200 BIENESTAR ANIMAL

Teresa VillalbaCuerpo Nacional Veterinario

El interés por el bienestar animal no es algo nuevo. Todos los asuntos tratados en la actual PolíticaAgraria Común ya estaban presentes hace casi veinte años. La novedad radica en que ahora es laopinión pública la que lo demanda. No obstante, cuando esa opinión pública torna en consumidor,sigue sin conocer ni querer pagar por el valor intrínseco del modelo de producción europeo.

L

a lectura de los primerosnúmeros publicados deMundo Ganadero del año1990 nos enseña que todoslos asuntos considerados

"novedosos" de la actual Política Agra-ria Común (PAC) ya estaban presenteshace diecisiete años; lo único que havariado es su importancia relativa en elcontexto general.

Así, en el número 2 de MundoGanadero apareció un artículo sobrebienestar animal ("La crianza intensi-va de ponedoras"), de forma que laidea de que el interés por el bienestar

animal es algo nuevo no es totalmentecorrecta.

España firmó el Convenio del Consejode Europa (CoE) de protección de losanimales en explotaciones ganaderas en1988. Progresivamente se han imple-mentado normas comunitarias específi-cas sobre bienestar en producción de ter-neros, gallinas ponedoras, y cerdos, asícomo una normativa general afecta atodas las explotaciones ganaderas. Esto,sin entrar en las normas sobre protec-ción de los animales durante su transpor-te y en el momento de su sacrificio, ante-riores en varios casos a los ya citados.

Si bien el foro de debate durantemuchos arios estuvo en el Consejo deEuropa, en los últimos años esta institu-ción ha pasado el testigo a la UniónEuropea (UE), donde ahora se produceel grueso de la normativa, habiéndoseincrementando espectacularmente enlos últimos años, en el marco internacio-nal, la actividad en la OrganizaciónMundial de Sanidad Animal (01E) enesta materia.

Pero el auténtico cambio se ha produ-cido no el ámbito legislativo, sino en elinterés de la opinión pública sobre esteasunto, hecho que queda reflejado en

Mundo Ganadero Julio/Agosto'07

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los resultados de las encuestas, financiadas por la ComisiónEuropea (Eurobarómetros), que se están realizando exclusiva-mente sobre este asunto, hecho impensable hasta hace pocotiempo. Además, las que se realizan sobre la visión de los ciuda-danos sobre la PAC hacen también referencia al bienestar animalcomo objetivo fundamental de la misma, junto con el medioambiente y la seguridad alimentaria.

Puede constatarse que las prioridades de los ciudadanos hanvariado en materia de política agrícola. Así, cuando se preguntapor las que deben ser prioridades de la PAC, el proteger a los ani-males en las granjas ha pasado del décimo al quinto puesto endos años. Significativamente, la protección del medio ambiente yla seguridad alimentaria también han escalado puestos. Paraexplicar esta evolución hay que recordar toda una serie de acon-tecimientos que han ocurrido en los últimos años y que, de formadirecta o indirecta, han influido en esta tendencia social deaumento de la preocupación sobre cómo se están criando los ani-males de los cuales se obtienen los alimentos.

En primer lugar, los problemas de sanidad animal, incluso enlos casos en que no tienen repercusión sobre la salud humana,han vuelto la mirada hacia el campo de unos consumidores urba-nos, cada vez más alejados del mundo rural, con ideas poco cla-ras sobre lo que es normal y lo que no lo es, en materia de pro-ducción animal y, en ocasiones, con una visión antropomórficasobre los animales.

El auténtico cambio en lo tocanteal bienestar animal se haproducido no en el ámbitolegislativo, sino en el interésde la opinión pública

Por otra parte, hay un aumento evidente de la preocupaciónsocial por el medio ambiente, en todos los ámbitos. Socialmentese claman por una vuelta a "lo natural", y en la mente de muchosciudadanos, esto incluye una extensificación de las produccio-nes ganaderas, pues una forma de cría extensiva es lo que el ciu-dadano medio identifica como equivalente a bienestar animal.Pero esta visión, a menudo simplista de la producción ganadera,choca con una creciente complejidad de la situación real.

Por una parte, el bienestar animal forma parte, cada vez más,de las políticas horizontales: no hay más que revisar el nuevoperíodo 2007-2013 de política de desarrollo rural, o la normati-va de regímenes de ayudas directas de la PAC. Por otra, los pro-ductos ganaderos comunitarios tienen que competir en el mer-cado (comunitario e internacional) no sólo entre sí, sino con losque llegan de países donde la producción ganadera no sólo notiene que cumplir con ciertas normas, sino que el coste de lamano de obra y el precio de la tierra, por sí solas, hacen imposi-ble que ciertos productos comunitario sean competitivos porprecio en el mercado internacional. Por ello, muchos producto-res han abandonado ya la idea de competir basándose en el pre-cio y se centran en la calidad como elemento diferenciador fun-damental. Algunos esquemas de calidad (como Freedom Food oNeuland) tienen en sus altos estándares de protección animalsus argumentos de venta y han creado sus nichos de mercado.

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Los productores europeos deberían empren-der una estrategia a medio y largo plazo deconcienciación del consumidor, para hacerlellegar el valor intrínseco del modelo europeode producción ganadera

También algunas cadenas de distribu-ción están utilizando este elemento paradiferenciarse de sus competidores.

De forma que, aunque ciertos están-dares de bienestar animal dan réditoseconómicos positivos, el balance finalresulta negativo para los ganaderoscomunitarios, que además pierden pro-gresivamente capacidad de negociaciónante las grandes empresas de distribu-ción que fijan precios de compra y antelos cuales es difícil, en ocasiones, hacervaler la calidad intrínseca que tienenciertos productos por el hecho de habersido producidos en la UE. Sin embargo,esta debilidad, debería ser aprovechadapor el conjunto de los productores euro-peos y ser rentabilizada, como se hahecho en otros ámbitos comerciales.

Es en las grandes superficies (no olvi-dar que en algunos Estados miembro el85% de las ventas de los productosganaderos las realizan sólo cuatro gran-des distribuidoras) donde el ciudadano,que reivindica normas elevadas en todoslos ámbitos susceptibles de incrementarlos costes finales, se transforma en con-sumidor, cuya decisión de compra tiene,todavía, como factor principal de deci-sión el precio del producto.

Sin embargo, no puede pretendersehacer una foto-fija de la situaciónactual y olvidar toda una serie de ele-

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mentos que están en pleno desarrollo yque van a condicionar la influencia delbienestar animal en las produccionesganaderas.

De forma general la política "legislarmejor" supone para muchos legislarmenos, y es probable que en los próxi-mos años veamos una producciónmucho menor de normativa, propor-cionalmente, de la que hemos visto enlos últimos 15 años. Sin duda, la cre-ciente complejidad de toma de decisio-nes en el ámbito de la UE, al haber casidoblado sus miembros, va a tener unainfluencia decisiva en que se recurra amedios más o menos voluntarios parahacer valer la legislación comunitaria, yen ayudar a su implementación. Así, laComisión Europea tiene que presentarantes de año 2010 un informe sobre eletiquetado en relación con el bienestaranimal, según las Conclusiones delConsejo de Ministros de Agricultura yPesca de mayo de 2007. Sin duda, escrucial que el consumidor sepa que elmodelo europeo de producción aportauna calidad intrínseca al producto finaly para ello es necesario que pueda reco-nocer como tales los productos comu-nitarios.

Además, tras un esfuerzo sostenidodurante años de armonizar la normati-va existente, veremos un mayor esfuer-

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zo en armonizar su implementación,porque es patente que existe una granvariabilidad entre los distintos Estadosmiembro en este sentido. No podemospretender formar parte de un club quenos reporta indudables ventajas y olvi-dar que esa pertenencia exige el cum-plimiento de ciertas normas.

Las próximas perspectivas financie-ras de la UE van a suponer, muy pro-bablemente, una disminución del pre-supuesto dedicado a la agricultura,pero también se incrementará el relati-vo a investigación. Y esto deberíaaprovecharse para aumentar la compe-titividad del sector agrario, y para quetodas las propuestas normativas que serealicen lo hagan con una sólida basecientífica.

En el ámbito actual de investigaciónen materia de bienestar animal, hayque prestar mucha atención al proyec-to Welfare Quality, que presentará susresultados finales en el 2009. Dichoproyecto no sólo está abordandoaspectos socio-económicos del bienes-tar animal que antes no habían sidoestudiados antes, sino que va a produ-cir una propuesta de indicadores debienestar animal que eliminará la sub-jetividad que tanto ha sido criticadapor algunos sectores.

En el ámbito de negociaciones inter-nacionales, es fundamental ver cómoculmina la ronda de Doha de la OMC,ya que según se resuelva lo relativo alacceso a mercados, puede producirseun cambio enorme en los flujos demercancías. Y no debemos olvidar aChina, ya que al igual que el mercadode materias primas industriales hacambiado totalmente en los últimos 10años por la demanda de este país, esprevisible que el mismo vuelco se pro-duzca en el comercio de productosganaderos, según incremente su pobla-ción el consumo de proteínas de origenanimal.

El futuro no se presenta fácil, comonunca lo ha sido, para los productoreseuropeos, a no ser que emprendan unaestrategia a medio y largo plazo deconcienciación del consumidor ylogren hacerle llegar el valor intrínsecodel modelo europeo de producciónganadera, y haciéndole comprenderque ésta se desarrolla respetando unosestándares de bienestar animal, demedio ambiente, de higiene y seguri-dad de los trabajadores y de seguridadalimentaria, que dicho consumidordemanda cada vez más. •