61687930 10 paxton anatomia del fascismo cap 3

5/9/2018 61687930 10 Paxton Anatomia Del Fascismo Cap 3 - slidepdf.com

http://slidepdf.com/reader/full/61687930-10-paxton-anatomia-del-fascismo-cap-3 1/37

ROBERT O . PAXTON

Anatorniadel fascism o

RADUCCl6N DE JOSE MANUEL ALVAREZ FL6REZ

EDICIONES PENINSULA

BARCELONA



3

LA LLEGADA AL PODER

MUSSOLINI Y LA «MARCHA SOBRE ROMA»

EI mito de que los fascistas de Mussolini conquistaron el poder gracias a

sus (micas y heroicas hazafias era propaganda; uno de sus temas de mayor

exito, sin duda alguna, porque mucha gente aun 10cree. Dado que la Mar~

cha sobre Roma esta detras de la falsa interpretaci6n generalizada de la lle- \gada fascista al poder como una «toma» de este, necesitamos investigar ese ihecho despojado de su mitologia. ----.J

Durante 192210s escuadristas pasaron de saquear y quemar sedes loca-

les, oficinas de p;;ri6dicos, bolsas de trabajo y casas de dirigentes socialistas

a la ocupacion violenta deciudades entera_9 todo sin que las autoridades

les pusiesen grandes impedimentos. Tomaron Fiume de nuevo, desban-

cando a su administracion internacional el jde marzo, y asaltaron Ferrara

y Bolonia en mayo, expulsando a los gobiernos municipales socialistas e

imponiendo sus propios programas de obras publicas. El12 de julio ocu-

paron Cremona y quemaron la sede de los sindicatos socialista y catolico,

y devastaron el domicilio de Guido Miglioli, un dirigente catolico, de iz-

quierdas que habia organizado a los trabajadoresde las granjas lecheras de

la region. Una «columna de fuego» atraveso la Romafia y lleg6 a Ravena el

26 de julio. Trento y Bolzano, con sus gran des minorias de habla alernana,

fueron «italianizadas» a principios de octubre. La camparia de los CamisasNegras habia adquirido un empuje tan formidable que Roma, la capital,

dificilmente podria dejar de ser la siguiente. ,.

Cuando se celebre el Congreso Fascista anual ~l 24 de octubre en Na-

poles (su primera incursi6n en el sur) Mussolini se proponia comprobar 10

lejos que la ola Ie llevaria. Ordeno a los Camisas Negras que tomasen los

105



ANATOMfA DEL FASCISMO

edificios publicos, se hiciesen cargo de los trenes y convergiesen en tres

puntos alrededor de Roma.il.a «Marcha» estaba dirigida por cuatro rnili-

tantes _querepresentaban las multiples teridencias del fascismo: Italo Bal-

~-~terano

d e - g u e r r ay jefe escuadrista de Ferrara; el general Emilio de

Bono; Michele Bianchi, fundador del fascia intervencionista de Milan en

1915; y Cesare Maria de Vecchi, jefe monarquico del fascismo piamontes.

Mussolini, por su parte, esper6 prudentemente en las oficinas de su perio-

,~dico de Milan, no lejos del posible exilio en Suiza por si las cosas iban mal.

L'El 27 de octubre los escuadristas tomaron sin oposici6n oficinas de correos

y estaciones de trenes en varias ciudades del norte de Italia.

El Gobierno italiano estaba mal equipado para hacer frente a este de-

safio. En realidad, no habfa existido practicarnente un Gobierno efectivo

desde febrero de 1922. Yacomentamos en el capitulo anterior como los sue-

nos de posguerra de cambio profundo Ilevaron al Parlamento italiano a

una gran mayo ria de izquier_das en las primeras elecciones de posguerra, el

16 de noviembre de 1919~~r~ esta mayoria de izquierdas, fatalmente divi-

did a en dos partes irreconciliables, n~ podia gobernailEl Partito-:SoClilista

f~aliariO(PSI) tenia aproximadamente un tercio de lo~ e;~~n-~~.-Muchos de

\ los soci~1ista.s italianos (los «rnaximalistas») estaban hipnotizados por elexito bolchevique en Rusia y creian que la mera reforma era una traici6n

en aquel momento tan oportuno. Otro tercio de la carnara italian a corres-

'\ pondia a un nuevo partido catolico, padre de los poderosos democrata-

cristianos de despues de 1945, el Part ito Popolare Italiano (PPO, algunos de

cuyos miembros querian una reforma social radical dentro de un marco

catolico. Los catolicos, incIuso los partidarios de cambios profundos en la

propiedad de la tierra yen las relaciones de cIase, discrepaban apasionada-

mente de los marxistas ateos sobre el tema de la religion en las escuelas. Asi

que no eraposible ninguna alianza entre las dos mitades de 1 0 que, de ~

i l l o o O , podria haber sido una mgoria progresista, En ausencia de otras al-

Iternativaspracticas, 6eSpueSde 19l9Jpugnaba por gobernar, sin una mayo-

. ' ' I ' ria solida.una coalici6ll1ieTefogenea de liberales (en el sentido q~etenia la

palabra en el periodo) y conservadores.l_

,,- Comovimos en el capitulo anterior,Ia soluci6n adoptada por el pri-

mer ministro Giolitti fue incluir a los fasciStas~n su plataforma (el «Blo-que Nacional»Fpara las nuevas elecciones de mayo de 1921. Este fue el pri-

mero de varios pasoscruciales a traves de los cuales los representantes del

orden establecido italiano intentaron integrar la energia fascista y a los mi-

litantes del movimiento para asegurar su propia supervivencia. Si bien

las tentaciones del cargo podrian haber «transforrnado» a los fascistas en

106



LA LLEGADA AL PODER

tiempos normales, 10mismo que habian domesticado y dividido a los so-

cialistas italianos antes de 1914,Italia no estaba viviendo tiempos normales

en 1921-

Cuando el Gobierno del bien intencionado pero abrumado Ivanoe Bo-nomi, un socio del centroizquierda de Giolitti, perdi6 una moci6n de con-

fianza en febrero de 1922,cost6 tres semanas encontrar un sucesor. Pinalmen-

te asumi6 a regafiadientes el cargo de primer ministro un lugarteniente de

Giolitti mas subalterno aun, Luigi Facta. Su Gobierno perdio la mayoria el

19 de julio. Cuando se produjo la situaci6n de emergencia Facta estaba de-

sempefiando el cargo s610 de' forma provisional.

Sin ernbargo/el primer ministro puso en marcha vigorosas contrame-didas. Habia reforzado ya;collaptobadofiael rey, la guarnici6n de Roma

con cinco batallones de disciplinados soldados alpinos. Ahora orden6 ala

policia y a los ferroviarios detener los trenes fascistas en cinco puntos de

control e inicio los preparativos para proclamar la ley marcial.

Entretanto Mussolini dej6 discretamente la puerta abierta para un

acuerdo politico. Varios viejos veteranos de la politic a estaban intentando

desactivar la crisis «transformando» a Mussolini en un simple ministro

dentro de otro gabinete de coalici6n liberal-conservador mas. El an cianonegociador Giolitti era la persona que se consideraba el salvador mas pro-

bable (habia desalojado a D'Annunzio por la fuerza en 1920 y habia in-

cluido a Mussolini en su lista electoral en 1921),pero no pareda tener nin-

guna prisa por reasumir el cargo, y Mussolini se mantuvo firme y no quiso

llegar a ningun acuerdo en las reuniones que celebr6 con sus representan-

tes. El antiguo primer ministro nacionalista Antonio Salandra, situado

mas a la derecha, ofreci6 tambien puestos en el gabinete al partido deMussolini. Cuando empezaron a movilizarse los escuadristas, estas nego-

ciaciones Sehabian paralizado por rivalidadesmutuas, porque los socialis-">;

tas se negaban a apoyar a un Gobierno «burgues», por indecisi6n respecto (

a si incluir 0 no a Mussolini y por las vacilaciones ca1culadas del propior"

Mussolini. . . /.', \ 1 c

Los s05alistas aportaron su grano de arena a la situaci6n de emergen= .::J

cia. A~quecaslla mitadaelos dllmtaaos sOciaIistas, dirigidos par Filippo

Turati, accedieron finalmente el 28 de julio a apoyar un Gobierno centris-

ta sin Mussolini si se podia formar uno, la otra mitad los expulsaron del

partido por considerarlo colaboraci6n de clase y traicion. En 10 que pudo

ponerse de acuerdo la izquierda italian a fue en una huelga genwii-eT3Lde

julio. Aunque estaba considerada una «huelga por la legalidad», y se pro-

ponia reforzar la autoridad constitucional, tuvo el efecto de aumentar el

107



ANATOMiA DEL FASCISMO

atractivo de Mussolini como baluarte contra la revoluci6n. El rapido des-

moronamiento de la huelga revel6 tambien la debilidad de la izquierda.

Las medidas de emergencia del primer ministro Facta casi consiguie-

ron bloquear la marcha fascista en octubre. Cuatrocientos policias pararon

trenes que transportaban a veinte mil Camisas Negras en tres de los pues-tos de control (Civitavecchia, Orte y Avezzano). Unos nueve mil Camisas

Negras que eludieron los puestos de control 0 continuaron a pie formaron

una variopinta multitud a las puertas de Roma la manana del 28 de octu-

bre;' pobremente arrnados, vistiendo uniformes improvisados, escasos de

alimentos y de agua, daban vueltas por alli bajo una lluvia desalentadora.

);Es dificil que haya podido haber, en la historia antigua y en la moderna, un

1ntento de tomar Roma que fracasase tan miserablemente en su inicio».'

1) ~y Victor Manuel~e ech6 atras en el ultimo momento. Decidi6

no firmar el decreto del primer ministro Facta por el que se decretaba la ley

marcial. Se neg6 a poner al descubierto el farol de Mussolini utilizando las

fuerzas disponibles para no permitir entrar en Roma a los Camisas Negras.

Rechaz6 los ultimos intentos de Salandra de formar un nuevo Gobierno

conservador sin Mussolini, que por entonces habia rechazado la oferta de

Salandra de formar una coalicion, En vez de eso, el monarca ofreci6 el car-

go de primer ministro al joven dirigente fascista en ascenso.Mussolini lleg6 aRoma desde Milan la manana del 30 de octubre, no a la

cabeza de sus Camisas Negras, sino en un coche cam a del ferrocarril. Visit6

al rey ataviado incongruentemente con chaque y camisa negra, un reflejo in-

dumentario de su ambigua situaci6n: en parte aspirante legitimo al cargo y

en parte jefe de una banda de insurrectos. «Senor, perd6n por mi atuendo

--dicen que Ie dijo al rey, mendazmente-, vengo de los campos de batalla».

lPor que salvo asi el rey a Mussolini de una apuesta precipitada y te-

~ meraria? Mussolini habia planteado astutamente al soberano una elecci6n

dificil. El Gobierno debia utilizar la fuerza para dispersar a miles de Cami-

sas Negras que se dirigian a Roma, con considerable peligro de derrama-

miento de sangre y de agrias disensiones internas, 0 bien debia aceptar a

Mussolini como jefe del Gobierno.

La explicaci6n mas probable de que el monarca se inclinase por la se-

- gunda opci6n es la de que recibi6 una advertencia privada (de la que no

perdura ningun rastro documental) del comandante en jefe del Ejercito, elmariscal Armando Diaz, 0 po sible mente de otro alto jefe militar, de que las

tropas podrian fraternizar con los Camisas Negras si se les daba orden de

pararlos. De acuerdo con otra teoria, el rey temi6 que si intentaba utilizar

la fuerza contra Mussolini, su primo, el duque de Aosta, que se considera-

108

It



LA LLEGADA AL PODER

ba que simpatizaba can los fascistas, podna alinearse can elias para des-

bancarle del trona. Es probable que nunca 10 sepamos can seguridad. La

que si parece seguro es que Mussolini habia supuesto correctamente que el

rey y el Ejercito no se inclinartan par la dura elecci6n de oponerse par la .

fuerza a sus Camisas Negras. Nofuela fuerza del fascism a la que._~e~i<:li6_l

asunto, sino el que los conservadores no estuviesen dispuestos a arriesgar

su fuerza en un enfrentamiento can la de e L i La «Marcha sabre Roma» fue ~

un gigantesco farol que sali6 bien, y que aun sigue hacienda lo, dada la idea

que se tiene en general de la «torna del paden> par Mussolini.

Hasta e131de octubre, cuando Mussolini estaba ya ocupando el cargo, no

se dio de comer y ropa seca a unos diez mil Camisas Negras, a los que se con-

cedi6 un desfile compensatorio par las calles de Roma, donde provocaron

sangrientos incidentes.' El nuevo primer ministro sac6 de la ciudad esa mis-rna neche en cincuenta trenes especiales a sus comprometedoras escuadras.

Mussolini trabaj6 de firme luego para asentar el mito de que sus Ca-

misas Negras habian tornado el poder par voluntad propia y par su propia

fuerza. El primer aniversario de 10 que se consideraba que habia sido su

llegada aRoma se conmemor6 en 1923can cuatro dias de fiesta, y esa fecha

(28 de octubre) se convirti6 en una fiesta nacional. Se convirti6 tambien en

el primer dia del Nuevo Ana Fascista cuando se introdujo el nuevo calen-

dario en 1927.4En el decimo aniversario, en octubre de 1 § 3 j } una exposi- rcion nacional, la Mostra della Rivoluzione Fascista, tuvo como tema cen]'

trallas heroicas proezas de los «martires» de la marcha.'

HITLER Y LA «CONSPIRACI6N PALACIEGA»

S610 en Italia lleg6 el fascismo al poder en su primer impulse, en los dias I

turbulentos que siguieron a la Primera Guerra Mundial.~n otras partes, Isalvo en Rusia, las elites tradicionales hallaron medias men as perturbadores

de restablecer la estabilidad y recuperar cierta apariencia de normalidad

tras el terremoto de la Primera Guerra Mundial.jLos otros movimientos

fascistas iniciales, vastagos de la crisis, quedarori reducidos a la insignifi~

cancia al recuperarse la normalidadle1 1 1a decada de 192~

Pero antes Hitler, arrastrado par el mito que habia creado Mussolini,intent6 par su cuenta una «marcha», El 8 de noviembre de 1923,durante

un mitin nacionalista en una cerveceria de Munich, la Burgerbraukeller,

~Hitler intent6 secuestrar a los dirigentes del Gobierno bavaro y obligarles

I a apoyar un golpe de Estado contra el Gobierno federal de Berlin. Creia_.I-

109



110

ANAToMIA DEL FASCISMO

ique si se hacia con el control de Munich y proclamaba un nuevo Gobierno

" nacional, los dirigentes militares y civiles bavaros se verian forzados por la

I

';opini6n publica a apoyarle. Tambien estaba convencido de que las autori-

i dades militares locales no se opondrian al golpe nazi porque se hallaba a su. . J . - lado un heroe de la Primera Guerra Mundial, el general Ludendorff.7

(!:tltler subestim6 1(l___~c!_~lida_cl_deI_os_Il1ilita_~e~_a~ca_cl_e~a_emando. El

ministro-presldente bavaro, eI conservador Gustav von Kahr, dio orden de

parar el golpe de Hitler, si era necesario por la fuerza. La policia disparo

contra los manifestantes nazis el 9 de noviembre cuando se aproximaban a

una importante plaza (posiblernente respondiendo a un primer disparo

del bando de Hitler). Resultaron muertos 14 golpistas y 4 policias. Hitler

fue detenido y encarcelado," junto con otros nazis y simpatizantes. El augusto

general Ludendorff fue puesto en libertad sin mas fianza que su palabra. El

«Putsch de la cerveceria» fue asi desarticulado tan ignominiosamente por

los gobernantes conservadores de Baviera que Hitler decidi6 que nunca

volveria a intentar obtener el poder por la fuerza. Eso significaba mante-

nerse, al menos superficialmente, dentro de la legalidad constitucional, a

pesar de que los nazis nunca abandonaron la violencia selectiva, que era un

elemento basico del atractivo del partido, ni a insinuar objetivos mas am-plios despues de que IIegase al poder,"

/

_ La oportunidad de Hitler se present6 durante la crisis siguiente: el

Ihundimiento econ6mico de la decada de 1930. AI quedarse sin trabajo mi-

l/Honesde personas, los movimientos fascistas recuperaron el impulso en

todas par~ Gobiernos de todo tipo, las democracias de una forma mas

publica y rUldosa que el resto, quedaron paralizados ante las embarazosas

alternativas que se les presentaban. El modelo italiano hizo que lo s movi-

mientos fascistas pareciesen de nuevo eficaces como un nuevo medio de

lograr apoyo masivo para una restauraci6n del orden, la autoridad nacio-

nal y la productividad economica.

El sistema constitucional de la Republica de Weimar no habia conse-

guido que la generalidad de la poblacion alemana 10 considerase legitime:

eran muchos los que 10 consideraban hijo de la dominaci6n extranjera y de

la traici6n interna. La democracia de Weimar parecia una vela que estuvie-

se ardiendo por ambos extremos. Minado por la derecha y por la izquier-da, por los nazis antisistema y por los comunistas, el menguante centro se

vio obligado a formar coaliciones heterogeneas emparejando a socios tan

: incompatibles como los socialistas con los moderados del la is se z -J a ire y a

lclericales con anticlericales, en su busqueda, condenada al fracaso, de una

, mayo ria parlamentaria efectiva.



LA LLEGADA AL PODER

lT~~istema politico que obligaba_a_trabaja_rj~n!~s~_un~c~cof~l!_i'!_t'!l

de partidos era inevitable quetuviese problemas parallegar aacuerdosso,

bre temas sensibles, incluso cuando las cosas ibanbien.Y despues de 1929

los gobiernos alemanes tuvieron que tomar decisiones economicas y poli-

ticas cad a vez mas divisivas. En jUcid de ese afio lleg9_e1_Plan Young, un

acuerdo internacional por el que Alernania prometia seguir pagando repa-

raciones internacionales por la Primera Guerra Mundial a los vencedores,

aunque a una tasa reducida, Li diplomacia _<Il.e_~'!I1<l_habia_conseguido_re-

bajar los pagos, pero, aun asi, el hecho c I . ~ que el Plan Youngconfirmaseel

principio de l~s reparaciones provoc6 la indig-~ici~nD~~ionalist~. En-oc- 0<

tubre se produjo el hundimiento de Wall Str~n 1930, cuando se dispa-

r6 el desempleo, el Gobierno tuvo que decidir si se ampliaban los subsidios /'del paro (como querian los socialistas y los cat6licos de izquierdas) 0 se

equilibraba el presupuesto para dar satisfacci6n a los acreedores extranje- /

ros (como querian los partidos conservadores y la clase media). Una elec-

ci6n clara, pero que ninguna mayoria posible seria capaz de realizar en

Alemania.

Cuando el Gobierno del canciller Hermann Muller cay6 el zz de mar-

zo de 1930, el sistema de gobierno aleman se paralizo en un punto muerto

terminal. El canciller, un socialista reformista, habia presidido desde junio

de 19-;s)ma Gran Coalici6n de cinco partidos que abarcaba desde los so: (

cialistas al cat6lico Partido del Centro, el Partido Democratico, centrista

moderado, y el internacionalista pero conservador Partido del Pueblo. La IGran Coalici6n fue el gobierno de la Republica de Weimar que mas dur~

veintiun meses (junio de 1928-marzo de 1930).'0

Pero esta longevidad no era indicio de fuerza, sino de que no habia al-

ternativas. Las profundas discrepancias politicas que habian hecho quefuese tan dificil gobernar cuando se habia formado la Gran Coalici6n, en

los dias relativamente tranquilos de junio de 1928, 10 hacian imposible ya

dos afios despues, cuando la Depresi6n habia dejado sin trabajo a millones 1, 1

de personas. ~izquierda queria elevar los impuestos para mantener el

subsidio del paro; moderados y conservadores querian reducir el gasto so- i i icial y rebajar impuestos. La Gran Coalici6n naufrag6 en estos escollos de la

ayuda social y las cargas fisca§J Despues de marzo de 1930 no se podia for-

mar en Alernania ninguna mayoria parlamentaria. El funcionario sindical

catolico Heinrich Bruning goberno como canciller sin contar con una ma-

yoria, apoyandose en que el presidente Hindenburg podia aprobar legisla-

ci6n sin un voto mayoritario, valiendose de los poderes especiales que le

otorgaba el articulo 48 de la Constituci6n en situaciones de emergencia. A

111




partir de entonces los alemanes soportaron casi tres afios con ese embara-

zoso Gobierno de emergencia, sin ninguna mayoria parlamentaria, hasta

que Hitler tuvo su oportunidad. Por una curiosa ironia, la llegada al poder

de este pareci6 permitir, al fin, una vuelta al gobierno de mayo ria. Y Hitler

o!eraun regalo del cielo para los conservadores porque, como jefe del que

A f 1desde julio de 1932 era el mayor partido de Alemania, disponian por pri-

i' J mera vez de la posibilidad de una mayoria parlamentaria que excluyese a la

"",izquierda.

En el momenta en que el punto muerto paralizo el sistema politico ale-

man, el 27 de marzo de 1~30, el Partido Nazi era aun muy pequeno (s610

obtuvo el 2,8 por 100 del voto popular en las elecciones parlamentarias de

/ mayo de 191!. Pero la agitaci6n nacionalista por el Plan Young mas el hun-

"dimiento de los precios agricolas y del empleo urbano 10 catapultaron enlas elecciones d~eptiembre de 193'O'\de12 a 107 escanos sobre un total de

491, convirtiendolo ya en el segun?opartido del pais. Despues de eso, cual-

quier mayoria parlamentaria en Alemania tenia que incluir 0 a los socialis-

tas 0 a los nazis.'{:~ izquierda' (incluso suponiendo que los socialistas, los

~,-lcomunistas y los catolicos de izquierdas pudiesen superar sus divisiones

\\\" paralizadoras 10 suficiente para gobernar) estaba excluida de antemano

', por el presidente Hindenburg y sus consejeros.v I El mito del golpe fascista de Italia engano tarnbien a la izquierda ale-

Imana y ayud6 a asegurar la fatal pasividad del Partido Socialista Aleman

.1 (SPD) y del Partido Comunista Aleman (KPD) a finales de 1932y princi-

I pios de 1933.Ambos partidos esperaban que los nazis intentasen dar un

golpe de Estado, aunque el analisis que had an de la situaci6n fuese por 10

dernas completamente distinto. para<€s socialistas, ellevantamiento nazi

que esperaban seria la sefial para actuar sin el-estigma de la ilegalidad,

como habian hecho con exito con una huelga general contra el «golpe de

Kapp» en 1920, cuando unidades de los Freikorps habian intentado tomar

el poder. Con semejante planteamiento, nunca llegaron a identificar un

momento oportuno para contraatacar a Hitler.

r- Lo mas pr6ximo a un golpe de Estado en la Alemania de Weimar a

principios de la decada de 1930 no fue obra de los nazis sino de su prede-

cesor conservador, el cancil~~~~apen.@20 de julio de 19~ Von

~n depuso al Gobierno legitimamente elegido del Estado (Land) de~m~a, una coalici6n de socialistas y miembros del cat61ico Partido del

Centro, y consigui6 convencer al presidente Hindenburg para que utiliza-

se sus poderes de emergencia e instaurase un nuevo Gobierno en ese Esta-

do presidido por Von Papen. Un acto como ese podria haber desencadena-

112



LA LLEGADA AL PODER

do legitimamente una fuerte reacci6n de la izquierda. Pero los dirigentes so-

cialistas, a los que frenaban sus fuertes convicciones legalistas, su avanzada '

edad," la escasa utilidad del arma de la huelga en un periodo de paro masi- i

vo y tal vez; miedos legitim os a que la actuaci6n de la izquierda pudiese J

arrojar perversamente a aun mas alemanes de clase media en brazos de los Inazis, limit6 su reacci6n a un futil pleito contra el canciller Von Papen, AI

no haber presentado una oposici6n eficaz a la actuaci6n ilegal de Voif"Pipen

en julio de 1932, los socialistas (que aun seguian siendo el segundo partido

de AIemania) tuvieron menos posibilidades aun de actuar contra Hitler,

que hasta la primavera de 1933, en que tenia ya un control indiscutible de la

situaci6n, procur6 no quebrantar nunca directamente la legalidad."

·-L~s cornunistas siguieron una linea completamente distinta, basada enf=.>~

su convencimiento de que la revoluci6n social estaba al alcance de la mano.Con esa perspectiva, el exito nazi podia en realidad ayudar a la causa co-

munista porque produciria un movimiento pendular, primero hacia la de-

recha y luego, inexorablemente, hacia la izquierda. Los est rate gas del KPD,

firmemente centrados en la revolucion inminente, consideraban los es-

fuerzos del SPD para salvar la democracia de Weimar «objetivamente»

contrarrevolucionarios. Acusaban a los socialistas de «socialfascistas», El

KPD, convencido de que el SPD no era menos enemigo suyo que los nazis,

con los que se disputaba el apoyo del mismo sector inestable de la pobla-

ci6n (especialmente los parados), lleg6 incluso a cooperar con ellos en una

huelga salvaje contra el sistema de transporte de Berlin e.n noviembre de 1 . "

1932L~0~Ultimo que los comunistas alemanes estaban dispuestos a hacer I

era ayudar al SPD a salvar las instituciones democraticas.j \

El exito electoral de Hitler (mucho mayor que el de Mussolini) le per-

mitio una mayor autonomia en sus negociaciones con los politicos del or-

den establecido, cuya ayuda necesitaba para llegar al poder. La responsabi-lidad de hallar una salida, al paralizarse los mecanismos de Gobierno de

AIemania despues de 1930, correspondia, mas aun que en Italia, a una me-

dia docena de hombres: el presidente Hindenburg, su hijo Oskar y otros

consejeros intimos, adernas de los dos ultimos cancilleres de Weimar,

Franz von Papen y Kurt von Schleicher. AI principio intentaron mantener

a distancia al zafio ex cabo austriaco. Hay que recordar que en la decada de

1930 los ministros del Gobierno se suponia aun que tenian que ser caballe-

ros. El que introdujesen a toscos fascistas en el Gobierno era un indicio de

su desesperaci6n.

El arist6crata catolico Franz von Papen probe como canciller (julio-

noviembre de 1932) a gobernar sin politicos, a traves de un llama do «gabi-

11 3




_j:)i

nete de barones», compuesto por expertos tecnicos y eminencias no pollti-

cas. Su jugada de celebrar elecciones nacionales en julio permiti6 que los

nazis se convirtieran en el mayor partido del pais. Von Pap en intent6 en-

tonces integrar a Hitler como vicecanciIler, un cargo sin autoridad, peroe I

dirigente nazi tuvo la agudeza estrategica y la osadia de jugador suficientes

para no aceptar nada que no fuese el cargo mas alto. Esta decision oblig6 a

Hitler a pasar el tenso orono de 1932por el calvario de una espera incierta,

intentando apaciguar su desasosiego y el hambre de cargos de los rnilitan-

tes mientras man tenia su apuesta de todo 0 nada.

Los nazis (como los fascistas antes que ellos), con la esperanza de agu-

dizar la crisis, incrementaron la violencia, eligiendo cuidadosamente sus

r objetivos.Gi_apogeo de la violenciacailejeI<1_!lari)en Alemania llego des-f ./

r pues del 16de junio de 1932,en que el canciller Von Papen levanto la prohi-

1 \ bici6n de los uniformes de las SA que Bruning habia impuesto en abriI.

I ; Durante varias semanas acongojantes fueron asesinadas 103personas y re-

sultaron heridas centenares mas."

Mussolini habia jugado una baza mas debil en sus negociaciones por el

poder y se habta apoyado en la viol encia directa mas que Hitler. Solemos

olvidar que(eIfascismo mussoliniano fue mas violento que el nazismo $It~,§_u caminohaciaeTp-o~T~.ET5 de mayo d e 1921solamente, un dia d~-elec-

ciones.fueron asesinadas 19 personas en actos de violencia poIitica en Ita-

lia y 104 resultaron heridas." Aunque las estadisticas no son fidedignas, cal-

culos veroslmiles de los muertos por violencia politica en Italia durante

1920-1922 induyen de quinientos a seiscientos fascistas y dos mil antifas-

cistas y no fascistas, seguidos de otro rnillar de los ultirnos en 1923-1926.16

La soluci6n a la que recurrio Von Papen de convocar nuevas elecciones

para el 6 de noviembre hizo disminuir un tanto el voto nazi (volvieron a

ganar votos los comunistas), pero no hizo nada por sacar a Alemania del

punto muerto constitucionaI. El presidente Hindenburg Ie sustituyo como

canciller el 2 de diciembre por un jefe del Ejercito considerado mas tecno-

cratico que reaccionario, el general Kurt von Schleicher. Durante las pocas

semanas que estuvo en el poder (diciembre de 1932-enero de 1933), Schlei-

cher prepare un activo program a de creaci6n de empleo y reconstruy6 las

relaciones con las organizaciones obreras. Con la esperanza de obtener laneutralidad nazi en el Parlamento, flirteo con Gregor Strasser, jefe de la or-

ganizaci6n del Partido Nazi y uno de los dirigentes de su corriente antica-

pitalista (Hitler nunca olvid6 y nunca perdon6 la «traicion» de Strasser).

En este pun to, Hitler se hallaba en serias dificultades. En las elecciones

del 6 de noviembre el voto nazi habia disminuido por primera vez, 10que

114



LA LLEGADA AL PODER

Ie habia hecho perder su valor mas preciado: el impulso. EI tesoro del par-

tido estaba casi vacio. Gregor Strasser no era el unico nazi importante que,

harto de la estrategia del todo 0 nada de Hitler, estaba considerando otras

opciones.6~e Franz von Papen quien salvo al caudillonazi, Resentido con

Schl~icher por haber ocupado su puesto, Von Papen lIeg6 a un acuerdo se-

c;eto con Hitler por el que este seria canciller y el, Von Papen, vicecanci-

ller ... un cargo desde el que Von Papen esperaba dirigir las cosas. EI an cia-

no Hindenburg, convencido por su hijo y por otros consejeros intimos de

que Schleicher estaba planeando deponerle e instaurar una dictadura mi-

litar, y convencido por Von Papen de que no quedaba ninguna otra opci6n

conservadora, acept6 el Gobierno Hitler-Von Papen el 30 de enero de

1933.17 Hitler, segun la conclusi6n de Alan Bullock, habia sido «elevado» al

cargo por «una conspiraci6n palaciega»."

LO QUE NO SUCEDI6: ELECCIONES, GOLPE DE ESTADO,

TRIU>JFO EN SOLITARIO

Los votantes alemanes nunca dieron a los nazis una mayoria del voto po- ~)

pular, como aun se afirrna a veces. Como vimos en el ultimo capitulo, los

nazis se convirtieron realmente en el mayor partido del Reichstag aleman

en las elecciones parIamentarias del 31 de julio de 1932, con el 37,2 por 100

de los votos. Luego descendieron a un 33,1 por 100 en las elecciones parla-

mentarias del 6 de noviembre de 1932. En las elecciones parIamentarias del

6 de marzo de 1933, con Hitler como canciller y el Partido Nazi control an-do todos los recursos del Estado aleman, sus resultados fueron de un 43,9

por 100, mas significativo pero aun insuficiente." Mas de un aleman de

cada dos vot6 contra los candidatos nazis en esas elecciones, en plena cam-

pana de intimidaci6n de los Camisas Pardas. El Partido Fascista Italiano

obtuvo 35 escafios de un total de 535 en las tinicas elecciones parlamenta-

rias libres en las que particip6, las del is de mayo de 1921.20

En el otro extremo, ni Hitler ni Mussolini lIegaron al cargo por un gol- - 1 - )pe de Estado.Ninguno de ellos se hizo con el tim6n por la fuerza, a pe-

sar de que ambos habian utilizado la fuerza antes de llegar al poder con el

fin de desestabilizar el regimen existente y ambos habrian de utilizar la

fuerza de nuevo, una vez en el poder, con el fin de transformar sus gobier-

nos en dictaduras (como veremos en breve). Hasta los autores mas escru-

pulosos hablan de su «torna del poder»," pero esa frase describe mejor 1 0

1 1 5



116


que hicieron los dos caudillos fascistas despues de ocupar el cargo que como

Ilegaron a el.

-- ~ MussoJi.ni c~l11o!:Iitl~I"!u~I"0ninvitados a ocupar el cargo de jefe

del Gobierno por un jefe del Estado en ejercicio legitimode -sl.lsfliiiCiones

o'ficlafes~sigU:ieildo elconsejodeasesores -civiles y militares\'\nibosse con-virtieion-por-ianto-enjefes de Gobierno en 10que pareci6, superficialmen-

te al menos, el ejercicio Iegitimo de la autoridad constitucional del rey Vic-

tor Manuel III y del presidente Hindenburg. Ambos nombramientos se

hicieron, hay que anadir al mismo tiempo, en condiciones de crisis extre-

ma, una crisis que los fascistas habian instigado. Considerare el tipo de cri-

sis que abre el camino _gl__fas.ds_lJl9r-!l.<lS_delante.

-....,-En realidad, ningun golpe insurrecional contra un Gobierno estableci-do ha llevado hasta ahora a los fascistas al poder. Dictaduras autoritarias

han aplastado varias veces tales intentos." Esto fue 10 que Ie sucedi6 por

tres veces afui Legion del Arcangel Miguel rumana/el partido fascista de re-

ligiosidad mas exaltada y uno de los mas dispuestos a asesinar a judios y

politicos burgueses. En una Rumania desastrosamente gobernada por una

oligarquia corrupta y reducida, la legion tenia una relaci6n ferviente con

sus bases populares, hasta entonces primordialmente campesinos apoliti-

cos deslumbrados por el juvenil Corneliu Codreanu y sus discipulos, que

recorrian aldeas remotas a caballo, ataviados con camisas verdes y provis-

tos de estandartes religiosos y patrioticos."

Tras un periodo particularmente esteril de luchas in test in as parlarnen-

tarias y de amiguismo, el rey rumano Carol asumi6 poderes dictatoriales el

10 de febrero de 1938.En noviembre, despues de que intentase sin exito in-

tegrar a la legion, cada vez mas violenta, en el oficial Frente de Renacimiento

Nacional, Carol detuvo a Codreanu, que fue posteriormente asesinado,

junto con algunos de sus colaboradores, «cuando intentaba escapar». Ho-

ria Sima, sucesor de Codreanu, respondi6 en enero de 1939 con una insu-

rreccion, que la dictadura regia reprimio con firmeza.

Carol abdic6 en septiembre de 1940, despues de que la Alemania victo-

rio sa obIigase a Rumania a ceder territorios a Hungria y a Bulgaria. El nue-

vo dictador rumano, el general (mas tarde mariscal) Ion Antonescu, en

otro intento de hacerse con las bases populares de la Legi6n, la convirti6en el partido unico del «Estado Legionario Nacional» que instaur6 el is de

septiembre de 1940. Horia Sima, el impetuoso nuevo jefe de la Legi6n, cre6

organizaciones obreras «paralelas» y una policia «paralela» e inici6 la con-

fiscacion de bienes judios, desorganizando hasta tal punto la economia del

Estado rumano que Antonescu, con la aprobaci6n de Hitler, empez6 en

-------------



LA LLEGADA AL PODER

enero de 1941 a recortar sus poderes. Un pogromo acornpanado de una rebe-

lion a gran escala de la Legion el zr de enero fueron sangrientamente aplasta-

dos por Antonescu en «el ejemplo mas extremov" de una represion conser-

vadora del fascismo. Antonescu acabo con la Legi6n y sustituyo el Estado

Legionario Nacional por una dictadura militar pro alemana pero no fascist~

Otros intentos de golpe de Estado fascistas corrieron una suerte pa-

recida. Si bien el golpe del 25 de julio de 1934 del Partido Nazi austriaco

consiguio asesinar al canciller Engelbert Dollfuss, su sucesor, Kurt von

Schuschnigg, reprimio a los nazis en Austria y gobemo a traves de un par-

tido clerical-autoritario unico, el Frente de la Patria.

Aunque los conservadores podian aceptar la violencia contra socialis-

tas y sindicalistas, no la toleraban contra el Estado. La mayoria de los diri-gentes fascistas, por su parte, se habian dado cuenta de que una tom a del

poder a la que los militares y los conservadores se opusiesen s610 seria po-

sible con la ayuda de la calle, en condiciones de desorden social que proba-

blemente desembocase en agresiones incontrolables a la propiedad priva-

da, la jerarquia social y el monopolio de la fuerza armada por parte del

Estado. Si los fascistas recurrian a la acci6n directa corrian el peligro de

proporcionar ventajas a su principal enemigo, la izquierda, poderosa aun

en las calles yen los centros de trabajo de la Europa de entreguerras." Es-

tas tacticas alejarian tam bien a aquellos mismos elementos (el Ejercito y

la policia) que los fascist as necesitarian mas tarde para planear y ejecutar la

expansion nacional agresiva. L()~partidos fascistas, por muy profundo que ~

fuese el desprecio que les inspirasen los conservadores, no ten ian futuro al-

guno alineandose con grupos que quisiesen destruir las bases del poder '

conservador.

Dado qU;; la ruta fascista hacia el poder ha pasado siempre por la coo-

peracion con elites conservadoras, al menos en los casos que conocemos

hasta ahora, la fuerza del propio movimiento fascista solo es una de las va-

riables determinantes de la consecuci6n (0 no) del poder, aunque se trate,

sin duda, de una variable vital. Los fascistas disponian de una cantidad de-

militantes y una fuerza que podian ofrecer a los conservadores atrapados

en una crisis en Italia y Alernania, como hemos visto. Pero fue igual de im-

portante que las elites conservadoras estuviesen dispuestas a trabajar conel fascismo, que se diese una flexibilidad reciproca por parte de los diri-

gentes fascist as y que la urgencia de la crisis las indujese a cooperar entre

ellos.

Es por tanto esencial estudiar a los complices que ayudaron en los mo-

mentos cruciales. Considerar solo al caudillo fascista durante su llegada al

1 1 7




poder es caer bajo el hechizo del «rnito del Fuhrer» y el «mito del Duce» de

una forma que les habria causado a los dos una satisfacci6n inmensa. Qe~

, bemos dedi car el mismo tiempo a estudiar a los aliados y complices indis-

cY pensatles deloscauaillosfasdstas que el que cleoiquemos a estudiai'aes-t: 7 tos, y el mismotiempo a estudiareltipo de situaciones en que se aytrdrra

'TO'S-fascistas"alIegar al poder que el que dediquemos a estudiar los movi-

mientos mismos.

llS

LA FORMACI6N DE ALIANZAS

EI iniciar seriamente una busqueda del poder implico profundamente a los

movimientos fascistas maduros en el proceso de formaci on de alianzas con

el orden establecido. Los conservadores itaIianos y alemanes no habian

creado a Mussolini y a Hitler, claro esta, aunque habian permitido derna-

siado a menudo que sus actuaciones ilegales quedasen impunes. Despues

de que los fascistas y los nazis se hubiesen hecho ya dernasiado importan-

tespara-quese-Ie-s-pudiese ignorar, por lamezcla,eI1 grados diferentes, de

t r i i l n f o electoral Jintimidacion 'Ylolenia-que vimos en el ultiinoc-aEi~l!!o,los c(;nservadores tuvieron que decidir que hacer con ellos,

. Los dirigentes conservadores ten ian que decidir, en concreto, si inten-

tab an integrar el fascismo 0 si debian procurar convertirlo de nuevo en un

fenorneno marginal. Una decision crucial era si la policia y los tribunales.t;

debian obligar a los fascistas a cumplir las leyes. ~l canciIIer aleman Bru-

ning intent6 poner coto a la violencia nazi en 1931-1932. Prohibio a las SA

el uso de uniformes en sus actos publicos el ia de abril de 1931: Cuando

Franz von Papen sucedio a Bruning en la canciIIeria- en J u l i o de 1932 levan-to, sin embargo, la prohibici6n, como ya vimos, y eso lIen6 de entusiasmo

a los nazis, que desencadenaron el periodo mas violento de toda la crisis

constitucional de 1930-1932. En Italia, aunque unos cuantos prefectos in-

tentaron poner coto ala violencia fascista," los dirigentes nacionales prefi-

rieron, en momentos cruciales, cOl]1Q_yasabemos, in ten tar «transforrnar»

a MussoIini en vez de disciplinarlel-Dirigentes nacionales conservadores de

ambos paises decidieron que 1 0 que los fascistas podian ofrecer cornpensa-ba sobradamente las desventajas de tener que permitir que aquellos rufia-

nes arrebataran espacio publico a la izquierda mediante la viole_l!_cXa~a

prensa nacionalista y los dirigentes conservadores de ambos paises aplica-

ron por tanto un doble rasero para juzgar la violencia fascista y la de la iz-

quierda.



LA LLEGADA AL PODER

Cuando un sistema constitucional se estanca en un punto muerto y

dejan de funcionar las instituciones dernocraticas, el «espacio politico»

tiende a estrecharse. El circulo de los que toman decisiones de emergencia

puede llegar a reducirse a unos cuantos individuos, tal vez a un jefe de Es-

tado y a sus asesores civiles y militares inmediatos." _E~capitulos ante-

riores de este libro tuvimos que examinar contextos muy amplios para

~ntende~-ia forI11~crCl_I1_£er.irraigo~deff~s~ls~O:-En]a etapa enque elIiim-

ci"imlelltodeTos regimenes dernocraticos abre finalmente e1 camino para fI

que el caudillo fascista realice un intento serio de conseguir el poder, la iconcentraci6n de responsabilidad en manos de unos pocos individuos exi- \

ge algo mas pr6ximo a una perspectiva biografica ... con la debida precau- i,

cion, claro esta, para no caer en la trampa de atribuirlo todo s610 al caudi-d

110fascista.

Las complicidades conservadoras enlallegada _del_fasc_~~o __l poder

fueron devarl~t{p()S) E~primer lug~r, estaba la complicidad resp~~t~a-la

violencia fascista contra la izqt;-ierda. Una de las decisiones mas fatidicas en

el caso aleman fue que Von Papen retirase e116 de junio de 19321a prohibi-

ci6n que pesaba sobre las adiviaaaes-ae-las SA. Los escua&istas de Musso-

lini habrian sido impotentes sin la apatia e incluso la ayuda directa del

pjercito y de la policia. Otra for;na de complicidad fue otorga~le~_r:t!§pt!ta.:

/bilidad. Hemos visto ya que GioM ayud6 a hacer respetable a Mussolini

incluyendole en su coalici6n electoral en mayo de 1921.A1!red Hugenbe~l g

ejecutivo de Krupp y dirigente del partido que mas directamente compiti6

con Hitler, el Partido Nacional Aleman (DNVP), atac6 alternativamente al

dirigente nazi y apareci6 en actos politicos con el. Uno de elios, en Bad

Harzburg, en el orono de 1931,hizo creer al publico que ambos habian for-

mado un «Frente de Harzburg». Pero mientras Hugenberg ayudaba a ha-cer parecer aceptable a Hitler, los miembros del DNVP se iban haciendo

nazis, que era algo que resultaba mucho mas emocionante.

Vimos en el capitulo 2 que los nazis recibieron menos ayuda economi-

ca directa de empresarios y capitalistas de 1 0 que muchOs--han supuesto.

Antes del acuerdo final que puso en el poder a Hitler, el capitalismo ale-

man habia preferido mucho mas a un conservador solido y tranquilizador

como Von Papen que a un desconocido Hitler, con sus asesores economi-

cos chiflados. En los tensos ultimos meses, cuando Hitler se negaba a acep-

tar todas las ofertas menores jugandoselo todo ala opci6n de ser cane iller,

y cuando el radicalismo del partido volvi6 a aflorar en la huelga del trans-

porte de Berlin, el dinero escaseaba mas aun. El NSDAP se hall6 practica-

mente en la quiebra despues de las decepcionantes elecciones de noviem-



120


bre de 1932. Un banquero relativamente poco importante de Colonia, Kurt

von Schroder, sirvi~J;omo intermediario en las negociaciones entre Hitler

yVon Papen, pero das aportaciones del mundo de losnegocios no se con-

virtieron en un recurso importantiqjarat-rltIer-hasta despuesde alcanzar

:el1>§der.EnIonces,'porsupuesto,-cambiaron las reglas del juego. Loshorn-bres de negocios entregaron sumas cuantiosas a las nuevas autoridades na-

zis y comenzaron a adaptarse a un regimen que gratificaria generosamen-

te a muchos de elIos con contratos de armamento y a todos enos acabando

con las organizaciones obreras del pais.

La financiaci6n del fascismo italiano ha sido menos estudiada. Cuan-

do Mussolini rompi6 con los socialistas en el otofio de 1914, directores de

peri6dicos nacionalistas e industriales y el Gobierno frances subvenciona-

ron su nuevo peri6dico, II Popo lo d 'Ita li a , pero 10~!l!CO que perseguian con

ljelIo era intentar que Italia entrase en la guerra.v.La ayuda posterior de los

d terratenientes, de los !pilftares y de algunos funcionarios al squadr ismo pa-

f rece estar bastante claW

EI periodo mas 0 men os prolongado durante el cuallos fas<:i~t~s_rlos

~,~onservadores lIC!g~ron~_U!1_il5_ll~rd~paracompartir el poder fue una eta-

,: pa tensa para ambas partes, tanto en Italia como en Alemania. Estas nego-

f ciaciones prometian, en el mejor de los casos, conducir a un compromisoque no seria el ideal para ninguna de las dos partes. Pero, considerando las

alternativas (la izquierda en el poder 0 una dictadura militar que proba-

blemente excluiria tanto a los conservadores parlamentarios como a los

fascistas), ambas partes estaban dispuestas a hacer los ajustes necesarios y

a conformarse con soluciones que no fuesen las ideales.

- - - - -os partidos fascistas se vi.emu asi tentadosa una complicidad cada vez

mas intensa con sus nuevos aliados, que planteaba el peligro de dividir a- 10spariIdos-yde alejar deelIos a' algunos puristas. Este proc~~o «no-rinali-

~aaor»;Yii-evldente-en-la-eta.pa-a-n.teriorde-arra.igo, se intensific6 entonces

por las ventajas superiores que se presentaban al ser posible el acceso al po-

der.~lcaudillo fascista, ~ntregad~_!lBg_nego<::i.~i6~._prometedora con los

que detentaban el pQ(JC!!:con_~~r~a(I9r!eformaba su partido aun-mis-radi-

i calmente que antes. .Hacia 10 que Wclfgang Schieder lIa~;un-<;Herrs-

,I chaftskonipromiss», u;-'compromiso para gobernar' en el que se estable-

h cen areas de acuerdo y se quita de en medio a idealistas molestos."

Mwer y Mussolinihicieron su Herrscha f t skompromiss partiendo de po-

1 siciones de fuerza algo distintas. Debido a la importancia del squadr ismo

para el exito de Mussolini y a la relativa insignificancia de su grupo electo-

ral, el Duce estaba tarnbien mas en deuda con los ras, sus cabecillas fascis-



LA LLEGADA AL PODER

tas regionales, de 10 que 10 estaba Hitler con las SA. Pero aunque Hitler te-

nia mas mano libre en esta negociacion, ni siquiera el estaba a salvo de pro-

blernas con los militantes de su partido.

~ negociacion con dirigentes conseryadores para llegar al poder es un

periodopeliiro-so~_p~i~uI:lj~f~~fasci~ta~ientras este-tt:ata-en-secreto con laeIitepo!itica, sus seguidores aguardan fuera con impaciencia, repro chan-

dole que se esta vendiendo. Mussolini, entregado ya a finales de 1920 a ne- O J

/

gociaciones secretas corrdirigentes de partido, decepciono a algunos de sus I

militantes al nQ~udi!_e_I1_Qef~~~ de D'Annunzio a Fiume en Navidad y al .

incorporarse a la coalicion electoral de Giolitti en mayo de 1921.!n-agosto ...,

de 1921se produjo una rebeli6n abierta por su «pacto de pacificacioiie corr

el enemigo tradicional, los socialistas, que solo supero dimitiendo tempo-

ralmente de la jefatura fascista y renunciando al pacto.

-'Bitler tambien tuvo conflictos intern os en el partido siempre que pa- --frecia estar a punto de llegar a un acuerdo para conseguir el poder. El anti-

guo capitan de los Freikorps Walter Stennes, a cargo de las SA de Berlin y

Alemania oriental, puso objeciones al hecho de que Hitler se propusiese

llegar al poder por medios legales. Los Camisas Pardas de Stennes estaban

tan exasperados por el aplazamiento de las recompensas que esperaban por

largas horas de servicio con un sueldo escaso y por su subordinacion a cua-

dros del partido no militares, que ocuparon y destrozaron las oficinas del

Partido Nazi de Berlin en septiembre de 1930.Cuando se negaron a obede-

cer la orden de Hitler de respetar la prohibicion de la violencia callejera

en febrero de 1931,Hitler expulso sin contemplaciones a Stennes de las

SA. Militantes furiosos ocuparon de nuevo sedes del partido en abril de I

1931,Y fuero 11_l_e_~esaliQ_s__-t9(IQs]osoderesde-pe;;~asi6n de_Hi!l_eLP_ara 'f-/.

ponerfin a la revuelta. Fueron purgados quinientos radicales de las SA.•~uando Hitler estuvo mas cerca de perder el control del Partido Nazi fue a ./

finales de 1932, como vimos antes, momenta en que los votos empezaron (

a disminuir, el dinero a escasear y algunos lugartenientes miraban hacia fu- :

turos mas prometedores en gobiernos de coalicion. Hitler, con su fuerza de

volun tad y su instinto del jugador intacto pese a una JJosicion debilitada en

la negociacion, aposto al todo 0 nada por la cancilleria.>

( L o s conservadores apoyaron la apue~ambien, cuando ernpezo a pa-

rec~obable un acuerdo con un partido fascista triunfante: elpodeu:o_n

el apoyo de una base de masas se convertia ya tambien paraellos eIlul! ob-

jetivoa)_ca;~able.Hubo incluso cierta competencia entre los conservadores

par:aco~~~g~ir el apoyo de to do el movimiento fascista 0 de una parte de

el (intentandose a veces desgajar un ala 0 la base). Schleicher compitio con

121



11

ANATOMiA DEL FASCISMO iI

Von Papen en Alemania por conseguir enganchar el caballo salvaje nazi a

su carro, 1 0 mismo que Giolitti con Salandra en Italia.

r-- No hubo nada inevitable en la lIegada al cargo de Mussolini y de Hitler.

I Elexamen detenido de como los dirigentesfascistas seconvirtieron en je-

L f~ern?_~~~n eje;.~i~_i~de a;;tid~t~~mi~i~mo)Es muyprobable que

una serie de factores (Iii superficialidad de Iastradiciones liberales, una in-

dustrializacion tardia, la supervivencia de elites predernocraticas, la fuerza

de las tendencias revolucionarias, un espasmo de rebelion contra la hu-

millacion nacional) contribuyesen todos ellos a la magnitud de la crisis y

redujesen las opciones disponibles en Italia y en Alemania. Pero los diri-

gentes conservadores rechazaron otras posibilidades, como gobernar encoalicion con la izquierda moderada, por ejemplo, 0 gobernar mediante

los poderes de emergencia de la auto rid ad regia 0 presidencial (0, en el caso

aleman, continuar haciendolo), Eligieron la opcion fascista. Los dirigentes

fascistas, por su parte, consiguieron la «norrnalizacion» necesaria para

compartir el poder. No tenia por que haber sido asl.

122

LO QUE OFRECIERON LOS FASCISTAS AL ORDEN ESTABLECIDO

~)

En una situacion de punto muerto constitucional y amenaza revoluciona-

ria creciente.fin movirniento fascista triunfante ofrece valiosos recursos a\ '-~,

una elite tarnbaleanter

(~~i~!aspodian ofrecer una masa de seguidores 1 0 suficientemen-

te grandepara perrnitir a los conservadores formar mayorfasparlamenta-

rias-capace~-de tornar decisiones firmes sin tener que contarcon socios iz-quieidistas-inaceptables,l Los treinta y cinco diputados de Mussolini no

eranun peso importante en Ia balanza, pero la aportacion potencial de

Hitler era decisiva. Podia ofrecer el mayor partido de Alernania a unos con-

servadores que no habian adquirido la habilidad necesaria para manejar la

politica demasas, subitamente introducida en el pais por la Constitucion

\

de 1919~rante la decada de 1939-;el unico partido no marxista que habia

construido con exito una base de masas en Alemania era el Zentrum (Par-tido del Centro), un partido catolico que eontaba, gracias a su arraigo en la

vida parroquial, con _num;ros<?s militantes activos y pertenecientes a todas

las clases sociales. tl Zeritrurnipenetro ampliamente en laclase obrera a

tr,a~~s_de_lossindica~i5Ii-;;os, pero, siendo como era un pa~tlClo confe-

sional, no p~dia-reclutar con la misma amplitud que Hitler. Este, que con-

tab a con el mayor partido del pais, permitio a los artifices de la coalicion



LA LLEGADA AL PODER

conservadora dejar de tener que apoyarse en los poderes de emergencia del

presidente, 10que ya habtan hecho a 10largo de casi tres afios, y formar una

mayoria parlamentaria que excluyese a la izquierda.,

Y los fascistas no s610 ofrecian numeros.Ofrecian rostros jovenes y "nuevos a un publico cans ado de un orden politico establecido envejecido ~

y que no habia hecho nada por mejorar las cosas. Los dos partidos mas j6-

venes de Italia y de Alemania eran el comunista y el fascista. Ambas nacio-

nes deseaban nuevos dirigentes, y los fascistas ofrecian a los conservadores

un rnanantial de juventud. Ofredan tambien otra forma de pertenencia: un

compromiso mas intenso y una mayor disciplina en una epoca en que los

conservadores ternian la disolucion del vinculo social.

Los fascistas habfan hallado tambien una formula magica para alejar a . 3los trabajadores del marxis~ Marx habia afirmado mucho tiempo atras

que la clase obrera no tenia patria, y los conservadores aun no habian sido

capaces de hallar un medio de refutarle. Ninguna de sus panaceas decimo-

nonicas (respeto, religion, escolarizaci6n) habia funcionado. En visperas

de la Primera Guerra Mundial, Action Prancaise habia logrado cierto exito

reclutando a unos cuantos trabajadores industriales para el nacionalismo,

y la aceptaci6n inesperadamente amp lia de los trabajadores de su deberpatriotico de luchar por sus patrias respectivas al iniciarse la Primera Gue-

rra Mundial predecia que en el siglo xx la naci6n iba a ser mas fuerte que

la clase.

Los fascistas se desarrollaron en todas partes sobre la base de esa revela-

cion. Yamencione entre los primeros precursores el Circulo Proudhon fran-

ces." En el Partido Nazi, su mismo nombre indicaba ya que era un partido

de trabajadores, un Arbei terparte i . Mussolini esperaba reclutar a sus viejos_7

colegas socialistas.E<:>~~~u,:,i_e~on_I1ing~n_e~toaplastanter Todos los anali- (

sis de la composicion social de los partidos fascistas iniciales concuerdan: I

aunque atrajeron a algunos trabajadores, su porcentaje dentro del partidol

estuvo siempre por debajo del que les correspondia en la poblaci6n general.

Tal vez esos pocos trabajadores fascistas fuesen suficientes, Si los partidos

fascistas podian reclutar a algunos trabajadores, la violencia fascista ya se

cuidaria luego de los obstinados. Esta f6rmula de «divide y venceras» fue maSt~--

eficaz que todo 10que podian ofrecer por su cuenta los conservadores.Otra oferta fascista seductora era una via para superar el clima de de-

sorden que los propios fascistas habian ayudado a crear. Despues de haber

dado rienda suelta a sus militantes para que hiciesen invi~bieIa':'delll~cia-

cia ydesacreditasen el Estado constitucional, los dirigentes nazis y fascis-

tas se presentaron como la unica fuerza no socialista que podia rest aurar

123




el orden. No seria la ultima vez que los dirigentes capitalizasen esa ambi-

guedad: «Al estar en el centro del movimiento-escribi6 Hannah Arendt

en uno de sus penetrantes comentarios-, el dirigente puede actuar como

si estuviese por encima de el»." Las condiciones fascist as para un acuerdo

no eran insuperablemente altas. Algunos conservadores alemanes estabaninquietos por~6ri~_a_al1ti~Qit<llist~de que aun hacian gala algunos in-

telectuales nazis," 10 mismo que 10 estaban los conservadores italian os

con activistas obreros fascistas como Edmondo Rossoni. Pero Mussolini

hacia mucho que se habia pasado al «productivismo» y a la admiraci6n

del heroe industrial, mientras que Hitler dej6 claro en su famoso discur-

so del Club de Industriales de Dusseldorf el 26 de enero de 1932, asi como

en conversaciones privadas, que el era un darwinista social tambien en la

esfera econ6mica.

CAunq~_u_:_~ ~!~~~~~_~~~itir a aq_uellos zafios advenedizos en los

altos-cargos para llegar a un acuerdo, los conservadores estab~ conven-

cidos deque aun seguirian controlando el Estado ellos. Era-algo inaudi-

to quesemejantes arribistasdirigiesen gobiernos europeos. Aun era

normal en Europa, incluso despues de la Primera Guerra Mundial, has-

ta en las democracias, el que ministros y jefes de Estado fuesen rniem-

bros ilustrados de las clases superiores con larga experiencia en la diplo-macia 0 en la adrninistracion publica. El primer ministro de clase baja

de Inglaterra fue Ramsay MacDonald, en 1924, y no tardo en parecer un

patricio yen hablar y actuar como tal, para disgusto de los militantes Ia-

boristas, que le ridiculizaban llamandole «el caballero Mac». El presi-

dente Friedrich Ebert de Alemania (1919-1925), guarnicionero de oficio,

habia adquirido prestigio en su la!_ga trayectoria como diputado y fun-

~

cionario del Partido Socialista-Hitler y Mussolini fueron los primerosaventureros de clase baja que llegaron al poder en paises europeos im-

portantesi Hasta hoy incluso la Republica frances a no ha tenido ningun

. jefe de £Stado y s610 un pufiado de primeros ministros que fuesen adve-

nedizos sociales del tipo de, por ejemplo, Harry Truman. Pero las cir-

cunstancias distaban mucho de ser normales en Italia en 1922 y en

Alemania en 1933. Un ingrediente esencial en el calculo de los conserva-

do res era que el cabo austriaco y el bisono agitador ex socialista italiano

qo_tendrian la menor idea de que hacer con aquel alto cargo. Serian in-

apaces de gobernar sin el s a vo ir fa ire de los dirigentes conservadores,

ultivados y con experiencia.

, . En suma, los fascistas ofrecian una nueva receta para gobernar con

\ apoyo popular pero sin tener que com partir el poder con la izquierda y sin

124



LA LLEGADA AL PODER

poner en peligro los privilegios econ6micos y sociales conservadores yelL

dominio politico conservador. Los conservadores, por su parte, retenian Vlas llaves de las puertas del poder.

LA CRISIS PREFASCISTA

Aunqu~1.il~s_-_durante las cuales consiguieron el poder los dos cau-

dillos fascist as (las secuelas de la Primera Guerra Mundial y la Gran De-

presi6n) fueron diferentes tuvieron elementos comunes. Ambas se produ-

jeron con gobiernosqlie-tel1IaI1-prob1emasde a~10caci6n econ6m!.3Y de

(humillaci6n nacional que la politica tradicional de partidos no parecia ca-

paz de resolver; en una situaci6n de paralisis del Gobierno constitucional

(debida en parte a una polarizacion poHiica qu-eloSfasCistas-ayuoaroI1 a

instigar); con una-izquierda militante en rapido crecimiento y q~e amena-

zaba con convertirse en el principal beneficiario de la crisis; y con dirigen-

tes conservadores que se negaban a colaborar incluso cor(los elementos re-

formistas de la izquierda, y que veian peligrar su capacidad para seguir

gobernando contra la izquierda sin nuevos refuerzos.

Es imprescindible recordar 10 real que parecia la posibilidad de una re-voluci6n comunista enltalia en 1921yen Alemania en 1932.Italia acababa

de pasar por e l_bienn io ross~ ;) lo s dos «anos rojos» que siguieron a las pn-

meras elecciones de posguerra de noviembre de 1919,en las que el Partido

Socialista Italiano (PSI) triplic6 sus votos de antes de la guerra, haciendo-

se con casi un tercio de los escanos del Parlamento, y experiment6 una

oleada de fervor «maximalista-.zlil nombramiento de alcaldes socialistas

en numerosas localidades estuvo ~compafudodegrana.es ocupaciones detierras y de gran des huelgas, que culminaron con una espectacular ocupa-

ci6n de fabricas en Turin en septiembre de 1920. Como tel6n de fondo se

cernia el ejemplo de Rusia, donde la primera revoluci6n socialista que

triunfaba en el mundo mostraba todos los indicios de poder generar otras.

Ahora sabemos que los «rnaximalistas» italianos y el nuevo Partido Cornu-

nista Italiano, fundado en 1921,no tenian la menor idea de 10que iban a hacer

a continuaci6n. El miedo a una presunta revoluci6n comunista podia, sin

embargo, movilizar a los conservadores con tanta fuerza como una revolu- :1

cion real. Como coment6 Federico Chabod, el miedo de la clase media al I Icomunismo alcanz6 su punto culminante en Italia despues de haberse I

aplacado ya la ole ada «rnaximalista»."

En Alemania, despues de 1930, s610 crecieron electoralmente los co-

125



126


~{

munistas, ademas de los nazis." Los comunistas alemanes, 10 mismo que

los nazis, prosperaron con el paro y con el convencimiento generalizado de

que el sistema constitucional y los partidos tradicionales habian fracasado.

Sabemos por documentos del Partido Nazi requisados por la policia ale-

mana en 1931 (los «documentos de Boxheim») que los estrategas nazis,

como muchos otros alemanes, esperaban una revoluci6n comunista y pla-

neaban una acci6n directa contra ella. Los dirigentes nazis parecian estar

convencidos en 1931 de que la oposici6n por la fuerza a una revoluci6n co-

munista era su mejor ruta hacia la plena aceptaci6n nacional.

Dadas todas estas circunstancias, el Gobierno dernocratico funcionaba

muy pobremente. Aunque el Parlamento italiano nunca estuvo tan corn-

pletamente paralizado como e 1 aleman, la incapacidad de la jefatura poll-tica de ambos paises para resolver los problemas que se planteaban ofrecio

una oportunidad indispensable al fascismo.

! Tanto los fascistas italianos como los alemanes habian hecho todo 10

posible para que la democracia funcionase mal. Pero el punto muerto de

ias constituciones Iiberales no era algo que hubiesen provocado solo los

/fascis§«El colapso del Estado liberal-dice Roberto Vivarelli-se produ-

jo con independencia del fascismo»." En la epoca resultaba tentador con-siderar el mal funcionamiento del Gobierno dernocratico despues de 19 18

una crisis sistematica que serialaba el final historico delliberalismo. Desde

el resurgir drs demo era cia constitucional.despues de la Segunda Guerra

Mundial, ha parecido mas acertado consIderarlo una crisis circunstancial-

I producida por las tensiones de la Primera Guerra Mundial, por una brus-

l ca am,pliacion de la democrac~' a .por la Revolucion Bolchevique. Inter-/U1 pretemos como interpretemo a paralisis que aquejo al Gobierno demo-

crati~ no es probable que ningun movimiento fascista hubiese podido

Ilegar al poder sin ella.

LAS REVOLUCIONES DESPUES DE LLEGAR AL PODER:

ALEMANIA E ITALIA

40s conservadores llevaron a Hitler y a Mussolini al maximo cargo semi-I constitucionalmente, dentro de unos gobiernos de coalicion que los diri-

gentes fascistas no controlaban totalmente: Una vez en poses ion semilegal

del cargo, a Mussolini ya Hitler solo se les habian confiado los poderes co-

rrespondientes a un jefe de gobierno de acuerdo con la Constitucion. En

terminos mas practices, su poder se hall6limitado durante el periodo ini-



LA LLEGADA AL PODER

ciaI en el cargo por el hecho de tener que gobernar en coalici6n con sus

aliados conservadores. [Aunque los partidos fascistas ocupaban algunos 1puestos vitales en estos gobiernos, s610 disponian de un numero reducido / 1

de cargos en el gabinete.'Ambos jefes fascistas.no tardaron en convertir ese punto de apoyo en ,I

una dictadura directa( Completaron su control del Estado transformando I iun cargo semiconstitucional en una autoridad personal ilimitada: esa fue I Ila autentica «toma del poder». Fue una historia distinta de obtener un car- i f

go que se caracteriz6 principalmente por una actuaci6n ilegal masiva por

parte de los jefes fascistas. Los aliados aun eran cruciales, pero ahora s610

necesitaban ya su aquiescencia. j~ClA/\ etC....Ni siquiera Hitler se convirti6 inmediatamente en el dictador de Ale-

mania. Al principio crey6 que el mejor medio de conseguir una mayor in-

dependencia de sus socios de coalici6n eran unas elecciones mas, en las

que esperaba obtener la mayoria suficiente que hasta entonces no habia

conseguido. Pero antes de que pudiesen celebrarse las elecciones, un golpe

de suerte proporcion6 a Hitler una excusa para dar un virtual golpe de Es-

tado desde dentro, sin un soplo de oposici6n de la derecha ni del centro.

\fse golpe de suerte fue el incendio que destruy6 el edificio del Reichstag de

rBerlin el za de febrero de 193~ ..;v

Se crey6 durante mucho tiempo que habian sido los propios nazis

quienes habian prendido fuego al Reichstag y acusado luego de hacerlo a

un comunista holandes medio retrasado que se encontraba en las inme-

diaciones, Marinus van der Lubbe, con la finalidad de convencer al publi-

co de que debra aceptar medidas anticomunistas extremas. Hoy la mayoria

de los historiadores creen que Van der Lubbe fue realmente el autor del in-

cendio y que Hitler y sus colaboradores, cogidos por sorpresa, creyeron

realmente que se habia iniciado un golpe de Estado cornunista." Hubo su-

ficientes alemanes que compartieron su panico como para que dispusiesen

de una libertad de actuaci6n casi ilimitada.

Lo que sucedi6 despues se ha presentado en general como una inicia-

tiva de Hitler, en que el nuevo canciller actu6 con notable rapidez y segu-

ridad para capitalizar el temor generalizado al «terrorismo» cornunistasfin 1 " / ' , , \ 1

1 0 que debe insistirse en la misma medida es en la disposici6n de los con-

servadores alemanes a otorgarle mana libre, y de las organizaciones de la

sociedad civil a encontrarse con el a medio camino.Mientras aun humea-

ban las ruinas del Reichstag, el presidente Hindenburg firm6 urr'Decretoq.:

para la Protecci6n del Pueblo y del Estado el 28 de febrero, valie~ose de1

los poderes de emergencia que Ie otorgaba el articulo 48. El Decreto del In-

127




I

cendio del Reichstag suspendi6 toda la protecei6n legal de la libertad de

expresi6n, de reuni6n, de propiedad y personal, permiti6 a las autoridades

detener a sospechosos de «terrorismo» (es decir, eomunistas) a voluntad y

dio autoridad al Gobierno federal para el control policial de los gobiernos

de los estados.Tras esto, pocos alemanes se mostraron dispuestos, sin apoyo de la po-

licia, la judicatura 0 las demas autoridades, a oponerse cuando los Camisas

Pardas irrumpieron en los juzgados y expulsaron a magistrados y aboga-

dos judios" 0 saquearon peri6dicos y oficinas de organizaciones de la iz-

quierda.

EI presidente Hindenburg habia autorizado ya nuevas elecciones. Cuan-

do se celebraron el j de marzo, sin embargo, a pesar del terror nazi dirigidocontra votantes y partidos de la izquierda, el partido de Hitler no consigui6

todavia la ansiada mayoria. Seria necesario un paso mas para que Hitler

pudiese hacer su voluntad.~s nazis propusieron una Ley de Habilitaci6n

que Ie permitiria gobernar por decreto durante cuatro afios, sin tener que

remitirse ni al Parlamento ni al presidente, periodo tras el eual prometia

retira~Su titulo oficial era un ejemplo esplendido dellenguaje grandilo-

cuente nazi 0 LTI:40<feypara Aliviar el Desasosiego del Pueblo y del Reich.

La Constituci6n exigia dos tercios de los votos delParlamento para esa de-

legaci6n de poderes legislativos al ejecutivo.

A pesar de que una mayoria de los alemanes habian votado aun por

otros partidos el j de marz~itler consigui6 el ap.oyo de dos tercios nece-

sario para que se aprobar~~.Ley de Habilitaci6n el za de marzo de 1933 ,

!gracias a la detenci6n de los diputados comunistas. Los votos no nazis mas

decisivos llegaron del Zentrum cat6lico y de los nacionalistas de Hugen-

berg. EI Vaticano accedi6, debido a que el Papa Pio Xl estaba convencido

de que el comunismo era peor que el nazismo, y a que no daba demasiada

importancia a las libertades politicas, ya que consideraba que los cat6licos

debian actuar en el mundo a traves de las escuelas y de la Acci6n Cat6lica

(organizaciones juveniles y obreras de base), mas que a traves de elecciones

y partidos politicos. Hitler pag6 su deud«eGo de ju~firmando un con-

cordato con el Vaticano en el que prometia tolerancia con la ensefianza ca-

t6lica y con la Acci6n Cat6lica en Alemania, siempre que se mantuviesen almargen de la politica.

Hitler tuvo ya las manos libres para disolver todos los partidos politi-

cos (incluido eL~entrum) en las semanas siguientes~staurar una dicta-

dura unipartidist<JSus c6mplices conservadores se mostraron dispuestos a

hacer oidos sordos a la «revolucion desde abajo» realizada extraoficial-

i/

128

--------------------



LA LLEGADA AL PODER

mente en la primavera de 1933 por activistas del Partido Nazi contra judios

y marxistas, e incluso a la apertura del primer campo de concentraci6n

para enemigos politicos en Dachau, cerca de Munich, en marzo de 1933,

siempre que esas ilegalidades se cometiesen contra «enernigos del pueblo».

Hitler pudo prolongar gracias a su autoridad.la vigencia de itaLey de Habi-litacion otros cinco anos cuando expiro enQJ:V, casi sin co~uI1icarlo, y de

nuevofndefinidamente, con la justificaci6n Cle la guerra, en ~. Pareci6

necesitar encubrir su dictadura con el barniz legal que la Ley de Habilita-

ci6n proporcionaba a las acciones arbitrarias del regimen.

Aunque conseguir el poder ayudaba a un jefe fascista a dominar al p~r-

tid~, Hitler sigui6 teniendo conflictos con € I incluso despues de enero de

1933.Algunos fanaticos creyeron que el exito que habia tenido en la instau-

raci6n de una dictadura nazi significaba que no tardarian en tener acceso

ilimitado a puestos de trabajo y al botin de una «segunda revolucion», El

jefe de las SA, Ernst Rohm, presion6 a Hitler para que transformarse a los

Camisas Pardas en una fuerza armada sup Iernentari a, un proyecto que

alarm6 al Ejercito regular. Hitler resolvi6 el problema de una vez por todas

en la Noche de los Cuchillos Largos, el jo de junio de 1934, haciendo matar

a Rohm y a otros jefes de las SA, como es bien sabido, y tambien, pese a no

ser algo tan conocido, a conservadores recalcitrantes (incluidos variosmiembros del equipo del vicecanciller Von Papen) ya otros notables que

habian dado motivos para ello, como Gregor Strasser, el general Von Sch-

leicher (junto con su esposa), Gustav von Kahr, el dirigente conservadorj

bavaro que habia cerrado el paso a Hitler en 1923, y a trece diputados deli

Reichstag. Hubo en total entre 150 y 200 victimas." Esta lecci6n escalo-j

friante y los expolios de las victorias nazis mantuvieron a raya a partir d#

entojices a los dubitativos. ,\""La revoluci6n de Mussolini despues de llegar al poder, file mas gradual, -=-- -

y I~ lucha por el predominio entre tres rivales (el-caudilI6,Jos fanaticos del

parti~}(el orden establecido conservadorjse resolvio de forma mucho

menos definitiva que en la Alemania nazi. Mussolini pareci6 resignarse du-

rante casi dos anos a gobernar como un primer ministro parlamentario

normal, en coalici6n con nacionalistas, liberales y unos cuantos popolari.

Su Gobierno emprendi6 politicas convencionalmente conservadoras en T a lmayoria de los campos, como, por ejemplo, el ortodoxo equilibrio de la de- Iflaci6n y el presupuesto del ministro de Finanzas Alberto de Stefani." - :=J

Pero la violencia escuadrista no dej6 nunca de amenazar con escapar al

control de Mussolini. Muchos Camisas Negras querian una «segunda re- -7 1

voluci6n~ para que se les adjudicasen a ellos todos los puestos de trabajo

129




y todos los beneficios. Su decepcionante des file por Roma el 31de octubre

de 1922se convirti6 en una violencia que caus6 7 muertos, 17heridos y da-

nos sustanciales en varios peri6dicos de la oposici6n, antes de que el Duce

consiguiese sacarles de la ciudad esa misma neche." Despues de eso, siem-pre que creian que Mussolini se estaba «norrnalizando» demasiado, los

I irritados escuadristas no vacilaban en enviarle un mensaje, como en Turin

:1 ' entre el rs y el zi de diciembre de 1923(al menos 11 muertos) yen Floren-

~Iia en enero de 1925 (varios muertos, incluidos un diputado socialista y un

! abogado de la oposicion),

Aunque Mussolini procuraba a veces poner coto a s_usdiscolos segui-

dores, consideraba util de vez en cuando su presi6n ..1a Ley electoral deAcerbo la aprobo la carnara baja el 23 de julio de 1923c~ los Camisas Ne-

gras patrullando por las calles y Mussolini amenazando con «dejar que siga

su curso la revolucion» si no se aprobaba la l~ Cuando eI Senado la

aprob6 el ix de noviembre de 1923,esta extrafia norma otorg6 dos tercios

de los escanos al partido mayoritario, siempre que obtuviese mas del 25

por 100 de los votos, distribuyendose el otro tercio de los escanos propor-

cionalmente entre los otros partidos. En las elecciones siguientes del 6 de

abril de 1924, con presi6n fascista sobre el electorado, la lista «nacional» (el

Partido Fascista y el Partido Nacionalista) obtuvo el64,9 por 100 de los vo-

tos y consigui6 asi 374 escafios, De todos modos, no logr6 una mayoria en

las regiones del Piamonte, la Liguria, Lombardta y Venecia. A partir de en-

tonces Mussolini dispuso de un Parlamento d6cil y de una apariencia de

legitimidad, pero su regimen dificilmente podria considerarse «normal».

Este periodo de seminormalidad toc6 a su fin por un terrible inciden-

te de squadrismo renovado, el asesinato de Giacomo Matteotti, el elocuentesecretario del ala reformista del Partido Socialista Italiano. El 30 de mayo

de 1924, Matteotti dio a la camara pruebas detalladas de ilegalidad y co-

rrupci6n fascistas en las recientes elecciones parIamentarias. Diez dias des-

pues de esto, el dirigente socialista fue secuestrado en una calle de Roma e

introducido en un coche que esperaba. Su cadaver se encontr6 varias se-

manas despues, Cuando testigos oculares permitieron identificar el coche,

. se hizo evidente que los autores del asesinato habian sido Intimos colabo-

I

radores personales de Mussolini. Sigue sin saberse con seguridad si fue

personalmente Mussolini quien dio la orden, 0 si sus subordinados actua-

ron por su cuenta. En cualquier caso, estaba clara la responsabilidad final

de Mussolini. El asesinato estremeci6 ala mayoria de los italianos, y con-

servadores import antes que habian apoyado a Mussolini pidieron un nue-

vo Gobierno intachable."

130



LA LLEGADA AL PODER

EI escandalo por el asesinato de Matteotti brind6 al rey y al orden esta-

blecido conservador su mejor oportunidad para deponer a Mussolini del

cargo. Contaban una vez mas con varias posibilidades. Pero decidieron no

llevar sus dudas sobre Mussolini hasta el extreme de dar pasos concretospara deponerle, temiendo que eso volveria a dar paso al caos 0 a un Go-

bierno de izquicrdas.

Tras varios meses de incertidumbre, en que los aliados conservadores

de Mussolini vacilaban y la oposicion se retiraba, en un boicot de la activi-

dad parlamentaria que se volverla contra ellos," los ra s presionaron a Mus-

solini. El 31 de diciembre de 1924, decepcionados por la aparente falta d~~

decision de su caudillo, treinta y tres c6nsules de la Milicia Fascista (en laque Mussolini habia convertido a los escuadristas en un in ten to de contro-

larlos) Ie presentaron en su despacho un ultimatum: si el Duce no aplasta-

ba a la oposici6n, actuarian sin el.

Mussolini, consciente de las vacilaciones de sus adversarios y temeroso

de una rebeli6n de los ras, decidi6 jugarse el todo por el todo. En un agre-

sivo discurso que pronuncio el j de enero de 1925 acepto «la plena respon-

sabilidad politica, moral e hist6rica por todo 10 que ha pasado» y prometi6

una actuaci6n firme. Unidades movilizadas de la Milicia habian empezado

ya a cerrar peri6dicos y organizaciones de la oposicion y a detener a sus

miembros. A 10 largo de los dos afios siguientes, el Parlamento dominad0

1

or los fascistas, espoleado por varios atentados contra la vida de Mussoli-

ni, aprobo una serie de Leyes para la Defensa del Estado que reforzaron el

poder de la adrninistracion, sustituyeron a alcaldes elegidos por funciona-

rios nombrados ipodesta), sometieron a censura a la prensa y a la radio,

reinstauraron la pena de muerte, otorgaron a los sindicatos fascistas un '(monopolio de la representacion obrera y disolvieron todos los partidos

salvo el PNF. A principios de 1927 Italia se habia convertido en una dicta-

dura de partido unico, Los conservadores aceptaron en general el golpe

desde dentro dado por Mussolini porque las opciones alternativas pare-

dan ser seguir con la situacion de punto muerto 0 admitir a la izquierda en

el Gobierno.

COMPARACIONES Y ALTERNATIVAS

En esta tercera etapa la comparaci6n tiene mucha mas utilidad que en la Vi

segunda. Numerosos movimientos fascistas de primera etapa, al hallar

poco espacio para crecer, se mantuvieron demasiado debiles para que pu-

131



132


diesen resultar interesantes a c6mplices y aliados. Unos po cos arraigaron,

pero no consiguieron asentar su influencia ni las amistades entre la elite

necesarias para poder competir con exito por el poder. 5610 un puiiado de

ellos llegaron realmente al poder. Entre los que 10hicieron, algunos se con-

virtieron en socios subalternos dentro de regimenes autoritarios que aca-baron amordazandolos 0 destruyendolos, Hasta entonces s610 en Alema-

nia y en Italia se habian hecho del todo con las riendas los fascistas.

- : . 1 . ) ~ condici6n de socios subalternos dentro de regimenes autoritarios

7 " re~to desastrosa para los movimientos fascistas. Ocupar un puesto subal-

terno no se compagina con las extravagantes pretensiones fascistas de

transformar a la naci6n y redirigir la historia. Los socios autoritarios, por

su parte, no veian con buenos ojos la violencia impaciente de los fascistas

y su menosprecio de los intereses establecidos, pues solia tratarse en estos

casos de movimientos fascistas que conservaban gran parte del radicalis-

mo social de la primera etapa del movimiento.

Ya hem os comentado la sangrienta represi6n de un socio subalterno

fascista por un dictador autoritario, la liquidaci6n de la Legion del Arcan-

i gel Migu31 por el dictador y mariscal rumano Antonescu en enero de

i 1941.48 <\omo veremos en el capitulo 5, los dictadores ibericos Franco y Sa-

) ) lazar redujeron a la_impotencia a los partidos fascistas, aunque de una for-I rna menos sangrien§l El dictador brasileiio Vargas toler6 un movimiento

fascista y luego 10 aplast6.~s regimenes conservadores bien asentados,

~ sean del tipo que sean, han demost{~do en general ser terreno des favorable

I para que el fascismo consiga el poder)O bien reprimieron los que conside-

raron que fomentaban desorden.o.bien se apropiaron ellos de los tern as y

de los seguidores del fascismo.Al.os conservadores, cuando podian gober-

nar solos, 10hadav-.l.J Otra via fascista hacia el poder era viajar en el vag6n del equipaje de un

Vejercito fascista victorioso. Pero esto sucedi6 mucho menos a menudo de

10 que se podria esperar. Los tres desafortunados ejercitos de Mussolini le

dieron pocas oportunidades de imponer regimenes titere en el exterior.

CHitler disfrut6 de muchas posibilidades de este genero, pero no solia con-

1

fiar demasiado en los fascistas extranje~(EI nazismo como receta para la

unidad y el dinamismo de la nacion era 10 Ultimo que el deseaba para un

. pais que habia conquistado y ocupad91Era el pacto privado del Yolk ale-

man con la historia, y Hitler no tenia ninguna intenci6n de exportarlo."

Hitler fue tambien, durante gran parte del tiempo, y en contra de la leyen-

tda popular, un gobernante pragmatico con un agudo sentido practice. Los

partidos fascistas locales le sedan mucho menos utiles para mantener a



LA LLEGADA AL PODER

raya a los pueblos conquistados que las elites conservadoras adicionales loj

cales. ~_

Vidkun Quisling, el caudillo fascista noruego cuyo nombre aport6 al

ingles precisamente f a palabra que design a a un Gobierno titere, tuvo en rea-

lidad poca autoridad en la Noruega ocupada. Aunque su partido, el Nasjo-

nal Samlingl(N~'apenas h~bia sobrepasado el z por 100 del voto popular

en la decada d e 1930, aEro~ch_6la oportunidad dela inv(isi6n alemana del ,;_

9 de abril de 1940 y de la retirada del reyy elParlamento de oslo-iirap'~o: __. T

damar que su partido se hacia cargo del poder. Aunque el ideologo nazi

Alfred Rosenberg le apoyo, funcionarios alemanes mas responsables sa-

bian que no inspiraba mas que asco en Noruega, y al cabo de s610 seis dias

Hitler accedio a dejarle a un lado.

Gobern6 Noruega como Reichskommissar el funcionario nazi Joseph

Terboven, asistid<>r4espues de septiembre de 1940, por un consejo de Esta-

do en el que elNS)tenia diez de los trece puestos, sin contar a Quisling.

Terboven permitio a este seguir trabajando con el NS (unico partido auto-

rizado) y ell de febrero de 1942 le concedi6 el titulo de «ministro-presi-

dente», Pero ni siquiera entonces disfrut6 Q~e una minima auto-

rid~der~.p_diente, y Hitler no atendi6 a)us dese~idamente ex-

presados de que Noruega tuviese un papel mas independiente en la Euro-pa nazi. El Gobierno fantasma de Quisling se enfrent6 a una creciente re-

sistencia pasiva y activa.

' : - G Holanda Iocupada, cuya reina Guillermina habia formado un Go- ~

bierno en el exilio en Londres, estaba gob ern ada por una administraci6n

civil encabezada por el abogado njlzi-aust~co Arthur Seyss-Inquart, con

el dirigente fascista holandes Anton Mussert desernpenando un papel muy

menor.rEl movimiento fascist~_an~lfaD1a sido casi invisible antes de la -guerra. Su caudillo, Fritz Clausen; no jug6 papel alguno despues de 1940.

El rey Christian X perrnanecio en su puesto como un simbolo de la conti-

nuidad nacional mientras su ministro Scavenius suministraba los produc-

tos agricolas que Alemania necesitaba e incluso firm6 el Pacto Anti-Co-

mintern.

~ancia fue la conquista mas valiosa del Ejercito aleman, y puesto que

la neutrali<Iad frances a y los productos y los recursos human os de Francia

eran valores indispensables para la maquinaria belica del Reich, Hitler no

estaba dispuesto a ponerlos en peligro dando poder en Francia a uno de los

jefezuelos fascistas enfrentados entre si, de los que hablamos en el capitulo

anterior. El Fuhrer tuvo la buena suerte de que la derrota de mayo-junio de

1940 desacredit6 tanto a la Tercera Republica Francesa que la Asamblea

133




Nacional gala otorg6 plenos poderes, el io de julio de 1940, a un heroe de

la Primera Guerra Mundial de ochenta y cuatro alios, el mariscal Philippe

Petain, que se habia destacado en junio como el principal partida rio de aban-

Idonar la lucha~in estableci6 unacapital provisional en Vichy, en el sur no

I ,ocupado, y gobern6 mediante un regimen personal autoritario apoyado por

(sservicios publicostradicionalesdel Estado fr~s; elo;den estahle~ili<>

econ6mico y social.Ios militares.yla Iglesia Cat6lig,)Se esforz6 mucho por

cooperar con lasi'ut'oridades de ocupacion nazis de la mitad norte de Fran-

cia con la esperanza de hallar un lugar adecuado en la nueva Europa bajo do-

minio aleman, que estaba convencido de que seria algo permanente.

Hitler mantuvo a cierto mimero de fascistas franceses a su servicio en

la n6mina nazi en Paris, por si necesitaba presionar a Petain con un rival.

f 'Pero 5610en los ultimos dias de la guerra.cuando la marea habia cambia-I '_ ....--.,----

i do de sentido y los notables conservadores que habian apoyado al princi-

LIpio Vichy em.pezaban a aba,.nd.,ona.rla, co..nsiguieron pues.t,os,en el Gob,iernocolaboracionista algunos fascistas de preguerra, como Marcel DeaU2~-

"Erpapdprincipal que Hitler asignoa los fascistas de los paises ocupa-

dos fue el de reclutar a voluntarios locales para que fuesen a congelarse y

rnorir en el frente ruso. Tanto el belgarL~on Degrell9J como el fascista fran-ces,Iacques Dorioj4 prestaron a Hitler ese servicio.

Hitler tam poco tenia interes en promover movimientos fascistas den-

tro de pafses satelite. Mantuvo cordiales relaciones personales con el ma-

riscal Antonescu, que habia aplastado el fascismo rumano;" las treinta di-

visiones rumanas de Antonescu en el frente ruso le ayudaron mucho mas

que los legionarios fanaticos de Horia Sima. Dejo.Bslovaquia, que empezo

a existir como un Estado independiente cuando se dividi6 Checoslovaquiaen mayo de 1939, en manos del Partido Popular Eslovaco del padre Josef

~iso, aunqueera mas autoritario-clerical que.fascista, Habia recibido has-

ta un tercio de los votos eslovacos en el periodo de entreguerras con el pa-

dre Andreas Hlinka, y se mostr6 mas tarde dispuesto a ayudar en la depor-

taci6n de judios.

/ Hitler consider6 tambien que era mas barato y mas facil no ocupar

i"Hungria)y dejarla bajo el mando del almirante Horthy, que habia goberna-

d o el pais segun directrices predorninantemente autoritarias y tradicionales

desde ell de marzo de 1920.~1 Ejercito aleman no entr6 en Hungria hasta el

22 de marzo de 1944, cuando los nazis sospechaban que Horthy estaba ne-

gociando con los ejercitos aliados que se aproximaban. S610 en este mo-

mento extrema y final, cuando las tropas sovieticas entraban en Hungria, el

16 de octubre de 1944, sustituy6 Hitler a Horthy por el jefe del movimiento

134



LA LLEGADA AL PODER

hungaro de La Cruz y la Flecha, Ferenc Szalasi, La Hungrfa fascista fue eff- ~

mera, pues no tard6 en acabar con ella el avance de los ejercitos sovieticos; ~

Los nazispermitieron a fascistas autoctonos tomar el poder en el Esta-

do cliente deC_I"0aciayque era una nueva creaci6n sin elites rectoras ya es- ..£'

tablecidas y se hallaba, de hecho, en la zona de influencia italiana. En mayo

de 1941, cuando el Ejercito aleman invadi6 y dividi6 Yugoslavia, se permi-

ti6 que tomara el poder en el Estado recientemente independiente de

Croacia el terrorista-nacionalista Ustasa y quien habia sido durante mu-

cho tiempo su jefe, Ante Pavelic. Hasta los observadores nazis se quedaron

sobrecogidos con las matanzas descontroladas en las que el Ustasa acab6 - /

con un minimo de500.000

serbios,200.000

croatas,90.000

musulmanes1

bosnios, 60.000 judios, 50.000 montenegrinos y 30.000 eslovenos." Nin-

guno de estos regimenes titere de estados satelite u ocupados pudo sobre-

vivir tras la derrota de sus protectores del Eje. inEspana y Portugal, por el

contrario, los regimenes autoritarios siguiero~ funciona~o despues de

1945, evitando cuidadosamente toda la parafernalia fascist';!

El que Quisling 0 Szalasi fuesen colocados en el poder in extremis de-I

pendi6 relativamente poco del apoyo indigena, y fue en realidad un indi-

cio de que Hitler habia fracasado en su politica preferida de persuadir a los

dirigentes tradicionales de los paises ocupados de que colaborasen con las

autoridades nazis. Los fascismos de ocupaci6n son ciertamente in teres an-

tes (la derrota y el colaboracionismo hicieron aflorar a todos los perdedo-

res del sistema de gobierno anterior y pusieron al descubierto todas las li-

neas de falla y los antagonismos del regimen politico del pais ocupado),

pero es dudoso que podamos llamarlos fascismos «autenticos», aunqu'e-I

s610 sea porque no tenian libertad para buscar el expansionismo y la gra~deza nacional."

Aprendemos mucho mas sobre el fascismo de otro tipo de fracasos,

como los de los movimientos de la derecha radical francesa, que, aunque se

hiciesen muy notorios, se mantuvieron en una posici6n marginal antes de

1940. Aqui la comparaci6n nos permite ver diferencias reales en el caracter

del marco de posibles alianzas que diferencia a los paises donde el fascismo

triunf6 de los dernas. lQue separaba a Alemania e Italia, donde el fascis~mo torno el poder, de Francia y de Inglaterra, donde los movimientos fas-j\

cistas eran sumamente visibles pero no consiguieron aproximarse siquiera Ial poder? <,

Ya consideramos el caso de Francia len el capitulo 2. Prosperaron alii

movimientos derechistas radicales.algunos de ellos autenticamente fascis-

tas, pero la rnayoria de los conservadores no se sentian 10 suficientemente

135




\ amenazados en la decada de 1930 como para pedirles ayuda, ni arraigaron

con la fuerza suficiente para imponerse como soCiOS.58La Union Britanica

de Fascistas dispuso de un dirigente, sir Oswald Mosley, elocuente, dina-

mico y (algo excepcional) socialmente prominente, que consiguio un im-

portante apoyo en la prensa al principio, pero ofendio a los conservadores

/

' con la violencia callejera contra los judios y acabo hallando poco espacio

disponible, mientras que el Partido Conservador man tenia su c6moda

ma~ria desde 1931 a 1945.

-ec ~n Escandinav~ los partidos socialdemocratas consiguieron incluir

los intereses de las familias campesinas y de la clase media baja en el pro-

grama de su Gobierno de coalicion, privando as! de un importante electo-

rado a los partidos fascistas, que se mantuvieron minuscules."

Un examen comparativo del acceso fascista al poder nos ayuda a iden-

tificar algunas de las interpretaciones del fascismo que parecen men os uti-

les. Las teorias instrumentales, por ejemplo, tienen bastantes fallos. Redu-

cen la historia de la llegada al poder del fascismo a los actos de un solo

grupo de intereses, los capitalistas. Niegan tambien to do respaldo popular

aut6nomo al fascismo, considerando que se trata de una creaci6n artificial.

)

i La comparacion sugiere que el exito fascista en la empresa de llegar al

i poder depende menos de la brillantez de los intelectuales fascistas y lasI cualidades de los dirigentes fascistas que de la pro fundi dad de la crisis y la

desesperaci6n de los aliados potenci~Mientras que,~historia intelec-

tual era indispensable para explicar la perdida de legitimidad del viejo sis-

tema en casos en que el fascismo consiguio primero arraigar, en esta etapa

s6lo nos prestan una ayuda limitada. Es poco 1 0 que nos brinda para expli-

car que tipo de espacio politico se abri6 en las crisis prefascistas de parali-

zaci6n, avance de la izquierda y angustia de los conservadores, y por quefue el fascismo el que lleno el hueco en vez de algo distinto.

1tEn que condiciones se abrio lo suficiente el espaciopolitico disponi-

ble para el crecimiento fascista para que este accediese al poder? En el ca-

~ pitulo anterior analice un poc{_los marcos mas generaleJ En este capitulo,

4 - me centro en condiciones mas especificas de quiebra de la legitimidad de-

'I mocratica y paralisis de los regimenes parlamentarios. Pero tpor que, en

esas circunstancias, no se limitaron los conservadores a aplastar a la iz-

quierda mediante la fuerza armada e instaurar una autocracia, sin dejar es-

pacio alguno para la promesa del fascismo de atraer a sectores de la iz-

quierda ademas de intimidarla?

), Ese fue reaImente el modo de proceder de algunos. Ese es el modo mas

normal, sobre todo fuera de Europa. En Europa, el canciller Engelbert



LA LLEGADA AL PODER

:J2011fuss de Austria instaur6 un regimen autoritario cat6lico y aplast6 la 1 -resistencia socialista bombardeando un barrio obrero de Viena en febrero Ide 1934, mientras mantenia a raya a los nazis austriacos. EI general Fran- _

"'-.'-- /

cisco Franco.aplast6 ala izquierda espanola ya la Republica mediante la

inslirrecci6n' armada y la Guerra Civil, y dej6 poco espacio, despues de to-

mar el poder, para el pequefio partido fascista espafiol, la Falange. Pero esaI

opci6n violenta significa devolver la calle, la clase obrera y la intelectuali-

dad ilustrada a la izquierda, y exige gobernar claramente por la fuerza. Los"

conservadores alemanes e italian os quisieron valerse del poder de los fascis-.' ~--r--

tas sobre la opini6n publica, la calle y los sectores nacionalistas y antisocia{1 (1\ ~i \ t

listas de las clases media y obrera para afianzar su propia jefatura. Parece ".

que creian que era demasiado tarde para desmovilizar politicamente a laciudadania. Habia que ganarla para la causa nacional y antisocialista, ya que

era jlemasiado tarde para reducirla una vez mas al respeto decimon6nico. ;

< El que Hitler y Mussolini llegasen al poder en alianza con elites tradi- I )cion ales poderosas~o fue ninguna simple peculiaridad de la historia ale- (

mana 0 de la italia~Es diffcil de creer que partidos fascistas pudiesen lle-

gar al poder de algun otro modo. Es po sible imaginar otros escenarios para

una llegada fascista al poder, pero no son verosimiles, El escenario de Kor-

nilov (hemos aludido ya a el en el capitulo 2) merece una consideraci6n. EI

general Lavr Georgievich Kornilov, nombrado coman dante en jefe de los

ejercitos rusos en agosto de 1917, consider6 el regimen parlamentario de

Alexander Kerenski ineficaz frente al riesgo de la presi6n revolucionaria,

un marco clasico para una reaccion fascista 0 autoritaria. Kornilov hizo

avanzar a sus tropas sobre la capital, pero las fuerzas bolcheviques las con-

tuvieron antes de que llegasen a Petrogrado. Si el general Kornilov hubiese

tenido exito en su misi6n, el resultado mas probable habria sido una sim-

ple dictadura militar, pues la democracia era aun demasiado nueva en Ru-

sia para proporcionar la movilizaci6n contrarrevolucionaria de masas ca-

racteristica de una reacci6n fascista a una socialdemocracia debil a punto

de verse desbordada por el bolchevismo.

No tenemos por que creer que los movimientos fascistas solo pueden

llegar al poder en una reproduccion exacta del escenario de Mussolini y.

Hitler{Co unico que es necesario para encajar en nuestro modelo es pola-11rizacion, paralizaci6n, movilizaci6n de masas contra enemigos internos y~\

externos y complicidad de las elites existen~En los B~ca~~s, en !~de~-

da de 1990, se produjo algo que se parece mucho al fascisrno en un escena-

rio diferente, un cambio de direcci6n realizado por dirigentes que estaban

ya en el poder. Los dictadores poscomunistas aprendieron a jugar la carta

137



ANATOMiA DEL FASCISMO 11

1

del nacionalismo expansionista como un sustituto del desacreditado co-

munismo::~do el dictador serbio Slobodan Milosevic moviliz6 el pa-

triotismo de su pueblo, primero contra los vecinos de Serbia y luego con-

tra el ataque aereo aliado, con bailes, cantos y lemas, consigui6 arrastrar a

la poblaci6n contra enemigos internos y externos y en favor de un sistema

de gobierno de limpieza etnica de una implacabilidad que Europa no ha-

bia conocido desde 19~

Es concebible ta~, por supuesto, que un partido fascista pueda ser

elegido para ocupar el poder en unas elecciones lib res y cornpetitivas, aun-

que, como vimos al principio de este capitulo, ni siquiera el Partido Na-

zi, que de todos los partidos fascistas fue, con mucho, el que mayor exitoelectoral logro, super6 nunca el 37 por 100 de los votos en unas elecciones

libres. El Partido Fascista Italiano obtuvo muchos menos votos que los na-

zis. La mayoria de los partidos fascist as no consiguieron ningun exito elec-

toral, 0 muy escaso, y por tanto no tuvieron ningun poder negociador en

el juego parlamentario. Lo que podian intentar era desacreditar el sistema

parlamentario haciendo que resultase imposible gobernar con normali-

dad. Pero eso podria resultar contraproducente-Si los fascistas parecian es-

tar mas claramente provocando desorden que bloqueando el avance del

cornunismo, perdian el apoyo de los conservadores, La mayoria de los mo-

vimientos fascistas se vieron as! reducidos a la propaganda y los gestos sim-

bolicos, En eso se quedaron la mayoria de ellos, inmovilizados en una po-

sici6n marginal cuando no se abria ningun espacio.

~~_u_fl_'l:insp~_c_<:i<.'>llas detenida, el exito electoraln~ era,_p_?rsupues-

to, la condici6n previa mas importante para la llegada fascista al poder, La

j: paralizacion 0 el colapso de un Estado liberal existente e r a g1~scruciaCEs" necesario tener en cuenta que tanto en Alemania como en Itali;el Estado

constitucional habia dejado de funcionar normalmente mucho antes _de

_quelos fascistas fuesen colocados en el poder. No fueron los partidos fas-

cistas los que los derrocaron, aunque ayudasen a provocar la paralizaci6n.

~bian dejado de funcionar porque no habian sido capaces de solucionar

< ) los problemas existentes, incluido, por supuesto, el problema de una opo-

', sici6n fascista agresiva El colapso del Estado lib~es hasta cierto punto

t un tema diferenciad~ de la-~scensi6n _del fascismo.ilil fascismo explota la

\" oportunidad, pero no es la unica causa de ella.

En la etapa de la consecuci6n del poder, cuando las elites deciden inte-

grar al fascismo, las funciones del fascismo maduro se hicieron aun mas

claras: en terrninos inmediatos, su papel consisti6 en romper un bloqueo

de la politica nacional mediante una soluci6n que excluia a los socialistas.



LA LLEGADA AL PODER

A largo plazo, consisti6 en reclutar un apoyo de masas para la defensa so-

cial y nacional, para unificar, regenerar y rejuvenecer, «moralizar» y purifi-

car a la naci6n, que se hallaba, en opini6n de muchos, en una condici6n

debil, decadente e impura.

La transformaci6n que describimos enI_a_segtlI1da~tapaLe_n_queJ()s

partidosIaSClSfas--mubi6ari-paraajustarse al espacio disponible, se desarro-

llaria y completaria ahora mas en el paso del nivellocal alambitonacional, iLos fascistas y sus aliados negociaron un terreno en comun, el Herrschaf ts :

kompromiss al que alude Wolfgang Schieder," En est a etapaz como en la'.

etapa del arraigo, las purgas y secesiones dejaron a un lado alos puristasi

del partido del periodo inicial que querian mantener una parte del viejoradicalismo social. -.-J-

Es un e~rcici<imeritoriodelaiJl1aginaci6n_hist6rkare~QrclarJas_otras '

opciones de que disponian los principales aliadosy complices.de.los.fas-,-- - -.- ...,.-

cistas. Podemos hacer de ese modo 10que se considera que deben hacer los

hi;toriadores: reconstruir las opciones del momenta hist6rico con todas

sus incertidumbres.j Que otra cosapodian hacer las elites politicas de Ale- '

mania e Italia? EnYtalla,~na c-~~lici6~-d~1~s

p ~ p ~ T a - r i~~~ial~~t61\~os_ylos

socialistas reformisias habria asegurado una mayo ria parlanientaria. Ha-

bria hecho falta mucha persuasi6n y mucha habilidad, ya que las relaciones

Iglesia-Estado y la educaci6n religiosa les separaban. Sabemos que no se

intent6, y que no se deseaba. En Alemania.un Gobierno parlamentario con

los socialdem6cratas y los partidos centristas era una posibilidad aritmeti-

ca, pero s610 con una jefatura presidencial fuerte era una posibilidad real.

Una alternativa factible en ambos paises podria haber sido un Gobierno de

tecnicos y especialistas no partidistas para afrontar de un modo no parti-

dista la crisis de la autoridad del Gobierno y de las instituciones. Tampoco

esto se intent6 nun ca. Si se tenia que prescindir del Gobierno constitucio-

nal, sabemos hoy que prefeririamos un Gobierno militar autoritario a Hit-

ler. Pero el Eiercito no quiso hacer eso (a diferencia de 10que sucedi6 en E~-

pafia), y decidi6 apoyar la alternativa fascista. El Ejercito italiano no se

opuso al fascismo en Italia porque sus jefes tern ian mas a la izquierda.

Esto ayuda a ver, en cada caso, que las elites politicas eligieron opcionesque podr-fan-no serstfprlmera preferencia.$igmeron,de-eleccwoen elec-

cion, un caminodeopaonesmenguantes.Jligie~on, en _cad a bifurcacion

del camino, la soluci6n antisocialista.

Es mas eficaz ver la toma fascista del poder como un proceso: se for-

man alianzas, se eligen opciones y se eliminan alternativas." Los dirigentes,

que poseian cierta libertad de maniobra, eligieron la opci6n fascista consi-

139




derandola preferible a otras. Ni la llegada de Hitler al poder ni la de Mus-

solini fueron inevitables." Nuestro modelo explicativo debe dejar tambien

un margen para la suerte, buena 0 mala dependiendo del punto de vista.

A Mussolini se Ie podria haber obligado a dar marcha atras en octubre de

19220 se Ie podria haber depuesto en junio de 1924 si el rey, los dirigentes

politicos del orden establecido y el Ejercito hubiesen emprendido resuelta-

mente acciones en ese sentido dentro del ambito de su competencia legal.

La suerte de Mussolini fue que el rey prefiri6 elegir en su favor. Tambien

Hitler tuvo algunas oportunidades afortunadas. Se benefici6 de la rivali-

dad de Von Papen y de Schleicher por el cargo, y de que los conservadores

alemanes no quisieran aceptar como conciudadanos a los socialistas refor-

mistas. Fue Von Papen el que tom6la decisi6n de nombrar canciller a Hit-ler, como el mejor medio de formar una mayoria que excluyese tanto a su~--~rival Schleicher como a la izquierda moderada, Las crisis del sistema poli-

tico y econ6mico crearon un espacio asequible al fascismo, pero fueron las

elecciones desdichadas de unos cuantos dirigentes poderosos del orden es-

tablecido las que situaron realmente a los fascistas dentro de ese espacio.

140

61687930 10 paxton anatomia del fascismo cap 3

Documents