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PRECIO AL PÚBLICO 15 PESOS AÑO 6 NÚMERO 64 SEPT 14 COLUMNAS / BERNARDO FERNÁNDEZ_-BEF / ANTONIO MALPICA / DIEGO RABASA / ERICK ESTRADA / KAREN CHACEK TEXTOS / EDUARDO HUCHÍN SOSA / MAIRA COLÍN / OMAR DELGADO / ROGELIO FLORES ENTREVISTAS / JORGE FRANCO / PEDRO ARTURO AGUIRRE LISTAS / LOS MÁS VENDIDOS / PARA VER Y OÍR / NOVEDADES DEL MES

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PRECIO AL PÚBLICO 15 PESOS

AÑO 6 NÚMERO 64 SEPT 14

COLUMNAS / BERNARDO FERNÁNDEZ__-BEF / ANTONIO MALPICA / DIEGO RABASA / ERICK ESTRADA / KAREN CHACEKTEXTOS / EDUARDO HUCHÍN SOSA / MAIRA COLÍN / OMAR DELGADO / ROGELIO FLORESENTREVISTAS / JORGE FRANCO / PEDRO ARTURO AGUIRRELISTAS / LOS MÁS VENDIDOS / PARA VER Y OÍR / NOVEDADES DEL MES

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Promoción y Redes SocialesAlexis Jiménez Calderón

Consejo editorial Alberto AcharJorge Lebedev

Contacto y Publicidad 55 5211 [email protected]

Editor responsable: Yara Beatriz Sánchez De la Barquera Vi-dal, Información: 52 11 92 66, Ventas Publicidad: 52 11 92 66, Correo electrónico: [email protected], Distribución: Librerías Gandhi, S.A. de C.V., Dirección: Ben-jamín Franklin 98, Piso 1 y 3, Escandón, Delegación Miguel Hidalgo, 11800, Mexico, D.F. Número de Reserva al Título ante el Instituto Nacional del De-recho de Autor: 04-2009-051820092500-102. Certificado de Licitud de Título No. 14505 y Certificado de Licitud de Con-tenido No. 12078 expedidos en la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gober-nación. Registro Postal EN TRÁMITE. Preprensa e impresión: Multigráfica Publicitaria S.A. de C.V. en Avena núm.15 Colonia Granjas Esmeralda. Iztapalapa. C.P. 09810, México D. F. Título incorporado en el Padrón Nacional de Medios Impresos de la Secretaría de Gobernación.Queda prohibida la reproducción parcial o total, directa e in-directa, por cualquier medio o procedimiento, del contenido de la presente obra, sin contar con la autorización previa, ex-presa y por escrito del editor, en términos de la legislación au-toral y, en su caso, de los tratados internacionales aplicables, la persona que infrinja esta disposición se hará acreedora a las sanciones correspondientes. El contenido de los artículos es responsabilidad de los autores. Hecho en México.

EDITORIAL+EL BUENO, EL MALO Y EL FEO“En este mundo existen dos clases de hombres: los que cargan pistolas y los que cavan”, le dice Blondie a Tuco, al término de una de las mejores escenas jamás filmadas en la historia del cine. Sergio Leone, director de El bueno, el malo y el feo (1966), creó tres nuevos arquetipos —no sólo los que usan armas y los que cavan—, quizás alejados del refinamiento del héroe, del sabio o de la sombra, pero igual de válidos y reconocibles. Se trata de tres modelos poderosos, universales, capaces de traer a la mente de cada uno de nosotros, a partir de nuestra experiencia, conocimiento y gustos, las más variadas formas, recuerdos e imágenes. No es gratuito que en muchas situaciones de nuestra vida preguntemos quiénes son los buenos, quiénes los malos, y que nos refiramos como feos a aquellos que nos desagradan. Entonces nos dimos cuenta que ese título sencillo y a la vez complejo nos permitiría crear un número utilizando la fuerza de cada figura. Desde luego que no podíamos dejar fuera al western en sí, género norteamericano por excelencia, rico en metáforas, mensajes y símbolos, que creó el encuadre americano que se usa tanto en el cine como en la fotografía. En este número le dedicamos un artículo con libros de Joan Tapper, que en El salvaje oeste por cinco bits al día nos muestra cómo sobrevivir y cómo disfrutar de la vida en esta tierra salvaje; Louis L´Amour, un auténtico escritor clásico del género cuyas ventas oscilan entre varios millones de ejemplares; el escritor mexicano Hilario Peña y su pe-culiar comisario, hombre que mediante el honor y su revólver devuelve la calma a un pueblo dejado de la mano de dios; y una interpretación bastante libre de Las leyes de la frontera, del escritor español Javier Cercas, que puede leerse como un western, a la sombra de una buena, un malo y un feo.

Por otro lado, la imagen del bueno encaja con la del héroe, con la del ser humano que intenta impulsar cambios políticos, culturales y sociales mediante medios pacíficos, como Gandhi, Martin Luther King, John Lennon o Nelson Mandela, especies de nuevos héroes que se enfrentaron a fuerzas oscuras y obstáculos que parecían insalvables y lograron triunfar, al menos dejando un ejemplo y un legado, a pesar de la adversidad.

La maldad, la otra cara de la moneda, posee grandes exponentes literarios. En este caso elegimos representan-tes femeninos: la cocinera de Himmler, la niña mala de Mario Vargas Llosa; Antichrista, de Amelié Nothomb, y a la enfermera Ratched a quien seguro recuerdan haciéndole la vida imposible a McMurphy y a los demás pacientes del manicomio de esa gran novela titulada Alguien voló sobre el nido del cuco.

En el caso de los feos, y aquí puede existir polémica porque en cuestiones estéticas es muy difícil que se logren consensos, creemos que Frankenstein, Barba Azul, Eso (sí, el payaso sanguinario de Stephen King) y Hitler (protagonista de la novela Ha vuelto, lectura para desternillarse de risa) son dignos exponentes de esta carac-terística nada envidiable. Aunque, como dicen, la suerte de la fea… Para completar este número, entrevistamos a dos autores: al colombiano Jorge Franco, ganador del Premio de Novela Alfaguara 2014 con El mundo de afuera, cuya trama, coincidentemente, es protagonizada por tres personajes que se ajustan a los modelos de Sergio Leone, e incluye un verdadero castillo medieval en plena ciudad de Medellín. Es una historia con un pie en el mundo de la fantasía y otro en el de la terrible realidad de un secuestro. El segundo autor es Pedro Arturo Aguirre, autor de Historia Mundial de la megalomanía, galería de personajes malos, malísimos, dictadores sanguinarios, presidentes crueles, dirigentes enloquecidos de po-der que han conducido a sus países a destinos terribles.

Antes de darle vuelta a la página, ¿quién quieren ser? ¿Blondie? ¿Tuco? ¿Blue eyes? ¿Llevan pistola? ¿O prefie-ren ponerse a cavar? +

En portada: Clint Eastwood

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NO SENO SE

FRANKENSTEINMary Shelley SEXTO PISO

ESOStephen KingDEBOLSILLO

No nos referimos, claro está, a los “chicos poco agraciados” de la secundaria (que eran mayoría) sino a aquellos sujetos cuya presencia provoca una pavorosa huida. Algunos monstruosos, otros más bien atemorizantes, los feos se valen siempre del espanto que anida en todos nosotros. Como demuestran estas cua-tro historias, a golpes de mitos, remakes o resurrecciones de todo tipo, los feos no mueren, por mucho que lo hayan pedido Los socios del ritmo, Los Xochimil-cas o Boris Vian.

Nunca es tarde para adentrarse en la novela que Mary Shelley concibió en aque-lla famosa velada con Lord Byron. Escrita a manera de misivas, Frankenstein o el moderno Prometeo explora los temores y esperanzas depositadas en la cien-cia y las implicaciones éticas de retar a la naturaleza. Víctor Frankenstein es un científico cuyas investigaciones lo han convencido de que es posible crear vida a partir de la materia inerte. Logra ese cometido, pero su criatura huye al mun-do exterior, donde experimenta el rechazo y el horror. ¿Cómo ese ser que, en principio, demuestra tener nobles sentimientos se convierte en un asesino? De eso trata este clásico de la literatura de todos los tiempos, un mito nacido de la novela gótica que todavía nos asusta. Joyce Carol Oates ha escrito que sabemos tantas cosas, y de modo tan tergiversado, de Frankenstein que es difícil decir que la estamos “leyendo por primera vez”, pero siempre vale la pena intentarlo.

Hace poco nos enteramos de que un tétrico payaso estaba atemorizando al pueblo británico de Northampton. A pesar de que aquel sujeto más bien permanecía ca-llado y sólo lanzaba amenazantes miradas a los transeúntes, su presencia y actitud fueron suficientes para provocar una ola de llamadas a la policía local. Porque, no sé si se han dado cuenta, los payasos dan miedo y es precisamente este terror alimen-tado en lo más profundo de nuestras infancias lo que ha hecho tan emblemático a

Pennywise, el célebre personaje de Eso, creado por Stephen King. La novela narra el terror que sobre la comunidad de Derry suscita una criatura que cambia de forma y que cada treinta años despierta para alimentarse del miedo de los pobladores. En 1958, un grupo de niños decide enfrentarse a esa fuerza maligna con resultados positivos. Sin embargo, tres décadas más tarde, una vez que esos chicos han hecho sus vidas adultas, se da un nuevo choque con el monstruo. Si te asustó la versión donde aparecía Tim Curry, no tienes ideas del gore, la violencia y el terror que hay en este libro de King, quien ha hecho parte de su fama detallando el pavor que transmiten los pueblitos donde supuestamente nada sucede.

Una chica bonita se casa con un hombre misterioso, quien al salir de viaje, le deja encargada su casa, pero le prohíbe entrar a cierta habitación. La chica desoye la advertencia y lo que encuentra en aquel cuarto no puede ser más horrendo y ni más explícito a la hora de entender por qué aquel hombre ha tenido tantas esposas y por qué todas han desaparecido. En pocas líneas esa es la leyenda de Barba Azul, una historia tradicional de agudos tintes misó-ginos, que ha sido recogida por Perrault, pero también por autoras actuales como Helen Oyeyemi y Amélie Nothomb. En el libro de Nothomb, Saturnine Puissant, una hermosa estudiante belga, siente que ha encontrado un buen lugar de alquiler en la mansión del excéntrico aristócrata español Elemiro Nibal y Mílcar. El trato incluye disponer de todos los lujos del palacio, pero impide el ingreso al cuarto de revelado de fotografía. La relación –que no es casual que se establezca entre un español y una belga, dado el antecedente del Duque de Alba– deja pronto de ser un mero trato por arrendamiento y se vuelve algo parecido al amor. Los diálogos entre estos dos personajes, que van de la fotografía a la Inquisición, evidencian un continuo conflicto que algo tiene de seducción. “Enamorarse es el fenómeno más misterioso del universo”, dice Nothomb y dice bien.

Hace unos meses, la página oficial del Centro Nacional de Prevención de De-sastres presentó un artículo que abría con una cita de Hitler. Se trató más o menos de un escándalo que obligó a la dependencia federal a esconder su publicación y a hacer como si no hubiera pasado nada. A raíz del alboroto, varios rincones de internet se llenaron de defensores de Hitler: en realidad, afirmaban, “no había sido tan malo” (ahí estaba su ley de protección a los animales para probar su buen corazón). Esa escena muy mexicana bien pudo haber salido de Ha vuelto, la novela de Timur Vermes, que imagina la resu-rrección de Hitler en la Alemania contemporánea. ¿Qué sería del Führer en un país muy distinto al que gobernó y que medio siglo después parecía tener una opinión bastante diferente acerca de él? Lo que dibuja Vermes no es sólo la comedia que resulta de traer a la actualidad a un personaje de otro tiempo o que es confundido con un doble de sí mismo. En su despliegue de humor negro y de situaciones absurdas, Ha vuelto revela que la demagogia que llevó a Hitler al poder funciona hoy en día, y que los medios masivos no tendrían ningún problema en poner de nuevo en circulación al mismísimo Führer si eso repercute en mayores audiencias. + Por Eduardo Huchín Sosa

BARBA AZULAmélie Nothomb

ANAGRAMA

HA VUELTOTimur VermesSEIX BARRAL

MUEREN LOS FEOS MUEREN LOS FEOS

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BIOGRAFÍA DEL HAMBREAmélie Nothomb

ANAGRAMALibro electrónico

TRAVESURAS DE LANIÑA MALA

Mario Vargas LlosaALFAGUARA

En la hermana república de Monterrey, la gente se refiere a los delincuentes y a las malas personas como “los malitos”. La primera vez que escuché el término, me resultó un poco fuera de lugar: ¿cómo podía uno ser tan cariñoso con lo peor de la sociedad? Con los años me he dado cuenta de que la bondad y la maldad cohabitan en todos nosotros, y que “los malitos” no siempre son siniestros ni “los buenitos” son siempre un pan de Dios.

En ese sentido, la literatura está repleta de personajes que se desenvuelven en los claroscuros de la naturaleza humana. Las protagonistas de Antichrista, de la es-critora belga Amélie Nothomb (autora también de Biografía del hambre), son un claro ejemplo. La historia en donde las adolescentes se enredan en un revanchismo juvenil, nos muestra a una tímida y estudiosa Blanche, quien tiene que sufrir la ac-titud maligna y odiosa de Christa, su compañera de escuela, quien con artimañas propias de las chicas que saben lo que quieren a costa de lo que sea se va apropian-do del entorno y de la vida de su reciente amiga. Antichrista es un texto en el que la complejidad de los personajes subyace en la sencillez del lenguaje y en la construc-ción de dos antagonistas que tienen mucho que ver entre sí mismas y en donde la maldad adolescente es semillero de la frustración del futuro.

Travesuras de una niña mala también comienza en la adolescencia de los persona-jes centrales. Ficción que nace de la pluma de Vargas Llosa, esta obra nos conduce por un hilo en el que veremos a Lily-Otilia mentirle y romperle el corazón a Ricardo Somocurcio durante más de cuatro décadas, tiempo en el que jura olvidar a esa mujer, pero que, al volver a verla, cae rendido ante ella y vuelve a amarla, cada vez, con más devoción. Muchos son los países testigos de esa relación que definirá la vida de Somocurcio. Porque a pesar de conocer a otras mujeres, siempre prefiere a Otilia, la inalcanzable, quien al saberse tan querida se aprovecha de su amado para siempre salirse con la suya.

Y qué decir de las infames que le caen bien al público. Ahí está el ejemplo de La cocinera de Himmler donde Rose, una mujer fuerte y longeva (ciento cinco años en la época actual de la narración), quien ha sobrevivido a los peores eventos que se presenciaron en el siglo XX (guerras mundiales, genocidios armenio y ju-dío), se presenta como una protagonista con un humor ácido y unas ingeniosas reflexiones que le valen la simpatía del lector. Haciendo uso de la clásica técnica en la que el personaje principal escribe su autobiografía, Franz-Olivier Giesbert crea una heroína entrañable (a pesar de ser una mujer un poco siniestra), que tiene como mantra estos tres principios: “Hasta mi último aliento, e incluso des-pués, no creeré en nada salvo en las fuerzas del amor, de la risa y de la venganza”.

Por supuesto que la supervivencia de Rose ha sido a costa de muchas pérdidas, por lo que la lucha con su propio destino la ha llevado a jurarse a sí misma que cobrará venganza por aquello que le han quitado, así tenga que matar a sus ene-migos. Esta novela es el retrato de una superviviente con muy buen sentido del humor y con un apetito sexual bastante inusual (sobre todo para alguien de su edad), en el que se resume parte de la historia de uno de los siglos más cruentos de la humanidad.

Finalmente, no podemos negar que hay personajes literarios en los que la mal-dad es evidente: disfrutan destruir al otro, hacerle daño. ¿Quién no recuerda a la enfermera Ratched de Alguien voló sobre el nido del cuco?

Ese libro, para mi generación, se convirtió en una historia emblemática debido a la película que se realizó a partir del argumento de la novela que lleva el mismo título. La obra escrita por Ken Kesey, quien se convertiría en un ícono del movi-miento hippie por haber experimentado con LSD, se basa en las experiencias del autor cuando trabajaba como celador de un hospital psiquiátrico. En esta trama, el criminal y héroe McMurphy intenta librar la prisión haciéndose pasar por un enfermo mental para poder cumplir una condena. Ahí conoce al Jefe Bromdem, un indio americano que ha fingido ser mudo y sordo por varios años, y quien será el narrador de esta historia en la que la enfermera Ratched representa la maldad de las instituciones y la cruenta relación que otro ser humano puede tener hacia un semejante cuando uno de los dos ostenta poder.

McMurphy organiza partidas de cartas, un viaje de pesca y consigue que a los enfermos se les permita ver la Serie Mundial. Todos esos eventos desordenan la rutina del hospital y de la enferma Ratched, quien una y otra vez rivaliza con el protagonista, hasta que en una noche un acontecimiento siniestro marca el rumbo de todos los personajes para dejarnos en las manos un agridulce y trágico final en el que pareciera que lo que define a la condición humana es la crueldad.

Sí, mucho se sufre la maldad y casos como el de la enfermera Ratched ponen en el filo de la navaja conceptos como bien común o bondad, pero –sinceramen-te– ¿cuántos de ustedes han dejado a una buena chica por una malita como la amada Otilia? + Por Maira Colín

LA COCINERA DE HIMMLER Franz-Olivier Giesbert

ALFAGUARA

ONE FLEW OVER THE CUCKOO’S NESTKen KeseyPENGUIN

Libro de importación

Imagen - Amélie Nothomb - Carles Mercader - cultura.elpais.com/cultura/2012/03/21/actualidad/1332341786_140997.html

LASMALITASLASMALITAS

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Imagen - Amélie Nothomb - Carles Mercader - cultura.elpais.com/cultura/2012/03/21/actualidad/1332341786_140997.html

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El buenoSi me preguntan, mi novelista gráfico favorito, el mero efectivo, es el ca-nadiense Seth, quien nació en 1962 en la provincia de Ontario y ha publi-cado un puñado de historietas autorales maravillosas. Dueño de un estilo retro/minimalista encuadrado en la llamada línea clara, su dibujo remite al período dorado de la caricatura norteamericana de entre mediados de los años treinta y finales de los cincuenta, lo cual es muy apropiado para las historias melancólicas que le gusta contar. En mi favorita de ellas, La vida es buena si no te rindes (Ediciones Sins Entido, 2009), el autor protago-niza su propio cómic acerca de cómo descubre en las páginas de una vieja revista The New Yorker el trabajo de Kalo, un caricaturista de los años cin-cuenta que además de dibujar con un estilo muy parecido al propio Seth, también era canadiense.

Lo que sigue es la narración del modo en que Seth se obsesiona con des-cubrir en librerías de viejo más del trabajo de Kalo, sólo para encontrarse apenas con un puñado de imágenes que lo animan a rastrearlo como una especie de detective-historiógrafo. Seth utiliza sus viñetas de elegante sencillez para reflexionar profundamente sobre el oficio del caricaturista, su apego obsesivo a los objetos que colecciona y atesora y las complejas relaciones humanas que establece con la gente que le rodea: su colega Chester Brown (él mismo, un magnífico narrador gráfico), su madre, su hermano, su gato enfermo y la chica con la que sale.

Se trata de una entrañable historia intimista sobre los nexos emotivos que se pueden establecer con alguien a través de su obra sin conocerlo nunca. El mismo Seth ha publicado también en español Wimbledon Green, una descarnada visión sobre los coleccionistas de cómics y La G.N.B.C.C. La hermandad de historietistas del gran norte, un amoroso retrato sobre los dibujantes de cómics canadienses, siempre abrumados por la gigantesca industria norteamericana que no por cariñoso está exento del corrosivo humor de Seth.

El malo“No es malo, es perverso”, decía mi amigo el caricaturista Efrén Maldona-do cuando se refería a la baja calidad del trabajo de algún colega. Tenta-dor, desde luego, es ocupar un espacio como éste para hablar mal de los libros que no le gustan al autor de estas líneas. La ley de Sturgeon dice que el 90% de lo que se publica es basura. Mi corolario a tan cruel afirmación es que el 10% que vale la pena leer no es el mismo para ti que para mí.

Pero ¡ay! el tiempo que tenemos para leer y los libros que habremos de ter-minar durante la vida son, puestos en perspectiva, escasísimos. Se cuenta que en algún encuentro de escritores algún novato arrogante presumía de haber leído más de mil volúmenes. Como nadie le creyera, la discusión se acaloró hasta el momento en que José Emilio Pacheco llegó a la reunión. Le plantearon el asunto y alguien le preguntó a quemarropa cuántos libros había leído. Con su proverbial sencillez, aderezada con refinada malicia, dijo que apenas un puñado y zanjó el alegato. Son tan pocos los libros buenos y tan pequeño este espacio que ¿para qué desperdiciarlo hablando de los malos?

Lo feoImanol Caneyada es el secreto mejor guardado de la novela policiaca mexi-cana. Prueba de ello es su más reciente novela, Las paredes desnudas, en la que aborda el feo tema del tráfico humano. Situada en una sofocante ciudad fronteriza no identificada, la historia sigue los pasos de Jerry, un timorato y obeso enfermero en su búsqueda de la hermana desaparecida de “La Perra Saldívar”, campeona del box femenil, gloria local que cae al hospital abatida por los golpes de su última pelea. Los dos personajes, ab-solutamente asimétricos, establecen una complicidad pactada en el silen-cio que los llevará a sumergirse en el sórdido mundo de la trata de blancas: la hermana de boxeadora ha sido secuestraba para obligarla a prostituirse en una pestilente red de corrupción.

De prosa dura, con frases directas y cortantes como jabs, Caneyada re-frenda su lugar entre los mejores narradores negrocriminales del país. Ya este vasco avecindado en el norte de México desde hace veinte años nos había sorprendido con su libro Tardarás un rato en morir. Repite la ha-zaña: lograr horrorizar al lector pero impedirle abandonar las novelas sin importar lo abyecto que pueda ser la narración. Un autor duro, con la ca-pacidad de crear protagonistas a los que este lector desearía ver de nuevo en otras novelas, protagonizando sus propias series al estilo de Philip Mar-lowe o Héctor Belascoarán. Imagen - Seth por Seth, el mero efectivo según Bef.

NERD PLUS por Bernardo Fernández, Bef

BUENOMALOFEO

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LOS+VENDIDOS GANDHI

FICCIÓN NO FICCIÓN

Y COLORÍN COLORADO...Odin DupeyronDISIDENTEY colorín colorado este cuento aún no se ha acabado se editó por pri-mera vez en el año 2001 y desde esa primera edición ha sido leído y releído, regalado, prestado y recomendado por lectores de todas las edades, de todos los géneros, de distintas religiones, preferencias y países. Se ha convertido en best-seller nacional con más de ciento cin-cuenta mil ejemplares vendidos en menos de cinco años, y ha tocado profundamente el corazón y la vida de miles de personas.

LOS CUATRO ACUERDOSMiguel RuizURANOEl doctor Miguel Ruiz nos propone en este libro un sencillo procedi-miento para eliminar todas aquellas creencias heredadas que nos limi-tan y substituirlas por otras que responden a nuestra realidad interior y nos conducen a la libertad. Hace miles de años los toltecas eran co-nocidos en todo el sur de México como “mujeres y hombres de conoci-miento”. Los antropólogos han definido a los toltecas como una nación o una raza pero, de hecho, eran científicos y artistas.

EL HOMBRE EN BUSCA DE SENTIDOViktor FranklHERDEREn esta obra, Viktor E. Frankl explica la experiencia que le llevó al descubrimiento de la logoterapia. Prisionero, durante mucho tiem-po, en los desalmados campos de concentración, él mismo sintió en su propio ser lo que significaba una existencia desnuda. ¿Cómo pudo él que todo lo había perdido, que había visto destruir todo lo que valía la pena, que padeció hambre, frío, brutalidades sin fin, que tantas veces estuvo a punto del exterminio, cómo pudo aceptar que la vida fuera digna de vivirla?

CEREBRO DE PANDavid PerlmutterGRIJALBOEn este libro, el renombrado neurólogo David Perlmutter destapa un tema que ha estado enterrado en la literatura médica por demasiado tiempo: los carbohidratos están destruyendo nuestro cerebro. Y no sólo los carbohidratos malos: también los carbohidratos saludables, como los granos enteros, pueden causar demencia, ansiedad, dolores de cabeza crónicos, depresión y mucho más. Perlmutter explica qué pasa cuando el cerebro encuentra ingredientes comunes tanto en el pan de cada día como en el plato de frutas.

MIS CONFUSIONES: MEMORIAS DESMEMORIADASRIUSGRIJALBOVeinte años han transcurrido desde que Rius publicó su primer ejerci-cio autobiográfico, memorial: Rius para principiantes. “Este sería para celebrar (o recordar, más bien) mis sesenta años de monero y ochen-ta de edad”, escribe el autor en el prólogo y a su vez, con el humor que siempre empapa sus textos, advierte que el lector no encontrará mayor diferencia entre un libro y otro, a menos que éste, el posible lector, sea masoquista: “En estos últimos veinte años he trabajado menos, he viajado menos y he follado menos.”

LADRONA DE LIBROSMarkus ZusakDEBOLSILLOÉrase una vez un pueblo donde las noches eran largas y la muerte contaba su propia historia. En el pueblo vivía una niña que quería leer, un hombre que tocaba el acordeón y un joven judío que escri-bía cuentos hermosos para escapar del horror de la guerra. Al cabo de un tiempo, la niña se convirtió en una ladrona que robaba libros y regalaba palabras.

CINCUENTA SOMBRAS DE GREYE. L. JamesGRIJALBO Cuando la estudiante de Literatura Anastasia Steele recibe el encargo de en-trevistar al exitoso y joven empresario Christian Grey, queda impresionada al encontrarse ante un hombre atractivo, seductor y también muy intimidan-te. La inexperta e inocente Ana intenta olvidarle, pero pronto comprende cuánto le desea. Cuando la pareja por fin inicia una apasionada relación, Ana se sorprende por las peculiares prácticas eróticas de Grey, al tiempo que descubre los límites de sus propios y más oscuros deseos.

EN MEDIA HORA... LA MUERTEFrancisco Martín MorenoPLANETA Un desconcertante secreto de familia es revelado y con ello da inicio un impactante viaje al pasado. De las calles soleadas de Madrid y Valencia a la dureza del exilio en Francia, las atrocidades de las cárceles franquistas y los campos de concentración alemanes; del Berlín con ecos de la Belle Époque al exotismo de Casablanca, en Marruecos, y luego al México en ebullición de los años cuarenta, En media hora… la muerte es una ex-traordinaria saga familiar que deja al descubierto los detalles más esca-brosos de una época tormentosa.

CIEN AÑOS DE SOLEDADGabriel García MárquezDIANAMito por derecho propio, saludada por sus lectores como la obra en es-pañol más importante después de la Biblia, Cien años de soledad cuenta la saga de la familia Buendía y su maldición, que castiga el matrimonio entre parientes dándoles hijos con cola de cerdo. Como un río desbordante, a lo largo de un siglo se entretejerán sus destinos por medio de sucesos ma-ravillosos en el fantástico pueblo de Macondo, en una narración que es la cumbre indiscutible del realismo mágico y la literatura del Boom.

TOKIO BLUESHaruki MurakamiTUSQUETS Toru Watanabe, un ejecutivo de treinta y siete años, escucha casualmente mientras aterriza en un aeropuerto europeo una vieja canción de Los Beatles, y la música le hace retroceder a su juventud, al turbulento Tokio de finales de los sesenta. Con un fino sentido del humor, Murakami ha escrito el conmove-dor relato de una educación sentimental, pero también de las pérdidas que implica toda maduración. Tokio blues supuso el reconocimiento definitivo del autor en su país, donde se convirtió en un best seller.

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UNA BUENA,UN MALO Y UN CASTILLO

ENTREVISTA con Jorge FrancoPremio Alfaguara de Novela 2014

“Es una novela que escribí desde la nostalgia, no sólo por lo que viví en esos años sino porque creo que los años sesenta y setenta fueron dé-cadas muy importantes para la humanidad, marcadas por un deseo de armonía entre los hombres y la naturaleza, los sueños, las grandes pro-testas estudiantiles, la época del peace and love, la música. Esta novela es un homenaje a esa época, a esa ciudad, a ese Medellín que desapare-ció, como la premonición de lo que vendría, el Medellín que se conoció de manera más macabra y cruel”. Quien habla es Jorge Franco, escritor nacido en Medellín, Colombia, en 1962, ganador del Premio Alfaguara de Novela 2014 por el libro El mundo de afuera. Delgado, de tez blanca y voz pausada, viste un saco sport y camisa clara. Antes de hablar sobre esta obra en la que aparecen una buena, un malo, y un castillo medieval enclavado en Medellín, quisimos saber cómo fue que se enteró de que había ganado el premio Alfaguara:

“Estaba profundamente dormido. Eran las cinco de la mañana en Bogo-tá. Sabía que ese 20 de marzo era el día del fallo. Me había programado para dejar la mañana libre porque iban a transmitirlo por internet. Con-fieso que esa noche sentía más desesperanza que esperanza. Una se-mana antes había leído en el periódico, en una sección de rumores, que el jurado estaba impresionado con la obra de un colombiano, pero acla-raba que había cincuenta y seis colombianos participando. El caso fue que estaba dormido y mi celular sonó. Muy adormilado miro que hay un número que no conozco y que empieza con 34, el prefijo de España. Contesté. Me dicen que me va a hablar Pilar Reyes, directora general de Alfaguara, y ahí comienza una cadena de emociones y sentimientos que tenía que unir en microsegundos. Pilar me saluda y me dice que me va a hablar Laura Restrepo, presidenta del jurado. Le dije ‘espero que sea para lo que estoy imaginando’, Laura me lo confirma. Colgué. Me quedé mirando el techo como diez minutos tratando de asimilar eso que esta-ba sucediendo, recuperé la respiración y el pulso, después lo compartí con mi esposa y mi hija, que saltaban en la cama de alegría.”

La historia de El mundo de afuera une tres historias, la de Don Diego, un aristócrata; su hija Isolda, una niña sobreprotegida que rara vez sale del castillo en donde vive; y el Mono, un delincuente enamorado de Isolda que secuestra a Don Diego. Jorge Franco nos dice al respecto: “Hay una línea que apunta hacia el realismo de manera más cruda, el secuestro, y otra que va hacia lo fantástico, en un tono más como de cuento de hadas que narra ese mundo de adentro. Venía cargando esta historia desde hace décadas, y hace cinco años se me despertó la curiosidad por sacarla y coincidió con el hecho de que soy padre hace ocho y he esta-do inmerso en el mundo infantil, inmerso en las historias de princesas, castillos, animales mitológicos y fábulas. Pensé que yo también había tenido mi historia con una castillo, una princesa y un pequeño reino. Ese fue el detonante para escribir esta novela.”

La buena, su papá y el castillo. “Tiempo atrás tuve la particularidad de ser vecino de un hombre que vivía en un castillo, mezcla de gótico y medieval, con jardines grandes y fuentes, con esos mounstros que echan agua por la boca”, contesta Jorge Franco. “Él vivía de manera un poco anacrónica, hablo de los años sesenta, principios de los setenta. Se transportaba en una limu-sina, tenía pajes y había un mito urbano alrededor de lo que pasó en ese castillo porque su hija murió muy joven. Se decía que estaba ahí enterrada o que estaba embalsamada frente al piano. De niños nos acercábamos a mirar con mucha cautela lo que pasaba en el castillo. Tener un castillo en el vecindario era un invitación a la curiosidad y la imaginación, y eso lo conservé durante muchos años, sumado al hecho pavoroso de que este hombre fue secuestrado en el 1971 y posteriormente asesinado. Su muerte rompió ese encanto y esa ma-gia de mi mundo infantil, lo mismo que la tranquilidad de Medellín”, cuenta Franco.

Y añade: “En cuanto a Isolda, imaginé cómo podría ser la vida de una niña sobreprotegida que vive en una inmensa soledad, aislada en ese mundo, y donde ella tiene que construirse uno propio, muy cercano a lo infantil. Ella es la dueña de esos jardines en los que corre como un fantasma travieso y donde tiene su pequeño refugio. Ahí se comunica con la naturaleza que la acaricia y la protege. No sabemos si lo que ahí le sucede a Isolda es realidad o imaginación.”

Un malo llamado El Mono.En todo cuento de hadas hay una bruja o un mounstro. En el caso de El mundo de afuera, se trata de El mono: “Ese fue el personaje del que menos información tenía porque no encontré sus expedien-tes ni datos, ni sobrevivientes que me hablaran sobre el líder de esa banda. Sé que era un pandillero –completa Franco- reconocido por asaltar bancos, por haber cometido un par de secuestros previos y por su habilidad para escapar de las cárceles. Como lo que sabía de él era muy superficial, empecé a construirlo con mis propias herramien-tas, usando algo de lo que se decía. Alguien me contó que siempre se mantenía rodeado de mujeres bellas pero luego una investigadora me dijo que en realidad se trataba de jóvenes apuestos, lo que me dio la oportunidad de manejar una ambigüedad sexual respecto a él. No quería presentar la relación que se establece entre El Mono y Don Die-go en blanco y negro, presentarlos como el bueno o el malo, sino que a lo largo de la historia se complementaran uno a otro y que fueran asumiendo sus roles como en la tragedia griega: cada uno de ellos, al final, acepta su cita con el destino.” +

Por Jorge Vázquez Ángeles

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Aquiles: ¿Por qué está verde?Tortuga: ¿De qué habla? Yo no estoy nada. Es mi co-lor natural.Aquiles: Bueno... metafóricamente hablando, claro. ¿Por qué tiene cara de que alguien le rayó el coche o le robó a la novia?Tortuga: Le repito que no estoy nada de nada. Y no me tape la tele o no respondo por su integridad física. Tengo buena puntería.Aquiles: Oiga. Suelte ese adorno. Mejor cuénteme. ¿O para qué estan los amigos...?Tortuga: Si de veras tiene que saberlo, tenga. Pero le ad-vierto que si se mofa...Aquiles: ¡No me diga que al fin le hicieron una crítica en “Palabras sueltas”!Tortuga: Si se le puede llamar crítica a eso.Aquiles: Usted decía el otro día que bastaba una mención. Que así le fuera bien o mal el chiste era el escaparate, la notoriedad, la luz del reflector.Tortuga: Me fuera bien o mal. Tiene toda la razón. No... no... Eso.Aquiles: ¿Pues qué dice o qué?Tortuga: La hija de la portera es mejor crítica de arte.Aquiles: Estoy seguro de que exagera.Tortuga: ¡Tiene que haber un juicio de valor! ¡El que sea! ¿A usted le preguntan qué le parece una obra y qué res-ponde? Que es buena o es mala. ¿No?Aquiles: O regular. Dependiendo, claro. Aunque ya sabe lo que pienso del encono descalificativo. Tortuga: De acuerdo. Todos recordamos aquel incidente en el restaurante, cuando se encontró a su crítico más fe-roz tomando café.Aquiles: Afortunadamente las quemaduras no fueron gra-ves y recuperó la vista.Tortuga: Hay que tomar postura, ¿no? Bueno o malo. No hay más. Si yo le pregunto: ¿Coca o Pepsi qué responde usted?Aquiles: ¿Es una pregunta capciosa? ¿Quién vendría a ser el malo aquí?Tortuga: Es una pregunta binaria. ¿Coca o Pepsi?Aquiles: Es que...Tortuga: ¿Coca o Pepsi?Aquiles: Jarrito de tamarindo.Tortuga: ¿Barça o Madrid?

Aquiles: Atlético.Tortuga: ¿Faulkner o Hemingway?Aquiles: Fitzgerald.Tortuga: ¿Windows o Mac?Aquiles: Linux.Tortuga: ¡Lo sabía! ¡Es un complot! ¿Qué le pasa a todo el mundo?Aquiles: Bueno, ¿me va a permitir ver la crítica que le hizo este sujeto que, según usted, debería dejarle su chamba a la hija de la portera?Tortuga: Aunque se burle. Es un dato verificable. Mire, le pregunté a la nena por whatsapp.Aquiles: Desde cuándo se mensajea con la hija de la portera?Tortuga: No se me ponga territorialista ahora. Y menos cuando tengo en la mano una efigie de plomo de Vladimir Horowitz con todo y piano.Aquiles: “¿Y entonces qué te pareció La novicia Rebelde?”. “Bien bonita”. “¿Y El Hostal?”. “Bien fea”. Con razón no en-contraba esos DVDs por ningún lado. ¿Qué otras películas le prestó sin mi permiso?Tortuga: ¿Qué no lo ve? Al parece ya nadie opina si una obra es buena o mala. ¡Una total falta de criterio! “Boni-to”. “Feo”. ¿Qué es eso?Aquiles: ¿Un juicio de valor estético?Tortuga: No se pase de listo conmigo. Ya le dije que tengo buena puntería.Aquiles: ¿Tan grave fue? Déjeme ver... Ah... con razón. Ape-nas lo menciona al final de otra crítica más nutrida a otro autor. “Y antes de despedirme, les cuento que me escribió el autor de Muerte en el metro Muzquiz para preguntarme qué me pareció su novela. Tengo dos palabras: Muy (pero muy) gacha.” Ahora entiendo su pesar. Dos palabras. Aun-que hay que decir que una de ellas la repitió dos veces.Tortuga: ¿Se está burlando? Aquiles: Para nada. Es sólo que, si hablamos de objetividad...Tortuga: ¡Claro que se está burlando! ¿Horowitz o Gould?Aquiles: Tranquilícese. Es que gacho también puede ser si-nónimo de...Tortuga: ¿Horowitz o Gould?Aquiles: Ya que se empeña, Rubinst-OUGH…Tortuga: No se preocupe. Su nariz recuperará su forma. Algún día. +

FÁBULAS DEL TÍO HOFS por Antonio Malpica

¿FAULKNER O HEMINGWAY?

Faulkner - Hemingway - Fitzgerald - Fitzgerald

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LOS+VENDIDOS GANDHI¿FAULKNER O HEMINGWAY?

ELECTRÓNICOS ARTE

KAHLO (1907-1954)Gerry SouterNUMENDetrás de los retratos de Frida Kahlo se ocultan tanto la historia de su vida como la de su obra. Es precisamente esta combinación la que atrae al espectador. La obra de Frida es un testimonio de su vida. Pocas veces se puede aprender tanto acerca de un artista con sólo contemplar lo que él inscribe dentro del marco de sus cuadros.

50 COSAS QUE HAY QUE SABER SOBRE ARTESusie HodgeARIELVisitar un museo de arte, antiguo o moderno, puede ser una experiencia conmovedora y estimulante o, por el contrario, ser mortalmente aburri-da. Ello dependerá de la calidad de las obras expuestas pero, sobre todo, del conocimiento que uno atesore sobre arte, una disciplina enigmática, asombrosa y desconcertante que plantea al espectador la dificultad de entender y descifrar aquello que contempla. 50 cosas que hay que saber so-bre arte es una perfecta introducción al conocimiento sobre movimientos, simbología y artistas más destacados de la historia del arte.

LA TACOPEDIAAlejandro EscalanteTRILCEQuien crea que lo sabe todo acerca del mundo del taco, se sorpren-derá ante esta original, divertida y apetitosa enciclopedia, donde se desmenuzan los diecinueve tipos principales de tacos y sus primas (enchiladas, tlayudas y quesadillas); origen, características, secretos, recetas, salsas que deben acompañarlos, variantes, algunas taquerías recomendadas de todo el país, entrevistas con taqueros legendarios... Las excelentes fotografías se acompañan por una tacografía, una lote-ría del taco y otras botanas que hacen de éste un libro delicioso.

DÉCADATerence McNameePHAIDON Durante esta primera década del siglo XXI nos han bombardeado con imágenes de algunos de los sucesos clave que se han producido sobre la faz de la tierra. Un día cualquiera, un periódico recibe más de seis mil fo-tografías. El 11-S en Manhattan, el tsunami del Océano Índico, los aten-tados en el metro de Londres y el reciente terremoto de Haití han dado lugar a algunas de las más desgarradoras escenas jamás captadas. Ahora ya no importa con qué se ha obtenido una imagen; un teléfono móvil, una cámara de televisión o un video doméstico. Todo vale.

LA DIETA ALCALINANatasha CorrettLAROUSSEEnfocado en el balance del ph del cuerpo, este libro de Natasha Corrett es tanto un libro de cocina como una guía que promueve la vida saludable. Escrito por la gourmet orgánico-vegetariana Natasha Corrett y la terapista nutricional Vicki Edgson, contiene recetas, tips, y trucos para el seguimiento de la ingesta diaria de ácidos y alcalinos. Aprenda a comer de forma alcalina con este libro de cocina que refrescará su manera de vivir gracias a sus sucu-lentas recetas que ofrecen un acercamiento holístico a la salud.

LA DIETA DEL METABOLISMO ACELERADOHaylie PomroyGRIJALBO Haylie Pomroy ha ayudado a miles de pacientes a perder hasta diez kilos en cuatro semanas -todo a través del poder quemagrasa que tiene la co-mida-. Conocida como la gurú del metabolismo, Haylie nos recuerda que la comida no es el enemigo: la comida es, por el contrario, la rehabilitación que necesitas para revitalizar tu metabolismo lento y averiado, y convertir así tu cuerpo en una máquina quemagrasa.

EL CUERPO EN QUE NACÍGuadalupe NettelANAGRAMA Inspirada en la infancia de la autora, El cuerpo en que nací es la historia de una niña con un defecto de nacimiento en un ojo. Su vida, durante los años setenta, se ve influida por su escasa visión pero también por la ideología dominante en esa época: el matrimonio abierto de sus pa-dres, las escuelas activas, las comunas hippies, la libertad sexual y su correlato. Las diferencias físicas y psicológicas que la distinguen hacen que la protagonista se identifique con los seres que viven al margen de las modas y de las convenciones sociales.

ADMINISTRACIÓN Y CONTROL DE LA CALIDADJames R. EvansCENGAGE LEARNING Proporciona un antecedente para entender y aplicar las herramientas técnicas y la excelencia en el desempeño desde la perspectiva de una organización. Disposición amigable para el estudiante que enfatiza los conceptos importantes. Cobertura en el texto de la mayoría del cuerpo de conocimientos requeridos para la certificación ASQ como gerente de calidad certificado.

BAJO LA MISMA ESTRELLAJohn GreenNUBE DE TINTA Hazel acaba de cumplir 16 años. Y tiene cáncer. A pesar de que un tra-tamiento ha conseguido reducir su tumor de forma casi milagrosa, es una enferma terminal. Los médicos no pueden decirle cuánto tiempo le queda; sólo sabe que debe vivir pegada a un tanque de oxígeno y sometida a continuos tratamientos. Desde hace unas semanas, Hazel forma parte de un grupo de apoyo donde otros chicos como ella com-parten sus experiencias.

DERECHO CORPORATIVO Y LA EMPRESARoberto SanrománCENGAGE LEARNING En esta obra se estudian temas fundamentales de derecho corpora-tivo tales como: derecho bancario, régimen fiscal de la empresa, co-mercio exterior, propiedad intelectual y derecho laboral, entre otros. Con ello se da cobertura a todo programa de estudios de un curso de derecho corporativo para estudios de licenciatura y posgrado en las áreas de los negocios.

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EL MALO,EL MÁS MALO Y EL PEOR

ENTREVISTA con Pedro Arturo Aguirre

¿Quién no querría tener el poder de Zeus o de Poseidón? ¿De Tláloc? ¿De Rah? ¿O ser un héroe como Aquiles? We could be heroes just for one day, dice David Bowie en una de sus canciones. Aunque parece que for-mular estas preguntas es tan relevante como pensar en la inmortalidad del cangrejo, hay quienes tras acumular un gran poder razonan de ese modo, se disocian de la realidad y, como Ícaro, tratan de llegar al cielo. No en balde el mismísimo Hombre Araña sabe que “un gran poder con-lleva una gran responsabilidad”. Pedro Arturo Aguirre, autor de Historia mundial de la megalomanía, se ha dedicado a escarbar la vida de políti-cos y dirigentes a quienes el poder les ha trastocado la mente al grado de creerse salvadores de sus países, ocasionando no sólo graves daños económicos y políticos sino también sociales. El libro conforma una ga-lería de personajes que parte de Alejandro Magno, Nerón y Calígula, y se concentra sobre todo en el siglo XX, en aquellas figuras que aprovechan-do ideologías totalitarias y medios de comunicación construyen un culto a la personalidad y tratan de convertirse en dioses.

Sobre su interés en megalómanos, el autor nos cuenta el origen: “Estos personajes siempre me han atraído y repugnado al mismo tiempo, sé que han hecho mucho daño, algunos han sido dictadores crueles, han provocado guerras mundiales, pero he sentido mucho interés por todos ellos desde muy chico. En 1979, a los quince años, tuve mi primer en-cuentro con un dirigente de estas magnitudes: Fidel Castro, en la cele-bración del veinte aniversario del triunfo de la revolución cubana.”

Los griegos lo inventaron todo. “Endiosar a los gobernantes es tan viejo como los seres humanos”, nos dice Pedro Arturo Aguirre cuando le preguntamos sobre los conceptos griegos de Ubris y Némesis. “En el caso de Alejandro Magno, además de ser un dios —es hijo de Zeus— se añade la cualidad de héroe, como Aquiles, al conquistar el imperio persa. Esa imagen del dios-héroe que debe ser venerado por su legitimidad divina y sus capacidades sobre-humanas se explotó en Alejandro, lo mismo que en la época helénica y en Roma, donde algunos emperadores quisieron imitarlo. La Ubris es el egocentrismo exaltado, cuando los hombres quieren imitar a los dioses, parecerse a ellos, convertirse en ellos. Sin embargo los dioses castigan esta actitud a través de la Némesis, una venganza para frenar esos de-seos y bajar a la realidad a esos líderes que tarde o temprano terminan hundidos cuando la realidad les brinca a la cara. Al final obtienen su cas-tigo cuando se exceden en el poder.”

Los sobrenombres de los megalómanosEl lenguaje es una herramienta fundamental para quienes detentan el poder. De ahí que los dictadores o dirigentes políticos endiosados bus-quen los títulos más rimbombantes, cuando no ridículos, para definirse a sí mismos. “Para la prosopopeya de dirigentes, la imaginación huma-

na ha tenido que explayarse”, dice Pedro Arturo Aguirre, y pone como ejemplo a Teodoro Obiang, presidente de Guinea Ecuatorial, quien se define a sí mismo como ‘el defensor de todos los hombres de universo’. A Joseph Stalin le decían ‘El padre de los pueblos’, ‘el padre de las ale-grías’; a Mao Tse Tung, ‘el gran sol rojo’, ‘el gran timonel’; Idi Amin se decía “defensor y guía de todo los animales, seres humanos, plantas y cosas que existen en la tierra” y se autonombró el ultimo rey de Escocia; el presidente de Zaire, el general Mobutu, se proclamaba ‘el conquista-dor imbatible’; Kim Il Sung, ‘el gran comandante de acero’, ‘el dirigente más importante del mundo.’

Megalomanía a la mexicana.Para el autor de Historia mundial de la megalomanía, existen tres epi-sodios del señorpresidentismo mexicano: Miguel Alemán, Luis Echeverría y José López Portillo. “Tuvimos un régimen político donde el presidente era muy poderoso. Decía Daniel Cosío Villegas que se trataba de una monarquía sexenal hereditaria, en seis años al presidente no se le podía tocar, era la cabeza del sistema. Sin llegar a los extremos de Kim Il Sung, de la colección de presidentes más proclives al culto a la personalidad tenemos a Miguel Alemán, que se hizo construir una estatua en Ciudad Universitaria y al que llamaban ‘el primer obrero de la patria’. Luis Eche-verría quiso ser líder del Tercer Mundo, soñaba con ser Premio Nobel de la Paz o secretario general de la ONU, realizó un viaje de cuarenta y cinco días para recorrer países del Tercer Mundo, en una comitiva de ocho aviones. El otro megalómano interesante es José López Portillo. Se le erigieron estatuas en Monterrey y en Campeche, el estadio de Ciu-dad Nezahualcóyotl llevaba originalmente su nombre, y en la televisión transmitían sus partidos contra Raúl Ramírez, o bien lo mostraban mon-tando a caballo, o practicando karate. Quiso pasar a la historia como el mejor orador de México, lo que revela su megalomanía y mesianismo.”

El bueno, el malo y el feo. Para terminar la entrevista pedimos a Pedro Arturo Aguirre que nos diga cuál de estos personajes podría ser el Bueno: “Es difícil por ser una co-lección de dementes que van de malo a más a malo y peor. Ho Chi Minh fue un hombre bueno y sencillo que siempre vio el culto hacia su persona como una molestia. Para su desgracia el partido comunista le construyó uno de los mausoleos más grandes del mundo. El Malo son casi todos: Hitler provocó una guerra, Stalin hambrunas además de las purgas, Mao mató como a cuarenta millones de personas. El feo: Kim Il Sung, el líder de Corea del Norte, por ejemplo, pero su hijo Kim Jong Il, que llevaba sus pelitos parados a la Bart Simpson, no era precisamente guapo. La revista norteamericana Onion declaró a Kim Jon Il el hombre más sexy del mun-do 2013. Idi Amin era feo como para pegarle.” +

Por Jorge Vázquez Ángeles

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DISEÑO + HUMOR+ CRÍTICA SOCIALCinismoilustrado.com es el nombre del blog con que Eduardo Salles (México, 1987) ha esparcido alrededor del mundo un fresco género humorístico que desafía el in-minente apocalipsis de los medios impresos. Salles conjuga diseño gráfico y crítica social —especialmente hacia el uso del internet— con un lenguaje que la generación “Millenial” podría identificar antes que cualquier tipo de material didáctico. Cinismo ilustrado recopila y remasteriza por primera vez lo mejor de los primeros cinco años de este proyecto web, el cual cuenta actualmente con cientos de miles de seguidores que comparten y comentan a diario sus cartones en distintas redes sociales. Este libro no es una simple adaptación impresa, se trata del testimonio físico de algo que ya forma parte de la cultura popular digital.

Eduardo Salles, publicista reconocido y cuentista diletante, partidario del sabotaje cultural y la procrastinación, Salles ha transplantado sus viñetas desde los bits del internet a la tinta de revistas tales como Letras Libres, Picnic y Orsai.

Estudió la carrera de comunicación en la Universidad Nacional Autónoma de México. Fue director creativo de la agencia JWT México y actualmente es Director creativo de Flock Advertising México. Es creador de Cinismo Ilustrado, un sitio web que pretende reactivar la producción artística y al mismo tiempo cambiar el mercado para siempre. Es muy activo en su cuenta de Twitter @sallesino. Ha ganado premios como el Cannes Lion, el Ojo de Iberoamerica y el Círculo de Oro.

SI NO SABES QUIÉNES SON DA VUELTA A LA PÁGINA

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“El hombre es un ser excéntrico, tiene demasiado cielo en sí para poder hacerse enteramente mundano, y demasiado mundo para poder hacerse completamente celeste.” Rüdiger Safranski, El mal

Desde las masacres que las potencias europeas llevaron a cabo en los países que colonizaron hasta las recientes guerras en Siria, Iraq, Sudán del Sur, Libia, Gaza o Ucrania, pasando por la Primera Guerra Mundial, el Holocausto, el Gulag, el régi-men de los jemeres rojos en Cambodia, las matanzas intencionadas de civiles por parte del ejército norteamericano en Vietnam (My Lai, por ejemplo), el genocidio indonesio durante la Guerra Fría, el armenio perpetrado por el Imperio Otomano, los desaparecidos por las dictaduras sudamericanas o el actual reinado de terror de los cárteles del narcotráfico en nuestro país, el desprecio por la vida humana, la violencia descarnada y el horror forman parte esencial de la historia reciente de nuestro mundo. Esta conducta abyecta y aberrante nos obliga a preguntarnos acerca de los orígenes del mal en nuestra especie. Una vieja pregunta: ¿somos buenos y el entorno nos hace malos o tenemos en el genotipo existencial humano una proclividad hacia la maldad?

La discusión de este asunto excede por mucho los propósitos de este artículo. En lugar de tratar de encontrar la solución a este acertijo metafísico que divide el espíritu humano de manera maniquea (lo bueno contra lo malo) me gustaría enfocarme en un interrogante más instrumental: bajo qué condiciones personas “normales” (sin síntomas o antecedentes de patologías mentales evidentes) son capaces de llevar a cabo actos atroces. El tema que me interesa está más cerca de Hannah Arendt y la banalidad del mal que de Rüdiger Safranski y su estudio sobre el mal. Arendt encontró en Joseph Goebbels a un hombre anodino tan diminuto de criterio que seguía las órdenes de sus superiores porque eso es lo que había que hacer. De manera similar el documentalista norteamericano Joshua Oppen-heimer retrató en su magistral documental The Act of Killing cómo oficiales de un grupo de élite armado en Indonesia estuvieron dispuestos a representar con total desparpajo y desenfado los asesinatos que cometieron durante una feroz y

encarnizada persecución a comunistas durante los años setenta porque esa fue la orden que recibieron. El mal en sus manifestaciones más aterradoras se erige en muchas ocasiones como una circunstancia más propia de la estupidez, la frivoli-dad, la ausencia de pensamiento autónomo o, como esgrime el ensayista nortea-mericano Philip Zimbardo, por coyunturas tan simples como el aburrimiento, el conformismo o la condición de anonimato, que por una perversión premeditada y sádica que extraiga placer de ver sufrir a otros.

En el verano de 1971, Zimbardo y un grupo de investigadores crearon una prisión artificial en la Universidad de Stanford. Reclutaron –a partir de una convocatoria abierta que no se restringía a estudiantes universitarios, con criterios de selección que ponían especial énfasis en elegir personas con perfiles psicológicos sanos y estables– veintitrés voluntarios y los dividieron en dos grupos. A unos les pidieron que desempeñaran el rol de prisioneros y a otros de guardias. A partir del segundo día los voluntarios comenzaron a meterse más y más en sus respectivos roles. Los guardias comenzaron un rápido proceso de degradación y el experimento tuvo que ser detenido después de los altos niveles de violencia física y psicológica que las dinámicas entre ambos grupos desencadenaron. Los “guardias” llegaron tan lejos como a exigirle a los “presos” que simularan sodomía sólo para entretener-los. Les negaron alimentos y privilegios especiales sin razones aparentes.

Esta experiencia le sirvió a Zimbardo como epígono para estudiar la conducta de lo que el periódico The Guardian ha llamado “uno de los grupos de víctimas más ignorados de la guerra”: los guardias de las prisiones norteamericanas de máxima seguridad. Zimbardo utilizó como punto de partida el experimento de la prisión de Stanford para explicar cómo la conducta de los soldados norteamericanos que golpean y humillan de forma brutal a los presos de sitios como Abu Ghraib tiene, por supuesto, que ver con decisiones personales pero está influenciada de ma-nera determinante por el entorno y por el sistema de valores que los superiores imponen a sus subordinados. La postura de Zimbardo se encuentra ampliamen-te explicada en el libro El efecto Lucifer. El porqué de la maldad, y no ha estado exenta de polémica. “No es que hayan puesto manzanas podridas en una canasta sana –como argumentan las autoridades del ejército norteamericano–. Ponemos manzanas buenas en canastas podridas. La canasta corrompe todo lo que toca”, dice Zimbardo. Algunos de los soldados norteamericanos trabajan hasta cuarenta días seguidos, en turnos de doce horas diarias en sitios sobrepoblados, peligrosos, con importantes problemas sanitarios y con un violentísimo discurso sistémico. Esto, según el autor nacido en el Bronx, puede fácilmente desencadenar juicios morales y razonamientos distorsionados y enfermos.

La maldad como síntoma del entorno es quizá la premisa fundamental del libro de Zimbardo. Atender los mensajes ocultos en las maquinarias políticas y cor-porativas contemporáneas es fundamental para entender el alarmante nivel de descomposición social e individual que parece imperar en buena parte del mun-do. Vivir sumergidos en un sistema que nos exige atender sólo nuestros impul-sos más superficiales e inmediatos, ignorar las carencias de los demás, temer (o francamente despreciar) a aquellos que son distintos, dedicar nuestras vidas sólo al consumo más rapaz y desmedido que podamos, hacer del culto a la imagen personal uno de los valores supremos de nuestras dinámicas sociales, despreciar el cuidado del medio ambiente, puede ser el origen de la rampante maldad con la que el mundo parece conducir sus enseres contemporáneos. La maldad está inscrita más en las herramientas que los círculos de poder utilizan para ejercer su yugo, que en algún defecto espiritual o mental de un individuo cualquiera. +

INSOMNIO por Diego Rabasa

EL SER EXCÉNTRICO

RESPUESTAS AL ACERTIJO DE LA PÁGINA ANTERIOR

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Pocas conceptos hay tan complejos como el del héroe. Siendo que a esta figura se la considera una personificación del corpus de valores de una sociedad, habrá tantos como pueblos humanos existan. Para una comunidad guerrera, el héroe tendrá que ser valiente, arrojado e, incluso, cruel, mientras que para una cultura sedentaria, amante de la industria y la técnica, será ingenioso, pacífico y civiliza-dor. Una sociedad también cambia sus paradigmas de valores con el tiempo, y con ellas cambia lo que considera heroico y loable.

A nivel mundial, dos factores fueron los que definieron al siglo XX: la brutalidad de las guerras mundiales, con sus bombas atómicas, holocaustos y batallas car-niceras, y la división entre capitalismo y socialismo, que ocasionó que, por lo menos por un cuarto de siglo, la humanidad entera estuviera en riesgo de una conflagración nuclear. La famosa guerra fría. Estas dos circunstancias ocasiona-ron que la figura del héroe en occidente adquiriera un rasgo esencial: el pacifis-mo. Por ello, las figuras que en su momento se valoraron como héroes sociales fueron justamente las que alcanzaron alguna reivindicación política a través de la resistencia civil no violenta. Los libros que a continuación se mencionan dan testimonio de cuatro hombres que lograron la palma de la heroicidad por sus acciones políticas.

La editorial Debate publica una interesante compilación de escritos, discursos y ensayos de algunas de las figuras que definieron el siglo XX. El libro dedicado a Martin Luther King, Un sueño de igualdad, compila desde sus reflexiones acer-ca del encarcelamiento de Rosa Parks (mismo que detonó el movimiento por los derechos civiles) hasta su famoso discurso de Washington (I have a dream).

King siempre tuvo en claro los fines del movimiento, y en todo momento los mantuvo dentro de lo posible. A pesar de su profunda religiosidad, siempre enarboló un sano pragmatismo, que, a la postre, logró que su movimiento triun-fara. A través de sus letras se puede ver también la profunda repulsión que le causaban los tibios, aquellos que sólo de dientes para fuera apoyaban al movi-miento. El reverendo prefería a los opositores abiertos, a los enemigos rabiosos, pues para él eran los que dejaban claro contra lo que había que luchar.

En dicha colección también hay un compendio de las reflexiones y plan de lucha del padre de la resistencia pacífica: Mohandas Mahatma Gandhi. En sus escritos, compilados en el libro titulado Gandhi, el líder hindú expone que la esencia de la resistencia pacífica es afectar los intereses económicos del opresor, pues de otra manera sería totalmente inútil. Figura sublimada como pocas, Gandhi se muestra como un gran estratega de mente calculadora. Co-nocedor a profundidad de los ingleses -había sido formado en sus escuelas-, sabía qué intereses afectar para hacerse oír, e intuía con precisión el momen-to justo para hacer una declaración o iniciar una huelga de hambre. El libro también nos enseña al otro Gandhi, el no tan luminoso, ese que negó el avan-ce de la ciencia y la medicina y que, en pos de sus reivindicaciones políticas, pretendía regresar a su país al siglo XVI.

Mandela, en sus propias palabras, le cuenta al lector en El largo camino hacia la libertad, su convulsa y extensa vida, desde su nacimiento en las comunidades negras hasta su ascenso como presidente de Sudáfrica y figura de primer orden a nivel mundial. Con un lenguaje sencillo y claro, el también llamado Madiba na-rra su niñez, su formación como abogado, su filiación al Confederación Nacional Africana (CNA), su lucha en contra del apartheid y su cautiverio. A diferencia de otras autobiografías (que son vituperios de tanta alabanza en boca propia), la del sudafricano está escrita con una sinceridad que conmueve y con una muy saludable visión autocrítica. Este texto es indispensable para explicar a uno de los movimientos de liberación más grandes y exitosos del siglo XX.

Por último pero no menos importante, quiero hablarles de la novela Lennon, de David Foenkinos, un narrador de notable formación que se aventura a escribir la falsa autobiografía de uno de los músicos más importantes de la historia. John Lennon, hecho personaje se narra a sí mismo, a través de unas ficticias sesiones con el psicoanalista, desde sus inicios como músico hasta las horas cercanas a su intempestiva muerte a las afueras del edificio Dakota. Se muestra aquí a un Lennon desgarrado por el abandono de sus dos padres, a un joven lleno de rabia que buscaba pleitos en los bares, pero también al genio que revolucionó la música. El libro narra la conversión de Lennon en uno de los hombres más importantes del mundo, y hace una interesante exploración acerca de los efectos del éxito en su psique. Foenkinos, a pesar de su evidente filiación beatlemaniaca, hace un retrato no muy halagador del músico, presen-tándolo como un ególatra que entra a la lucha por la paz más por una pose que por auténtica convicción, aunque también, por supuesto, lo muestra como ese niño herido que encontró en su última mujer, Yoko Ono, el refugio amoroso en el que finalmente descubrió la paz.

Así, a través de las páginas de estos libros, se puede conocer a cuatro figuras indispensables del siglo pasado. Cuatro buenazos con todas sus letras. Hom-bres que, bien por su esfuerzo y valor, o bien por circunstancias favorables, pueden ser considerados figuras a imitar.

Y esto último, finalmente, es la esencia del héroe. + Por Omar Delgado

UN SUEÑO DE IGUALDADMartin Luther King

PÚBLICO

GANDHIGandhi

PÚBLICO

EL LARGO CAMINO...Nelson Mandela

AGUILAR

LENNONDavid Foenkinos

ALFAGUARA

LOS CAMINOSDEL HÉROE

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La enorme conclusión de una de las mejores películas en la historia de la huma-nidad encerraba a sus tres personajes centrales, el Bueno, el Malo y el Feo, en un círculo de piedras, parte de un cementerio en donde se esconde una gran canti-dad de oro, y hace que cada uno apunte con su revólver a otro. El triángulo mor-tal está envuelto con una banda sonora delirante, casi catastrófica. Las miradas nunca habían importado tanto y el western se veía nutrido de regreso de parte de un género que había sido menospreciado y vilipendiado. El spaghetti western cerraba otro triángulo con ese duelo final en El Bueno, el Malo y el Feo, el de una trilogía cinematográfica que transformaría para siempre, desde 1966, año del estreno de la película, el futuro de sus tres sucios vaqueros.

Clint Eastwood, el Bueno, había pasado los años previos a la realización de la tri-logía de Sergio Leone refugiado en la televisión y en algunas películas de ciencia ficción muy propias de su era aunque, eso sí, de mala calidad. Fue con Por un puñado de dólares (1964) y Por unos dólares más (1965) que comenzó a ges-tarse la leyenda que explotó en El Bueno, el Malo y el Feo y que elevó a calidad de semi dios a ese personaje sin nombre que dejaba claro quién era quién durante el famoso duelo a tres armas.

¿Qué fue lo que ocurrió después con el Bueno? Un verdadero viaje a la estratós-fera. Cinco años después del duelo, Clint Eastwood abandonaba los personajes

de algunas películas bélicas y se convertía en el rostro y la voz (aunque no ha-blaba mucho) de Harry el Sucio (1971), ese detective feroz e incorrecto que hizo de las calles de San Francisco un campo de batalla asfaltado en contra de un hombre que se hace llamar Scorpio. Siendo un hombre orgulloso de su ciudad, San Francisco, otro de sus papeles legendarios tenía su aventura en esa roca con-vertida en prisión y el señor Eastwood encarnó en Escape de Alcatraz (1979) a Frank Morris, un nada tonto interno que se las ingenia para escapar de la prisión con el aplauso de todos nosotros.

Con una carrera realmente sólida regresó al oeste y filmó otro western que hoy es considerado un clásico, Los imperdonables (1992), en donde desde el papel de director juega con la idea de la venganza, la justicia y el honor (o sea, es un western muy western) interpretando también a un vaquero en sus últimos días. La cosa no paró ahí. Como director de cine el Bueno se lució, además, con varias gozosas películas en las que su dureza y su pesimismo convierten a las historias en algo simplemente irresistible. Entre ellas están Bird (1988), en donde deja clarísimo su amor por el jazz y el buen cine; El novato (1990), donde juega con el cine de acción con humor y muy buenas secuencias; Un mundo perfecto (1993), en donde deja ver que el lado de “la justicia” no siempre es el mejor y en la que pinta todo en una circunferencia dramática que no acepta reclamaciones; y Río Místico (2003), donde hace una verdadera carnicería de sus propios personajes, un lujo que sólo cineastas como él pueden darse.

Enfrente está lo que ocurrió con el Malo, el señorazo Lee Van Cleef, que venía del western televisivo y que se convirtió en “Angel Eyes” para el cierre de la trilogía de Leone. Después de terminada y con el sello “maligno” en el rostro (siempre fue un estupendo villano), Van Cleef fue convocado al western cinematográfico y reúne una lista larga de películas (por ahí anda Dinero sangriento y The Magni-ficent Seven Ride) que sin embargo se le fueron apagando poco a poco. Hacia el final, ya en la década de los ochenta y sin poder enfundar el revólver para ganar en los duelos, tiene una extrañísima pero entrañable aparición en dos películas casi fantásticas pero, eso sí, ambas de culto. La primera es esa rareza de las artes marciales en donde los ninjas se mezclan con el terrorismo y que se llama Octa-gón (1980), ópera prima de un raro y casi oscuro director llamado Eric Carson. La segunda es Escape de Nueva York (1981), en la que interpreta a Hauk para hacer frente nada menos que a Kurt Russell que, para que midan el tamaño de Van Cleef, estaba en su mejor momento.

El remate es con el Feo, míster Eli Wallach, actor de primer nivel que hizo toda clase de series de televisión hasta que en los años sesenta del siglo XX demostró su nivel en algunas películas antes de hacer rabiar a Clint Eatswood y Lee Van Cleef. Después de hacerlo se convirtió en Mr. Freeze para la mítica e igualmente clásica serie de televisión Batman, para luego pasar por otras dos series emble-máticas, Alfred Hitchcok presenta y La reportera del crimen, dando nivel a uno o varios capítulos.

Entre sus trabajos posteriores en el cine tiene uno con Francis Ford Coppola para El padrino III (1990), en donde interpreta al indispensable Don Altobello; y otro con Oliver Stone en Wall Street: el dinero nunca duerme (2010), que es hasta ahora su película más reciente de las muchas que tiene en su filmografía.

El Bueno, el Malo y el Feo siguieron por su lado, pero siempre apuntando fino. Si hay que escoger a uno solo la cosa se pone difícil, tanto como el famoso duelo en el cementerio. +

CINE por Erick Estrada

EL BUENO, EL MALO YEL FEO: PRESENTE,PASADO Y FUTURO

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PARA VERYOÍR

LINDSEY STIRLINGShatter meUNIVERSAL MUSICSegundo álbum de la norteamericana Lindsey Stirling, célebre violinista y compositora. “Shatter me”, segundo sencillo del disco, fue visto en Youtube, en un solo día, 1.3 millones de veces. Su versatilidad como ar-tista la ha llevado a presentarse en Las Vegas, en los medios tiempos de partidos de la NBA, y lugares de todo el país, además de varias giras por Europa, América, Asia y Australia.

O.S.T.Jersey BoysWARNER MUSICExquisita selección musical basada en la vida y obra de cuatro jóvenes de Nueva Jersey que dieron forma a uno de los grupos más reconoci-dos de los años sesenta: Frankie Valli & The Four Seasons. Los temas contenidos en el disco abarcan desde los inicios de su brillante carrera hasta el último de los éxitos de esta legendaria banda.

PIANO GUYSLive at Red Butte GardenSONY MUSICCon un éxito arrasador alrededor del mundo, Piano Guys ahora graba una de sus presentaciones mostrando en todo su esplendor su virtuosismo y arte sobre el escenario del Red Butte Garden.

SERGIO MENDESMagicSONY MUSIC Leyenda de la música brasileña, cuenta-historias y galardonado en todo el mundo, Sergio Mendes sigue produciendo y componiendo con la fres-cura que siempre le ha caracterizado en sus discos con sabor a Brasil, playa y sol. Magic reúne nuevas canciones grabadas en Los Ángeles y Salvador, y cuenta con la colaboración de amigos cercanos e invitados especiales. Ya desde la portada se advierte un discazo.

JOAQUÍN SABINA EsencialSONY MUSICRecopilación doble con lo mejor del cantautor andaluz, querido en gran parte de América Latina, con un rico historial de presentaciones exitosas, libros de poemas y admirador a prueba de balas de José Al-fredo Jiménez. Esta compilación es un buen comienzo para quienes quieran adentrarse en el mundo sabinero.

NADIE SABE NADA DE GATOS PERSASBahman GhobadiMUNDO EN DVDNegar y Ashkan -son dos jovenes músicos de indie que acaban de salir de la cárcel- cuya máxima ambición es grabar un disco, realizar un concierto y conseguir pasaportes que les permitirían abandonar Irán. Ambos deciden formar un grupo. Juntos, exploran el submundo del Teherán contemporáneo en busca de otros intérpretes. Cuando las autoridades les prohíben cantar en Irán, planean escapar de su existencia clandestina y sueñan con actuar en Europa, pero, sin dine-ro y sin pasaportes, no será fácil.

EL CABALLO DE TURÍN Bela TarrGUSSIEn 1889, en Turín, Friedrich Nietzsche corrió a proteger a un caballo de tiro de los latigazos de su dueño, en lo que fue decre-tado a posteriori como el comienzo de su locura. Tarr expone los hechos y luego aclara: su película no es sobre Nietzsche, sino sobre el caballo. A lo largo de seis días, y con morosidad aún más austera de lo habitual, el realizador húngaro cuenta la rutina de los dueños del equino, un hombre entrado en años y su hija, que viven en una casa humilde.

AMOR A LA CARTA Ritesh BatraCINE, VIDEO Y T.V.En la ciudad de Mumbai, India, el servicio de los “dabbawalas”, re-partidores de comida a domicilio por medio de latas de aluminio es notorio por su impecable precisión y puntualidad. Sin embargo, una confusión en la dirección de un envío hará que Saajan, un oficinista solitario, reciba por error los platillos que una mujer llamada lla le enviaba a su marido. Así pues, por medio de las latas comienzan a enviarse notas, intercambiando al principio anécdotas, para después hacerse confesiones, compartiendo su mismo sentimiento de sole-dad y la necesidad de un cambio en sus vidas.

LA LADRONA DE LIBROSBrian PercivalTWENTIETH CENTURY FOXNarra la historia de una animosa y valerosa jovencita llamada Lie-sel, que transforma las vidas de todas las personas de su entorno cuando la envían a vivir con una familia adoptiva en la Alemania de la II Guerra Mundial. Para Liesel, el poder de las palabras y de la imaginación se convierte en una forma de escapar de los tumul-tuosos eventos que la rodean, tanto a ella como a toda la gente que conoce y quiere.

DIANA: EL SECRETO DE UNA PRINCESAOlivier HirschbiegelGUSSIQuerida y adorada por millones de personas alrededor del mun-do, la princesa Diana inspiró al mundo entero por su generosidad, compasión y bondad. El cuento de hadas pareció terminarse al separarse de Carlos, príncipe de Gales. Diana volvería a conocer el amor en manos del Dr. Hasnat Khan, quien descubriría a la mujer detrás de la leyenda. Juntos vivieron un romance secreto que los llevaría a conocer la felicidad y al mismo tiempo, sellar su legado. Nadie podría haber imaginado que un trágico accidente ocasiona-ría la muerte prematura de Diana.

VIDEO MÚSICA

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EL SALVAJE OESTEPOR CINCO BITS AL DÍA

Joan TapperAKAL

EL TESORO MEXICANOLouis L´Amour

GRIJALBO

CHINOLA KIDHilario Peña

MONDADORI

LAS LEYES DE LA FRONTERAJavier Cercas

MONDADORI

El oeste es el más salvaje y legendario de los puntos cardinales. Todos hemos fantaseado con él. Su mitología, llena de símbolos, se remonta al éxito de ciertas novelas muy baratas y populares a finales siglo XIX (las dime novels), consumidas por las clases trabajadoras norteamericanas, y el cine de vaqueros, al que cono-cemos como western.

Con el cine y la literatura hemos construido en el imaginario colectivo una idea de lo que fue el oeste y su conquista. Más allá de lo histórico –la colonización e industrialización de los estados de la costa oeste de Estados Unidos–, lo ubica-mos como ese microcosmos donde un individuo se enfrenta a un entorno inhós-pito y a la ausencia del Estado, a veces, a costa de su sacrificio. Normalmente, es un hombre solitario; un marginal, a quien eventualmente condenarán aquellos a quienes está protegiendo. También, por norma, el héroe tendrá su contraparte en otro sujeto con quien compartirá características, pero siempre de manera inversa. Éste, representará al caos, la cobardía, o lo corrupto.

En el oeste todo está crudo y así se consume. Por ello la proliferación de perso-najes duros. Todos son sobrevivientes de ese universo profundo, violento y sin claroscuros donde existen el bien y el mal como fuerzas en constante tensión, y cuyo enfrentamiento es inevitable. Los detractores del western lo califican como esquemático o incluso inverosímil por su maniqueísmo, bajo el argumento que el ser humano es demasiado complejo para ser etiquetado por sus extremos mo-rales. Sin embargo, pierden de vista que el escenario principal del choque de fuerzas terribles (porque el bien también es terrible), es la conciencia de los per-sonajes. Todos los involucrados en los western tienen la oportunidad de tomar una postura en el conflicto; y muchas veces, ésta no es la correcta, ni la mejor, y la vida no les ofrece la oportunidad de cambiar de decisión. Por ello, la narrativa del oeste tiene más de tragedia que de épica, y sus personajes más de arquetipos que de simples estereotipos o clichés. Son figuras ideales que trascienden sus coordenadas temporales y encuentran acomodo en otros momentos y latitudes, como veremos más adelante.

Antes, conviene recapitular en sus usos y costumbres, como en uno de sus clá-sicos. El libro El salvaje oeste por cinco bits al día, de Joan Tapper, más allá de la información documentada que comparte con el lector, ofrece un divertimento entrañable. El texto es una especie de ensayo disfrazado de crónica, que nos da testimonio de cómo era la vida en el oeste mediante un manual de viaje para quienes se lanzaban a la aventura de recorrerlo. Qué rutas de trenes existían y qué itinerarios, con recomendaciones de dónde comer, pernoctar o tomar un trago; cómo había que comportarse en los distintos lugares del recorrido, los precios de la vida cotidiana y demás información, que incluso, permite al lector entender qué de lo narrado en ese tono turístico era un timo.

En El tesoro mexicano, de Louis L´Amour, encontraremos uno de los ejemplos del western más puro, aquel que durante años ha sido menospreciado como “literatura de evasión” y que, sin embargo, sigue ofreciendo narraciones emocionantes. Un forajido decide cruzar la frontera sur para hacerse del te-soro con que Benito Juárez solventaría la intervención francesa. El personaje, Bijah Catlow, epítome de la masculinidad y la rudeza, se enfrentará al comi-sario Ben Cowan, quien tratará de detenerlo en sus planes del robo maestro, no tanto por hacerle respetar la ley, sino por ser su amigo desde la infancia y buscar protegerle del cruel ejercito mexicano.

Ambos libros dan cuenta de cómo operaba ese universo de adrenalina y tes-tosterona. Pero, como ya se comentó, la estructura dramática del western y sus símbolos, bien puede cambiar de tiempo y espacio, conservando su esen-cia. Prueba de ello, dos novelas de factura reciente: Chinola Kid, de Hilario Peña, y Las leyes de la frontera, de Javier Cercas.

En Chinola Kid, un pueblo sinaloense es rescatado del narcotráfico por Ro-drigo Barajas, un incorruptible comisario que hace respetar la ley inspirado en los héroes de las películas de vaqueros que vio en su infancia. Barajas, sin embargo, tiene un pasado turbio, y éste regresa a asolarlo, comprometiendo su causa. Redención, romance, tiroteos, traiciones e incluso un pueblo vuelto una turba mezquina y cobarde, son los ingredientes con los que Peña consi-gue un western-narcocorrido, que se lee de un tirón.

Las leyes de la frontera, por su parte, es la historia de una pandilla de delin-cuentes juveniles en los años de la Transición española y el destino de dos de sus miembros, el Zarco y el Gafitas, cuando se reencuentran siendo adultos. El personaje principal, el Zarco, no sólo comparte el apodo de la novela de Ig-nacio Manual Altamirano sobre un bandolero, tiene también su aire de héroe popular. Como un forajido moderno (inspirado en los delincuentes reales: el Vaquilla y el Jaro, y en la leyenda de Billy “The Kid”), el protagonista lidera una de tantas pandillas que azotaron la España franquista en su decadencia y so-brevive a todo, menos al paso del tiempo, al envejecimiento que le impide es-tar a la altura de su leyenda. Lo anterior, en la atmósfera tensa que precede lo trágico y que detiene el corazón por segundos, similar a lo que ocurre en el cine de Sergio Leone, antes que todo se transforme en un alegre ballet de balas.

Tarde o temprano, no importa en qué época, todo pistolero enfrenta su destino. + Por Rogelio Flores

ATEMPORALESPISTOLEROS

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Nada como la escuela para describir lo feo, lo malo… y lo bueno. Porque sí, ni cómo negar que mi nombre figura en la lista de graduados problemáticos, a quienes el colegio nos parecía algo muy similar a lo que Honorata describe en el libro Odio la escuela (Océano Travesía), de Jeanne Willis y Tony Ross: una pesadilla de años, habitada por batracios, que diga maestros, que diga… Pesa-dilla en la que los patios de juego simulaban pantanos y trampas camufladas, y en ellas se ocultaban por igual piratas, villanos, princesas de cara verde y brujas de calcetas rosadas. A la hora del lunch, las loncheras se abrían para dejar salir toda clase de guisados de caca. En los salones de tortura sucedían infinidad de barbaridades; más de un profesor te cortaba la cabeza si hablabas en voz alta. Y pese a todo, al igual que Honorata, célebre sobreviviente de esa fantasmagoría llamada “escuela”, yo también a veces digo que: la extraño.

Claro que no siempre es tan sencillo distinguir quién es el bueno, el malo y el feo de la historia. En libros como La calle del puchero, (OQO editora), de Cha-ro Pita y Massimiliano di Lauro, por ejemplo, todos los que ahí aparecen son las tres cosas al mismo tiempo. ¿Cómo es eso? La ley de Causa y Efecto lo explica perfectamente: el cuento inicia con un departamento sacudido por el llanto de un niño; el ruido pone de un humor endiablado al vecino de abajo, éste camina rabioso y pisa a su gato, que sale volando por la ventana y cae encima del car-tero, quien extravía una carta… Y la cadena de eventos continúa sin detenerse. Pero lo interesante es que llega a un punto en el que da la vuelta y regresa por el mismo camino hasta topar con el principio. Uno de esos divertidos giros del destino que solamente un ramo de flores exóticas es capaz de detonar. Este libro álbum es una muy entretenida extravagancia, con un texto ameno y una paleta de colores digna de un ramo de flores verdaderamente singular.

Donde sí no quedará duda de quién es el malo, el bueno y el feo es en El diario secreto de Pulgarcito (Edelvives), de Philippe Lechermeier y Rébecca Dautre-mer. Por fin un libro que nos cuenta lo que nadie se había atrevido a narrar sobre la anécdota de Pulgarcito y sus seis hermanos, abandonados en el bos-que por su padre y su madrastra (más fea que un pavo), a causa de la falta de comida durante la época de la Gran Escasez. Con hambre la vida luce un tanto distinta y, para subsistir, los niños sortean toda clase de pruebas y apariciones, algunas reales y otras osadamente imaginarias. La mirada de Pulgarcito puede vislumbrar maravillas hasta en una sopa de piedras. Con un sinfín de Santos que acuden a su auxilio, ningún ogro es demasiado grande, ni siquiera Barra-bás Barbak con sus 358 kilos y dos metros treinta de altura. La historia toda nos la cuenta Pulgarcito en primera persona. Es su diario personal, lleno de notas, dibujos y ruidos que evocan más letras de las que hay en el abecedario. Está colmado de sueños increíbles; a veces un cerdo entero asándose en una brocheta, un ojo enorme que te observa desde un frasco, un corsé gigante para guardar documentos secretos, mosquitos más voraces que una barracu-da gigante de Nicaragua. De esos libros que puedes revisitar muchas veces, leerlo por secciones, irte de viaje a una de sus delirantes ilustraciones. Nutrido de confidencias que solo se comparten entre amigos.

Y la cereza en el pastel: Consejos para niñas pequeñas (Sexto Piso). Escri-to por un joven Mark Twain que descaradamente invita a las niñas peque-ñas (y grandes) a pensar por sí mismas y dejar de obedecer ciegamente las normas que la sociedad les impone —y que no siempre son la manera más acertada de resolver una situación. No digo que las recomendaciones políticamente incorrectas de este libro lo sean; sin duda la mayoría de las sugerencias son muy poco decorosas, pero hay que concederles el crédito de ingeniosas, divertidas y brutalmente honestas. Eso vale de algo, ¿cierto? Si no, cómo nos explicaríamos que el fabuloso Vladimir Radunsky, uno de los mejores artistas rusos dedicados a la literatura infantil, se encargara de ilustrar el libro y dotarlo, caprichosamente, de toda la pinta de un álbum de recortes de la época victoriana. Libros como estos nunca pasan de moda, porque, entre otras muchas virtudes, exhiben de manera colorida el cómo las personas hallamos siempre una manera ocurrente para reconciliar al bueno, el malo y el feo que llevamos dentro. +

INFANTIL Y JUVENIL

NIÑOS A LEER por Karen Chacek

EL BUENO, EL MALO Y EL FEO…QUE LLEVAMOS DENTRO

LOS+VENDIDOS GANDHIBAJO LA MISMA ESTRELLA

John GreenNUBE DE TINTA

THE MAZE RUNNER 1 CORRER O MORIR

James DashnerVERGARA Y RIBA EDITORAS

CIUDADES DE PAPELJohn Green

NUBE DE TINTA

BUSCANDO A ALASKAJohn GreenCASTILLO

THE MAZE RUNNER 2 PRUEBA DE FUEGO

James DashnerVERGARA Y RIBA EDITORAS

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NOVEDADES LEE+ LOS LIBROS DEL MES ELEGIDOS POR LOS EDITORES

Michel Foucault y Gilles Deleuze se conocieron en 1952: Foucault impartía una conferencia y Deleuze, por entonces profesor de instituto, fue a escuchar-lo; cenaron juntos con un amigo común y no habla-ron mucho. Un encuentro glacial y poco promete-dor que, sin embargo, fue el origen de una de las amistades filosóficas más intensas del siglo XX, en virtud de la cual tanto Foucault le prestaba a Deleu-ze su apartamento en París como ambos discutían hasta la extenuación y, si hacía falta, se retiraban la palabra durante años. No obstante, la profunda y mutua admiración se mantuvo siempre intacta, y tal vez por ello, pocos meses después de la muerte de Foucault, Deleuze decidió rendirle homenaje ini-ciando unos cursos universitarios sobre su obra. +

RESACAL. M. Oliveira

RANDOM HOUSE

VESTIDO DE NOVIA Socorro Venegas

TUSQUETS

LA SENDA DELAS NUBES BLANCAS

Lama Anagarika GovindaATALANTA

REPORTERO DE CANCHAJohn Sutcliffe

AGUILAR

LOS CANSADOSMichele SerraALFAGUARA

Las historias con sirenas suelen acabar mal. Odiseo (o Ulises), que lo sabía, se hizo atar al mástil de su bar-co para oírlas sin sucumbir. Jasón necesitó también de todo su ingenio para esquivar su llamada mortal. Pero ellas, siempre atractivas y seductoras, con cola de pez o con alas o con patas de pájaro o peinándose y mirándose al espejo, han seguido seduciendo a via-jeros de todos los países y épocas, cayendo a veces en su propia trampa y enamorándose de un joven humano, o excitando la imaginación de poetas, pin-tores, músicos y cineastas con sus cantos seductores. En este libro, Carlos García Gual recorre y analiza el mito de estas criaturas acuáticas que encarnan a la mujer fatal de la mitología , siempre dispuesta a llevar a encantar al hombre y llevarlo a la perdición. +

El protagonista de esta novela, la primera de su au-tor, es un arquitecto. Un arquitecto que al principio creerá en el poder de la técnica moderna, para lue-go desencantarse y terminar poblando la selva con construcciones sin utilidad. La narración, sin embar-go, no conduce a los lectores de un punto a otro de manera lineal. No construye una biografía, sino un retrato a la manera cubista. En Catálogo de formas se alternan los monólogos del Arquitecto con los testimonios de esos personajes con los que compar-te su vida, en una singularísima visión tanto del arte y el amor como del sexo y el espanto. Hay, a lo lar-go de esta primera novela subyugante y exigente, saltos en el tiempo y en el espacio, cambios en los puntos de vista, desplazamientos en el lenguaje. +

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Mick Jagger, en sus cinco décadas al frente de los Rolling Stones, ha sido visto como la más arrogan-te y narcisista de las súper estrellas, con un apetito sexual y un comportamiento con las mujeres que rivalizaba con el del legendario Casanova, y cuyo imprudente –y presunto– consumo de drogas des-encadenó el escándalo más famoso de la historia del rock and roll. Y en nuestros días, cuando ya es un abuelo de setenta años y Caballero del Imperio Británico, Jagger continúa siendo el modelo a seguir para todo joven cantante de rock. La magistral bio-grafía de Philip Norman nos muestra al más notorio –y sin embargo enigmático–, de los iconos del rock, como alguien mucho más complejo que el frío e in-saciable seductor de la mitología pop. +

Las cartas literarias han sido un medio privilegiado para que los sabios de diversas disciplinas transmi-tan sus conocimientos a los jóvenes, ansiosos o in-seguros por iniciarse en su profesión. Ahí están los celebres ejemplos de Rilke, Vargas Llosa y Siqueiros. Pero esta preocupación por compartir los conoci-mientos y experiencias de toda una vida no es exclu-siva de escritores y artistas; también la comparten los hombres de ciencia, y tal es el caso de Federico Ortiz Quezada. Cartas a un joven médico conjuga las dos grandes pasiones de su autor: la medicina y la literatura. A través de veitiocho cartas, el doctor Ortiz Quezada se manifiesta por una medicina con vocación humanista, al tiempo que reflexiona sobre el sentido último de esta profesión. +

EXTRAORDINARYSylvie EstradaIDEX BOOKS

MUERTE Y VIDA DE LAS GRANDES CIUDADES

Jane JacobsCAPITAN SWING

LA SANGRE AL RÍORaúl Herrera Márquez

TUSQUETS

KADDISHAllen GinsbergANAGRAMA

TODA UNA VIDAESTARÍA CONMIGO

Guillermo SheridanALMADÍA

1919. Dos jóvenes pilotos asombran al mundo al realizar el primer vuelo transatlántico sin escalas, desde Terranova, en Canadá, hasta Irlanda. En el avión viaja una carta firmada por la reportera Emily Ehrlich, una carta que tardará casi un siglo en ser abierta y cuyas palabras encierran el destino de cuatro generaciones de mujeres. Colum McCann es uno de los grandes novelistas de las letras contem-poráneas, traducido a treinta y cinco lenguas y ga-nador de premios como el National Book Award o el International IMPAC Dublin Prize. Con Transatlánti-co ha escrito un fresco vertiginoso que abarca tres siglos, una proeza literaria que demuestra cómo el coraje y la esperanza pueden transmitirse de gene-ración en generación y vencer el paso del tiempo. +

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