diferencia de la informacin

    prodigada por las narraciones [20]. En Adorno, la vida cotidiana seencuentra cosificada y regida por lo contingente, y slo el intelectualque se aparta puede alcanzar la verdad moral. El aislamiento y larenuncia a la praxis son necesarios, y el hombre ordinario (Adornoparece suponer que el intelectual crtico no lo es) carece deposibilidades ante la cosificacin: para el intelectual la soledadabsoluta es la nica forma en que puede todava conservar algo desolidaridad; su misin consiste en observar el mundo con los ojos delexiliado, para quien la realidad ms habitual presenta un aspectoinexplicable, inslito [21]. Con razn Goldmann ha visto en Adorno aun fichteano, o al ltimo de los neohegelianos condenados por Marx,empeado en salvar su consciencia crtica del contacto con larealidad impura [22]; de igual modo se podra ver en l a un tpico self

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    exile: el intelectual que, segn Raymond Williams, paga su lucidezterica al precio de resignar la participacin activa en la vida social[23]. Toda actividad implica limitaciones y renuncias; poner coto a lamultiplicidad de lo posible, y elegir un camino dentro de alternativasinfinitas. Si todo hombre es una constelacin de contradicciones, la

    vida activa exige llevar a unidad esas divisiones para que el hombreentero se ponga de inmediato en movimiento. Es esa renuncia a lamultiplicidad lo que niega Adorno, aun cuando hay en ello unaresignacin implcita: se ha sacrificado la inmersin en la vita activa,lo cual permite una mayor lucidez, pero rompe la unidad de lapersona. Y tras estas posiciones se esconde, como nota con raznGoldmann, un retorno al dualismo kantiano, del que precisamentehaba tratado de apartarse Lukcs [24].

    Son muchos los aspectos de Goethe que Adorno necesita desecharpara adecuarlo a las propias teoras. La tica de la resignacin, elrechazo de la literatura y la filosofa introspectivas, la repugnanciaante el culto romntico del hroe titnico o enfermizo, la composicinde un drama antitrgico, la atencin dirigida al mundo externo antesque al interior, son elementos esenciales en Goethe e imposibles dedisimular. Adorno no los suprime: rastrea en Goethe una concepcindistinta, que slo aflora en momentos aislados. A partir del anlisismicrolgico, ansa contraponer a la imagen de un Goethe olmpicoque por la vivencia del arte griego vence las tendencias juvenilesuno muy distinto, que propicia la reconciliacin con el mito. Para ello,se apoya de un modo demasiado mecnico en los anlisis deBenjamin: busca aplicar a Iphigenie no slo las reflexiones de ste

    sobre Die Wahlverwandschaften sino tambin los conceptos delTrauerspielbuch y los ensayos sobre Baudelaire. El silencio de Ottiliees ahora el silencio de Thoas; la presentacin de esa belleza mtica,inaprehensible visualmente, que encontraba Benjamin en DieWahlverwandschaften, reaparece en la msica de los versosgoetheanos, imposibles de trasponer a una representacin plstica.As como el lenguaje familiar se trasluce por detrs del lenguajeestilizado, tambin los hbitos primitivos, ajenos al tacto y a lasbuenas costumbres, delatan la ineficacia delprincipium stilisationispara recubrir los quiebres y el salvajismo de la humanidad ilustrada[25].

    Los argumentos de Adorno muestran autntica brillantez alreferirse al horror de Goethe ante la manipulacin de la naturaleza. ElGoethe de Iphigenie no conoce una relacin instrumental hacia ella.No hay una celebracin del mundo de las ideas, y lo mtico no setransmuta en smbolo para un concepto, sino que Goethe establececon ello una relacin de hermandad. Existen puntos de contacto entreestas formulaciones y las ideas sobre lo sublime desarrolladas en lasthetische Theorie:la verdadera sublimidad no es la que nace de lapercepcin de nuestra superioridad moral por sobre las formacionesnaturales; sabemos cun fcilmente se presta esa vivencia kantianaal irracionalismo salvaje y al dominio tecnolgico. La experiencia de losublime se sustrae a los usos reaccionarios all donde muestra a lanaturaleza como irreductible al instrumentalismo. En teoras

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    prekantianas, es sublime la naturaleza cuando deja de ser til a losdesignios humanos. La liberacin de la naturaleza es un requisito dela humanidad liberada: esta vivencia, que no corresponde al Goethedel segundo Faust, s se destaca en Iphigenie. En la imagen de losgriegos como correlato de la barbarie porque en su afn

    imperialista no son menos salvajes y ambiciosos que los escitas,aunque oculten el deseo de dominio bajo la urbanidad est laprueba de que la utopa goetheana no consiste en vencer medianteviolencia a la naturaleza, sino en hacer la paz con ella; no buscar elfiero dominio sobre lo natural, sobre el mito y el ciego destino, sinoesperar que la fatalidad misma se pacifique, mediante la humanarenuncia a la voluntad de dominio [26]. Slo que en Adorno esto nosupone el compromiso activo: el odio por la voluntad de dominio seconvierte, una vez ms, en odio por la accin. La perpetuacin de lavivencia trgica simboliza, pues, esa estrategia de hibernacin enque consiste, segn Habermas, la tica adorniana. La esperanza no seconcibe como una aspiracin afanosa, sino como estrella que surgeante una humanidad contemplativa.NOTAS:[1] Anche se possiamo essere tentati di evidenziare, perch sono stati troppospesso dimencati o trascurati, certi tratti comuni o certi punti di convergenza tra ledue posizioni: il profondo radicamento comune nella critica marxiana dellareificazione, lassimilazione delleredit hegeliana, lostilit comune rispetto al neo-positivismo o al pensiero di Heidegger, la fedelt a certi concetti esteticifondamentali (limmanenza del senso, la totalit intensiva, la migrazionedellesteriorit storico-sociale allinterno dellopera, la plurivalenza laMehrdeutigkeit o la Vielschichtigkeit del senso estetico, il carattere di verit

    dellopera darte, ecc.), tuttavia la divergenze prevalgono di gran lunga (N.Tertulian, Lukcs / Adorno. La riconciliazione impossibile, en D. Losurdo, P.Salvucci, L. Sichirollo (eds.), Gyrgy Lukcs nel centenario della nascita (18851985),QuattroVenti [Istituto Italiano per gli Studi Filosofici / Universit degli Studi diUrbino], 1986, 49-68, pg. 66.[2] Gyrgy Mrkus, aunque quizs con cierta desmesura, ha procurado destacar laimportancia de la categora de Cultura dentro del pensamiento lukcsiano: Culturewas the single thought of Lukcs life. Is culture possible today? To answer thisquestion and at the same time to contribute, through his own activity, to thecreation or realization of this possibility remained one of the central concerns of hislife. But right from the start, this concept of culture embraced far more than high artor philosophy, extended far beyond the bounds of high culture. For Lukcs, thequestion of culture was synonymous with the question oflife, with the inmanenceof meaning in life (G. Mrkus, Life and the Soul: the Young Lukcs and theProblem of Culture, en A. Heller, ed., Lukcs Revalued, Basil Blackwell, Oxford,1983, 1-26, pgs. 3-4).[3] Inhalt wie Form weisen eindeutig auf die Entfaltung des Selbstbewusstseins hin[...]. Dieses Selbstbewusstsein kann sich nur entfalten, indem es eine Objektweltschafft, in welcher der Mensch kein Fremder ist, die vielmehr das Wesen der vonihm unabhngig existierenden Wirk-lichkeit auss pricht und zugleich ein vomMenschen selbst geschaffener, seinem Wesen angemessener Kosmos ist (G.Lukcs, Die Eigenart des sthetischen,Aufbau Verlag, Berln y Weimar, 1981, 2 vols.,I, pg. 279).[4] T. Eagleton, Walter Benjamin or, towards a Revolutionary Criticism, Verso,Londres, 1981, pgs. 92-93.

    [5] La expresin fue empleada por Ferenc Fher en el artculo Lukcs in Weimar,en A. Heller (ed.), op. cit., pgs. 75-106, vase especialmente pg. 81.

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    [11] Cf. las Variaciones sobre el tertium daturen la obra de Lukcs, incluidas luegode las conversaciones recopiladas en Im Gesprch mit Georg Lukcs, BeckscheVerlagsbuchhandlung, Mnich, 1978.[12] Nicolas Tertulian ha ofrecido una breve pero inteligente sntesis de las crticaslukcsianas al estalinismo y al neopositivismo formuladas ante todo en lapstuma Ontologie des gesellschaftlichen Seins en La pense du dernier

    Lukcs, Critique, 517-518, juin-juillet, 1990, pgs. 594-616.[13] Cabe recordar que Lukcs ha definido la alienacin capitalista como elresultado de la contradiccin entre el desarrollo de las capacidades y el de lapersonalidad conjunta: Das Phnomenon selbst [der Entfremdung]... lsst sich soformulieren: die Entwicklung der Produktivkrfte ist notwendigerweise zugleich dieder menschlichen Fhigkeiten. Jedoch [...] die Entwicklung der menschlichenFhigkeiten muss nicht notwendig eine Entwicklung der menschlichen Persn-lichkeit herbeifhren. Im Gegenteil: Sie kann gerade durch die Hherentfaltung voneinzelnen Fhigkeiten die menschliche Persnlichkeit verzerren, erniedrigen, etc. Esgengt, wenn man an viele Teamspezialisten der Gegenwart denkt, bei denen dieraffiniert gezchteten Spezialgeschicklichkeiten in hchstem Grad alspersnlichkeitszerstrend wirken (G. Lukcs,Zur Ontologie des gesellschaftlichenSeins, Luchterhand, Darmstadt und Neuwied, 1984, 2 vols., I, pg. 504). Veremos que

    este anlisis es aplicado tambin al desarrollo de las capacidades tcnicas delescritor: segn Lukcs, es a menudo el unvoco despliegue de una u otra destrezaartstica aislada la razn de la falta de armona conjunta de la obra literaria.[14] Cit. en G. Lukcs, Die Eigenart, I, pg. 777.[15] As, indica Philippe Despoix, intentando identificar el pensamiento esttico delltimo Lukcs con la filosofa de la historia hegeliana: Si lon interprte louvrageprcdent de Lukcs Le jeune Hegel comme une reconstruction de sa proprebiographie sa rupture avec Ernst Bloch devant constituer lquivalent de celle,longuement explicite dans le livre, de Hegel avec Schelling on comprend mieuxla parent, voire lidentification avec la conception hegelienne (Lcole deBudapest et sa reception de Lukcs (aux origines de la thorie critique) [Doctoratnouveau rgime. Thse soutenu le 8, avril, 1987], cole des Hautes Etudes enSciences Sociales, Pars, 1987, pgs. 12-13).[16] Cabe recordar que, en Die Eigenart des sthetischen, Lukcs distingue alhombre enteramente [Menschen ganz] de la desanthropomorphisierendenWiederspiegelung del hombre entero [ganzen Mensch] de la cotidianidad.[17] Tanto para Lukcs como para Benjamin la muerte trgica es un privilegio sloaccesible a grandes hombres. Frente a Nietzsche ambos opinan que la tragedia, lamuerte trgica no es para todos, no es algo democrtico, aunque de ella salgabeneficiada toda la comunidad. Pero slo el hroe, aislado, y en la soledad msabsoluta, es el que muere silenciosamente (A. Lucas, Lukcs y Benjamin: silencioy tragedia, en VV. AA., La obra de Lukcs hoy, Fondo de Investigaciones Marxistas,Madrid, 1987, 2 vols., II, 123-150, pg. 142. El cotejo propuesto por este artculo serestringe a la Metaphysik der Tragdie y a Die Ursprung des deutschenTrauerspiels).

    [18] Lo que conlleva una negacin de la inmanencia, de la cismundanidad artstica;es significativa esta caracterizacin de Raddatz, en la que debe interpretarse unadefensa de la esttica adorniana: Adorno nennt das die Verhaltensweise einesKunstwerks, und nur die gibt ihm die raison dtre. Sein Gelingen kennzeichnet sichdurch das Sich-Aufgeben des Subjekts im Werk, nicht durch Anbiederung an dieRealitt. Dieses Prinzip von Leid und ins Werk eingegangener Individualittkonstituiert die [...] soziale Konsequenz: denn wahr ist nur, was nicht in dieseWelt passt (F. J. Raddatz, Der hlzerne Eisenring. Die moderne Literatur zwischenzweierlei sthetik: Lukcs und Adorno, Merkur. Deutsche Zeitschrift freuropisches Denken, 31, 1977, 28-44, pg. 33).[19] Benjamin ha extrado explcitamente esta inferencia, ante la cual hademostrado a diferencia de Adorno cierta desconfianza; entenda que laexaltacin unilateral de la acedia por parte de los alegoristas barrocos haba

    redundado en un distanciamiento idealista de la realidad natural tanto como de lapoltica: The forsakennes of nature, understood as a theological truth, was thesource of the melancholy of the allegoricists: The steadfastness which expresses

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    itself in the intention of mourning is born out of loyalty to the world of things. But itis a world of dead objects, a realm of infinite hope lessness. In it, political actionis judged as mere arbitrary intrigue. Now at the crucial point and this followsnecessarily from the melancholics politics of contemplation rather than intervention allegory deserts both history and nature and [...] takes refuge in the spirit [...]. Inorder to remain true to God, the German allegoricists abandon both nature and

    politics [...]. In short, Benjamin criticizes Baroque allegory for its idealism (S. Buck-Morss, The Dialectics of Seeing. Walter Benjamin and the Arcades Project, MIT Press,Cambridge-Londres-Massachussets, 1989, pgs. 174-175).[20] Benjamin speaks of the orientation towards practical interests, which ischaracteristic of many born story-tellers; he says that stories are likely to contain,openly or latenly, something useful, that they have counsel to give (L. Trilling,Sincerity and Authenticity, Harvard u. p., Cambridge, Massachusetts, 1972, pg. 135).[21] So it turns out that to assess the full originality of Adornos historical vision,we must try to bring a new unfamiliarity to some of the social phenomena we areaccustomed to take for granted: to stare, for instance, with the eyes of a foreignerat the row upon row of people in formal clothing, seated without stirring within theirarmchairs, each seemingly without contact with his neighbors, yet at the same timestrangely divorced from any immediate visual spectacle, the eyes occasionally

    closed as in powerful concentration, occasionally scanning with idle distraction thedistant cornices of the hall itself (F. Jameson, T. W. Adorno; or, historical tropes,en Marxism and Form. Twentieth-Century dialectical Theories of Literature,Princeton U. P., New Jersey, 1971, 3-59, pg. 12).[22] Lcole de Francfort a gard ses positions critiques; elle se retrouvenanmoins dans la situation des hgliens de gauche de lAllemagne des annes1840. Elle est revenue la dualit entre sujet et objet, et critique le monde partirdes ides quelle est loin de pouvoir fonder. Bauer venait de Hegel; Adorno,aujourdhui, vient dun Adorno plus ancien, proche des positions dHistoire etconscience de classe et qui aurait difficilement accept ce refus radical et cetteconscience critique au nom de laquelle il parle aujourdhui (L. Goldmann, Lukcset Heidegger, Denol / Gonthier, Pars, 1973, pg. 175).[23] [The tradition] has [...] as the normally contingent virtue of exile, certainqualities of perception: in particular, the ability to distinguish inadequacies in thegroups which have been rejected. It gives, also, an appearance of strength,although this is largely illusory. The qualities, though salutary, are largely negative;there is an appearance of hardness [...] but this is usually brittle, and at timeshysterical: the substance of community is lacking, and the tension, in men of highquality, is very great. Alongside the tough rejection of compromise, which gives thetradition its virtue, is the felt social impotence, the inability to form extendingrelationships (R. Williams, Culture and Society(1780-1950), Chatto & Windus,Londres, 1960, pg. 289).[24] Adorno revient, avec beaucoup de finesse et de subtilit, cette pense no-kantienne et la dualit de sujet et de lobjet que Lukcs et Heidegger avaientdpasse, et il rejoint ainsi la position de la Conscience Critique de Bruno Bauer et

    de Max Stirner (L. Goldmann, op. cit., pg. 171).[25] Sera injusto pasar por alto que la insistencia adorniana sobre la elocuencia delsilencio persisten ciertas marcas profundas del contacto juvenil con Kracauer.Recurdese que ste haba sugerido rastrear en las grandes obras de la filosofa lossilencios y fracturas en los que halla autntica expresin el sufrimiento humano:From Kracauer... [Adorno] learned one of the major premises of his later work: tolook at philosophy as a conflicting force field of objective-ontological andsubjective-idealist moments, which revealed its meaning as much through itsdiscontinuities and silences as its positive assertions. Kracauer was especiallysensitive [...] to the expressions of suffering that he found submerged inphilosophical texts (M. Jay, Adorno and Kracauer: notes on a troubled friendship,en Permanent Exiles, Columbia U. P., Nueva York, 1989, 217-236, pg. 219). En lainterpretacin de los silencios de Toas en cuanto tcitas manifestaciones de un

    dolor reprimido deberan verse, pues, los efectos de esta influencia de Kracauer.[26] Das Kstchen der Melusinendichtung, eines der rtselvollsten aus GoethesHand, ist die Gegeninstanz zum Mythos, die diesen nicht schlgt, sondern durch

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    Gewaltlosigkeit unterbietet. Danach wre es die Hoffnung, eines der orphischenUrworte und eine Losung der Iphigenie, dass das Gewaltsame des Fortschrittsverblasst, in welchem die Aufklrung Mimikry an dem Mythos treibt: dass er kleinerwird oder, nach dem Wortlaut der Iphigenieverse, ermattet. Hoffnung ist dasEntronnen sein des Humanen aus dem Bann, die Snftigung der Natur, nicht derensture Be-herrschung, die Schicksal perpetuiert. In der Iphigenie erscheint Hoffnung,

    wie an entscheidender Stelle der Wahlver wandschaften, nicht als menschlichesGefhl sondern als Gestirn, das der Menschheit aufgeht (Th. W. Adorno, ZumKlassizismus von Goethes Iphigenie, en Noten zur LiteraturIV, Suhrkamp, Frankfurta. M., 1974, 7-33; pg. 32). A propsito de la alusin a la Melusinendichtung, caberecordar que entre los proyectos nunca realizados de Benjamin se encontraba unanlisis del Mrchen (cf. la carta de Adorno a Benjamin del 29 de febrero de 1940, enAdorno y Benjamin, Briefwechsel 19281940. Herausgegeben von Henri Lonitz,Suhrkamp, Frankfurt a. M., 1994, pg. 420).

    RESUMEN PARA REPERTORIOS BIBLIOGRFICOSTTULO: VIVENCIA TRGICA O PLENITUD PICA: UN CAPTULO DEL DEBATE LUKCS-ADORNO

    AUTOR: Miguel Vedda.LUGAR: Universidad de Buenos Aires.TTULO DE LA REVISTA:Analecta Malacitana, XX, 2, 1997.RESUMEN: la esttica lukcsiana revela una creciente predileccin porlas formas picas y una correlativa fe en la reduccin de la incidenciade los eventos trgicos en la evolucin de la humanidad. Si, segnLukcs, la distancia entre epos y drama deviene cada vez msrelativa e imprecisa, Adorno sostiene la primaca del hroe trgico yla trascendencia de la verdad frente a un mundo vaciado de sentido.Un anlisis de la apropiacin de la esttica goetheana por ambospensadores no slo permite entender sus preferencias genricas, sino

    que ayuda a superar una de las principales polmicas de la estticamarxista.ABSTRACT: the aesthetics of Lukcs shows an increasing preference forthe epic forms and a correlate belief in the reduction of the incidenceof tragical events in the development of humanity. If, according toLukcs, the distance between epos and drama becomes more andmore relative and imprecise, Adorno supports the primacy of thetragic hero and the trascendence of truth in the face of a meaninglessworld. An analysis of the appropiation of the goethean aesthetics onthe part of the two thinkers will contribute to understand their choices

    and to overcome one of the capital polemics in the history of themarxist aesthetics.NOTAS: anlisis de la polmica Lukcs-Adorno en torno a Goethe: susefectos en la caracterizacin de epos y drama.DESCRIPTORES: epos/tragedia/catarsis/novela/hybris/sublimidad/cosificacin/esttica marxista/cultura.KEY-WORDS: epic/tragedy/catharsis/novel/hybris/sublimity/reification/marxist aesthetics/culture.IDENTIFICADORES: Theodor (Wiesengrund-) Adorno/Honor Balzac/Walter Benjamin/Ernst Bloch/Bertolt Brecht/Terry Eagleton/Escuelade Frankfurt/Ferenc Fher/Georg Forster/Wolfgang Goethe/Lucien

    Goldmann/Arnold Hauser/Georg Wilhelm Friedrich Hegel/AgnesHeller/Friedrich Hlderlin/Fredric Jameson/Immanuel Kant/Sren

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    Kierkegaard/Heinrich Kleist/Sigfried Kracauer/Emil Lask/GottholdEphraim Lessing/Georg Lukcs/Karl Marx/Friedrich Nietzsche/Novalis/Martin Opitz/Karl Popper/Jean-Paul Sartre/FriedrichSchiller/Friedrich Schlegel/Georg Simmel/Lionel Trilling/MaxWeber/Raymond Williams.

    TOPNIMOS: Weimar/Frankfurt/Budapest/Grecia.PERODO HISTRICO: siglo XX.