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SORTU.info2014ko junio

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el derecho a decidir al centro del escenario político

EDITORIAL 2-3 · NUEVA ESTRATEGIA POLÍTICA 4-5 · DERECHO A DECIDIR 6-7 · AMNISTÍA 8

Gordailu legala:SS-1471-2012 SORTU

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Las elecciones europeas no han pasado tan desa-percibidas como alguien pudiera haber pensado. Los resultados y los movimientos que se están pro-duciendo a consecuencia de los mismos han abierto una situación nueva en el mapa político del Estado español.

En primer lugar, si antes de las elecciones el mode-lo de estado ya estaba inmerso en una grave crisis, su situación se ha agravado aún más ya que los re-sultados electorales han puesto en evidencia que el modelo de la transición está acabado. A estas altu-ras es difícil saber con total seguridad qué es lo que vendrá ahora, pero no cabe ninguna duda de que la abdicación del Borbón y la crisis del marco de la re-forma basada en el bipartidismo tienen una relación evidente con los resultados electorales.

Los resultados electorales han puesto de manifiesto con más nitidez que nunca la necesidad de buscar una salida a la triple crisis que padece el Estado (mo-delo de estado/crisis económico-social/corrupción y pérdida de credibilidad del sistema), y con la inten-ción de servir a ese objetivo se ha puesto en marcha una operación que tiene como elemento visible más

llamativo el cambio de Borbón. Esa reforma de la re-forma que plantea este movimiento de Estado busca mantener las bases de la original: el pacto entre el PSOE y el PP para garantizar los pilares del régimen y asegurarse mayorías parlamentarias. No habrá ninguna segunda transición basada en el respeto del derecho a decidir de los pueblos; el modelo de Estado no va a cambiar, como no sea en términos regresivos. Hay que subrayar que la operación se plantea en los mismos o muy similares términos que en el 77, y que se cuenta con recibir la ayuda de CiU y del PNV des-de Catalunya y Euskal Herria respectivamente, aun-que eso pueda parecer contradictorio especialmente en el caso de CiU. El mensaje político de los jeltzales y convergentes está pensado mirando a Madrid; mientras el uno pide no-sabemos-qué-nuevo-pacto-con-la-corona, el otro reclama estérilmente en lo relativo al derecho a decidir una bilateralidad que nunca llegará. En definitiva, se muestran dispuestos a repetir los mismos errores que cometieron hace 40 años, como si la experiencia política de estas cuatro décadas no les hubiera servido para aprender nada.

Y todo eso pretenden hacerlo envuelto en el celofán de la abdicación del viejo Borbón, cuya imagen ha

el poso de las elecciones europeas

editorial

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editorial

sufrido un desgaste enorme ante la opinión pública española, y la proclamación del nuevo monarca.

Todo esto nos exige acelerar el proceso aquí, en Euskal Herria. En ese contexto, la solidez que demostró EH Bildu en las elecciones de mayo tiene una importancia enorme por tres razones fundamentales: en adelante podrremos hacer labor política en la eurocámara; nos hemos situado como primera fuerza política del con-junto de los cuatro territorios; y hemos consolidado nuestras posiciones territorio por territorio, logrando la mayoría en Gipuzkoa y Araba y llegando a un sig-nificativo segundo puesto en Bizkaia y Nafarroa. Es especialmente reseñable lo conseguido en Nafarroa ya que la coalición ha logrado fortalecer su posición, consolidando así el liderazgo que deberá tener en la disputa para materializar el cambio político en mayo del año próximo.

Todas estas circunstancias crean mejores condiciones en el proceso para hacer que EH Bildu evolucione en la filosofía del frente amplio. Acumulando nuevas fuer-zas, estamos mostrando una tendencia ascendente en el camino para incrementar nuestra eficacia política, y eso es de muchísima importancia, ya que así se si-túa en el centro de los objetivos de la nueva estrategia política de la que se dotó la Izquierda Abertzale como consecuencia del debate Zutik Euskal Herria.

Todo esto nos exige acelerar el proceso aquí, en Euskal Herria. En ese contexto, la solidez que demostró EH Bildu en

las elecciones de mayo tiene una importancia

enorme

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nueVa estrateGia política

La estrategia política adoptada por la Izquierda Abertzale cumplirá cinco años el próximo mes de octubre. Los contenidos que se hicieron públicos en aquella comparecencia de Altsasu tienen gran actualidad en el nuevo escenario político y, afortu-nadamente, nos han resultado muy valiosos para avanzar en el proceso de liberación.

En aquel entonces, tras analizar con mirada auto-crítica las iniciativas negociadoras de los últimos veinte años, resolvimos que no hay un Estado dis-puesto a implicarse en una dinámica de resolución del conflicto en clave democrática; que esa afirma-ción atañe a los dos Estados por encima del gestor político de turno, y que, por lo tanto, estamos ha-blando de una carencia democrática de carácter to-talmente estructural.

Todo eso nos llevó a tomar otra decisión: frente a un Estado que reniega de los valores democráticos del diálogo y las soluciones consensuadas, el reto de la Izquierda Abertzale era dotarse de una estrategia política eficaz para fortalecer y acelerar el proceso de liberación, y para ello era necesario acumular fuerzas desde la izquierda y desde la defensa del derecho a decidir e impulsar nuevas alianzas políti-cas, para situar ante la negación de los Estados los sectores populares más amplios posibles y así con-seguir la hegemonía política a favor de los derechos democráticos de este pueblo por medios exclusíva-mente políticos y democráticos.

Desde entonces hemos insistido repetidamente que la base de esta estrategia es la unilateralidad, y eso, se comparta o no, resulta fundamental para enten-der qué está haciendo la Izquierda Abertzale. En lu-gar de quedarnos a esperar a que esa actitud violen-ta y ciega del Estado algún día cambie, decidimos poner en marcha un nivel de iniciativa política que emana única y exclusivamente de nuestras propias reflexiones. En el contexto de la nueva estrategia, viendo que los esquemas bilaterales utilizados en otras épocas resultan inviables, decidimos voltear el escenario político como consecuencia de nuestra propia iniciativa política, sin poner como condición indispensable la actitud que pudiera adoptar cual-quier otro actor.

Por lo tanto, el concepto de unilateralidad aporta los siguientes contenidos a la iniciativa política de la Iz-quierda Abertzale:

En consecuencia, a la hora de analizar la idoneidad de la nueva iniciativa política, la pregunta que hay que hacerse no es “qué compromiso ha adquirido el otro

eficacia en el proceso de liberación

Es la militancia de la Izquierda Abertzale quien decide cuáles son los contenidos de la iniciativa políti-ca en cada momento.

Esos contenidos se materializan como consecuencia de nuestras propias reflexiones y no se ven condicionados por las posiciones de otros.

Siendo la iniciativa completamente unilateral, es la Izquierda Abertzale quien determina la profundidad de los contenidos y la administración de los tiempos.

EZAUGARRIAK

Lo que busca la unilateralidad es que

como consecuencia de cada nuevo paso que damos consigamos situar tras nuestras

posiciones mayorías populares más amplias

y así hacer que, por medio de un desgaste paulatino, la posición

del enemigo se convierta en insostenible e

inviable

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nueVa estrateGia política

si nosotros hacemos esto”; lo que hay que preguntar-se es si la nueva iniciativa hace que la posición política de la Izquierda Abertzale avance con respecto a la del resto de agentes políticos, si como consecuencia de nuestra iniciativa política hacemos que el resto deba resituarse en los parámetros que en clave de proyec-to y de proceso de paz nos interesan. En definitiva, lo que busca la unilateralidad es que como consecuen-cia de cada nuevo paso que damos consigamos situar tras nuestras posiciones mayorías populares más amplias y así hacer que por medio de un desgaste paulatino la posición del enemigo se convierta en in-sostenible e inviable.

Teniendo en cuenta esos objetivos, es objetivo afir-mar sin la más mínima duda que la nueva estrategia está dando frutos, que ha contribuido enormemente a darle la vuelta a la situación política de estos cua-tro últimos años, y que, en definitiva, el nuevo tiempo político se debe en gran medida a la nueva estrategia política de la Izquierda Abertzale. El acuerdo estraté-gico con EA Lortu arte (2010/Jul.), el Acuerdo de Ger-nika (2010/Sep.), la constitución de la coalición Bildu (2011/Abr.), el documento Viento de Solución (2012/Feb.), o las mismas decisiones del EPPK (2013/Dic.) son iniciativas que nacen de, y a la vez conforman en la práctica, la nueva estrategia de la Izquierda Aber-tzale.

Mirando hacia delante, se podría decir que todavía es largo el camino que tenemos que recorrer para conseguir la normalización política y social de este pueblo; echando la mirada atrás en cambio, es inne-gable que en los cuatro últimos años hemos avanza-do mucho, y para cerciorarse de ello no hay más que

comparar en qué situación se encontraba la Izquier-da Abertzale entonces y en qué situación está ahora, y ver cómo se le han reducido al enemigo las posibili-dades de imponer en Euskal Herria la marca España.

En el debate Zutik Euskal Herria decidimos que la acumulación de fuerzas era necesaria para conse-guir la normalización política y social, y creamos la coalición EH Bildu como instrumento para ello. Desde entonces, su trayectoria ha sido tan fructífera como ilusionante. Hay que tener en cuenta que el fu-turo nos plantea grandes exigencias y tenemos que empezar a pensar cómo dar el salto desde una for-mulación de coalición meramente electoral al frente amplio políticamente sólido. Los retos que debere-mos afrontar en breve así nos lo exigen: este pueblo necesita un agente político plural, amplio y firme para alcanzar la paz así como la independencia y la justicia social.

El futuro nos plantea grandes exigencias y

tenemos que empezar a pensar cómo dar el salto desde una formulación

de coalición meramente electoral al frente

amplio políticamente sólido

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En el discurso político hacemos referencia cons-tantemente a la resolución “integral” del conflicto político. Así se quiere subrayar que, más allá de solucionar las consecuencias del conflicto (presos / víctimas / desarme-desmilitarización), también hay que buscar la resolución del conflicto político. Algunos pretenden equiparar la decisión tomada por ETA en octubre de 2011 con la llegada de la paz, ocultando deliberadamente que con esa de-cisión la única violencia que ha desaparecido es la de ETA, pero no la que utilizan los Estados contra este pueblo (política penitenciaria, detenciones, juicios políticos, recortes de libertades, negación de Euskal Herria…). En resumen, existe un conflicto político antes, durante y después de la propia exis-tencia de ETA, conflicto que tiene su origen en la estrategia violenta utilizada por España y Francia para negar la palabra y la decisión a la ciudadanía vasca.

Por esa razón, ha llegado el momento de situar el derecho a decidir en el centro del escenario políti-co junto a la necesidad de resolver las consecuen-cias del conflicto; difícilmente puede entenderse una actuación eficaz a favor de la resolución por parte de la Izquierda Abertzale si no es desde una perspectiva global o integral.

Nos enfrentamos al reto de integrar en este reco-rrido a compañeros de viaje con puntos de vista di-ferentes. Dado que el derecho a decidir es un dere-cho y no un proyecto político, el trabajo a favor del mismo puede convertirse en punto de encuentro de diferentes culturas políticas. No obstante, de-terminadas fuerzas políticas ven como un riesgo la dinámica a favor del derecho a decidir; algunas (PNV) porque consideran que su hegemonía elec-toral peligraría si se ejercitase ese derecho, otras (PSE/N) porque perderían los privilegios políticos que les garantiza el marco político-legal español.

La defensa del derecho a decidir exige grandes do-sis de pedagogía, porque para alcanzarlo en esta fase es fundamental que quienes no son indepen-dentistas hagan suyo ese derecho y lo consideren como la base que iguala a todos los ciudadanos y ciudadanas vascas a la hora de decidir el futuro de nuestro pueblo.

Trasladar el derecho a decidir de la lista de grandes objetivos a la práctica política diaria supone un nue-vo reto para la Izquierda Abertzale. Si el propósito es integrar visiones diferentes para conformar una gran masa social en favor del derecho a decidir, só-lida, plural y que represente a la mayoría, está claro que eso exigirá actualizar y concretar adecuada-mente las posiciones en torno al ejercicio del men-cionado derecho. Dicho de otra manera, es preciso concretar quién es el sujeto de ese derecho, cómo se puede llevar a la práctica y cuáles son las condi-ciones democráticas para ello, así como los apoyos institucionales y los tempus políticos para llevar todo ese proceso adelante.

Desde la Izquierda abertzale tendremos que abor-dar ese debate sin prevención alguna, siempre con el objetivo de dotarnos de una estrategia y una oferta política eficaz dentro del proceso de libera-

el derecho a decidir al centro del escenario político

Nos enfrentamos al reto de integrar en este recorrido a compañeros de viaje con puntos de vista diferentes. Dado

que el derecho a decidir es un derecho y no

un proyecto político, el trabajo a favor del mismo puede y debe

convertirse en punto de encuentro de diferentes

culturas políticas

derecho a decidir

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ción nacional. Tiene especial importancia tener en cuenta las realidades de los diferentes territorios del país; y es particularmente relevante la consi-deración como marcos de decisión de Nafarroa así como del resto de herrialdes y que de esa manera la ciudadanía de los cuatro territorios pueda decidir el nivel de relación que desea mantener, para que to-dos los ciudadanos se vean amparados y respetados en el marco de ese derecho que queremos ejercitar, y teniendo meridianamente claro que la ciudadanía

de los diferentes herrialdes deberá decidir qué mo-delo de relación quiere tener con el resto de territo-rios vascos. El haber conseguido situarnos en una posición política fuerte y sólida nos permite actuar con flexibilidad, teniendo siempre en mente que el derecho a decidir tiene como sujeto a la totalidad de la ciudadanía vasca, sin ninguna excepción. En base a ello, habrá que buscar fórmulas compartidas para que la culminación de un proceso acordado incluya esa base fundamental.

Exitosa cadena humana de Gure Esku Dago

La iniciativa Gure Esku Dago nació como aportación de la sociedad civil vasca y tras impulsar durante todo un año una dinámica pueblo a pueblo, el 8 de junio pasado llevó a cabo una movilización multitudinaria.

Como suele ocurrir en otras ocasiones, el propio camino recorrido a lo largo de este año ha sido tan importante como la propia movilización en sí, ya que ha servido para aglutinar en los pueblos y barrios a personas de diferentes culturas políticas y sectores populares en torno a una tarea común y para integrar de una manera aún más eficaz en amplios sectores de la sociedad la necesidad de ejercer el derecho a decidir.

SORTU valora positivamente la labor de GED; ha sido capaz desde el principio de poner en marcha una dinámica muy potente en función de las aspiraciones y necesidades de la ciudadanía desde una visión plural, y ha sido capaz de organizar pueblo a pueblo marcos para reivindicar el derecho a decidir, culminando todo ello con la multitudinaria movilización del 8 de junio, tan esperanzadora como exitosa.

Desde nuestra propia perspectiva es necesario añadir que la reivindicación del derecho a decidir se complementa a la perfección con la visión que tiene la Izquierda Abertzale sobre la resolución integral del conflicto político. Por ahora, GED no ha

entrado en las concreciones que requeriría el ejercicio del derecho a decidir, pero, desde nuestro punto de vista, el hecho de que a la hora de materializar sus iniciativas haya tenido en cuenta al conjunto de la ciudadanía vasca es un buen comienzo.

Junto con la valoración positiva de la iniciativa del 8 de junio, hemos sabido que GED se marcará como objetivo organizar un movimiento social amplio a favor del derecho a decidir. La Izquierda Abertzale opina que el protagonismo le tiene que corresponder a la ciudadanía vasca y, por lo tanto, haremos un llamamiento a nuestra base social para que siga participando e implicándose en las dinámicas locales.

derecho a decidir

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La amnistía es un concepto de significado político que la lucha de liberación vasca lleva en sus genes desde el surgimiento de la Izquierda Abertzale hasta nuestros días. Es un planteamiento que además de la salida de los presos busca la superación de las razo-nes del conflicto.

La reivindicación de amnistía siempre ha ido unida a un esquema negociador, tanto en la época de la transición como en períodos posteriores. Con Zutik Euskal Herria, y dada la actitud de bloqueo del Es-tado, la Izquierda Abertzale tomó la decisión de no permanecer a la espera de una eventual resolución pactada, y avanzar por medio de iniciativas unilate-rales. Así, las bases de la línea política recogida tanto en Zutik Euskal Herria como en el documento Euskal Herria Bidean son la unilateralidad, la confrontación democrática, la activación popular y la acumulación de fuerzas.

El concepto de amnistía se inserta en la línea política Zutik Euskal Herria – Euskal Herria Bidean y aparece unido a su materialización práctica y unilateral. Para solucionar las consecuencias del conflicto es preciso activar a toda la sociedad vasca (activación popular) con el objetivo de terminar con la política de excep-ción contra los presos políticos vascos, la política de dispersión. Mediante posiciones adecuadamente planteadas y alcanzando una amplia legitimación democrática, tenemos que llevar toda esa acumula-ción de fuerzas a una confrontación democrática con la posición de los estados. La Izquierda Abertzale por lo tanto incluye en su nueva estrategia actual los dos grandes contenidos que históricamente ha dado al concepto de amnistía: por una parte, la excarcelación

de todos los presos; por otra, el ejercicio democrático del derecho a decidir de la ciudadanía vasca. Ambos contenidos son ingredientes indispensables de la re-solución integral del conflicto.

Por lo tanto, no es de recibo utilizar el concepto de amnistía para oponerse a la línea política adoptada por la Izquierda Abertzale tras la resolución Zutik Euskal Herria, y mucho menos lo es utilizar el nom-bre del EPPK para ocultar las reflexiones que ha realizado y las decisiones que ha adoptado el propio EPPK y enfrentarse a las mismas.

Para la Izquierda Abertzale es absolutamente prio-ritario impulsar en todos los ámbitos una dinámica amplia a favor de los derechos de los Presos Políti-cos Vascos y en contra de la política de dispersión. El Estado está demostrando sin medias tintas que tie-ne un interés especial en sacar de las calles la lucha por los presos y endosársela al debe de la Izquierda Abertzale. En ese sentido, tenemos que hacer una lectura concluyente de la persecución contra la so-lidaridad con los presos: el Estado es muy conscien-te de la capacidad movilizadora que puede tener un movimiento amplio por los derechos de los presos (tiene muy presente las históricas movilizaciones de la década de los 70, y la que en los últimos años se viene organizando en enero apunta en esa dirección). Es responsabilidad de toda la Izquierda Abertzale participar en esa dinámica amplia, cuidando siempre su carácter plural y diverso para así facilitar la impli-cación del mayor número de gente posible, difun-diendo en nuestro entorno la necesidad de un trabajo organizado a favor de los presos y garantizando un ambiente propicio y adecuado para ello.

en la tradición de la izquierda abertzale: la práctica política de la amnistía como objetiVo

amnistía