20. el que coma de este pan vivirá eternamente

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DOMINGO XX - Tiempo Ordinario El que coma de este Pan vivirá eternamente «Jesús dijo a los judíos: «Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan que yo daré es mi carne para la Vida del mundo». Los judíos discutían entre sí, diciendo: «¿Cómo este hombre puede darnos a comer su carne?». Jesús les respondió: «Les aseguro que si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no tendrán Vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene Vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Porque mi carne es la verdadera comida y mi sangre, la verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él. Así como yo, que he sido enviado por el Padre que tiene Vida, vivo por el Padre, de la misma manera, el que me come vivirá por mí. Este es el pan bajado del cielo; no como el que comieron sus padres y murieron. El que coma de este pan vivirá eternamente». Jesús enseñaba todo esto en la sinagoga de Cafarnaúm» (Jn 6,51-59) En esta parte del discurso el Pan de Vida toma otra dimensión a medida que el lenguaje cambia simplemente de COMER y BEBER hacia CARNE y SANGRE. Un giro temático en el discurso

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Page 1: 20. el que coma de este pan vivirá eternamente

DOMINGO XX - Tiempo Ordinario El que coma de este Pan vivirá eternamente

«Jesús dijo a los judíos: «Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan que yo daré es mi carne para la Vida del mundo». Los judíos discutían entre sí, diciendo: «¿Cómo este hombre puede darnos a comer su carne?». Jesús les respondió: «Les aseguro que si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no tendrán Vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene Vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Porque mi carne es la verdadera comida y mi sangre, la verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él. Así como yo, que he sido enviado por el Padre que tiene Vida, vivo por el Padre, de la misma manera, el que me come vivirá por mí. Este es el pan bajado del cielo; no como el que comieron sus padres y murieron. El que coma de este pan vivirá eternamente». Jesús enseñaba todo esto en la sinagoga de Cafarnaúm» (Jn 6,51-59)

En esta parte del discurso el Pan de Vida toma otra dimensión a medida que el lenguaje cambia simplemente de COMER y BEBER hacia CARNE y SANGRE.

Un giro temático en el discurso

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DOMINGO XX - Tiempo Ordinario El que coma de este Pan vivirá eternamente

«Los judíos discutían entre sí, diciendo: «¿Cómo este hombre puede darnos a comer su carne?». Jesús les respondió: «Les aseguro que si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no tendrán Vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene Vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Porque mi carne es la verdadera comida y mi sangre, la verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él» (Jn 6,52-56)

A esto se presenta otra objeción por parte de los oyentes, que piensan que Jesús les ofrece su carne físicamente, como si se tratara de un acto de canibalismo. Pero Jesús insiste en hablar de su carne y de su sangre.

Porque carne y sangre significan su humanidad concreta. Todo su SER PERSONAL, con su historia particular, lleno de “la gloria que recibe del Padre” (Jn 1,14), y no sólo el mensaje que él predicó, es lo que alimenta al cristiano.

Se trata de un encuentro real y vivificante, que nutre y aumenta la Vida sobrenatural de aquel que ha nacido de lo alto por el agua y el Espíritu.

Porque la Vida es algo propio de Dios, que vivifica a Jesús y lo hace vivificador de todos cuantos se unen a él por la fe. La Vida que Jesús recibe llega al creyente, por medio del sacramento, y permanece en él.

Una comunicación sacramental

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DOMINGO XX - Tiempo Ordinario El que coma de este Pan vivirá eternamente

«Así como yo, que he sido enviado por el Padre que tiene Vida, vivo por el Padre, de la misma manera, el que me come vivirá por mí. Este es el pan bajado del cielo; no como el que comieron sus padres y murieron. El que coma de este pan vivirá eternamente». Jesús enseñaba todo esto en la sinagoga de Cafarnaúm» (Jn 6,57-59)

El libro de los Hechos había hablado de la fracción del pan como un elemento de la COMUNIDAD creyente.

El Evangelio de Juan, de un modo más cristológico, ha establecido los elementos básicos que hacen de la celebración eucarística el alimento de la vida cristiana.

El ministerio de la Palabra nutre al creyente con la revelación divina como el Pan de vida.

La liturgia del sacramento lo alimenta con el Cuerpo y la Sangre de Jesús.

De esa manera la vida que se recibe en el bautismo permanecerá para siempre.

Una Vida que permanece