acción educativa - nums9_10

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Revista del Centro de Investigaciones y Servicios Educativos de la Universidad Autónoma de Sinaloa, México.

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  • Universidad aUtnomade sinaloa

    rectorMC Hctor Melesio Cun Oeda

    secretario Generalmed. esp. Jess maduea molina

    director de serviciosescolares

    dr. ignacio velzquez dimas

    FacUltad de cienciasde la edUcacin

    directoramc ana luca escobar chvez

    coordinadora acadmicadra. carmen Beatriz audelo lpez

    coordinador administrativoProfr. Guillermo ramrez Blanco

    conseJo editorial

    margarita Baz y tllez, Universidad autnoma metropolitana / ana rodrguez, Universidad autnoma de madrid / Blanca margarita norie-ga chvez, Universidad Pedaggi-ca nacional / ana Hirsh adler, iisUe Universidad nacional autnoma de mxico / Jos contreras domingo, Universidad de Barcelona / Juan delval, Universidad autnoma de madrid / ngel daz Barriga casals, iisUe Universidad nacional au-tnoma de mxico / olac Fuentes molinar / Gilberto Guevara niebla, FFyl Universidad nacional aut-noma de mxico / manuel Prez ro-cha, Universidad autnoma de la ciudad de mxico / Jos ngel Pes-cador osuna, el colegio de sinaloa / Hugo aboites, Universidad aut-noma metropolitana Xochimilco / Juan luis Pintos, Universidad de santiago de compostela / Pruden-ciano moreno moreno, Universidad Pedaggica nacional.

    comit editorial

    rodrigo lpez Zavala, miguel ngelrosales medrano y martn Pastor angulo

    editor responsableliberato tern olgun

    domicilio y corresPondencia: FacUltad de ciencias de la edUcacincalle Platn 856, villa Universidad, c.P. 80010, culiacn, sinaloa

    telfono (667) 753-41-69, Fax (667) 753-19-63correo electrnico: [email protected]

    segunda, tercera y cuarta de forros: rosy aragn y Juan Bonardeldiseo de Portada, interiores e ilUstraciones

    melisa cota / diana GarayimPresin y encUadernacin

    imprenta de la Uastraducciones de este nmero: Jorge B. rodrguez/autores

    Accin Educativa aparece en la direccin electrnica:http://cise.uasnet.mx

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  • Contenido

    a Fondo

    7

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    16

    30

    47

    58

    71

    88

    editorial

    la inevitabilidad del patriarca-do y los estudios feministas

    tamaulipas: revaloracin del profesor universitario a partir del PromeP

    las nuevas tecnologas inform-ticas en el debate educativo

    Baja california: encuestas orga-nizacionales, estrategia para el mejoramiento institucional

    evaluacin de las metas de cober-tura, segn el Programa nacional de educacin 2001-2006

    iconopedagoga: la imagen en la formacin del docente

    el estilo de enseanza, una rea-lidad compleja

    Jorge Guillermocano

    Josefina Guzmny teresa Guzmn

    Prudencianomoreno morenoet al.

    Jess FranciscoGalaz Fonteset al.

    Hidalia snchezPrez

    Jos luis aragnmelchor

    Hctor F. castromontoya

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  • reseas

    entrevista

    experiencias

    adelantos

    94

    104

    114

    133

    147

    152

    156

    157

    aportes iniciales para una teo-ra de modelos

    las tic y la educacin bsica

    el PPPa y el valor de la utopa

    transposicin didctica

    la identidad cultural es mlti-ple y no singular. entrevista con carlos vlez-ibez

    sistemas de innovacin regio-nal en clusters biotecnolgicos de canad

    Publicaciones recibidas

    Protocolo para colaboradores

    miguel ngelrosales medrano

    Jess Bernardomiranda esquer

    omar ruzaguilera

    Jos Pablo ruelasseplveda

    Jos de Jesslara ruiz

    ana lucaescobar

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  • Editorial

    Que las primeras palabras sean para ofrecer una disculpa a los lectores, pues por circunstancias por completo involuntarias el nmero de mayo ltimo no pudo aparecer y es hasta hoy, con este nmero doble, con que repo-nemos aquella falla que somos los primeros en lamentar.

    como confirmarn los lectores, este nmero de Accin Educativa tiene un contenido aceptable y respetable. debe decirse, en principio, que el mrito de ello pertenece, en grandsima parte, al aporte desinteresado del doctor Jorge Guillermo cano tisnado, quien asumi temporalmente, a invitacin de la di-reccin de la Facultad, la direccin de la revista, dicho lo cual aadimos la cons-tancia de nuestra gratitud.

    Un recorrido rpido por las secciones que integran este nmero permiten apreciar en A fondo ensayos acadmicos de primera importancia, por cuan-to se trata de reflexiones sobre temas de una condicin polmica, inagotable todava, adems de hechos de poltica educativa tambin de una necesaria mirada crtica.

    en Adelantos figuran consideraciones a ttulo de arriesgadas miradas a problemas tericos de la mxima importancia, as como exploraciones donde empiezan a desbaratarse aparentes verdades tenidas como indiscutibles.

    adentrndonos, en Experiencias encontraremos la que, denominada Plan de Perfeccionamiento del Personal acadmico, vivi intensamente la Univer-sidad autnoma de sinaloa entre los aos setenta y ochenta, expuesta aqu por su principal conductor; asimismo, un ensayo que relaciona con otra reali-dad educativa de la Uas.

    Entrevistas se hizo imprescindible abrirla, debido a la relevancia del docu-mento recibido.

    Por ltimo, de no menor importancia, Reseas contiene una comunicacin sobre la problemtica mxico-canadiense, de particular inters y actualidad.

    si redondo o no, de esta manera cuidamos el nmero doble Accin Educa-tiva y los lectores tienen la palabra.

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  • A Fondo

    Facultad de ciencias de la educacin

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    LA INEVITABILIDADDEL PATRIARCADOY LOS ESTUDIOSFEMINISTAS

    JorGe GUillermocano

    doctor en ciencias so-ciales. rea de concentra-cin: desarrollo educati-vo; profesor investigador titular de la Facultad de ciencias de la educacin de la Universidad aut-noma de sinaloa.

    i. convencido de que en el mundo globalizado no es da-ble, bajo circunstancia alguna, cancelar las posibilidades de la discusin abierta y desprejuiciada (el punto de par-tida para el enfrentamiento de las imposiciones), en este trabajo me ocupo bsicamente de dos cuestiones: el tema de la inevitabilidad del patriarcado, a partir de un pol-mico trabajo de steven Goldberg, y los argumentos que, en mi opinin, sustentan la necesidad impostergable de los estudios feministas. el nivel de tratamiento es intro-ductorio y el objetivo es contribuir al debate necesario.

    1. Para Goldberg cuyo trabajo data de mediados de los setenta del siglo pasado, pero que sigue siendo referen-te de la discusin feminista, una teora se define como una red sistemtica de hiptesis interrelacionadas que ofrecen una explicacin general de ciertas observaciones especficas,1 forma explicativa cuya debilidad o fortale-za depende de la manera en que se relacionan los tres componentes que este autor identifica en toda teora: integridad lgica, observacin e importancia de los ele-mentos reales que la teora trata de explicar. desde esta perspectiva, el objetivo fundamental de toda teora es explicar la realidad y, en consecuencia, se debe fundar en observaciones verdicas y hechos exactos, pues de lo contrario la teora quedara destruida ipso facto, segn expresa Goldberg.

    [email protected]

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    resUmenen el debate sobre el feminismo, la obra de steven Goldberg sigue siendo un referente importante. Goldberg sostiene la inevitabilidad del patriarcado a partir de una situacin de realidad. el hombre y la mujer lo son en una sociedad determinada y su existencia se expresa en formas de actuacin especficas. Goldberg admite que no hay conclusin cien-tfica que establezca la superioridad de un sexo sobre otro, pero sostiene que se puede ha-blar de superioridad en un sector especfico. segn ese autor, el patriarcado es inevitable por razones biolgicas. las diferencias hormonales condicionan determinadas formas de socializacin que se presentan como inevitables y se manifiestan inevitablemente en las instituciones sociales.

    el dominio del hombre sobre la mujer, dice Goldberg, tiene que ver con el tipo de mentalidad que ambos reciben, congruente con las diferencias biolgicas y hormonales. la diferencia que da lugar al dominio del hombre, en esa ptica, pasa a convertirse en factor de supervivencia del grupo social, lo que tiene grandes implicaciones ideolgicas y polticas.

    Por otra parte, las principales crticas al feminismo pretenden responder a lo que se considera un estereotipo que remite a una falsa apreciacin de los alcances epistmicos del punto de vista feminista a partir de su reduccin en el enfoque particular de la mujer.

    de lo que es trata es de examinar los enfoques feministas, en razn de sus aportacio-nes a la investigacin social, como una forma de construir un conocimiento verdadera-mente universal. entre las constantes de la discusin en el plano de los estudios feministas, est la necesidad de colocar al sujeto que investiga y su objeto de investigacin en el mismo nivel, tratando de construir una relacin lo menos jerrquica posible y plantear los estu-dios feministas como respuesta a la necesidad de considerar la especificidad de un objeto particular de estudio que requiere abordaje desde la ciencia social.

    PalaBras claveinevitabilidad, patriarcado, feminismo, jerrquica, ciencia social.

    Un primer problema que se presenta frente a esta ptica evidentemente me-canicista, por la correspondencia unvo-ca que establece entre hechos dados a la observacin y criterios de certeza y vali-dez consiste en que la realidad se expli-ca desde el campo interpretativo cerra-do que constituye la realidad misma. es decir, la validez terica descansa en una suerte de codificacin y decodificacin de hechos y datos de realidad, sin consi-derar la cualidad dinmica de todo fen-meno, cuyo sentido se expresa de alguna manera en una sociedad. en otras pala-

    bras, la teora que as se sostiene elude la naturaleza dialctica de la produccin de saber, pues se limita a exponer obser-vaciones, datos de realidad, de acuerdo con una posicin doblemente mediada, pero que no es reconocida por la ptica particular del terico y la que da estatu-to de legalidad/normalidad al estado de cosas descrito por l.

    naturalmente, la contundencia con que Goldberg expresa y defiende los su-puestos de su concepcin terica pue-de resultar casi inenfrentable si l logra arrastrar a sus crticos a su propia arena:

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    2. la cuestin que constituye el punto de partida para Goldberg es ontolgica y axiolgica2 y este doble plano es, en s, un ncleo problemtico, cuya disociacin supondra una fragmentacin y reduc-cin analticas. en efecto, el hombre y la mujer son en una sociedad dada y su exis-tencia se expresa en determinadas formas de actuacin consideradas socialmente relevantes e institucionalizadas. Fuera de ese contexto, todo tipo de diferencias en-tre hombres y mujeres, incluso las gen-ticas biolgicas, carecen de sentido.

    si bien Goldberg advierte que no hay alguna conclusin cientfica que esta-blezca la superioridad de un sexo sobre

    la realidad dada, omnicomprensiva y autosuficiente para dar cuenta de s mis-ma, pero otra cosa sucede cuando teora y realidad se abordan como puntos sub-secuentes de la espiral progresiva del saber humano: el espacio dinmico, a la vez que permanente, abierto a todas las posibilidades, que es, a fin de cuentas, la nica arena donde el gnero humano lucha a diario.

    la perspectiva terica de Goldberg le resulta pertinente a la sustentacin de los supuestos que esgrime sobre la inevitabilidad del patriarcado, que ve-remos en detalle ms adelante.

    aBstractin the debate over the feminism, the steven Goldberg works still as an important reference. Goldberg holds the inevitability from the patriarchy parting of a reality situation. The man and woman are the interior of a giving society and their existence is expressed on a way of specific behaviour.

    Goldberg assumes there is not a scientific conclusion that establishes superiority from a sex over another, but he holds that we can talk of superiority in a specific sector.

    according to Goldberg, the patriarchy is inevitable by biologic reasons, the hormonal differences determinant specific ways of socialization that are presented as inevitable and evident inevitability in the social institutions.

    The control of man over the woman, says Goldberg has to do with the type of mental preparation that both receive, congruous with the biologics and hormonal differences. The difference that gives place of man dominant, in that optic, is turn in survival factor in that social group, what it has a big ideological and politics implications.

    in the other side, the main critics to the feminism tries to give answers to what is consider a stereotype that send a false appreciation of the epistemic range from a feminist view parting of her reduction at the particular woman focus.

    What is concern to examine the feminist focus in reason of the contribution to the social investigation as a matter of build a truly universal knowledge.

    among the constant discussion in the level of the feminist studies, is the necessity to put the subject who investigates and their investigation object in the same level, trying to build a relation less hierarchical possible and present the feminist studies as an answers to the needs of considering the studies as particular specified of an object that requires to be boarding from the social studies.

    Key Wordsinevitability, patriarchy, feminism, hierarchical, social science.

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    otro, tambin sostiene que se puede ha-blar de superioridad en un sector espe-cfico. de la misma manera que el hom-bre el macho es superior en cuanto al potencial de agresividad, la mujer tiene el poder de inculcar la emocionalidad en los miembros de todas las socieda-des y, en gran medida, determinar el tipo exacto que una sociedad ha de pro-ducir.3 esta argumentacin va dirigida contra los ambientalistas, psiclogos de la conducta y feministas que, segn Goldberg, al pretender que las mujeres accedan al estatuto del trato masculi-no, cancelan las posibilidades de poder emanadas de la feminidad de la mujer.

    la posicin de Goldberg es de que la ciencia no puede nunca validar o invali-dar apreciaciones subjetivas. la ciencia trata slo de lo que es y de lo que, den-tro de los lmites de la probabilidad ma-temtica debe ser. Bajo ese supuesto, se propone demostrar que hay limita-ciones a las posibilidades sociales, que stas son impuestas por la naturaleza biolgica, dir y que es imposible que una sociedad deje de conformar sus ins-tituciones a esas limitaciones (Gold-berg 1976:28).

    3. la primera evidencia que encuentra Goldberg es que no ha habido nunca, una sociedad que ni remotamente haya dejado de relacionar la autoridad y el li-derazgo en el terreno suprafamiliar con el varn, por lo que el patriarcado es universal y la situacin de dominio de la mujer slo se puede dar cuando no hay un hombre en condiciones de ejercerlo. el hecho emprico que sustenta su ar-gumentacin es que toda sociedad re-conoce ciertas diferencias emocionales

    especficas entre el hombre y la mujer, que esta diferencia siempre se manifies-ta en la misma direccin [...] y que todas las sociedades relacionan la autoridad con el hombre en todos los sectores en los que no se ha delegado en la mujer (Goldberg 1976:30-31).

    si es as, entonces lo importante es saber por qu ocurre de esa manera, por qu no hay ninguna sociedad en la que no deje de manifestarse el dominio sexual en absoluto, si es que el domi-nio masculino no constituye una adap-tacin a algn elemento suprasocial o inherente a la misma naturaleza de la sociedad.4 el hecho es, segn Goldberg, que el dominio masculino se encuentra institucionalizado en el sistema formal de valores de las sociedades (Goldberg 1976:39), de tal suerte que, incluso, la igualdad de derechos constitucionales para el hombre y la mujer, por ejemplo, es ms bien simblica y al final de cuen-tas el sentimiento social de que el varn es el portador de la autoridad repercu-te en todos los mbitos.

    4. evidentemente, Goldberg requiere de una fundamentacin suprasocial, como adelanta casi desde el principio que de-muestre la inevitabilidad, primero, de la diferencia hombre/mujer y, segundo, del patriarcado a partir de la diferencia. esta diferenciacin es biolgica: el dis-tinto grado de agresividad, que parte de un factor hormonal.5 ahora bien, si para Goldberg el patriarcado es inevita-ble por razones biolgicas, esto no im-plica ms que el hecho de que la biolo-ga humana excluye la posible existencia de un sistema social cuyo sistema de au-toridad no est dominado por los hom-

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    bres, y en el que la agresin masculina no se manifieste en forma de dominio y de xito para conseguir las posiciones de categora y poder.6

    lo que se trata de poner en evidencia es que las diferencias hormonales condi-cionan determinadas formas de socializa-cin que se presentan como inevitables. las diferencias sexuales de la agresin, dice Goldberg, estn ntimamente re-lacionadas con ciertas diferencias irre-versibles del sistema nervioso central del hombre y de la mujer que se forman antes de su nacimiento (1976:81). tales diferencias, en esta lnea de razonamien-to, se manifiestan inevitablemente en las instituciones sociales, las cuales no tienen ms que adaptarse a aquellas.

    todo el alegato de Goldberg descan-sa en el hecho, explica, de que hay una diferencia de origen fisiolgico entre hombre y mujer y que lo hormonal hace inevitable lo social.7 sin embargo, Gold-berg agrega como factor de agresin y dominio social el sociopsicolgico, cuyo grado de influencia no es suficientemen-te aclarado y sin dejar de insistir en que el sistema hormonal masculino le da al hombre una ventaja (en trminos de pro-babilidades) que le capacita para enfren-tarse mejor con aquellos elementos del ambiente societario en las que la agre-sin conduce al xito (1976:87-88).

    se trata en realidad de matices ventajas, probabilidades con los que Goldberg intenta salir al paso de su posicin determinista, que queda clara cuando afirma que los factores cultura-les nicamente pueden exagerar o mo-dificar la fuerza masculina y las dems diferencias biolgicas sexuales, pero son incapaces de modificar los trminos

    de la relacin diferenciada. tal posibili-dad no puede ser contemplada por Gol-dberg, puesto que para l la biologa trata de probabilidades inexorables a las que han de adaptarse todos los sistemas sociales.8

    5. la posicin de dominio del hombre sobre la mujer tiene que ver con el tipo de mentalizacin que ambos reciben, la socializacin a la que son sometidos, las formas de internalizacin de los roles so-ciales y esto, segn Goldberg, es absolu-tamente congruente con las diferencias biolgicas, hormonales, que predetermi-nan el dominio masculino. la mentali-zacin diferenciada no es ms que la res-puesta al reconocimiento por la sociedad de la realidad biolgica.9 an ms, la inevitabilidad de las funciones diferen-ciadas macho-hembra se presenta como condicin de equilibrio y estabilidad so-cial. equilibrio que, paradjicamente, se finca en un desequilibrio previo.

    la cuestin es que la diferencia que da lugar al dominio del hombre, en esa ptica, pasa a convertirse en factor de supervivencia del grupo social, lo cual tiene enormes implicaciones ideolgi-cas y polticas. en ese sentido es que Goldberg declara el dominio masculino como natural, y si la mujer sale perdien-do no queda ms que aceptarlo como un mal necesario. as tiene que ser porque, en opinin de Goldberg, ninguna socie-dad puede considerar a todos como un solo individuo lo que le parece incon-cebible, puesto que mientras se ma-nifiesten los elementos biolgicos no podr desarrollarse nunca una sociedad que no diferencie los roles sexuales.10

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    en consecuencia, los valores de una sociedad y los roles en su interior no se-ran el resultado de una premeditacin, sino la respuesta de la sociedad a una realidad observada. la naturaleza y gra-do de la respuesta formacin de valo-res e internalizacin de roles, por ejem-plo puede ser influida por el tipo de relaciones sociales, pero slo eso. si una sociedad limitara la agresin masculina (una sociedad industrial capitalista), es-tara arriesgando su xito global que se basa, sostiene Goldberg, en la libre ma-nifestacin del dominio masculino y sus expresiones concretas.

    Hasta aqu queda expuesta en gran-des lneas la teora de Goldberg sobre la inevitabilidad del patriarcado, tratando de destacar sus ncleos problemticos, as como adelantando algunas crticas.

    ii. el debate en torno al feminismo, ya sea como movimiento de connotacio-nes polticas particulares, como mbito epistemolgico para el acceso a la com-prensin de una realidad diferenciada, o como conjunto de tcnicas y aproxima-ciones metodolgicas a un campo de es-tudios, cuya discusin de especificidad conlleva tambin posiciones ideolgi-cas y polticas, se remite, en todo caso, a una situacin de hecho que no siempre es correctamente abordada.

    Hay, sin duda, mucho de prejuicio en cierto tipo de consideraciones que, bajo el alegato de la universalidad y objetivi-dad neutra del conocimiento cientfico, tienden a negar la legitimidad de las intenciones heursticas que reconocen, como sustento y punto de partida, las profundas discrepancias e inequidades entre diversos sectores sociales.

    en este orden de ideas, el rechazo al feminismo, en general, no sera correc-tamente dimensionado si se asume slo como producto de la controversia entre dos formas de entender la problemti-ca social: una, la universal y abarcadora de todas las categoras explicativas, y otra que caera en el reduccionismo por magnificar una perspectiva particular. la cuestin no es tan simple y habra que establecer, de entrada, que el saber cientfico social no puede ser tal si no se atiende las dimensiones puntuales y for-mas concretas en que operan los distin-tos componentes de un grupo social.

    Por otra parte, las principales crticas al feminismo pretenden dar respuesta a lo que se considera un estereotipo que remite a una falsa apreciacin de los al-cances epistmicos del punto de vista feminista a partir, ciertamente, de su re-duccin al enfoque particular de la mujer. al contrario, de lo que es trata es de exa-minar los enfoques feministas en razn de sus aportaciones a la investigacin social como una forma de construir un conocimiento verdaderamente universal, es decir, aquel que atiende a la recons-truccin de la totalidad mediante la justa dimensin y la interaccin dialctica de sus componentes particulares.

    en ese sentido, los enfoques tericos y las tcnicas para la investigacin sobre la condicin genrica en la sociedad no slo son necesarias para la comprensin de realidades diferenciadas, sino que, adems, constituyen herramientas fun-damentales para acceder a una redimen-sin de trminos relacionales que poseen una gran riqueza explicativa.

    los anlisis producidos por la inves-tigacin feminista en las ciencias sociales

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    se enfrentan a una valoracin prejuicia-da, porque su evidencia cientfica no es aceptada por la experiencia masculina (para la cual slo sus juicios constituyen el paradigma con el que hay que contras-tar toda clase de aportes explicativos). el prejuicio tiene que ver tambin con la idea comn y profundamente injus-ta de que las mujeres tienen una visin parcial, desviada e inmadura respecto de la de los hombres. en realidad, lo que se oculta es el conflicto entre las formas tradicionales del saber y las emergentes que tienen que luchar por su espacio.

    es cierto que en esas formas emergen-tes coexisten conflictos y enfrentamientos, pero esa crtica valdra para toda posicin epistemolgica, incluyendo, naturalmen-te, las diferentes tendencias androcntri-cas. en todo caso, hay que asumir la ex-periencia femenina como la de cualquier otro campo del conocimiento: un medio de plantear y generar problemas, cons-truir hiptesis y recoger evidencias en el proceso de investigacin cientfica.

    sucede tambin que la experiencia femenina tiende a cuestionar la mascu-lina como referente normal y exclusivo, lo que motiva buena parte de las expre-siones en su contra.

    ahora bien, suponiendo que la in-vestigacin feminista estuviera poltica-mente cargada, ello tampoco sera razn para descalificarla, pues la experiencia histrica demuestra que, en el campo de las ciencias sociales, han incidido de ma-nera notable las orientaciones polticas.

    la carga poltica, en sentido lato, est presente en todo asunto social. Por tanto, su abordaje reflexivo, su anlisis en el entra-mado dialctico del complejo social, tras-ciende una cualidad meramente poltica

    en trminos de la ortodoxia y el sentido comn y pasa a ser referente necesario de la ciencia social. cuando este supuesto se pone en cuestin, por lo general desde visiones conservadoras, y se trata de des-calificar por polticos los argumentos que retoman esa condicin inconcusa, se hace, en efecto, poltica menor.

    Una corriente importante de la me-todologa feminista (el empirismo femi-nista) sostiene que el contexto de des-cubrimiento es tan importante como el contexto de justificacin para eliminar prejuicios sociales que tienden a frag-mentar y distorsionar las explicaciones, en tanto que para un empirismo tradi-cional, la identidad social del analista es irrelevante. en el primer enfoque queda claro que quien identifica y define pro-blemas cientficos deja su signo social en ellos y se orienta hacia determinadas soluciones, problema que no puede re-solver el mtodo cientfico.

    Para quienes defienden el punto de vista feminista, ste privilegia la actividad humana en razn de que lo que hacemos modela y circunscribe lo que podemos conocer, cuestin que no es puesta en discusin, pues hacerlo significara negar las condiciones histricas y culturales en que se genera el conocimiento.

    en sntesis, las constantes que po-demos extraer de la discusin planteada hasta ahora, en el plano de los estudios feministas, son:

    la necesidad de colocar al sujeto que investiga y su objeto de investi-gacin al mismo nivel, tratando de construir una relacin lo menos je-rrquica posible.

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    redimensionar la parcialidad o sub-jetividad consciente del investigador.Privilegiar tcnicas cualitativas fren-te a las cuantitativas, considerando la especificidad del objeto de estudio.Proceder con un escepticismo razo-nable frente al conocimiento tradi-cional establecido.tratar de romper la hegemona de lo tradicional y sexista, y Plantear los estudios feministas como respuesta a la necesidad de considerar la especificidad de un objeto particu-lar de estudio que requiere abordaje desde la ciencia social.

    notas

    1 steven Goldberg (1976), La inevitabili-dad del patriarcado, alianza editorial madrid, p. 9.

    2 Goldberg se pregunta: qu son el hom-bre y la mujer y en qu grado deben ma-nifestarse las diferencias macho-hembra en las esperanzas, valores o institucio-nes societarias? las respuestas que l formula son el sustento de su teora del patriarcado inevitable y es de notarse que, independientemente del basamen-to cientfico que se utilice, las cuestiones estn socialmente determinadas desde su misma formulacin. Por consiguien-te, las respuestas dif cilmente podrn ser aspticas y puramente cientficas.

    3 esta evidente magnificacin de la fun-cin social femenina desatiende el he-cho de que la conformacin familiar en manos de la mujer, por ejemplo, es ex-presin de un poder delegado y no aut-nomo, socialmente determinado en sus alcances y limitaciones por una visin patriarcal.

    4 en el camino de su argumentacin, Gol-dberg adelanta que [...] aun en el caso de

    que no hubiese estratificacin poltica, el dominio masculino seguira existien-do, por lo que [...] tanto el patriarcado como el dominio masculino son el resul-tado directo de un elemento suprasocial y [...] no es necesario recurrir al patriar-cado para demostrar la inevitabilidad del dominio masculino, ni al dominio mas-culino para demostrar la inevitabilidad del patriarcado (1976:36-37).

    5 Goldberg precisa: si los elementos am-bientales sencillamente se adaptan a los lmites implantados por los elementos hormonales, entonces la trayectoria sexual determinada por los elementos hormonales es irreversible y las institu-ciones que se adaptan a esas direcciones son, si m teora no est equivocada, in-evitables Goldberg 1976:69).

    6 ms claramente: la nica hiptesis bio-lgica incluida en este libro seala que los individuos, cuya anatoma mascu-lina hace que sean identificados social-mente como machos, tienen un sistema hormonal que origina una capacidad ms grande para la agresin (o un lmite ms bajo para descargar la agresin, que para nuestro propsito es lo mismo), que aquellos individuos cuya anatoma femenina les conduce a ser identifica-dos socialmente como hembras, y que la mentalizacin y las instituciones se adaptan a la realidad de la diferenciacin hormonal del sexo y a la realidad esta-dstica que supone la ventaja de la agre-sin que el varn deriva de su sistema hormonal (Goldberg 1976:71-75).

    7 lo importante, afirma, es que el hombre y la mujer difieren en cuanto a su sistema hormonal y que en todas las sociedades se manifiestan las instituciones de que estamos tratando (Goldberg 1976:83).

    8 ibid, p. 89.9 ibid, p. 99.10 ibid, p. 107.

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  • A Fondo

    Facultad de ciencias de la educacin

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    TAMAULIPAS:REVALORACINDEL PROFESORUNIVERSITARIO APARTIR DEL PROMEP PROMEP

    JoseFina GUZmn1y teresa GUZmn2

    1 acadmica de la Uat

    introdUccin

    en la agenda gubernamental de las ltimas dos dcadas, el mejoramiento del profesorado ha sido uno de los ejes principales para elevar la calidad educativa de las uni-versidades pblicas mexicanas. a partir de los primeros estudios de Gil antn (1994), la realidad mostrada dej al margen el gran problema de la preparacin y calidad de los profesores universitarios que, paradjicamente, tienen la principal tarea de formar a otros. de acuerdo con albatch (1977), la funcin de los profesores no slo se remite al aula, sino que, por el contrario, los acadmi-cos son el corazn de la empresa de educacin superior, porque 1) slo con el desempeo de su rol se logra la funcin social asignada a las instituciones de educacin superior en la sociedad, 2) tienen el control sobre el cu-rrculo y contenido de la agenda de investigacin, y 3) en distintos grados, participan en el gobierno de las organi-zaciones. es decir, adems de controlar la transmisin, produccin y difusin del conocimiento, ms que nin-gn otro grupo en la sociedad los acadmicos han teni-do la responsabilidad de mantener la continuidad de la idea de la universidad. Por razones como stas, es que el mejoramiento del profesorado se contempla como una estrategia para la transformacin de las universidades.

    la actividad docente, en su sentido ms amplio, es la razn fundamental de ser de la universidad; la docencia,

    2 acadmica de la Uat

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    la asesora a estudiantes, la tutora, la direccin de proyectos terminales o te-sis, la continua revisin y actualizacin de planes y programas de estudio, la or-ganizacin de seminarios, entre otros, forman el rea ms importante del que-hacer universitario y definen de manera general el perfil de la planta acadmica de la institucin.

    el profesor es una de las figuras cen-trales del proceso de enseanza apren-dizaje. Por consiguiente, la calidad edu-cativa tiene una vinculacin obligada con la calidad de los profesores. de ah que las polticas y proyectos de desarro-llo de la educacin giren alrededor del profesor y le encomienden una amplia

    diversidad de tareas, cuyo cumplimien-to cabal requiere de su capacidad y su compromiso pleno.

    este trabajo es parte de los resulta-dos obtenidos por un proyecto de inves-tigacin hecho en la Universidad aut-noma de tamaulipas con los profesores de tiempo completo y con el objeto de a identificar el impacto que las polticas operativas del PromeP han tenido en los profesores de tiempo completo de esa casa de estudios para contar con fun-damentos basados en las percepciones de los propios profesores respecto del impacto del PromeP en su trayectoria acadmica.

    resUmen

    este trabajo es parte de los resultados obtenidos de una investigacin realizada en la Uni-versidad autnoma de tamaulipas para conocer el impacto que el Programa de mejo-ramiento del Profesorado (PromeP) ha tenido en los profesores de esta universidad. la evolucin constante y creciente de los indicadores de profesores certificados en la insti-tucin y el resultado de polticas internas son algunos de los indicadores que han sealado el impacto de esta poltica entre los profesores. asimismo, algunos de los resultados ms significativos fueron los que indican que el PromeP le ha dado al profesor reconocimiento en la institucin y como un factor de motivacin en su carrera acadmica.

    PalaBras claveProfesin acadmica, educacin superior, polticas educativas.

    aBstractThis document is part of the results gained of an investigation carried out in the University autonomous of tamaulipas to know the impact of teaching staff improvement program (PromeP) that has had in the teacher staff from this university. The persistent evolution growing of the indicators of certify teachers inside of the institution and the result of po-litical internal are some of the indicators that has marked from this politic among the teachers. Therefore some of the more meaningful results were those who indicate thats the PromeP has giving to the teacher recognition inside the institution and is a motivation factor inside his academic race.

    Key Wordsacademic profession, higher education, educational policies.

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    el ProBlema

    el Programa de Desarrollo Educativo 2001-2006 (seP) plante objetivos y es-trategias para la educacin superior, que precisan la consideracin de un conjun-to de elementos para mejorar la calidad de los procesos educativos, como son la formacin del personal acadmico con estudios de posgrado y su incremento mediante la contratacin de profesores con altos niveles de formacin y com-petencia, la flexibilizacin de planes y programas de estudio, la vinculacin de la docencia con la investigacin y la for-macin integral de los educandos con la implementacin de acciones de tutela-je, entre otras alternativas. como deto-nante de los procesos de bsqueda de la calidad, se cre un sistema nacional de formacin del personal acadmico, que en 1996 se tradujo en la continuidad sexenal del Programa de mejoramiento del Profesorado (PromeP).

    actualmente, las universidades p-blicas estn sujetas a una serie de polti-cas de certificacin y acreditacin para mejorar la calidad de la educacin su-perior en mxico. la Universidad aut-noma de tamaulipas no es la excepcin. desde hace tiempo se han tomado estas polticas para su aplicacin en la institu-cin. es el caso del Programa de Mejo-ramiento del Profesorado (PromeP), el cual ha llevado a replantear la concep-tualizacin de la docencia y la incor-poracin de nuevos elementos como son: generacin o aplicacin del cono-cimiento, gestin acadmica, tutora y cuerpos acadmicos.

    tradicionalmente, la funcin del do-cente se haba centrado slo en la impar-

    ticin de clases frente a grupo, y con los lineamientos de PromeP hoy se habla de cuatro funciones sustantivas: docen-cia, produccin, tutora y gestin acad-mica. la investigacin se haba realizado de manera individual; por excepcin, en algunas reas del conocimiento se haca por medio de grupos de trabajo.

    en las instituciones de educacin superior de mxico, la tendencia hacia una cultura de organizacin basada en el desarrollo y consolidacin de cuerpos acadmicos permite observar la dificul-tad para lograr un cambio estructural, debido a la resistencia de algunos aca-dmicos al nuevo esquema de trabajo, lo que se evidencia en los planes operati-vos de las dependencias de educacin superior y en los planes individuales de trabajo de cada profesor, que en algunos casos no muestran congruencia con el objetivo de impulsar ese modelo de de-sarrollo. este planteamiento no ha sido verificado con un estudio emprico, lo que despierta el inters por conocer la efectividad de las polticas del PromeP en los profesores de tiempo completo, ya que se estima que a nivel individual habrn de alinearse los objetivos de la persona y de la institucin en el seno de un conjunto de polticas, criterios y reglas de actividad que conducen a un reconocimiento y a un estmulo de tipo econmico. conocer el impacto que tie- nen las polticas del PromeP en los pro-fesores de tiempo completo es, en s, el anlisis de la efectividad de un instru-mento de poltica de impulso a la cali-dad de la educacin, el cual, a diez aos de su operacin, no ha sido evaluado con base en un estudio de este tipo en la Universidad autnoma de tamaulipas.

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    de acuerdo con magaa (2001), es pre-ciso analizar si la falta de congruencia es decir, bajo impacto es producto de inconsistencias en el mecanismo de in-tegracin de esos cuerpos acadmicos, o bien representa un signo de la etapa de formacin o consolidacin por la que transitan la mayor parte de estos colec-tivos, cuyos integrantes pueden sentir amenazada su cotidianeidad y las ven-tajas individuales acumuladas en su tra-yectoria, ante una nueva forma de vida acadmica.

    oBJetivo de la investiGacin

    es necesario conocer el impacto del PromeP desde su implementacin en la Universidad autnoma de tamaulipas, as como el grado de aceptacin que tie-ne en los profesores de tiempo comple-to. esto generar tener una visin ms amplia acerca de los resultados que ese programa ha tenido y el impacto en el Plan estratgico de desarrollo institu-cional 2007-2010. en este escenario, los objetivos de este trabajo de investiga-cin se enfocan a:

    Objetivo general. determinar las percepciones e impacto que los linea-mientos del PromeP han generado en los profesores de tiempo completo de la Universidad autnoma de tamaulipas.

    mtodo

    este estudio tiene una naturaleza de ca-rcter exploratorio, con inters en un fenmeno especfico que se analiza des-de la perspectiva inductiva, por lo que se abordar usando la metodologa de estudio de caso (yin, 1993), de natura-

    leza transversal, en cuanto al segmento referido a la percepcin de los profeso-res respecto de los beneficios recibidos mediante el PromeP. Para lograr los propsitos de esta investigacin, la me-todologa seleccionada fue cualitativa y cuantitativa, utilizando el concepto de-finido como triangulacin, que procede de una serie combinada de diferentes medidas, bajo el supuesto bsico de que cada mtodo simple se compensar con el contrapeso de la fuerza de otro (den-zin, 1970). la triangulacin ayud a eliminar prejuicios que pudieran resul-tar de la utilizacin de un solo mtodo, anlisis o teora (Gall, Borg, 1996).

    la percepcin de los profesores fue estudiada con un enfoque cuantitati-vo. se obtendrn los datos con la apli-cacin de un instrumento, como es el cuestionario a 290 profesores de tiempo completo de la Universidad autnoma de tamaulipas, y que represent la in-dividualidad del PromeP a travs del Perfil deseable. este tipo de mtodo de recoleccin de datos proporciona infor-macin sobre sentimientos, actitudes, motivaciones, experiencias y alcances de los individuos (Gall, Borg, 1996). los datos obtenidos fueron sometidos a un anlisis estadstico descriptivo (Gall, Borg, 1996), que son tcnicas matem-ticas que organizan y resumen un grupo de datos numricos, utilizando para ello el programa sPss.

    el PromeP y sU lleGada a la Uat

    las crisis econmicas que se dieron en este pas obligaron a recortes pre-supuestales en los financiamientos otorgados a las universidades; fue el

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    presidente miguel de la madrid (1982) el primero en sealar lo negativo del fi-nanciamiento indiscriminado a institu-ciones de educacin superior que no se preocupaban por la calidad, as como de sealar la importancia de contar con indicadores establecidos desde las pol-ticas gubernamentales, condicionados para el otorgamiento de financiamien-to. se puede decir que este periodo fue un parteaguas para las relaciones que el gobierno, la comunidad cientfica y el sis-tema de educacin superior establecie-ron en nuevos lineamientos, centrados mucho ms en la auditoria (accountabi-lity) de los recursos asignados.

    en la dcada de los ochenta, el dete-rioro de las universidades pblicas fue la consecuencia de un recorte presu-puestal que impidi el crecimiento de la planta f sica, acervos bibliogrficos y, por supuesto, un derrumbe de los sa-larios universitarios, pasando de entre seis y siete salarios mnimos en 1980 a cuatro y cinco en 1989. todos estos elementos deterioraron la calidad de la educacin superior pblica, generando una devaluacin de los certificados uni-versitarios pblicos, sobre todo en cues-tin de competencia y oportunidad de movilidad social. en este periodo ocu-rri lo que Brunner (1994) ha llamado la transicin del estado asistencial be-nevolente al estado auditor, teniendo como tarea principal el establecimiento de polticas que buscaran la productivi-dad institucional e individual en las ta-reas acadmicas. como primera medi-da, se cre en 1984 el sistema nacional de investigadores, con el objeto princi-pal de lograr que, pese al deterioro de los ingresos de la mayora de los acad-

    micos, las instituciones retuvieran a sus investigadores y profesores destacados y, con esto, se evitara la fuga de cerebros entre los miembros de la comunidad cientfica (Grediaga, 2000).

    en 1997, la Universidad autnoma de tamaulipas firm el convenio PromeP para formalizar con la subsecretara de educacin superior e investigacin cientfica los acuerdos de implementa-cin de este programa, iniciar el ejerci-cio de los recursos financieros asignados y seguir los lineamientos para el uso de recursos financieros PromeP y las re-glas de operacin de becas PromeP.

    es dif cil entender el nacimiento del PromeP como un programa aislado y de creacin distinta en sus orgenes en 1996. la situacin contextual por la que se desarroll este programa responde, ms bien, a un cambio en las polticas nacionales para la educacin superior, que requiere ser analizada en su conjun-to como parte de un proceso de trans-formacin del que el PromeP fue su resultante.

    se puede afirmar, a grandes ran-gos, que las polticas gubernamentales en la poca de los noventa enfrentaron cambios, pero tambin continuidades, pues sus objetivos generales continuaron siendo: mejorar la calidad, diversificar la oferta, aumentar la cobertura, agi-lizar la coordinacin y administracin e incrementar la eficiencia, pertinencia y eficacia. los cambios aparecieron, ms bien, a nivel de prioridades, pues en 1990 era ms importante mejorar la calidad con la reorganizacin de las ins-tituciones que aumentar la cobertura. a partir de 1996, la cobertura aparece como primer punto.

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    se puede tambin hablar de un cam-bio en las estrategias para alcanzar los objetivos mencionados. en el inicio de la dcada de los noventa, la estrategia pre-ponderante era la evaluacin y el cambio organizacional (Kent, 1997). despus de la constitucin de la comisin nacional de evaluacin (conaeva) en 1989, se plantearon procesos para evaluar a las instituciones, a los programas y al sis-tema en su conjunto. ligado a la eva-luacin institucional, el planteamiento era modernizar el funcionamiento de las universidades, mediante once lneas prioritarias financiadas por el Fomes (Gago, 1992).

    y no es precisamente que la evalua-cin haya desaparecido del contexto de las polticas al final de la dcada, si no que, al contrario, sta fue institucionali-zada y remarcada en el eje central de las polticas gubernamentales: el PromeP, de tal manera que la evaluacin pas de ser central en la institucin o en el siste-ma a tener prioridad por la evaluacin de programas mediante los ciees, y la del conacyt para el Padrn de excelencia de posgrados. se aplicaron exmenes de ingreso y egreso a travs del ceneval. siguieron el Programa de estmulos a la docencia y el sistema nacional de in-vestigadores (sni). apareci un proceso nuevo, con la evaluacin de acadmicos para el perfil PromeP. la evaluacin de los acadmicos tom, entonces, vital im-portancia, teniendo tres niveles: el insti-tucional, a travs del sni y del PromeP (de vries, 2000).

    nacido oficialmente en 1996, el Pro-meP pareci al inicio como un progra-ma de superacin acadmica semejante a tantos anteriores. la verdad es que el

    programa comenz a abarcar otros as-pectos: elabor convenios de desarrollo con cada unidad acadmica (convenios des-PromeP) para planear el nmero de profesores que necesitaban supe-rarse. la planeacin incluy tambin la planeacin del nmero total de profeso-res, de la proporcin de tiempos com-pletos, de la infraestructura (cmputo, bibliotecas, laboratorios, espacios f si-cos), de la oferta de programas, del cre-cimiento de la matrcula y de las lneas de investigacin a desarrollar, cada una con su cuerpo acadmico. as, tanto el Fomes como las autorizaciones de nue-vas contrataciones empezaron a basarse en los convenios.

    Hacia finales de la dcada, este fon-do otorg apoyo para la infraestructura contemplada en los convenios, mien-tras las autorizaciones de contratacin siguieron lo plasmado en los planes, con la exigencia de que los nuevos con-tratados deberan cumplir con el perfil PromeP. este programa desemboc en un ejercicio de planeacin central, don-de se asignaron los recursos extraordi-narios y los incrementos de los ordina-rios a partir de planes de desarrollo con una vigencia de diez aos (hacia 2006), acordados entre unidades acadmicas y el gobierno federal (de vries, 2000).

    ante lo anterior, la estrategia del Fomes sufri una significativa trans-formacin, pues al inicio de la dcada el fondo asignaba recursos para proyec-tos de reforma institucional, ligados a la evaluacin institucional. Pero a partir de 1997 cambi del financiamiento a me-gaproyectos institucionales a proyectos presentados por cuerpos acadmicos y de proyectos de cambio institucional a

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    proyectos presentados para la infraes-tructura planeada en los convenios des-PromeP. todava en 1993 se considera-ba que el Fomes asignaba demasiado a infraestructura en ese entonces, 50% del total asignado, ya que su objetivo consista en cambiar las funciones sus-tanciales (Kent et al., 1997). a partir de 1998, se estableci que, por lo menos, 80% de los recursos se deberan desti-nar a la infraestructura, con preferencia para los cuerpos acadmicos consolida-dos (de vries, 2000).

    Para Witse de vries, todas esas po-lticas tuvieron una caracterstica muy especial: ninguna accin fue aplicable al sistema en su conjunto. es decir, salvo algunas iniciativas del conacyt, las polticas excluyeron al sector privado; su desarrollo se dej a las fuerzas del mercado. tambin quedaron excluidas las escuelas normales, que quedaron sujetas a la lgica de la educacin b-sica, alejadas de las polticas de educa-cin superior. los institutos tecnolgi-cos no entraron al PromeP, utilizando su propio sistema de estmulos, pero s entraron y salieron del Fomes. las universidades tecnolgicas entraron y luego salieron del Fomes y no entraron al PromeP. cada sector mantuvo su propia cuota de financiamiento, inde-pendiente de los dems (Kent, de vries, didou, ramrez 1998). Hacia 2004, por fin lograron entrar al PromeP los ins-titutos y las universidades tecnolgicas, participando en convocatorias para ob-tener apoyos.

    a su vez, la Unam qued excluida del Fomes y del PromeP, mientras que la Uam entr y sali del Fomes, pero no fue parte del PromeP. ambas universi-

    dades federales mantuvieron su propio sistema de estmulos y su lgica parti-cular de financiamiento. as, hubo po-lticas distintas para cada sector, lo que complica el anlisis del impacto a nivel de sistema (de vries, 2000).

    alGUnos resUltados

    en el contexto nacional, la Universidad autnoma de tamaulipas (Uat) se ubi-ca en el promedio de las universidades medianas, con 339 profesores de tiempo completo con perfil PromeP de un total de 1 041. el indicador actualmente re-presenta 32.5% del total de Profesores de tiempo competo (Ptc). en cuanto al sis-tema nacional de investigadores, la Uat cuenta con 5% de sus profesores de tiem-po completo como miembros del sni.

    Histricamente, el trabajo del per-sonal acadmico en las universidades mexicanas ha estado orientado esen-cialmente hacia la docencia; sin embar-go, las universidades desarrolladas han definido como esencial el trabajo del personal acadmico en la investigacin y otras actividades afines. en mxico, desde 1997, el PromeP ha impulsado la participacin de los Profesores de tiempo completo (Ptc) en cuatro ac-tividades fundamentales: docencia, ge-neracin o aplicacin del conocimiento, tutora y gestin acadmica. en el caso de la Universidad autnoma de tamau-lipas, al igual que la mayor parte de las universidades pblicas, la investigacin es una actividad incipiente, surgida fun-damentalmente de iniciativas indivi-duales de algunos investigadores, ms que de programas planeados de manera formal.

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    Hoy da, 92.3% de los cuerpos aca-dmicos estn en formacin. la caren-cia de un programa rector que oriente la actividad de generacin y aplicacin del conocimiento ha ocasionado que haya duplicidad de lneas de investigacin y que no todos los Ptc estn asociados a los cuerpos acadmicos. en un princi-pio, el PromeP estableca que todos los Ptc deban pertenecer a un cuerpo aca-dmico; hoy slo se hace como integra-cin voluntaria. Para desempear sus funciones a plenitud, es recomendable que los Profesores de tiempo comple-to se integren en cuerpos acadmicos y desarrollen lneas de Generacin y aplicacin del conocimiento para sus-tentar las actividades acadmicas de la institucin.

    en el marco del PromeP, se ha es-tablecido el apoyo para la formacin y fortalecimiento de los cuerpos acadmi-cos, figura con la que se establecen las bases de la nueva estructura acadmica de la universidad.

    algunos de los resultados ms signi-ficativos en cuanto a la importancia del PromeP como factor motivador para los profesores fueron los siguientes:

    los resultados de la investigacin indicaron que los profesores encuesta-dos en ms de 50% se certifican al perfil PromeP como un compromiso con la institucin y por el estmulo econmico que sta les otorga, siendo una norma-tividad federal a la que tienen que cum-plir como una disposicin institucional.

    tabla 1motivo de la certificacin de PromeP

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    asimismo, la certificacin de perfil PromeP representa para los profesores un factor motivante en su carrera muy

    importante en ms de 80%; slo menos de 20% considera sin importancia o re-levante esa certificacin.

    tabla 2Factor motivante en la carrera

    en cuanto a que la certificacin de perfil PromeP, puede ser una gran oportunidad de tener un reconocimien-to profesional en la Universidad aut-noma de tamaulipas, ms de 85% afir-

    maron que es algo muy importante e importante (tabla 3), pero 50% de los profesores no consideran que esa pueda ser una oportunidad de acceder a mayo-res recursos econmicos

    tabla 3reconocimiento profesional

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    alrededor de 60% de los profesores consideran que la certificacin del perfil PromeP no es una primera etapa en el

    desarrollo acadmico, sobre todo tra-tndose de una planta de profesores con antigedad muy prolongada.

    tabla 4Una primera etapa en mi desarrollo acadmico

    los profesores afirmaron estar por completo de acuerdo con que el PromeP es un programa que estimula y reconoce el trabajo acadmico en un 25% y 15% de acuerdo con esta afirmacin.

    conclUsiones

    en 2006 se cumple una dcada de la im-plantacin nacional del Programa de mejoramiento del Profesorado, lo cual represent para la Uat un reto por te-ner que integrar, en su proceso de pla-neacin institucional, indicadores que prometieran posicionar sus programas de estudio y a sus profesores como una institucin orientada a la cultura de ca-lidad. en el caso de profesores, fue ne-cesario promover el modelo de profesor de tiempo completo, lo que implic ela-borar la estrategia para solicitar el apo-

    yo a Perfil, apoyos nPtc, becas docto-rales, formacin de cuerpos acadmicos y apoyo a redes; en definitiva, este pro-grama reinvent la profesin acadmica y estableci estndares de calidad con la certificacin por la produccin acad-mica en el cumplimiento de las funcio-nes sustantivas.

    la Uat, para posicionar este progra-ma, mantuvo en su estructura acadmi-ca polticas que guiaran el trabajo del profesor, la formacin tanto de sus pro-fesores como de candidatos a integrarse a la planta docente, el establecimiento de normas para que las nuevas contrata-ciones de Ptc fueran de preferencia con perfil deseable y asociadas a las necesi-dades de los cuerpos acadmicos y Pe, apoyos institucionales dirigidos a lograr las certificaciones de los Ptc, al fortale-cimiento de las lGaic y la produccin

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    acadmica de calidad, reconocimiento econmico anual para miembros del sni y para perfiles PromeP como un est-mulo a la certificacin.

    en este contexto del estudio, una se-gunda premisa establecida fue el posicio-namiento del profesor en el programa, lo que se concret con la encuesta y que busc la respuesta de los profesores, par-tiendo de una primer pregunta respecto de reconocimiento de la certificacin, como parte de la carrera acadmica, y en este marco el compromiso adquirido, de-rivado de los lineamientos del PromeP al desarrollo acadmico del profesor, con lo que concluimos en lo siguiente:

    el profesor considera la certificacin como parte de su autorrealizacin en su desarrollo acadmico y como un factor de reto en su carrera pro-fesional, convirtindose una necesi-dad de pertenencia el compromiso institucional de la Uat.el seguimiento acadmico del pro-fesor que ha establecido el PromeP, antes de ser un sistema de evalua-cin requisitorio y confuso, es para el profesor un sistema que le permi-te un registro puntual de la concre-cin de las funciones sustantivas a su carrera acadmica, as como una forma de medir sus fortalezas y de-bilidades y hacer su plan anual de desarrollo.como programa, el PromeP ha roto el paradigma del profesor universi-tario tradicional y el de profesional con un reconocimiento social indi-ferente, a un profesor prestigiado y potenciado en su reconocimiento, con el establecimiento de grupos o

    territorios de profesionalizacin que poco a poco favorecen la institucio-nalizacin de la profesin acadmica e impulsan de mejor forma la gene-racin y aplicacin innovadora del conocimiento.la apreciacin que observamos de los profesores de la Uat es que el PromeP ha sido un factor en los ltimos aos de compromiso en el desempeo del profesional acad-mico y un motivador para construir programas de seguimiento a la tra-yectoria acadmica.

    Podemos concluir que las estrategias y acciones establecidas por el PromeP han generado en los profesores universi-tarios tres tipos de respuestas:

    Quienes lo aceptaron como un pro-ceso natural.Quienes se resisten, pero terminan aceptndolo de manera un tanto reactiva.Quienes se resistieron totalmente y que, por sus condiciones de antige-dad o de edad, les parece que esta poltica no ser una tendencia y aca-bar por desaparecer.

    se puede decir que en la Uat la ma-yora de los profesores sigue estando en los grupos b y c. esto lo refleja en el por-centaje de Ptc que an no logran certi-ficarse, pero poco a poco estas nuevas formas de concebir el trabajo acadmi-co han transformado las percepciones y representaciones que la institucin, las des y los profesores tienen acerca del trabajo acadmico, lo que da pie a dejar atrs a quienes se han negado a cambiar

    a)

    b)

    c)

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    al paradigma de la certificacin. los apoyos, incentivos y estmulos van ge-nerando una carrera que, en muchos ca-sos, sacrifica la calidad por la cantidad.

    cul ha sido el impacto real del PromeP? es prematuro de evaluar. el impacto real de los esfuerzos federales por encauzar y dirigir el trabajo del pro-fesor universitario en pro de una pol-tica de calidad, salta a la vista por sus primeros resultados.

    de ibarrola (2005) indica:

    no es fcil llegar a conclusiones sobre los efectos que ha tenido la evaluacin de los investigadores. en principio, todo este enorme esfuerzo ha permitido un mayor conocimiento del nmero de cientficos en mxico y de su productivi-dad. se cuenta ahora con ciertos elemen-tos que permiten la comparacin entre instituciones y disciplinas en distintas zonas geogrficas del pas, a la vez que se estn dando importantes esfuerzos por elaborar cada vez mejores indicado-res y parmetros y por ser transparentes en las evaluaciones. se han generado lneas de investigacin y grupos de aca-dmicos dedicados a lograr mejores en-foques de conocimiento, investigacin y evaluacin de la evaluacin. y adems precisa:

    [] la exigencia de publicar a nivel na-cional e internacional, impulsada fuer-temente por los reglamentos de eva-luacin, tuvo un impacto positivo muy importante para la ciencia en amrica latina. oblig a pasar de una cultura oral casi una cultura de poetas en la que participaban incluso los investiga-

    dores, a una cultura escrita, que permi-ti discriminar positivamente a la activi-dad fundamental de la investigacin en los medios acadmicos. los procesos de evaluacin han estimulado una mayor visibilidad internacional de la ciencia de nuestros pases y han contribuido a ge-nerar una cultura de responsabilidad en el uso de los recursos pblicos que se han asignado a la ciencia (de ibarrola, 2005).

    aun con todo lo negativo que pue-de tener la poltica del PromeP, se debe considerar que es el primer esfuerzo real que encamina e impulsa fuertemente el trabajo cientfico en las universidades. los tiempos de las vacas sagradas pa-saron a la historia. la de aquellos inves-tigadores centrados en la investigacin y en sus publicaciones, a trabajar en sus proyectos sin acercarse a la comunidad universitaria. Que no daban clases de li-cenciatura y que no formaban recursos humanos. ese tiempo pas a la historia. Hoy los doctores deben dar clases en licenciatura, deben dirigir tesis a todos los niveles, deben trabajar en sus univer-sidades para sus cuerpos acadmicos.

    Para quienes tienen ms de veinte o treinta aos de trabajo en las universi-dades, esta poltica ya no es importante. lo que no hicieron en todos sus aos laborales, ya no lo harn. en ellos, qui-z, esta nueva reorientacin del trabajo del profesor ya no es trascendente; ellos continuarn con su enfoque centrado en la docencia. Pero para quienes se han in-corporado ms recientemente a la pro-fesin universitaria, esta transformacin lleg y se qued. ya no volvern a ser slo docentes. se ha creado un nuevo hbito de trabajo y eso terminar repercutien-

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    do en un incremento en la generacin y aplicacin de conocimiento.

    Habr, como en todo, juegos de simu-lacin, de reconocimiento sin esfuerzo por el camino fcil, adaptndose al me-dio con el nico inters de tener y no del ser. con publicaciones de dudosa calidad, con trabajo acadmico maquillado, en bsqueda del puntaje requerido, de simu-lar para no quedarse fuera del crculo de los investigadores con perfiles PromeP. sos son fcilmente detectables. se adap-tan al medio, pero no generan. Funcionan bien en un sistema basado en el indica-dor; mientras ms se tenga, mejor se es. en eso se basa el parmetro de la calidad. Pero habr otros que hayan redescubier-to, a lo mejor un poco tarde, su vocacin hacia la investigacin, que sientan la sa-tisfaccin de un trabajo publicado en una revista arbitrada, el gusto de alcanzar un objetivo personal planteado. son los que valoran que alcanzar los puntos mnimos y mximos para el PromeP, sni o est-mulos de desempeo, son consecuencias de y no un fin.

    Por ltimo, habr entonces una nue-va generacin de profesores universita-rios: no de docentes, sino de acadmicos. las nuevas contrataciones estn centra-das en profesores con alto nivel de ha-bilitacin, con procesos de formacin ya avanzados, pero, sobre todo, con un nuevo paradigma del trabajo acadmi-co. las universidades ya no tendrn que formar a sus profesores, ni tendrn que motivarlos a realizar sus funciones sus-tantivas, ya que stas estarn implcitas.

    se lleg tarde a una cultura univer-sitaria del profesor acadmico. cultura con aos de antigedad en las universi-dades e instituciones de educacin su-

    perior del mundo. el costo de no haber-lo hecho era muy alto. Por supuesto que todava queda mucho por hacer. este es el primer intento por transformar el tra-bajo del profesor. como ensayo y error, el PromeP ha ido aprendiendo de sus errores y rectificando su rumbo. muchos de los profesores de hoy, por primera vez en su vida laboral, han transforma-do su rol de docentes al de acadmicos. algunos con resistencia y otros con ma-yor naturalidad, pero, como en todos los procesos de cambio, las fuerzas restric-tivas y las fuerzas impulsoras se estn confrontando constantemente.

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    PrUdencianomoreno moreno1cornelio yeZmrQUeZ2olmo alonsomoreno Franco3

    1 Universidad Pedaggica nacional, rea i. Poltica educativa.

    2 centro de investigacin en computacin, institu-to Politcnico nacional.

    3 cuerpo de investigacin en sistemas digitales, ins- tituto tecnolgico de m-rida.

    LAS NUEVASTECNOLOGASINFORMTICAS EN EL DEBATE EDUCATIVO

    1. introdUccin de la edUcacin comPUtacio-nal y la inFormtica

    la invencin del mundo computacional antecede a su introduccin en los procesos educativos. la tecnologa computacional provoca cambios curriculares entre los aos sesenta y setenta con la nocin de tipo de habilidad y cambios en la produccin del conocimiento. adems, la historia muestra que primero apareci el concepto [1] Educacin Computacional (ec) y despus el de Educa-cin Informtica (ei).

    ello est muy ligado a la aparicin de internet como continuacin de arPanet en 1969 y de la fibra ptica en los setenta; gracias a ella se envan textos, imge-nes y sonidos. entonces, en los sesenta y setenta la ec es para todo tipo de alumnos; gracias a los esfuerzos de los maestros de matemticas se provoca el surgimiento de las nuevas matemticas. segn el comit de escuelas de la sociedad de cmputo Britnica, la introduccin de la educacin computacional se estimul por el creciente potencial en la industria de la computacin. lo que se vivi como nuevas matemticas es obra de un tipo parti-cular de desarrollo computacional.

    el anterior modelo matemtico era el de la abstraccin lgica. el nuevo se refiere a la resolucin de problemas reales del mundo productivo y de servicios, va la compu-tacin. eso repercuti en el diseo de computadoras como

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    experimentos especiales en educacin. Por ejemplo, iBm introdujo computado-ras educativas en 1966 en el reino Unido, fuera de las comerciales, aunque tinsley argument que en la prctica la compu-tadora fue usada como calculador en un contexto matemtico en los sesenta [2].

    la principal influencia de la ense-anza acerca de las computadoras pro-vino de los departamentos de ciencias computacionales para la comprensin del hardware y mtodos numricos ma-temticos. esta influencia fue derribada con el programa Educacin Compu-tacional para Todos del ministerio de educacin Britnico [1].

    el contexto de la ec es el de un incre-mento en el inters comercial en ec, en el cual el currculo permite la produccin de materiales de enseanza para alum-

    nos destacados. mas adelante, inici un cambio de un enfoque tcnico hacia uno conceptual, lo cual abri las posibilidades para un debate amplio, no slo tcnico, sino tambin en la computacin y la con-ciencia sobre su trayectoria, posibilida-des, lmites y perspectivas globales.

    algunos indicadores de este cambio: por ejemplo, la revisin de las computa-doras en la secundaria por el centro de investigacin educativa y desarrollo de la organizacin para la coopera-cin del desarrollo econmico (ocde), con la crtica de que la ec se haba re-ducido a ensear matemticas y crear alumnos talentosos en esa rea. de ah la necesidad de ampliar el horizonte de la ec. en 1967 hubo publicaciones sobre el desarrollo de la ec y la divisin social del trabajo que influyeron al consejo

    resUmeneste artculo trata de presentar la evolucin y futuro que observan las discusiones sobre el uso de las tecnologas informticas y su aplicacin educativa y pedaggica de manera conceptual. el debate analizado se centra en los apoyadores de las tecnologas informti-cas y de comunicacin (tics) como expresionistas posmodernos simplemente crticos y escpticos y antimodernos decididamente contrarios al uso de ntic, para concluir con una propuesta de reconciliacin de todas las posturas en una nueva visin educativa transmoderna o metamoderna, enmarcada en los avances de la denominada teora inte-gral del todo.

    PalaBras clave: tecnologas informticas, aplicacin educativa.

    aBstractThe current paper is focused on the evolution and future of discussions on the application of information technologies on education and pedagogy from a conceptual perspective. The analyzed debate revolves around those who back communication and information technologies (cits) as a technical-functional expression of modernity (the accolatory); and the opposites (the dismissive), both postmodern simply critics and skeptics and antimodern, decidedly contrary to the use of ncits. Finally, we conclude with a proposal of conciliation of all the above positions into a new educative vision, transmodern or me-tamodern, based on the advances of the so-called integral Theory of the Whole.

    Key Words: information technologies, education pedagogy.

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    nacional para la tecnologa educativa, dividiendo la ec en dos reas: compu-tacin para la educacin y educacin sobre las computadoras. en el primero entr la Enseanza de Cmputo Asis-tido, el cual da la impresin al alumno de recibir atencin individual y hacer aprendizaje por descubrimiento.

    se cambi el enfoque tcnico ma-temtico del hardware hacia el proce-samiento de la informacin por inten-ciones diversas en los setenta, en reas de aplicaciones especficas, como su-permercados, registros de aerolneas o grandes aplicaciones a bases de datos (salud, facturas, etc.).

    Para 1973 [1] se discute el perfil de egreso del estudiante de computacin, que no ser empleado en la computa-cin comercial, a menos que pase una prueba de aptitud, y el de los no especia-listas, pero que necesitan un mnimo de preparacin: la poblacin escolar pro-medio. este fue el contexto del primer intento real de expandir la ec; los mto-dos de aprendizaje que se asociaron a la ec fueron los de dewey [3] (aprendizaje por descubrimiento), Piaget (resolucin de problemas) [4], isaacs (experiencia concreta) [2], y Whitehead (participa-cin del alumno) [5].

    en 1973, makkar [2] acu el tr-mino conocimiento computacional para la capacidad inferencial general y social sobre la computacin, que despus se expandi como cultura computacional, apreciacin o valoracin computacional.

    Para inicios de los ochenta, lon-gworth, en Gran Bretaa, vio que los profesores de matemticas dominantes en la ec tenan una laguna en el cono-cimiento de las implicaciones sociocul-

    turales de la computacin, y tambin la renuencia de los profesores de humani-dades a involucrarse en lo que miraban como un tema cientfico. longworth fue muy importante para romper barreras interdisciplinarias y para aclarar que el procesamiento de la informacin puede articular el currculum [1].

    como consecuencia del desarrollo curricular y el paso de la ciencia de la computacin como disciplina unita-ria al procesamiento de la informacin con aplicaciones e implicaciones en uso amplio, se hizo una transicin de los as-pectos tcnicos de la ec hacia la ei. la informtica, a principios de los setenta, fue vista como un corpus cognitivo, se-parado de la ciencia de la computacin.

    Pero se pens tambin en una disci-plina pura, basada en las matemticas y la f sica material del procesamiento, aunque paralela al desarrollo de nego-cios, administracin y sistemas de datos [2]. incluso, aqu tambin hubo una fi-sura entre informtica tcnica (ingenie-ra) y la de negocios (administracin y contabilidad). el campo de estudios se fue expandiendo hacia las relaciones industriales, personales, la psicologa y economa. Para 1975, la ec estaba trans-formada en informtica [2].

    aun con esta orientacin ms amplia, que se consolid en las dcadas de los ochenta y noventa, en la que una visin de la computadora como herramienta para pensar y trabajar no se ha movido con el arribo de la informtica, como lo de-mostr el documento Currculo Nacional de Tecnologa, que se basa en el modelo tools / skills (Herramientas/Habilidades) en educacin. ello llev a un debate edu-cativo que se desarroll a la par que la ec

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    y la ei y que contina hoy da, pero con cambios de contexto importantes.

    2. los aPoyadores (THE ACCOLA-TORY)

    la comprensin de la introduccin de las ntic a la educacin inici con dos escenarios de divergencias: las voces representadas en los accolatory (apoya-dores): deterministas tecnolgicos, apo-yados en la psicologa cognitiva, y los dismissive (detractores): voces que re-presentaban la crtica social a las ntic en un nivel poltico filosfico extraesco-lar. en tanto, los primeros se situaban en un nivel pragmtico escolar.

    Para J. Beynon [2], la tecnologiza-cin de la educacin no puede reducirse a las habilidades manuales del empleo y manejo computacional, y los apoyado-res tienen una visin demasiado acrti-ca, hacen una defensa cuasi evanglica sin investigar a travs de las revis-tas inglesas Computer and Education y Educational Technology, usando un lenguaje de alta tecnologa (hightech), proponiendo el absurdo de que en el si-glo XXi el mejor sistema de enseanza aprendizaje ser el uso interactivo de las computadoras.

    las demandas hechas a las ntic en educacin seran: 1) ensear mejor que los sistemas antecesores; 2) ensear lo que otro sistema no puede hacer; 3) in-teraccin creativa; 4) actividad intelec-tual de alto nivel (pensamiento lgico); 5) mejor variedad que la pedagoga con-vencional, y 6) niveles altos de habilidad y entendimiento.

    los primeros cursos de computa-cin en lnea, como el CSE Mode3, to-

    man esas intenciones. tambin los cur-sos Computers and children, ICL-CES Package, 16-Scheme Computer Studios, The Computer-Yours obediently y Com-puter Appreciative for the Majority.

    stonier y colier [1] hicieron la defen-sa ms ruidosa de la relacin computa-cin/educacin, bajo el concepto homo sapiens cerebrus donde se asista a una etapa revolucionaria de la historia, en la cual los poderes cerebrales se incremen-tan por la computadora y la informacin automatizada. ello fue apoyado tam-bin por Golden [1]. seymourt Papert, uno de los ms brillantes defensores de la ec, inspirado por Piaget, argument que el logo (lenguaje programable) per-mite el aprendizaje independiente y ha-bilidades para la solucin de problemas, creatividad y autoconfidencia [1].

    3. los detractores (tHe dismissive)

    este es un trmino irnico dirigido a los crticos del uso de las computadoras en educacin. Baker [1], fuerte crtico de las ntic en el reino Unido ha argumentado que:

    Hay una marginacin de maestros, al margen de que el diseo de software y quienes lo hacen no comprendan el uso educativo.las computadoras son, ms bien, in-trusos en el currculo, ya que el progre-so educativo no es una consecuencia inevitable del progreso tecnolgico.Persiste el formato convencional de juegos bsicos; la diversin se consi-dera un fin en s mismo. se cuestiona si el software es el trampoln para el aprendizaje, pues un amplio nmero

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    de programas son triviales y permi-ten slo una realimentacin estereo-tipada, rgida, estrecha y mecnica.se ha referido la computadora como un sper cerebro, como importante fuente del conocimiento: injustifica-da centralidad en el currculo, cuan-do, incluso, hay el peligro de formar individuos pasivos y aislados. la de-fensa argumenta que puede haber aprendizaje por descubrimiento, va la base de datos compleja y de expe-rimentos simulados para reprodu-cirse en el laboratorio.

    Pero Baker contraargumenta dicien-do que no se conoce el tipo y calidad de interaccin ocurrente, pues las compu-tadoras pueden producir silencio. Karger [2] admite el potencial tecnolgico, pero cuestiona el porqu de la urgencia de in-troducir al nio en l. as como hay de-terministas tecnolgicos, tambin hay deterministas sociales, bajo la discipli-na de la sociologa de la tecnologa, como son david noble y r. Williams [1]; para ellos, la tecnologa es parte de la maqui-nara mental de dominacin, alienacin y bloqueo mental del sistema capitalista hegemnico.

    Pero en Beynon [2] la pregunta sigue siendo: cmo puede la tecnologa rees-tructurar y agrandar el poder educacio-nal? las respuestas siguen siendo pro-blemticas: por la inteligencia artificial, como metfora de la construccin de modelos de procesos cerebrales (percep-cin, razonamiento y memoria) y por la influencia de la computadora en el desa-rrollo de la psicologa cognitiva.

    en la Conferencia Internacional de Tecnologa y Educacin de 1998 [6] pre-

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    domin el modelo cP/ai, que enfatiza lo tcnico por encima de lo sociocultural. esta ha sido la queja recurrente de los detractores (dismissive), tanto para la ec como para la ei: el predominio del enfo-que tecnocntrico. Pues segn streibel [7] se fuerza a trabajar o actuar como si los seres humanos fuesen procesadores de informacin gobernada por reglas; tambin para construir pensamientos como resolucin de problemas cogniti-vos, cuando las resoluciones son recibidas por el clculo formal y el anlisis racional. el concepto Tool/Skill pretende forzar a objetivar a los actores como agentes de produccin, clculo y control.

    P. medway [1] observa la construc-cin de un proceso de diseo sistem-tico, orientacin medio/fin; aun si los seres humanos son activos e intuitivos en su visin del mundo, tendran que reducir los problemas a estructuras pro-cedimentales procesales y conmen-surables medibles, restringiendo el pensamiento a operaciones cognitivas, a una mera dimensin normativa (fal-tando la interpretativa).

    este modelo opera dentro del mtodo de las antiguas ciencias naturales: redi-cibilidad, contrastacin, cuantificacin, operacionalismo; pero las nuevas orien-taciones son intuicin, subjetividad, ima-ginacin, intencionalidad, complejidad, incertidumbre e indeterminacin [8].

    4. la sitUacin de los noventa y el siGlo XXi

    Un detractor (dismissive) latinoamerica-no muy radical, como es G. Jaim etche-very [9], tuvo un reconocimiento impor-tante cuando le fue entregado el Premio

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    Latinoamericano de Ensayo Educativo por su investigacin en torno a la crisis educativa. Para el caso del debate que es presentado, critic a los padres de familia en argentina porque piensan que la tec-nologa educativa es la solucin a la baja calidad de la enseanza (96% de stos concuerda con su obligatoriedad).

    a esta solucin (seudosolucin), el investigador le llama el atajo tecnolgi-co (el cine, la radio, la tv, el video, la computadora). indica que en 1996 los norteamericanos consideraron la edu-cacin informtica ms esencial que la historia, las ciencias exactas, las sociales y las humanidades, y en estados Unidos los programas para informatizar escue-las han pasado de los 40 a los 100 mil millones de dlares, de 1997 a 2000.

    la crtica de Jaim e. se centra en el dato de que el internet no estimula el intelecto, pues el pblico no selecciona contenidos complejos, sino banalida-des: juegos Tom Raider, autos, deportes, modas, hoteles, viajes, pornograf a, ne-crofilia y chats, etc. se apoya en una cita del multimillonario fundador de apple, steven Jobs, quien dijo: lo que est mal en educacin no puede ser solucionado con tecnologa [9].

    Pero el debate tiende a tomar pro-porciones ms justas con la intervencin de autores como m. aguirregaribia [10], cuando, sin oponerse a la solucin tecno-lgica, dice que lo requerido es clasificar el proyecto educativo. tipologiza el apren-dizaje en: 1) aprender con la Pc, 2) a travs de la Pc, 3) acerca de la Pc, 4) inform-tica de la enseanza, y 5) enseanza para integrar la informtica al currculo.

    aguirregabiria [10] divide las olea-das de la informtica educativa de la si-guiente manera:

    aos sesenta/1975. triunfalismo de la piedra filosofal por artefactos in-teligentes.1975/1990. introduccin de los mi-croordenadores (1977) y acceso a la informacin documental.1990/2000. ntic. discos pticos, cd-rom (lectura), cd (audio), vi-deo (lser visin), teleconferencias, email, aula virtual.2001/2020. Un milln de revistas cientficas tecnolgicas y la bibliote-ca electrnica. convergencia tecno-lgica, multimedia, telemtica.2020/2060. Biochips, nanotecnologa.

    establece que la computacin puede verse como una mquina didctica en los siguientes aspectos: libro de texto interac-tivo, agente intelectual, herramienta cog-nitiva instrumental multifuncional, medio de expresin y prtesis de potenciacin comunicativa de acceso cognitivo.

    en estados Unidos, hasta 1980 la mitad de las escuelas superiores no te-nan computadoras y ms de la mitad de educacin bsica; para 1987, el 90% de escolares asistan a escuelas con por lo menos un ordenador. las instituciones de educacin superior (ies) tienen ya 20 y las bsicas seis ordenadores; 25% de los profesores los usan con sus alum-nos. Para 2001, el 55% de los hogares y 90% de adolescentes y adultos en esta-dos Unidos est conectado [11].

    J. carvajal r. [12] concuerda tam-bin en que la dimensin tecnolgica es un componente de primer orden en las

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    transformaciones culturales y educati-vas. concibe las ntic como un elemen-to exgeno que irrumpe en la institucin educativa, abriendo nuevas preguntas en ese espacio, pero de entrada reper-cute como necesidad creciente en ni-os, jvenes y adultos de alfabetizarse en computacin. se ha dicho que el alfabetismo computacional tomara su lugar junto a la lectura, la escritura y la aritmtica, como la cuarta materia clave de la educacin bsica [12].

    Una de las repercusiones clave que localiza carvajal r. de internet es dar paso a procesos de expansin para des-centrar la educacin del espacio escolar y llevarla a otros espacios culturales dis-tantes de los de enseanza aprendizaje escolarizados; por tanto, est destruyen-do la antigua impermeabilidad de la es-cuela a la diversificacin de agentes edu-cativos, erosionando la centralidad de los valores educativos de la escuela de la modernidad y cargndola de diversidad.

    Pero los apoyadores (accolatory) tambin reaparecen en las tesis del fi-lsofo francs michel serres [13], para quien las ntic estn repercutiendo en la formacin de una sociedad pedaggi-ca. mientras que los detractores (dismis-sive) reaparecen con J. P. archambault [14], quien teme que las ntic sean el caballo de troya de la industrializacin y mercantilizacin de la educacin, y de G. tremblay [15], por el contexto de economa neoliberal, mercado compe-titivo, pago directo de los clientes a los productos y servicios de formacin que reciben. la apertura de internet permite a algunas instituciones privadas y publi-cas ofrecer sus programas en cualquier parte del mundo, por lo que las profe-

    cas que anunciaban una revolucin pedaggica no se han llevado a cabo; en cambio, las tendencias fuertes son la industrializacin y mercantilizacin de las actividades simblicas.

    tales tendencias estn siendo re-forzadas por la aparicin de nuevas herramientas dentro de las ntic: el in-ternet2, con aplicaciones en telemedici-na, bibliotecas, fonotecas y videotecas digitales. en mxico, la conectividad de internet2 cuenta con el soporte noc, manejado por la Unam, con conexio-nes a Guadalajara, monterrey, tijuana, san diego y santiago de chile [15].

    en 1999 se cre la corporacin Uni-versitaria para el desarrollo de internet, ac. el gobierno federal y la secretara de educacin Pblica (seP) acordaron priorizar proyectos colectivos universi-tarios, como bibliotecas digitales y ser-vicios educativos a distancia (sead); tienen una membresa de 36 ies entre pblicas y privadas. siete ies lderes decidieron financiar la red de alta velo-cidad: iPn, Unam, itesm, Universidad de las amricas, U de G, Uam y Uanl. Para tener acceso a la red, la ies debe pagar 400 mil pesos anuales [Idem].

    Han aparecido los weblogs. el weblog es una pgina web que se actualiza cons-tantemente, marcada por la personalidad de su autor. en la red hay ms de 5.3 mi-llones weblogs, como mtodo de distri-bucin de noticias, actividades e ideas; es una innovacin radical en publicaciones virtuales, que se agrega a la sindicacin de contenidos un sistema para ordenar y clasificar contenidos de los sitios web, y los wikis (escritura colaborativa). los wwikiweb son una coleccin de pginas web de hipertexto, cada una de las cua-

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    les puede ser visitada y editada por cual-quiera [Idem].

    5. ntic en el deBate edUcativo del siGlo XX1

    en el debate sobre el uso de las tic se manifiestan posturas a favor o en contra. los que estn a favor proclaman que son tan excelsos esos medios que el progre-so ser en muy corto plazo en los pases subdesarrollados; algunos hasta afirman que pronto se entrar a una era donde la escolarizacin y el docente sern, ms o menos, obsoletos e innecesarios. sus de-tractores argumentan que el uso de las mquinas es deshumanizante y que se han acarreado grandes problemas socia-les, como fraudes, pornografa, dao ce-rebral, pasividad y dependencia del sujeto, entre otras cosas. Postura intermedia es la de los que declaran que todo puede ser bueno o malo, segn el uso que se le d.

    sin estar en los extremos, los medios bien utilizados son apoyo fundamental para el aprendizaje y su uso debe pro-moverse para motivar, estimular, obtener informacin, desarrollar habilidades y competencias, as como enfocar conoci-mientos. Pero el problema fundamental es la ausencia de una visin pedaggica y educativa que se integre a una teora de base amplia, conteniendo fines infe-riores y superiores de la educacin, la vida y el cosmos; cuando esto ocurre, entonces las ntic son una excelen-te base tcnica o de infraestructura de nuevos conocimientos.

    la educacin actual requiere del saber, de que los alumnos aprendan a buscarlo y utilizarlo en el momento en que se necesite, atendiendo los procesos

    formativos para aprender permanente-mente, que comprendan mejor el mundo y que sepan aplicar sus conocimientos para resolver situaciones cotidianas. Que sean competentes. otra encomienda que tiene la educacin es lograr la armona entre todos los ciudadanos del mundo, aprender a convivir juntos en la sociedad global, sin perder la propia identidad y la razn de ser. se debe aprender a ser, ser un ser humano pleno y en armona entre todos los ciudadanos del mundo; apren-der a convivir juntos en la sociedad glo-bal, sin perder la propia identidad y la ra-zn de ser. aprender a tomar decisiones.

    la figura del docente y la escuela son hoy ms que nunca necesarias, pero de-ben replantearse con un nuevo esquema que transforme los sistemas de ensean-za y de organizacin. el papel del maes-tro cambia, pero no puede ser sustituido por la tecnologa [16].

    el uso de la tecnologa, por el simple afn modernizador, se ha insertado sin una visin holstica y sin conciencia de los cambios y las consecuencias que su uso conlleva. esto es una debilidad que tiene que resolverse mediante variadas estrategias encaminadas a