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Ejercicios de análisis métrico

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Ejercicios de análisis métrico

RIMA IV

de Gustavo Adolfo Bécquer

No digáis que, agotado su tesoro,

de asuntos falta, enmudeció la lira;

podrá no haber poetas; pero siempre

habrá poesía.

Mientras las ondas de la luz al beso

palpiten encendidas,

mientras el sol las desgarradas nubes

de fuego y oro vista,

mientras el aire en su regazo lleve

perfumes y armonías,

mientras haya en el mundo primavera,

¡habrá poesía!

Mientras la ciencia a descubrir no alcance

las fuentes de la vida,

y en el mar o en el cielo haya un abismo

que al cálculo resista,

mientras la humanidad siempre avanzando

no sepa a dó camina,

mientras haya un misterio para el hombre,

¡habrá poesía!

Mientras se sienta que se ríe el alma,

sin que los labios rían;

mientras se llore, sin que el llanto acuda

a nublar la pupila;

mientras el corazón y la cabeza

batallando prosigan,

mientras haya esperanzas y recuerdos,

¡habrá poesía!

Mientras haya unos ojos que reflejen

los ojos que los miran,

mientras responda el labio suspirando

al labio que suspira,

mientras sentirse puedan en un beso

dos almas confundidas,

mientras exista una mujer hermosa,

¡habrá poesía!

¿Cómo se hace el análisis métrico?

• Número de versos analizados.

• Tipo de versos (bisílabos, trisílabos…)

• Versos de arte mayor o menor.

• Rima asonante o consonante.

• Estructura métrica y de la rima.

• Tipo de estrofa.

Ejemplo:

Ven, Muerte tan escondida,

que no te sienta venir,

porque el placer de morir

no me vuelva a dar la vida.

Estrofa de cuatro versos

octosílabos, de arte menor y

rima consonante. La

estructura es 8a, 8b, 8b, 8a.

Se trata de una redondilla.

1. Antonio Machado, Recuerdo infantil

Una tarde parda y fría

de invierno. Los colegiales

estudian. Monotonía

de lluvia tras los cristales.

5 Es la clase. En un cartel

se representa a Caín

fugitivo, y muerto Abel,

junto a una mancha carmín.

Con timbre sonoro y hueco

10 truena el maestro, un anciano

mal vestido, enjuto y seco,

que lleva un libro en la mano.

Y todo un coro infantil

va cantando la lección:

15 «mil veces ciento, cien mil;

mil veces mil, un millón».

Una tarde parda y fría

de invierno. Los colegiales

estudian. Monotonía

20 de lluvia tras los cristales.

Análisis métrico de los ocho

primeros versos.

2. Francisco de Quevedo, Definiendo el amor

Es hielo abrasador, es fuego helado,

es herida, que duele y no se siente,

es un soñado bien, un mal presente,

es un breve descanso muy cansado.

5 Es un descuido, que nos da cuidado,

un cobarde, con nombre de valiente,

un andar solitario entre la gente,

un amar solamente ser amado.

Es una libertad encarcelada,

10 que dura hasta el postrero paroxismo,

enfermedad que crece si es curada.

Éste es el niño Amor, éste es tu abismo:

mirad cuál amistad tendrá con nada,

el que en todo es contrario de sí mismo.

Análisis métrico de todo el

poema.

En el siguiente poema,

análisis métrico de los nueve

primeros versos.

3. Miguel Hernández, Elegía a Ramón Sijé(En Orihuela, su pueblo y el mío, se me ha muerto

como del rayo Ramón Sijé, con quien tanto quería.)

Yo quiero ser llorando el hortelano

de la tierra que ocupas y estercolas,

compañero del alma, tan temprano.

Alimentando lluvias, caracolas

5 y órganos mi dolor sin instrumento,

a las desalentadas amapolas

daré tu corazón por alimento.

Tanto dolor se agrupa en mi costado,

que por doler me duele hasta el aliento.

10 Un manotazo duro, un golpe helado,

un hachazo invisible y homicida,

un empujón brutal te ha derribado.

No hay extensión más grande que mi herida,

lloro mi desventura y sus conjuntos

15 y siento más tu muerte que mi vida.

Ando sobre rastrojos de difuntos,

y sin calor de nadie y sin consuelo

voy de mi corazón a mis asuntos.

Temprano levantó la muerte el vuelo,

20 temprano madrugó la madrugada,

temprano estás rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada,

no perdono a la vida desatenta,

Análisis de los versos 1-9

no perdono a la tierra ni a la nada.

25 En mis manos levanto una tormenta

de piedras, rayos y hachas estridentes

sedienta de catástrofe y hambrienta

Quiero escarbar la tierra con los dientes,

quiero apartar la tierra parte a parte

30 a dentelladas secas y calientes.

Quiero minar la tierra hasta encontrarte

y besarte la noble calavera

y desamordazarte y regresarte

Volverás a mi huerto y a mi higuera:

35 por los altos andamios de las flores

pajareará tu alma colmenera

de angelicales ceras y labores.

Volverás al arrullo de las rejas

de los enamorados labradores.

40 Alegrarás la sombra de mis cejas,

y tu sangre se irán a cada lado

disputando tu novia y las abejas.

Tu corazón, ya terciopelo ajado,

llama a un campo de almendras espumosas

45 mi avariciosa voz de enamorado.

A las aladas almas de las rosas...

del almendro de nata te requiero,

que tenemos que hablar de muchas cosas,

compañero del alma, compañero.

4. Jorge Luis Borges

Nadie rebaje a lágrima o reproche

esta declaración de la maestría

de Dios, que con magnífica ironía

me dio a la vez los libros y la noche

5. Rubén Darío

El dueño fui de mi jardín de sueño,

lleno de rosas y de cisnes vagos;

el dueño de las tórtolas, el dueño

de góndolas y liras en los lagos.

Análisis métrico de las dos estrofas.

6. Calderón de la Barca, La vida es sueño.

Segismundo:

Es verdad; pues reprimamos

esta fiera condición,

esta furia, esta ambición,

por si alguna vez soñamos.

5 Y sí haremos, pues estamos

en mundo tan singular,

que el vivir sólo es soñar;

y la experiencia me enseña

que el hombre que vive sueña

10 lo que es hasta despertar.

Sueña el rey que es rey, y vive

con este engaño mandando,

disponiendo y gobernando;

y este aplauso que recibe

15 prestado, en el viento escribe,

y en cenizas le convierte

la muerte (¡desdicha fuerte!);

¡que hay quien intente reinar,

viendo que ha de despertar

20 en el sueño de la muerte!

Sueña el rico en su riqueza

que más cuidados le ofrece;

sueña el pobre que padece

su miseria y su pobreza;

25 sueña el que a medrar empieza,

sueña el que afana y pretende,

sueña el que agravia y ofende;

y en el mundo, en conclusión,

todos sueñan lo que son,

30 aunque ninguno lo entiende.

Yo sueño que estoy aquí

destas prisiones cargado,

y soñé que en otro estado

más lisonjero me vi.

35 ¿Qué es la vida? Un frenesí.

¿Qué es la vida? Una ilusión,

una sombra, una ficción,

y el mayor bien es pequeño;

que toda la vida es sueño,

40 y los sueños, sueños son.

Análisis métrico de los ocho primeros versos.

7. Anónimo

¡Rosa fresca, rosa fresca,

tan garrida y con amor,

cuando yo os tuve en mis brazos,

non vos supe servir, non:

5 y agora que vos servía

non vos puedo yo haber, non!

- Vuestra fue la culpa, amigo,

vuestra fue, que mía non;

enviásteme una carta

10 con un vuestro servidor,

y, en lugar de recaudar

él dijera otra razón:

que érades casado amigo,

allá en tierras de León;

15 que tenéis mujer hermosa

e hijos como una flor.

- Quien vos lo dijo, señora,

non vos dijo verdad, non;

que yo nunca entré en Castilla

20 ni allá en tierras de León,

sino cuando era pequeño,

que non sabía de amor.

Análisis métrico de los seis primeros versos.

8. Fray Luis de León, ODA I: A la vida retirada

¡Qué descansada vida

la del que huye del mundanal ruïdo,

y sigue la escondida

senda, por donde han ido

los pocos sabios que en el mundo han sido;

5 Que no le enturbia el pecho

de los soberbios grandes el estado,

ni del dorado techo

se admira, fabricado

del sabio Moro, en jaspe sustentado!

10 No cura si la fama

canta con voz su nombre pregonera,

ni cura si encarama

la lengua lisonjera

lo que condena la verdad sincera.

15 ¿Qué presta a mi contento

si soy del vano dedo señalado;

si, en busca deste viento,

ando desalentado

con ansias vivas, con mortal cuidado?

20 ¡Oh monte, oh fuente, oh río,!

¡Oh secreto seguro, deleitoso!

Roto casi el navío,

a vuestro almo reposo

huyo de aqueste mar tempestuoso.

25 Un no rompido sueño,

un día puro, alegre, libre quiero;

no quiero ver el ceño

vanamente severo

de a quien la sangre ensalza o el dinero.

30 Despiértenme las aves

con su cantar sabroso no aprendido;

no los cuidados graves

de que es siempre seguido

el que al ajeno arbitrio está atenido.

35 Vivir quiero conmigo,

gozar quiero del bien que debo al cielo,

a solas, sin testigo,

libre de amor, de celo,

de odio, de esperanzas, de recelo. […]

Análisis métrico de los diez primeros versos.

9. Poema 20 (De Veinte poemas de amor y una canción desesperada, de Pablo Neruda)

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada,

y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.»

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como esta la tuve entre mis brazos.

La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.

Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.

Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.

La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.

Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.

Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.

Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.

Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.

Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.

Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,

Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,

y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.

Análisis métrico de los diez primeros versos.